Hora de ponerse serios [Priv. Zero]

por **Roxana I. Kramer** Miér Jun 12, 2013 4:10 pm

Ya era casi tiempo, la emoción, angustia y deseo era palpable en el aire, lo miraba en los ojos de los chicos entrenando, en los rostros emocionados de ellos y sus padres, los juegos estaban cerca.

- ¿Segura? - Pregunto uno de los entrenadores del lugar. - Ese chico tiene potencial, no lo niego, pero no tiene control, no escucha consejos y es como si cargara demasiada ira. -

- Y esa es la razón por la que lo quiero. - sonrió triunfante. Roxana tenia un rato que había echo presencia en la sala de entrenamientos de la academia, ella casi nunca se pasaba por aquellos lugares asì que bien podían imaginarse el porque de su visita. Miro como su acompañante le miraba inseguro - No soy ninguna tonta, Oliver, se porque hago lo que hago... ademas, acaso nunca has escuchado aquella frase en que para obtener un diamante debes meter presión a un carbón - arqueo su fina ceja, de manera curiosa y divertida, asì era Roxana, cuando ponía sus ojos y atención en algo no había nada ni nadie que la hiciera cambiar su atención. - Ahora se amable y ver por el chico ¿Sí? Hay cosas que quiero decir y preguntar.

- Pe... pero

- Oh, por Dios! ¿Quieres hacer tu trabajo ya? Deberías sentirte agradecido de que he pasado checando a estos chicos, ahora ve y trae a quien he solicitado. - dicho eso comenzó a masajearse la sien, la verdad... su semana comenzaba a ser pesada, muchos padres de chicos que querían ir a la arena la habían estado llenando de atenciones y demás cosas y le molestaba, le molestaba porque lo que querían era sacarle el favor de mandar a sus hijos a la arena y ella, simplemente no mandará a alguien que no quisiera. Así de simple.

Luego de un rato Oliver regreso. - ¿Y bien? - pregunto con un atisbo de curiosidad.

- En un momento - Roxana asentó con la cabeza.

por **Zero C. Darkland** Jue Jun 13, 2013 10:39 pm

Estaba furioso, mi padre es un idiota y mis hermanos son una bola de sumisos arrastrados incapaces de valerse por sí mismos, es por eso que nunca llegaran a ser nada, aún viviendo en este distrito, si no eres valiente y te tienes el coraje suficiente para enfrentarte a cualquier cosa vas a terminar pereciendo ante cualquier imbécil que se sienta superior a ti por más insignificante que sea.
El maniquí contra el que estaba peleando termino por solo tener una pierna y el tronco pegado al cuerpo, lo acabe a golpes con Hachas y espadas de todos tamaños, imaginaba que era mi padre, debía sacar todo lo que tenía dentro desde hace ya tantos años, han pasado casi 11 años y yo ya estaba harto de verlo siempre igual, sin vida ni ánimos de siquiera apoyar a mi hermana menor, ella no tiene la culpa de nada y ese imbécil no puede hacerse de pantalones y ayudarle, ella no es mi responsabilidad y aunque sé que debería ayudar, suficiente hago intentando salir victorioso de los juegos para sacar a mis hermanos de ahí como sea.
Hice lo mismo con tres o cuatro maniquís hasta que un tipo se posó a mi lado y me obligó a acompañarlo a no sé donde, no entendí bien, solo que lo siguiera, al principio me negué pero vaya que aquel tipo era una patada en los huevos, insistió hasta que casi le clavaba la jodida espada en el cuello, lo miré de mala gana y al ver que no desistiría de su idea de hacerme seguirlo tuve que aceptar e ir tras de él, tomé mi toalla y deje mis armas en el estante de las tomé, i algo nos habían enseñado bien en este centro era en siempre dejar las cosas donde las tomamos, quizá algún día sirva de algo. Limpie mi sudor mientras seguía al tipo, quien entró a una habitación no muy grande donde se escuchaban voces de mujer y hombre a la vez, no me importó en lo más mínimo de hecho ni siquiera me había puesto en de que se trataba eso que por lo que me han llamado pero igual no debe ser importante, aquí ya nada me sorprende.
Cuando entré al cuarto deje mi toalla a un lado y me quedé viendo a la chica que estaba frente a mí, era muy blanca y con cabello claro, de rostro un tanto angelical pero a la vez serio, al principio no supe quien era hasta que recordé un poco de los últimos juegos donde el Distrito uno ha tenido vencedores y allí estaba ella, la tipa a la que le mataron a su novio, una verdadera asesina, a mi parecer es de las mejores vencedoras que hemos tenido pero a pesar de eso no iba a mostrarle más del respeto que se merecía, una sonrisa y sería demasiado.

~¿Qué pasa, es importante o solo me hicieron perder mi tiempo?~ Pregunté de forma seca sin dejar de mirar a los ojos a la chica.

por **Roxana I. Kramer** Vie Jun 14, 2013 7:46 pm

En estos momentos la mentora tenía unas infinitas ganas de poder patear algo o alguien, esto de esperarse estaba demorandose más de lo que a ella le habría gustado. Oliver, trataba sin muy buenos resultados, calmar a la furiosa mentora, él sabía que si ella comenzaba a maldecir y ponerse en modo chica-violenta sería él el primero en recibir el golpe.

Pasaron uno... dos, otro par de minutos más y Roxana se sentía ya al boder del abismo ¿Realmente había sido buena idea? Por una parte sabia que lo era, pero por otra... el hecho de estar esperando realmente le repateaba el hígado. Se había dicho que si pasa un minuto más saldría a zancadas del lugar valiendole tres pepinos los juegos del hambre (aunque era mentira y ella lo sabía, al final de cuentas sí se preocupaba en esto).

Cuando por fin la puerta del lugar se abrio Oliver suaviso su gesto, mientras que la mentora simplementa solto un bufido de exasperación, aunque no por eso dejo de ser curiosa, así que en cuanto el chico paso el umbral de la puerta ella le paso una rápida pero escaneadora mirada.

Miro la cara del sujeto que acompañaba a aquel chico, Zero, como había leído en los informes. Al parecer el joven no se la había puesto muy fácil. Los labios de Roxana apenas y dejaron salir un pequeño atisbo de sonrisa, le gustaban los retos y el chico representaba uno.

Sonrío en cuanto escucho la impertinente interrogación del chico - ¿Crees que te llamaría solo para perder mi tiempo? - contrataco de manera serena pero dura. - Se que puedes hacer una mejor supocisión del por qué estas acá. - O tal vez no, por lo que había escuchado algunos entrenadores no lo habían aprobado por ser demasiado 'rebelde' y no acatador de las reglas, aun así... ella suponía que él tendría que darse una idea, despues de todo no es como si Roxana Kramer fijara su atención en cualquiera. - No hagas que me retracte del haberte llamado. -

por **Zero C. Darkland** Vie Jun 14, 2013 8:51 pm

Sonreí al ver la cara de la chica, parecía molesta pero a pesar de ello no dejaba de ser interesante y se mostraba fuerte ante mí, no sé que se sentía o si enserio creía que yo bajaría mi tono de voz pero estaba errada como fuese.
~Seguro quieres lo mismo que el resto de los idiotas que han venido a preguntar por mí… Entrenarme, domarme a su gusto pero de una vez te dejaré clara una cosa…~ Le solté mientras me acercaba a tomar asiento a un sofá que estaba cerca de allí, me deje caer recargando mi espalda contra la posadera para brazo de la esquina del sofá y bufé un poco mientras me secaba con mi muñeca la frente para quitarme las últimas gotas de sudor que me caían de ella. ~No voy a cambiar para ser tu mono al que puedas mostrar al capitolio como si estuviese amaestrado, tampoco sigo ordenes… si quiero hacerlo lo hago, si no, no y no me importa si te parece o no~ Sonreí maliciosamente y deje caer mi cabeza hacia atrás. ~Ahora que lo sabes… aún quieres continuar?~ Pregunte y mientras esperaba respuesta de ella recordé lo que había dicho antes de que empezara a hablar.

La miré fingiendo confusión. ~Yo tampoco te pedí que me llamaras~ Al final de esto se me forma una leve sonrisa mientras veía a todos los presentes en la sala, se notaba que no me querían y que empezaba a fastidiar a la mayoría de los de ahí pero me daba lo mismo igual puedo hacer esto solo.

por **Roxana I. Kramer** Vie Jun 14, 2013 9:30 pm

Este chico le gustaba tanto que tenía ganas de aventarsele y comenzar a molerlo a golpes, pero lo necesitaba de una pieza para los juegos. Era tal y como lo habían descrito, arrogante pero bastente idiota e impulsivo, fuera como fuera ella iba a arreglar eso, no pensaba meter un carbón a la arena.

- Para empezar, yo no entreno, eso... valgase la redundancia, hacen los entrenadores. - ella también comenzaría a dejar sus puntos en claro. - ¿Domarte, acaso te consideras un animal? - pregunto con fingida curiosidad mientras arqueba su fina ceja. - Yo instruyo, eso que te quede claro a ti - espeto mientras comenzaba a deslizarce por el lugar.

Nego ante las palabras de aquel sujeto - Una vez más, yo no soy domadora de animales... que tu consideres uno, es otra cosa - sí, se estaba desesperando pero ya antes se había preparado mentalmente para esto, no iba a lanzarse al ataque sin antes tener un conocimiento. - ¿Yo? - ¡HA! Necesitarían más que esta patetica interpretación de declaración de batalla para hacerla retroceder, tratar a niños con aires de grandeza no era nada comparado a lo qu ella vivio. - ¿Acaso vez que me este yendo? -

- Ya veo, con que tienes esa idea. No quieres que te enseñen, no aceptas consejos, no quieres ser llamado y corres a quien lo hace - se paro de frente mientras posaba sus manos en su cadera - ¡¿Que haces en este lugar?! Que yo sepa estan acá aquellos que sí tienen el interes... entonces te pregunto ¿Cuál es el motivo de que estes entrenando? Si es para solo perder tu tiempo puedes hacerlo en otro lugar, chico. -