Get Lucky || Priv. Joseph M. Welch

— Te odio... — murmuré, dejando que el sentimiento que venía de lo más profundo de mi ser invadiera las palabras que estaba pronunciando — Sí, tal y como lo estás escuchando. Yo, Ashton Ulrik, te odio a ti por darme estos líos — y dicho eso, le fruncí el ceño a un pequeño mueble que venía jalando conmigo gracias a un carrito. No se trataba más que de una cajonera -con espacio para tres cajones, válgase la redundancia- que al parecer mi madre quería demasiado, ¡pero si no era más que un sencillo y viejo inmueble! No es por nada, pero con el dinero que tenía podía permitirme el comprarle uno nuevo. Incluso le mencioné la idea pero la rechazó rotundamente. Dijo que se negaría a utilizar cualquier otro que no fuese su viejo inmueble. Para ella tiene demasiado valor sentimental... creo que fue una de las últimas cosas que le quedaron de los abuelos.

Dos de sus cajones se habían roto -por la humedad, estaban demasiado viejos, que sé yo- y el otro al parecer estaba a cosa de nada de unirse en el mismo destino con sus hermanos. Por ello mismo, es que estoy aquí... de mandadero, para hacer que arreglen y le den cajones nuevos a la cosa esta. — Bueno, supongo que ya te los merecías. Pero escucha, es la primera y última vez que yo haré algo como esto por ti ¿quedó claro? — seguí hablando, mientras buscaba alguna zona de carpintería en la que pudiesen ayudarme con esto. Mi conversación no resultó ser tan privada, ya que algunas personas comenzaron a verme con cierto interés, otros probablemente pensarán que estoy loco por andar conversando con una cajonera vieja, pero ¿qué querían que yo hiciera? Si en el viaje por tren estuve demasiado aburrido.

Con todo y carrito, seguí avanzando mientras miraba algunos lugares del distrito 7, que era el lugar donde me encontraba. No todos los días me permitía la oportunidad de estar de un lado a otro, pero aprovechando la ocasión creo que podré hacerlo. Poco conocía de este lugar, inclusive lo recuerdo cuando fue la susodicha gira de la victoria, donde iba de distrito en distrito para que la gente viera al ganador, al nuevo mentor de su respectivo distrito... y donde otros tantos te lanzaban miradas mordaces, pero no era para juzgarlos pues sus hijos habían sido partícipes de los mismos juegos...

— Ow! — por ir de distraído, no me fijé que había unas piedras por delante que hicieron que por poco y el carrito se volcase a un lado -con todo y la mentada cajonera-. Cuando lo volví a acomodar, me dirigí a la cajonera y le hablé de nuevo — Escucha, ya casi llegamos... no puedo permitirme que mueras aquí y de un solo golpe. Hmm... creo que también ya te hace falta una buena barnizada — me agaché a un costado del carrito y pasé mis manos sobre aquél viejo inmueble. A saber cuantos de años tendrá...

Y a saber si alguien me estará observando.

Supongo que a estas alturas me he de estar montando un espectáculo de lo más extraño al estar conversando con la cajonera. Podía escuchar como algunas personas hablaban entre murmullos mientras yo me aseguraba de acomodar bien el inmueble con tal de que no se fuese a caer en algún momento. Si se caía... creo que sería una manera bastante divertida de ponerle broche de oro al asunto, y a mi vida de paso pues tengo en consideración que mal me irá si vuelvo con noticias nada gratas.

— Sabes, pensaba que mi vida no había tenido tanto problema... bueno sí, hace varios años filosofé sobre lo mismo, pero ahora vuelvo al mismo punto. Y sí, tú estás formando parte de las cosas que no son muy divertidas por hacer — suspiré, antes de mirar un poco a los alrededores ignorando a los demás — Ahora que lo pienso, tú naciste aquí, ¿no es así? Supongo que tu 'padre' o 'madre' podrán reconocerte... no, mejor no, ya que tu padre probablemente fue un buen árbol de la región. Más bien tu creador podría reconocerte aunque ya han pasado bastantes años. — si, en definitiva que el viaje me ha afectado y por montones. Para la siguiente consideraré varias cosas antes de viajar solo en tren.

A mis espaldas, alguien al parecer me preguntó si yo iba a reciclar la cosa rara que llevaba en el carrito — No, no de momen... — ni siquiera terminé la frase, ¡¿qué llevaba ahí?! Un hacha, y al parecer la estaba sacando mientras animadamente me decía que podría ayudarme con ello.

Mi primera -e instintiva- reacción, fue abrazar a la mentada cajonera, como si buscara protegerla -o más bien, protegernos a ambos- de su destrucción — ¡Espera, espera! — tuve que alzar la voz, cosa que hizo que más personas voltearan a ver de que iba la situación. Carraspeé un poco la garganta, no pretendía ser maleducado y menos en un distrito que ni siquiera estaba del todo relacionado conmigo en primer lugar — Ah, no... sé que esta cosa — señalé con la mirada la cajonera que mantenía abrazada — Ya sé que se ve toda vieja y a cosa de nada de irse a la otra vida, pero no vengo para reciclarla. De hecho, quería ver si podían darle los cajones que le faltan y algo de pintura para que se viese mejor... — y me faltó agregar el "pero claro, si no se puede, será mejor que me lo diga y yo me marcharé feliz de aquí. Tal vez a la próxima podría traerlo de vuelta para reciclaje".

— O al menos un intento, al parecer la cajonera tiene más valor sentimental del que siquiera yo podría llegar a imaginarme — y dicho eso, creo que finalicé con mi rara explicación — Le estaría agradecido si pudiese indicarme algún lugar al cual podría acudir. Si soy sincero, apenas y recuerdo pocas cosas de este distrito — y con ello fue que dejé en claro que no era yo de ahí.

Estaba apunto de mandar a la cajonera a mejor vida pero el hombre de antes se puso en medio, baje mi hacha y la puse detrás mía mientras levantaba mis cejas demostrando interrogante en todo mi rostro.

-Pudo haberlo dicho antes- Si lo pudo haber echo si lo hubiera dejado hablar ¡Genial! Ahora todo el mundo sabe que me huí del trabajo y seguro mi padre me dará una paliza tan solo regrese.

-Creo que conozco a alguien que pueda ayudarte.- Murmure para ya irnos de ahí y comenzar a encaminarnos a la zona de trabajo, solo de ese modo las personas de mis distrito dejarían de vernos. No entendía exactamente a que se refería con ese ultimo comentario *¿Ya había estado aquí antes?* Tal vez era uno de los que dejaron el distrito y se mudaron a uno mucho mejor...La verdad es que su rostro no se me hace conocido y quizás aun estoy dormido.

-Acompáñeme...- Comencé a caminar en dirección contraria y de reojo miraba a el desconocido.

-Lo siento, las personas no suelen ver gente como tu.- Su ropa era inusual digo no era de aquí ni de haya, parecía del capitolio pero por lo que se nadie del capitolio visita el distrito 07 ya que no hay mucho que ver mas que arboles. Al fin fuera del alcance de la gente desacelere mi paso y comencé a caminar casi junto a el castaño.

-Y ¿De que distrito vienes?- No suelo ser tan curioso pero esta vez no pude evitarlo el día esta muy aburrido, pase la hacha a mi hombro mientras la sostenía con mi brazo. Eche un ojo a la caja en aquel carrito estaba por ofrecerme a ayudarlo pero últimamente es mejor que este apartado de las cosas "frágiles" El gran bosque ya comenzaba verse estaba emocionado hasta que recordé que habían unos agentes de la paz rondando ¿Le dirían algo? Tal vez no después de todo parecía no ser de este lugar y fuera eso parecía alguien importante creo que comienzo a reconocer parte de su rostro...Pero sigo sin saber quien puede ser.

Razón tenía en decir que pude haber avisado antes que nada más venía a arreglar la cajonera de mi madre. Hm, para la siguiente primero me daré a la tarea de conocer el distrito y ya después vendré por los asuntos que me conciernen en él. En momentos como estos me gustaría contar con una memoria de oro para recordar cada detalle de los lugares que visitaba y los rostros de las personas que conocía.

— Gracias, eres muy amable. Me servirá de mucho — paré con mi espectáculo y me levanté del piso cuando aquél chico se ofreció a llevarme con una persona que me ayudaría con el problema que llevaba sobre ruedas. Sacudí un poco la ropa que llevaba y empecé a tirar de mi carga para llevarla por el piso. El carrito temblaba un poco debido a las condiciones de pavimento, pero no era como para quejarse si en el distrito 5 existían zonas en igualdad de condiciones.

Cuando comencé a caminar, revisaba como estaba la situación a mis espaldas. A veces tenía el hábito de vigilar que nadie viniese a por mi para hacerme algo, y más ahora que no estaba en mi distrito respectivo. Su comentario hizo que me quedara pensando en la situación durante unos segundos — ¿Gente como yo? — me pasé una mano libre por el rostro ¿y sí...? — No tengo la cara pintada, ¿cierto? — por un instante pensé que de seguro un par de pequeños traviesos que venían en el mismo vagón que yo habrían hecho algo, por eso mismo es que comenzaba a preguntarme si había algún rayón hecho con pinturas en mi rostro.

— Soy del distrito 5, ya sabes, ese que queda a unas cuantas horas de aquí — comenté con cierta gracia. Supongo que será extraño que alguien del 5 cruce por estos lados, más la posición de mentor me lo permitía en ocasiones necesarias... como esta. Noté que él todavía llevaba el hacha sobre su hombro y caminaba con ella como si nada, ¿no era muy pesada? Además de que no parecía que llevar una herramienta de trabajo como esa -o de juegos, todo depende de como se vea- sea algo usual del distrito 7 — Ah, disculpa, ¿interrumpí algo? — si su respuesta era afirmativa, en ese caso le diría que con decirme hacia donde ir sería más que suficiente.

Al comenzar a ver el bosque, inmediatamente esbocé una sonrisa ligera. Entornos naturales eran una de las cosas que caracterizaban a este distrito, a diferencia de otros tantos que tenían tierras suplantadas por otro tipo de edificios. Hasta pareciera que la vida era tranquila aquí...

A mi mente llegó un recuerdo, para ser más exactos eran las palabras de una chica que nos hablaba a mi y a otro chico sobre lo que más le gustaba y extrañaba de su hogar. Ella, la joven que estuvo en mi alianza... la chica que fue en representación del distrito 7 durante la edición 92. Lo que la gente sabe es que yo fui quien acabó con el tributo del distrito uno, más lo que desconocen es que pienso que incluso fui yo quien acabó con la vida de mis compañeros de alianza por haber huido a la primera señal de las desfavorables circunstancias.

-¿De nada?- Respondí con una interrogante ya que segundos atrás mi plan era hacer la cajonera picadillo creo que mas bien le debía este favor ¿Pero quien podría arreglarla? Debo estar idiota solo lo debo llevar con el viejo y el se encargara pero...Luego de su regaño de esta mañana seguramente me gritara de nuevo por estar dando vueltas en el distrito sin arreglar mi desorden.

No había mucho que hacer solo caminar *De un modo a otro el tipo me querrá matar* Y si...¿La intentaba arreglar yo? No, muy mala idea obviamente el desconocido a la par mía planeaba regresarla en mejor condición de la que vino, estaba deprimido pero ya ¿Que podía hacer? ojala que supiera hacer algo mejor con la madera, se cortar y cortar...aunque tambien se tallar figuras como osos, perros, bueno me encanta hacer animales. De reojo miraba a mi compañero y parecía estar nervioso me refiero a ese ademan que tuvo de mirar hacia atrás varias veces ¿Creía que le robaran? ¡Mi distrito no era así! Aunque la semana pasada...Mejor no lo recuerdo.

-Haha, no para nada es solo que no tienes botas y pantalones arraigados así que es normal que llames la atención.- Ya me sentía mas relajado, usualmente me tenso cuando conozco a alguien pero a los pocos minutos ya siento que hablo como uno de mis mejores amigos. Ahora que lo había mencionado me dejaba con una interrogante ¿Cara pintada? ¿Porque lo pensó? Seguramente hay una historia en eso pero no puedo preguntar porque según mama eso seria muy imprudente.

-Oh, nunca he ido al 05 ya sabes no, nos dejan.- Mencione la obvia razon por la que no podía hacer un tour, eso envidio de los ganadores de los distritos pueden ver todo Panem si quisieran pero a un precio muy alto.

-¿Interrumpir?- Pregunte y note que miraba el hacha colgando de mi hombro.

-utilizas interrumpir cuando la persona esta haciendo algo importante yo solo hago la rutina de todos los días.- Suspire, no recuerdo porque deje de estudiar o claro por Liesel y tambien por papa aunque debería dejar esos pensamientos porque la realidad es que hace años me había dicho que eso de estudiar no era lo mio.

-Genial ¿No?- Dije al notar como veía los bosques de mi distrito, el gobierno era corrupto, la gente quería rebelarse y crear mas muerte, mi hermana había muerto, papa me odia, mama esta enferma sin embargo todo se desvanece cuando entras ahí, es triste que tengamos que destruirlos pero por eso siempre sembramos mas, sabemos que tomara años para que sean igual de enormes pero no podemos dejar que la esperanza muera.

-¿Como es? me refiero ¿Al distrito 05?- Siempre que visito uno de los distritos vecinos me doy cuenta que sus personas son diferentes y no solo eso sino que tambien que cada uno de los distritos tiene un corazón que extrañamente el capitolio toma para sus propios fines, en nuestro caso los bosques.

-Hmmph, me llamo Joseph Modric por cierto.- Modales, modales, modales esas cosas no brotan de mi como margaritas, aunque asi lo quisiera mama.

Suspiré durante unos instantes. Estaba dejando que situaciones del pasado volviesen a mi sin ponerles un alto. No podía permitir eso, al menos no si lo último que deseaba era volver a tener los jodidos episodios de insomnio... eso y el plus de los medicamentos que necesitaba para tranquilizarme y dormir. Hace unas cuantas semanas había recurrido a ellos nuevamente, más el efecto no fue el deseado. ¿Será que mi organismo ya se ha adaptado a ellos? Deberé de preguntar por otros, aunque el precio de los mismos sea elevado... cierto, los juegos están próximos a iniciar. Necesito conseguir mis reservas y pronto.

Si alguien me lo pregunta, es una mierda de vida tener que depender de cosas tan pequeñas de vez en cuando. Bueno, al menos sé que no estoy tan mal como otros tantos vencedores. Y ahora que estoy aquí me pregunto si deberé de visitar a la familia de la chica del 7, aunque la verdad desconozco de su paradero pues hace bastantes años que no les veo.

Volví a concentrarme en la conversación cuando el chico que me acompañaba me explicaba el motivo por el que yo llamaba la atención dentro de su distrito — Oh, y yo que creía que la camisa de cuadros sería suficiente para pasar desapercibido — la verdad es que tomé la primera que encontré en el armario, me coloqué unos pantalones de mezclilla , los zapatos cerrados y salí desganado de mi hogar para dirigirme aquí con la labor del día. — No sabía que en el 7 tenían un modo particular de vestir — me sentía como un turista, descubriendo cosas nuevas ahora que salía de mi distrito ¿debería de hacerlo más seguido? Tal vez así aprendería algo de utilidad.

Cierto, por poco y olvidaba las normas de los distritos. Donde cada uno tenía escasas posibilidades de viajar a otro. Además de que no era algo tan frecuente, supongo que la gente se acomoda mejor en su lugar de origen. Yo soy feliz en mi distrito, aunque en ocasiones la rutina sea la misma. A veces el tiempo se me va haciendo trabajos para otras personas que me lo piden cada que visito el centro del distrito. No me molesta, y con el tiempo libre que tengo puedo aprovecharlo de esa forma.

— Uhm, sí, interrumpir — señalé su hacha con la mano libre que tenía, mientras la otra sujetaba el transporte de la cajonera — Parece que ibas a algún lado con tu hacha — tuve que arquear una ceja cuando dijo que estaba haciendo su rutina diaria — Si tú lo dices... — él decía que hacía lo usual, y por el tono en que lo pronunciaba parecía no motivarlo mucho. Creo que puedo comprenderlo. Si no hubiese sido elegido para los juegos ¿qué estaría haciendo yo ahora?

Nuevamente dejé que el entorno me envolviese, si, definitivamente sería bueno que cada distrito tuviese algo de estas cosas. En el mío hay colinas, más varias de ellas están ocupadas por la industria que nos sostiene. Al menos en la que me gusta pasear sigue conservándose en su estado más natural — Sorprendente, diría yo. Pienso que este distrito y el 11 son los que tienen mayor contacto con la naturaleza en todo Panem — y otra vez me tuve que torturar a mi mismo al recordar el distrito 11... sitio del cual provenía el otro chico de mi pequeña alianza en juegos — ¿Estos lugares suelen ser así de tranquilos? — hasta se antoja acampar en sitios al aire libre como estos.

Era extraño que alguien me preguntase de mi distrito, tuve que pensar un poco para poder armar una descripción decente del lugar — En una palabra: electricidad. Hay demasiadas torres que la producen por todo el distrito. Las cosas naturales que quedan ahí son las colinas, pero parece que cada mes ocupan una nueva para construir más plantas eléctricas para que la gente trabaje — y cada vez hay personas más jóvenes que forman parte de ello. La misma situación era la que los obligaba a hacerlo... no sólo era energía para nosotros, sino para otros lugares.

— Un gusto, Modric. Soy Ashton Ulrik, turista del distrito 5 que al parecer no sabe pasar desapercibido en otros lugares — turista era la palabra que mejor describía el como me sentía en un sitio nuevo. — ¿Desde siempre has vivido aquí? — le pregunté, esperando no ser indiscreto por ello.

-Oye eso es un Cliché.- No todos usábamos camisas de cuadros bueno si la mayoría pero ese no era el estilo *Distrito 07* Si Hazel hubiera escuchado tal comentario estaría elevando su voz de manera horrible, esa mujer tiene un problema grave para dar a conocer su punto de vista o su opinión, el punto es que no todo es de cuadros aquí aunque en este momento no recuerdo una camisa de un solo color que tenga.

-Y tal vez la camisa te hubiera ayudado pero debiste acompañarle con algo mas...¿Distrito 07?- Tenia un buen gusto eso al menos podía notarlo, si yo saliera de este lugar y llegara a ser el Rey de Panem no me compraría una capa sino que mas bien me vestiría como este tipo al lado y creo que acabo de generalizar al moda de mis distrito con el ultimo comentario que realice.

Ahora que lo recuerdo antes de interrumpirlo si tenia planes, iba a buscar el desayuno, debí decirle que pasáramos por algún lugar antes de volver a la esclavitud, preferí ya no contestarle lo siguientes comentarios que había realizado ya que entre menos tuviera que hablar de mi trabajo mejor, no es que lo odie pero hay días en lo que lo único que deseas es descansar, ir al bosque o dar un paseo por el tren pero esa no era mi vida, en realidad no era la vida de nadie aquí en el 07. Estamos atados a un gobierno corrupto y no solo eso tambien arraigados a este lugar destinados a hacer lo mismo por lo siguientes mil años , ojala y el rey de Panem no tenga mas hijos y sus hijos no tangan mas hijos así le darían la oportunidad a alguien mas de reinar pero ¿Quien sabe? Quizás para la próxima nos toque un sádico...Uno mas sádico del que tenemos.

-El cuatro parece que tampoco a perdido su encanto.- Recuerdo haber visitado la hermosa playa del cuatro, Leisel y yo la habíamos pasado muy bien aunque no fue tan dulce el recuerdo porque casi me dejan abandonado ahí ¿A quien diablos se le olvida su hermano enterrado en la arena? Solo hay una respuesta y esa era lamentablemente el nombre de mi hermana, era toda una demente, apuesto que estaría encantada con este desconocido si lo hubiese conocido, le encantaba todo lo que tuviera que ver con otros distritos.

-Generalmente si, hay mucho silencio.- Los hombres nos dedicamos a trabajar casi todo el día mientras que las mujeres usualmente siempre buscan como apoyar a sus familias vendiendo distintas cosas o haciendo distintos arreglos, ahora que lo recuerdo habían muchas mujeres que sabían reparar una cajonera como la que el desconocido al lado mio tenia.

-Mama lo llama paz antes de la tempestad.- Seguramente lo decía por los juegos que se acercaban.

¿Electricidad? Así que de ahí venia, ya no lo recordaba ya que la escuela no me dejo mucha enseñanza acerca de los distritos, continué prestandole atención y trate de imaginarme todo lo que decía, me entristece un poco porque ha de ser un poco mas difícil ahí buscar algo así como una distracción si como el desconocido describía que esta muy industrializado.

-¿Trabajas en la fabrica?- No pude evitar soltar la pregunta, parecía muy importante y lo dejaban viajar al 07 eso significaba algo el tipo era muy importante o la otra opción es originario del 01, 02 o del capitolio y por eso tanto privilegio.

-Supongo que necesitan muchas personas, ha de ser enorme...-Quisiera imaginarlo pero es algo muy imposible, algo tan enorme es algo que se tiene que ir a ver.

-Haha, tranquilo si quieres me regalas tu ropa y yo te doy de la mía así seguramente creerán que eres un leñador mas.- Y así yo no trabajo mi turno, ok eso era algo muy infantil digo Ashton es mas grande que yo no, nos parecemos en nada.

-Sip, el 07 ha sido mi hogar desde siempre y si me dieran a elegir si pudiera vivir en otro lado creo que no lo aceptaría.- Odio la rutina pero eso no me hace odiar mi distrito. Ahora que puedo pensar con mas claridad ¿Ashton? Ese nombre, siento que lo he escuchado ya pero la pregunta es ¿Donde? Tal vez al final y acabo y era muy importante.

-¿Que hay de ti? ¿Planeas venir a el 07 a vivir?- Sonreí y vi note como unos de mis compañeros salían, seguramente a buscarme o a escabullirse tambien *Eso solo me suena a que el viejo estará de por humor.* pero ¿Que podía hacer? Prometí llevarlo con alguien y ese alguien era el viejo que casualmente resultaba siendo el mejor carpintero de todo el distrito 07

Tuve que reír un poco cuando el chico me dijo que eso era un cliché. No sé, supuse que por el hecho de que la mayoría de sus habitantes se dedicaban a trabajar la madera, tendrían un aspecto más… ¿rústico? No sé de qué manera describir el atuendo, pero que por lo menos este era como algo que caracterizaba al distrito junto con su producción. Desconozco si a ojos de otros el distrito 5 también tenga sus estándares sobre como vestimos — Tendré en cuenta tu consejo para la siguiente ocasión — o tal vez deberé de salir más seguido de mi distrito. Aunque esto último lo dudo por el hecho de que llego a sentirme ligeramente extraño. Si, es bueno salir a curiosear y todo pero es cierta la frase de que no hay nada como el hogar… aunque ese hogar lo haya impuesto el Capitolio luego de los juegos.

Después de eso volví a quedar en silencio, creo que el único ruido fuerte a los alrededores era el de las ruedas del carrito que venía jalando con el mueble. Menos mal que no era tan pesado, sino sé que mañana probablemente amanecería con los brazos adoloridos y un humor ligeramente diferente a lo usual. Bueno, aunque tampoco era para tanto ya que en mi distrito a veces ayudo a algunas personas a estar moviendo cajas de un lado a otro o llevando materiales a donde me lo piden. Como tal , no hay un trabajo fijo… ni siquiera consideré en tener uno luego de que me convertí en mentor. Me pregunto que es lo que estaría haciendo yo si no hubiese sido elegido jamás para una cosecha…

— Hmm, cierto. El distrito 4 también tiene sitios bastante interesantes — aunque por algún motivo lo veo como algo mucho más… comercial, por decirlo de una manera. Al menos esa es la impresión que a mi me ha dado — También me gustaría ir a recorrer el distrito 10 en cuanto tenga la ocasión — parece ser un lugar tranquilo. Supongo que ahí podría ir a dar la vuelta aunque fuese durante un día.

No sé si por ‘tempestad’ se esté refiriendo a la temporada cercana a las cosechas, probablemente así sea… la gente se le suele ver mucho más tensa, nerviosa, otros tantos comienzan a aislarse… a menos que seas del distrito 1 o 2 y estés dispuesto a decir “¡Me ofrezco a voluntario!” como es más frecuente que ocurra. — Disfruta del silencio mientras puedas — comenté, de verdad que me gustaría un lugar así de pacífico en el distrito. Aunque a la vez sería malo porque una vez que me enfrasco en mis pensamientos no pararía hasta llevarme al mismísimo borde de la depresión — Cuando hay bastantes edificios o diversos locales ya no es lo mismo — suspiré.

— ¿En la fábrica? — repetí sus palabras. En realidad quien sigue trabajando nada más es mamá. Por las cosas que el Capitolio me ha facilitado no he tenido que preocuparme tanto por ese punto — No, para nada. En ocasiones voy y ayudo en lo que puedo a las personas de mi distrito, pero como tal no hay un trabajo — dije. Situaciones como estas me hacen pensar si ser mentor es una bendición o una maldición que debes de estar llevando sobre los hombros; cuya carga es más pesada cuando los juegos están presentes y la gente te echa una carga extra de culpabilidad encima.

— No todas son iguales, más tienen funciones similares. Creo que la planta más grande se encuentra casi a las afueras del distrito, ya sabes, ‘para disminuir daños’ si es que un accidente ocurriese — sádicos, eso era todo lo que pensaba de aquellos que nada más ponían los sitios para trabajar, pues esa ideología de ‘mientras menos vidas se pierdan, mejor pues así tendremos manos para trabajar’ era una de las cosas más absurdas que he escuchado en la vida.

— Jaja, pero dudo hacer mi trabajo tan bien como un leñador — comenté. Cuando era más pequeño -antes de las cosechas que me llevaron a la arena- solía prepararme con cosas básicas para la vida en las torres eléctricas, como lo haría, qué haría, etc. Supongo que si mi mini-yo me viese ahora probablemente estaría decepcionado de la persona en la que me he convertido. O al menos en la parte de recurrir a la medicación aunque crea que ya tengo mi problema bajo control.

— Mi madre me dijo que nos habíamos mudado de distrito cuando apenas tenía un año. Desde entonces, el 5 ha sido mi hogar… y tampoco es como si pudiera imaginarme en otro sitio — crecí ahí, la gente que me conocía –o al menos, los que conocieron al antiguo yo- vive ahí, todo lo que he hecho, los recuerdos y demás están en cada rincón que suelo concurrir. No puedo imaginarme sin eso, pues sin poder evitarlo ya forma parte de mi esencia — Tal vez lo pensaría, pero dudo cambiarme del sitio en el que estoy viviendo — tampoco es como si hubiese escuchado de la mudanza de un mentor con anterioridad, ¿qué ocurría en esos casos?

Y hablando de preguntas, ¿hacia dónde íbamos?

El hecho de pensar en el distrito 4, hizo que recordara otro poco sobre la gira de la victoria que tuve que realizar como ganador de la edición 92 de los juegos. Sin embargo, después de eso también había ido de visita por simple arrebato mío — En efecto he estado por ahí… aunque si te soy sincero, una de las cosas por las que no me gusta del todo ese distrito es que cada que estoy de visita hay grandes fiestas de capitolinos llevándose a cabo —  me gusta salir y festejar, no lo niego, pero tampoco lo llevo a los extremos como ellos. En fin, ahí estaba el motivo porque no lo considero como un distrito del todo natural — Hmm, ahora que lo dices, la comida y uno que otro lugar sin tener fiestas extravagantes son bastante buenos — tampoco diré cosas del todo favorables, ya que cada distrito tiene tanto su parte buena como la mala.
 
— No te culpo por no recordar, el desfile no es el evento más favorecedor para todos ellos. —  Años atrás si mal no recuerdo utilizaron un atuendo ligeramente cliché con la temática de una vaca … con una mezcla con otro animal que no supe descifrar. — El distrito 10 es el que se dedica tanto a la agricultura como al ganado — respondí a su pregunta. Algunas personas que habitaban ahí eran algo cerradas o poco sociables, más me sentí a gusto por la tranquilidad del lugar pese a que hay muchos más agentes de la paz que en mi distrito.
 
Me sorprendí cuando el chico se detuvo de un modo brusco en un instante  luego de que le dije que debería de disfrutar del silencio  mientras tuviese la oportunidad —¿Ocurre algo? — sé que es una frase que tiene diferentes significados e interpretaciones, pero desconozco si le ha parecido ofensivo.
 
— Las cosas estarán en su lugar hasta el momento en que dejamos de prestarles atención o darles importancia.  No es sino cuando las requerimos que volvemos a preguntarnos por ellas. — respondí, todavía con la vista de frente. Prácticamente era un hecho el ‘nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido… o hasta que lo vuelve a encontrar’. 
 
— Un trabajo debería de ser algo que te guste hacer… aunque con el régimen que tenemos dudo que eso sea posible. Y créeme , también no trabajar puede ser más aburrido que divertido — encontrarán de todo tipo de mentores. Entre aquellos que se dan la gran vida con el dinero que tienen y otros tantos que preferirán el no mantenerse dentro de casa. Si tuviese que decir a quienes admiro de todos los que conozco ya sea de vista o por intercambio de palabras, seleccionaría a la mentora del distrito 12, no por sus labores de juego sino por sus iniciativas fuera de ellos pese a los resultados desfavorables.
 
— En eso te doy toda la razón. A como están las cosas, nadie puede decir que lleva una vida tranquila … si la situación está mal en nuestros distritos, no quiero imaginarme como será en el 12 u 11 — a menos que seas de la familia real entonces no puedes tener la mente tranquila. De todos aquellos que se sacrificaron para hacer un cambio… me pregunto si sentirán el peso de la culpa sobre ellos….  — Por ahora tengamos cuidado con lo que decimos… el gobierno tiene ojos por todas partes  y lo que para uno puede parecer justo, para ellos puede sonar como la peor de las ofensas — un día estabas bien y luego de la nada te caían estos sujetos encima diciendo que eras un traidor de Panem. Lo he visto… pero el coraje que se te queda luego de toda la crueldad es algo que tampoco se borra con facilidad.
 
Tuve que reír por las palabras que me dijo, de verdad me había causado gracia la facilidad con la que las pronunció — Hm, en ese caso creo que estoy más que preparado — señalé la camisa de cuadros que llevaba puesta. Creo que con un hacha y unas botas podría armarme un buen atuendo para pasar desapercibido dentro del distrito.
 
Seguimos caminando hasta llegar a unas puertas que poco a poco comenzaron a abrirse. Tomé bien la palanca del carrito que iba jalando y continué con las andadas, aunque esta vez el cuchicheo fue mucho más alto que cuando me encontré al chico.  Algunos hablaban entre ellos y me señalaban sin tomarse la molestia de ser tan discretos. Tal vez piensen que estoy aquí para ver a los mentores … aunque no lo crean, no soy del tipo que se va a planear alianzas y esas cosas. Los juegos suelen desaparecer de mi mente hasta el momento en que se vienen encima las cosechas.
 
Miré a los agentes que ahí estaban, y entre todos los rostros pude reconocer a un par que estuvo en mi distrito hace unos cuantos meses. Levanté un poco mi mano libre para saludar con un gesto, el cuál fue correspondido con un cabeceo y una sonrisa leve. Ellos eran buenos tipos, y sé que en más de una ocasión habían pasado por alto  algunas cosas que ocurrieron. Bueno era verles todavía con su trabajo. Regresé la vista a la persona que me estaba acompañando — ¿En dónde estamos? —pregunté. Esta era de las zonas que desconocía completamente.