Concierto in the beach. || Priv with Taylor.

Tres distritos más y podía pisar mi hogar, sentir a mi gente a mi lado, poder descansar y tumbarme en mi casa durante un tiempo y salir con mis padres a la celebración de aquella fiesta que se hacía en honor al Vasallaje, donde deseaba que nunca me llegase a tocar nada... o, al menos, que nunca me ocurriese nada relacionado con los Juegos. "¿Y si me ocurría?", me preguntaba a mi mismo casi siempre. La respuesta era sencilla: terminar mi vida con orgullo, viviendo todo lo que no había podido vivir. Todos mis conciertos los daba como el último de vida y ahora, de nuevo, en el distrito cuatro estaba viviendo esos instantes de mi tiempo en aquel concierto benéfico donde muchos artistas y cantantes de distritos altos y Capitolistas habían venido a contribuir para reunir dinero para la celebración del vasallaje. Aquel gran escenario al lado de aquella enorme playa conocida como "mar de cristal" en mi distrito, siendo la playa más famosa del distrito, se encontraba llena de gente y rodeando aquel escenario lleno de luces, decorados, con formas geométricas y ovaladas en sus bordes, con dos pasarelas de luces para espectáculos como los míos o los de las bandas de rock que habían acudido, donde una de ellas era mi favorita y de las demás había escuchado hablar.

A pesar de que yo ya había estado todo el día en el distrito cuatro, preparando mi actuación y pensando que temas pondría en el portátil y pincharía con el sintetizador, con las bases, me había podido dar otro tour por el distrito, distrayéndome de los grupos que se agrupaban en aquella gran parte de atrás del enorme concierto blanco con decorado bizarro. Había estado todo el día de "juerga", pero con mucho estrés... y eso ahora, esperando mi turno en la parte Backstage del escenario, sentado en el sofá mientras miraba a mi amigo Zedd con cara de estúpido al verle jugar con una pelota de plástico, me ponía más y más nervioso. Nos dejaban una hora y algunos minutos extras, según si el anterior cantante había cantado más o menos. Yo iba a ser el que más minutos ocupase, según el director del concierto del acto del Capitolio, llegando casi a la media hora. No quería pensar que todo era mi responsabilidad y, por eso, me encontraba tranquilo, tumbado en el sofá, mientras escuchaba de fondo la voz armoniosa de una cantante famosa del distrito tres llamada "Florence", con una voz tremenda y de largos cabellos rojos que chocaban a la vista. Unos cuarenta y algo años que parecían hacerle veinte... y parecían comermela entera con la mirada.
Di un largo suspiro y, estirándome hacía Zedd, agarré la pequeña pelota azul de plástico y comencé a darle botes, mientras estaba acostado boca a abajo en el sofá. La cara de Zedd hizo que a mis tres amigos, Diplo y Penny se empezasen a descojonar, conmigo de fondo con una mirada bromista.

- ¡Tío, era mi pelota, me la dio una fan tuya! -Renegó el otro, lanzándose a por mi.
- ¡Pues más motivos para ser mía, cabrón! -Le aparté, de un empujón, con una risa, mientras guardaba la pelota detrás de mi, poniéndome boca arriba y la pelota debajo de mi.- Ay, déjame, que me estresando. -Me estiré en el sofá, en un gesto de pereza y bastante extraño, con un humor cambiante.
- ¿Ya sabes que vas a poner y tocar, Skrill? -Me preguntó Penny, mientras se balanceaba con la silla de madera y recogía el maquillaje con el que me había dado una base y peinado de buena manera, aunque en vano ya que me había despeinado entero.
- Pues meteré algo de "The Reason" y con "Scary Monster and nice sprites" y, para finalizar, "Rock and Roll", una de las que más se baila y la favorita de la mayoría de mis fans, con una ligera mejora que he pensado. -Decía, con naturalidad, mientras miraba a mis amigos, quienes me entendían al estar trabajando en mi discográfica. Volví a estirarme, quedándome sentado.- Ya veréis que espectáculo de luces y efectos especiales que me preparó Joel. -Sonreí. Estaba esperando el momento con ganas.

La puerta sonó y, de pronto, todos nos alertemos. Tardó unos segundos pero una joven de cabello rubio entró en la sala, con cara de preocupación. Me miró directamente y no titubeó.

- Te toca salir en cinco minutos conmigo porque falta tiempo y quieren ir improvisando. Lo siento, Skrillex.

Vale, jamás admitiré que esto son nervios, pero al ser mi primer concierto fuera del distrito dos sería hasta normal...pero no...esto no lo son....espero que alguien note mi sarcasmo, aunque ya llegan a ser algo más que nervios... Casi tenía ganas de potar.
Y con casi, digo que había potado antes y ahora me estaba dando un bañito ya que no me tocaba hasta dentro de una hora.
Salí a tiempo del agua para que al estilista me cogiese y me trastease el pelo a su antojo, secándolo y recogiéndolo en cómodas trenzas hacia delante.

Vale, bueno, ¿Por que no? Ajam, claro, si...

Era lo único que le decía a aquella chica que tan solo me traqueteaba el cabello mientras yo jugaba con un lapiz de ojos a pintarmelos de diferentes maneras. Pero entonces me fijé que algo faltaba en mi pequeño y hermoso cuellecito de cisne blanco: MI GARGANTILLA.

-¿DONDE ESTA MI GARGANTILLA?-Grité desesperada y cabreada por el echo de notenerla puesta. No solo era una gargantlla, no solo era tambien una gargantilla de la suerte, si no que para colmo era el único regalo que tenía de Soni, el que me dio cunado le dije que quería cantar y cumplir mi sueño con la escusa que así decoraba más mi instrumento(al igual que yo le regalé unos guantes para cuando tocase la guitarra en su grupo.). Le tenía muchísimo aprecio y estaba muy inutil sin ella, es más, nunca había cantado sin ella desde que me la regalaron.

-Aquí no esta. ¿La dejaste aquí cuando te fuiste a bañar?- Preguntó la mujer asustada de mi reacción.- Antes han estado aquí Skrillex y sus compañeros,a ver si se la han llevado sin querer...


Pero antes de que acabse de hablar me estaba colocando La chaqueta y la camisa, con aquella falda y las medias colgando con los taconazos que llevaba para salir de ahi ya completa. No me eché colonia ni nada, tan solo un paquete de cigarrillos que teía que aparentar ''fumar'' aunque en verdad eran solo hierbas medicinales para mi quemadura de garganta.

Di varias vueltas por todos y cada uno de los camerinos para ver si encontraba a ese tal Skrillex, pero a decir verdad no sabía quien era aunque el nombre me sonaba de muchisimo. Corrí histérica de un lado ha otro hasta encontrar a unos chicods y chicas agrupados, no eran muchos, tres o cuatro, quizás coinco, pero sin las gafas no sabía decir nada más que...ESTABAN JUGANDO CON MI GARGANTILLA.

-¡VOSOTROS, PEDAZO DE PROTOTIPO DE HUMANOS CON PATAS SIN CEREBRO, DEJAD AHORA MISMO ESA GARGANTLLA!-Grité acercándome a ellos para encontrar a quien no me esperaba, donde no me esperaba, con lo que no me esperaba...- A...a...so...so...Soni...-Susurré, hasta darme cuenta que tenía mi gargantilla en sus manos y se la arrebaté, mirándole desde arriba por la altura de mis tacones.- Esto es mio, gracias.

Me había pasado una hora entera, otra vez, corriendo de un lado para otro. Maquillaje, peluquería -a penas me trataban mi pelo, así que eso no era nada para mi-, comprobación de mi micrófono, estudio de las canciones que iba a tocar, colocación por orden en mi portátil para pinchar hacía los altavoces, comprobación de los sintetizadores Pioneer (marca cara del Capitolio), etc. ¡Una hora de estrés! Sesenta minutos donde veía a Penny con la cámara enfocándome y sin evitar hacer payasadas en momentos determinados, pero siempre intentando atender a lo que se me debía. También veía a Zedd, quien también tocaría cuatro actuaciones antes que yo, jugando con una gargantilla negra que le había dejado la maquilladora al ver que no dejaba de trastearla y que le había gustado, mientras este me hacía sus típicos gestos y tonterías. Todo una hora... hasta que, al fin, pude volver al camerino, andando con la cámara y hablándole a ella. "Esto me recuerda a mis video-diarios que hacía de pequeño", me decía siempre mi mente cada vez que hablaba de lo que estaba haciendo delante de una cámara.

- ¡Me estreso muuuuuucho antes del concierto! -Agité la cámara de derecha a izquierda consecutivamente y de manera rápida, mientras caminaba por ese pasillo. Enfoqué a Penny, la chica de cabelñlos rubios y lilas por el flequillo, quien estaba hablando por teléfono con esa linda voz que siempre tenía.- Y Penny está hablando con sus papás para decirles que dará todo en el escenario conmigo y se quedará tan muda que nunca volverá a hablar. -Reí con fluidez mientras la enfocaba con el zoom a su nariz.
- ¡Ay, déjame, Skrill! -Me apartó de un manotazo y enfoqué a Zedd, a mi lado izquierdo, con una sonrisa.
- Mirad a Zedd, que guapo es. ¡GUAPO!
- Oh, stop it. -Me dijo él en un tono halagado, con un gesto sonrojado.

Lleguemos y nos pasemos durante unos minutos hablando mientras Zedd me pasaba la gargantilla y la miraba con atención. La conversación se iba haciendo más a mena a mi, pues nome importaba mucho al estar tumbado de nuevo en ese sofá de tela roja. Esa gargantilla negra me sonaba de algo, de haberla tenido. Pensé que serían ilusiones mías y que no sería de nadie y que, nuevamente, se la iba a entregar a Zedd... hasta que, como siempre, me estaba equivocando y entró la dueña de esa gargantilla: la vocalista del grupo "The Pretty Reckless". Una de esas típicas rubias platino que la ves y no puedes evitar caer al suelo de las curvas y de su rostro seductor. Aunque apareciese con ropa corta, sus intenciones no parecían tan cálidas como su rostro indicaba.

- ¡VOSOTROS, PEDAZO DE PROTOTIPO DE HUMANOS CON PATAS SIN CEREBRO, DEJAD AHORA MISMO ESA GARGANTLLA! -Gritó con violencia e intimidación, lo que hizo que a Zedd me negase con la cabeza y me levantase, responsable por parte de mi amigo, para devolverse ese objeto... pero como me llamó me dejó impresionado, sin darle mucha importancia después.
- To-toma.. -Tartamudee, aun un poco perdido por como me había llamado; casi nadie me llamaba por mi nombre real y solo lo hacía la jefa de mi club de fans y quien no me conocía como artista si me presentaba con mi nombre real, pero casi siempre me presentaba por mi apodo.- Lo siento mucho, la cogí sin querer. Es bonita, eh. -Sonreí, mirando a la chica... pues su rostro me sonaba de algo.- Lo siento, de verdad. -Me volví a repetir, sin saber que decir, pues los mudos de mis amigos solo miraban.- En fin... suerte, que te toca salir dos actuaciones después que yo, porque al final lo han atrasado todo una hora y media, o sea, en media hora salimos. -Expliqué, aunque pensaba que ya lo sabía por el rostro que me estaba poniendo, pero era por hablar y por no quedar mal, que eso no era lo mío.

El ambiente por mi parte estaba algo tenso, me ponía muy nerviosa ver ahí al hombre que tanto, no...que tantísimo daño me había echo y sin una disculpa ni un perdón salio de mi vida para ahora volver a entrar, esperando de corazón que por poco tiempo. Ya me había echo añicos en una ocasión, no deseaba que fuesen dos. NO había cambiado apenas, bueno, quizás el pelo...el estilo de gafas...y ¿Había menguado? Bah, eso no era de mi incumbencia aunque...cuando lo veía, con aquella sonrisa estúpida que tantas noches de llanto me había calmado, con su forma tan simpatica de ser y con...con todo su ser, recordaba por que en su momento había sido alguien importante para mi. Quizás, en el muy fondo de mi corazón le seguía amando, el no querer creerme que me abandonó por mi mejor amiga a la que le había confiado todo, que el hombre que tanto había amado y por el que había dado todo no era malo, que todo era una broma y acabaría...pero no. Era una masoca, me intentaba escusar de algoq eu estaba muy claro, que todo había sido un traición.


''TRAICIÓN A LA REINA''

Recordaba aquella frase de las muchas noches de borrachera que cogia para olvidarle, pero enseguida su música aparecía y me volvía a sumir en la tristeza, hasta que en una de esas, topé con un trío de hombres muy cabreados. Bueno, no fue para tanto, acabé siendo su vocalista, es lo que tiene compartir la bebida.

Ahora me preguntaba el por que de muchas cosas: ¿Por que había venido aquí? ¿Por que no me reconocía? ¿Por que no tenía una galleta en las mano? ¿Por que me preguntaba tantas cosas? (OFF: XQ!!??)

Mis labios temblaban pero no me quedaba otra que aguantar y largarme como si nada...solo un ratito más y volvería alargarse de mi vida como vino: POR ACCIDENTE.


-Si, al parecer si, estaré por ahí preparándome...si necesitais algo, ya sabeis, a mi no me vengáis.-Intentaba ser lo más desagradable posible, no tenía motivos algunos por los que comportarme bien con aquellas personas secuestradoras de gargantillas. Aunque, a decir verdad, estaba por romperla ahora mismo, por mucho que la necesitase, ya que eran muchos recuerdos que ahora me saltaban a la cara como el agua de la lluvia en el suelo al pasar un coche y tu estas en la acera, era muy desagradable. Me solté la gargantilla y la guardé en el bolsillo a tiempo de escuchar la voz de la estilista gritando, aun no lo bastante lejos como par que eaquel grupo no la escuchase.

-¡TAYLOR RUBÍ SWEETNIGTHMARE VENGA A QUE LA TERMINE DE ARREGLAR AHORA MISMO PARA QUE SALGA AL ESCENARIO!-Claro está que a respuesta d eeso solo se me ocurrió unir mi mirada y la de Sony, ambos alucinando, y salir corriendo cuanto mis tacones me permitian, todo iba mal hoy. ¿Que mas podía pasar?

Su rostro, su cara... todo me era familiar en ella, aunque seguía dudando de quien era, de que serie de pensamiento hacía en mi que pensase así, aunque ignoré esa parte y solo me centré, ahora, en el concierto que tenía que dar. Era benéfico, es decir, ayudaba a los necesitados de distritos medios, las familias que lo necesitaban, y estarían llamando seguro que cuando yo estuviese tocando o bandas, como las que sonaban ahora, hacían que llamase la gente. Ya se escuchaba la música de la siguiente banda, una de las últimas de pop, muy conocidos en el Capitolio. A pesar de que me estaba poniendo nervioso, con ganas de llorar y de fumarme dos cigarros, contuve mis ganas y solo permanecí de pie delante de aquella seca chica de cabellos rubios y cuerpo modelo, el cual no se le podía envidiar.. y dejar de mirar. Su cuerpo era como caer en tentación con los dioses, pues sus caderas eran como dos dulces curvas que se convinaban con sus piernas largas y pegadas a su traje.
Agité mi mirada, posándola a sus ojos negros como las cuencas de una calavera. "Mucho maquillaje lleva, ¿no?", pensé, pero lo dejé en el momento en que ella se mostraba seca, hablándome, como si no quisiese nada. Gente así es la que odiaba. Gente que te portabas bien con ella y esta o pasaba de ti o te mandaba a la mierda... y, con sinceridad, con esa gente era con la que peor me llevaba, pero no borré mi sonrisa ni dejé de ser orgulloso, porque solo le respondí con algo de rabia.

- Bueno, pues lo mismo digo. -Dije en un tono algo despreciativo, girándome para darle la espalda y volver a tirarme a mi sofá, aunque sabía que Penny no me dejaría y me obligaría a ir con ella a maquillaje para salir al escenario.

Un nombre me detuvo, un nombre que pensé que nunca escucharía. El nombre completo de mi anterior corazón, de aquel que latía con fuerza cuando era un crío de dieciocho años y solo se rompió por la traicción y el mal sabor de boca de un "adiós, no volveremos a vernos" de parte de la boca de una chica odiosa que controlaba desde las sombras a esa chica con ese nombre innombrable.
No dudé en darme la media vuelta y ver como nuestras miradas chocaban. ¡AHORA SABÍA EL PORQUE ME SONABA TANTO! Esos ojos azules claros, intensos, eran de mis recuerdos, de mi felicidad... de esas noches íntimas. Sí, sabía de esos ojos, pero no me esperaba que fueran de esa traidora, de esa mujer que sin ton ni son me dejó por otra persona, sin decirmelo ni tan siquiera a la cara, haciendo que cayese en la amargura y pesadez. Tanta tristeza tenía de joven que me cortaba las venas cada vez que me acordaba de ellas, teniendo aun secuelas de eso... pero ahora mi pasado había sido dejado atrás y estaba dispuesto a seguir la pista de todo, sea en el lugar que fuese.

- ¡TAYLOR, ESPERA! -Grité con fiereza, con algo de rabia también.. pero más bien con voz mandataria, como ordenando que se quedase.

No dudé en salir corriendo detrás de ella y por mucho que esta huyese de mi y me mirase con miedo, al final la acabé pillando en las escaleras que bajaban hacía donde se colcoaban los fans de pie, viendo el espectáculo, por detrás del escenario, esquivando a los demás famosos que estaban en ese terreno con sus caravanas y demás.
La agarré del brazo derecho y, con algo de fuerza, la giré hacía a mi, apartándonos hacía la derecha de las escaleras para no estorbar. Yo era cosciente de que nos rodeaba bastante gente, incluso fans y persoas de la prensa... pero en ese momento solo me centraba en ella y en saber el porque de todo... el porque de ese vacío en mi pasado.

- No huyas de la verdad. Tarde o temprano nos teníamos que encontrar, ¿no? Nuestros distritos están pegados y no tardaríamos en vernos. -Dije con un tono enfadado, sin quitar contacto visual. "Ha crecido, joder..", pensé, pues tenía que enfocar mi vista un poco hacía arriba por su altura. Aun así, no me callé y seguí diciendo en ese tono enfadado pero tranquilo.- No sabía que ahora te habías hecho famosa. Como no das a concoer tu vida mucho, que yo sepas casi nadie sabe de ti. En fin... -Suspiré, cambiando de tema, soltando su brazo. Confiaba que no se iba a mover, pues ahora solo estaba cabizbaja.- Quiero hablar contigo y sabes de lo que es, ¿no? Que yo sepa lo tienes que saber, no eres tan retarde.

Salí corriendo por aquellos callejones creados entre cantantes, managers y paredes. Parecía un laberinto. Allá por donde miraba, él me perseguía. Mi altura me otorgaba la velocidad que compensaba que mis tacones no estuviesen echos para correr. Mi gargantilla calló al suelo, pero solo me dedicaba a correr y hhuir de lo que era, sin duda, inebitable. Él siempre conseguía lo que quería, y si era habalr conmigo o decirme cualquier cosa, en ese momento, me di cuenta de que si, lo había conseguido, al dejarme contra la pared.

Sus palabras eran afiladas como cuchillas para mi, que tan solo le miraba respirando con fuerza para no mandarlo a la mierda en cualquier segundo. Llegado un momento, con su pregunta, solo me digné a sonreír irónica y, dandome igual los foógrafos quienes nos fotografiaban y apra sorpresa de el y muchos, cambié las tornas y fui yo quien le puso contra la pared, mirandole a los ojos, como un león a su presa.

-No, no soy estúpida, se de lo que quieres hablar. Aunque a veces pienso que lo fui mucho, por confiar en ti, un hombre como todos los demas. Te quieren, te follan como les da la gana y si ven a alguienq eu le guste más es como si no hubieses nacido...me das asco, tu y todos los que se asemejen. Por eso ahora descargo así mi ira, la que acumulo al pensar que me dejaste por una guarra que, como no, solo queria un poco de ti. Pero bueno, gracias a eso no he seguido engañada en ese falso amor ¿no? ¿O fue alguna vez amor lo que tu sentiste por mi?

Casi jadeé, pero me había desahogado por completo y con él. Pero era Judas, menirosa y con sus besos traidores. Donde decía estar cabreada eran solo los celos los que hablaban por mi. Aun seguía amándole, mis labios se acercaban a él sin quererlo milímetro a milímetro, hasta estar rozándolos lentamente sin llegar a un beso. Pero una lágrima, una mezcla de ira y tristeza en bruto, salió de mis ojos y solo me alejé como si se tratase de una abeja, con rapidez. Solo me giré y dejé de verle, tapándome con mi propio cabello casi revuelto.

-Anda, poco me queda ya que aparte vengas tu a joderme más el día. VUelve con la puta de Susanne si aun sigue con tigo y déjame tranquila ¿Vale? Ojala no nos hubiésemos vuelto a ver.

Quizá siempre era demasiado directa, pero nunca lo había sido tanto. No, esta era la primera vez que me dejaba sin palabras, mudo, con mis ojos empapados y llorando, con tantas ganas de pegarle o a ella o a algo que puede romper. Tenía tanta rabia por dentro, tanto desdén, tanto caos y desordén, que ni me podía sujetar en pie... pero seguí recto, mirándola con mis ojos café detrás de esas grandes lentes trasparentes, con gafa pasta negras. Sí, un aspecto bastante "pijo", rozando lo "hipster", pero era mi estilo y a mi me gustaba... pero a ella, al parecer, no es que le pareciese de mucho agrado, aunque para mi ahora no era mi importante que fuese de su agrado o no mi forma de vestir. No, eso no era lo más importante. Lo más importante, como antes dije, era sacar la verdad... y ella ya había sacado tanta mierda que yo solo la solté con lentitud, siempre callado, resistiendo mis ganas de armar un numerito como ella la armó, haciendo que la gente nos mirase y fuesemos el centro de atención. No. Yo me mantení firme, aunque ganas tenía de explicarle muchas cosas a la cara, cruzándole con toda mi rabia cada facción de su rostro de porcelana... pero no dije nada, solo sonreí y, con un suspiro, le comenté una frase antes de marcharme, porque no quería ser inestable y mi corazón ya no podía más.

- Pues no es como todo parece, señorita. Infórmate primero de los que UNO SUFRE Y DE LA PUTA VIDA DE LOS DEMÁS antes de ir diciendo lo que SE SUPONE que una supuesta amiga tuya te dijo. -Le decía a la cara, mirándole penetrantemente y dándole leves golpecitos con mi dedo a su pecho. Esos labios, esos ojos... no había cambiado nada, pero intenté no caer en su juego y darme media vuelta para intentar irme de ese campo magnético que nunca dejó de funcionar entre ella y yo.- Cuando estés mejor informada, Taylor Rubí Sweetnightmare -Dije en tono de desprecio.-, me llamas al móvil de siempre. Y si no lo sabes, ve a la casa de mis padres, que seguro que sabes donde esta.

Fui cobarde, salí corriendo, porque mis fans me esperaban en poco tiempo... y porque el rostro lloroso de Taylor se podía comtenplar a lo lejos, mientras subía las escaleras para el escenario, como se quedaba detenida, sin hacer nada, rodeada de demás famosos, poniéndome a mi como el malo de seguro. "Paso de todo, pero... la amo, joder", pensaba mientras salía corriendo para el baño que había al lado de mi camerino, tapándome mi rostro y cogiendo mis gafas... porque mis lágrimas ya amenazaban con salir.