Black Paradise [Joseph]

Tras permanecer en el edificio de justicia un rato, llegó el momento en el que Miles y yo tendríamos que abordar el vagón del tren que nos llevaría al Capitolio. Aún sentía mis ojos hinchados cuando me despedí del distrito por última vez antes de subir con mi compañero y con quien sería nuestro mentor: Kramer, un hombre que se veía joven pese a su edad y que tenía un extraño don de hacerme reír con sus chistes –que admito, no eran del todo buenos- pese a las desfavorables circunstancias. Miles pensaba que era absurdo lo que nuestro mentor decía, pues no parecía una persona del todo seria en la que pudiéramos contar.

Nos habló un poco sobre el Capitolio y los juegos mientras íbamos de camino al distrito 7,  también sobre los estilistas e incluso algunas cosas del tren en el que estábamos. Admito que jamás en la vida había visto tanta comida junta… y sé que quedé mal al haber probado de todo un poco pero esta era la única (y probablemente la última) vez en que comería manjares de este tipo.  En el instante en que comenzó la transmisión de las cosechas del distrito 7, me retiré a mi habitación. No me apetecía ver que es lo que ocurriría, y sobre todo no quería pensar en que Gianna abordaría el mismo tren que yo…

Bastó apenas que me echara sobre el colchón para quedarme dormida, ¿tan cansada estaba?. No sé durante cuanto tiempo estuve bajo los efectos de un sueño nada grato donde Miriam nuevamente se aparecía, pero al despertar intenté olvidarme de todo eso, lo último que deseaba era echarme a llorar de nuevo. Recordé que Kramer dijo que en nuestras habitaciones encontraríamos un armario, y de ahí aproveché para cambiar el vestido que mi madre me dio por unos pantalones negros y una blusa azul de tirantes. Deshice mi peinado de la cosecha y por esta vez decidí trenzar mi cabello por completo.

Al salir de mi habitación, vi una escena inédita ante mis ojos. Miles parecía sumamente interesando en lo que Kramer le decía… conceptos extraños en algunos casos que yo no llegué a comprender.  Estructuras musculares, patrones y señalaba en Miles donde se ubicaba la cosa de la que hablaba. Creo que la gente no mentía al decir que Kramer sabía bastante sobre medicina.

Salí sin dar aviso, no quería interrumpirles, y sin más me dirigí hacia el vagón terraza que me mencionaron con anterioridad. Respiré lo más profundo que me fue posible antes de sacar el aire lentamente por mi boca. Desearía volver a casa… me daba miedo estar aquí. Tomé asiento en una de las bancas y subí mis piernas en ella. Hice lo mismo que en el edificio de justicia, las abracé y oculté mi rostro en ellas. El aire fresco de cierto modo me venía bien en este instante…

Escuché unas pisadas no muy lejos de donde me encontraba. Sólo me pasó un nombre en la mente en ese breve lapso de tiempo – Miriam…  ¿quieres decirme algo? ¿quieres que pronto esté contigo? Debes de sentirte sola… –  jamás me había puesto a pensar en eso, pero el estar cerca de la muerte me traía esos pensamientos. El verle en la cosecha, el sentirla conmigo en el edificio de justicia y el volver a soñar con su figura no podían ser una casualidad... desde su muerte no la había tenido tan presente varias veces en el mismo día.

– Perdóname, Gia... – dije en un susurro, intentando inútilmente ocultar un sollozo. Por ella debería de plantearme el volver a casa. Ella, papá y mamá deberían de ser mi fortaleza pero soy realista al aceptar que mis oportunidades eran escasas.

Ni siquiera lo note, me refiero al como llegue adentro del vagón del tren, lo único que se es que sentí un par de manos frías atrás de mi espalda, empujaban contra mi y me adentraban a un auto que nos llevaría a la estación luego todo se apago.

El vagón era bastante espacioso y ¡GUAU! ¿Que era todo eso? No podía creer lo que veía ¿Todo eso era comida? Por un momento olvide que estaba en camino a mi perdición pero al siguiente volví en si y toda esa comida ya no importaba mas aunque debería de acercarme y comer todo lo posible despues de todo esta seria la ultima vez que vería aquel festín, voltee a ver a Audrey que se encontraba al lado mio esta por dirigirle palabra preguntarle ¿Si estaba bien? o si acaso ¿Había algo que yo pudiera hacer para dejar de verle tan triste? pero supongo que no me vería como buena opción ya que mi rostro denota nerviosismo y miedo, sobresalte al ver como entraba quien seria nuestro mentor *Lincon O. Vender, es un supervivencia todos en El capitolio lo aman y seguro que eso les ayudara para los patrocinadores* Esas fueron las palabras de la mujer que marco mi destino y el de Audrey en el escenario de la cosecha, solté un suspiro mientras el se acercaba a nosotros, tomo una manzana y nos vio por un buen rato no parecía estar feliz ¿Quien podria? Aunque no lo entiendo el se ofreció dos veces para ir a los juegos, esto debería ser algo que le gusta ¿No? Poso sus manos en nuestros hombros mientras nos miraba no con pena sino con algo mas, tenia un brillo en sus ojos *Quiere que al menos uno de los dos gane...* Los dos no podíamos ser porque es imposible pero parece retarnos o al menos ese es el sentido que le doy yo. Empezarian a transmitir las cosechas del 08, no estaba de humor para eso solo me levante y me retire.

-Lo siento...- Mencione y solo me fui, espero no crean que soy un cobarde o algo por el estilo es solo que no quiero ver quienes estarán conmigo en aquella masacre, tal vez alguno me agrade a simple vista y de mala suerte tenga que ser yo quien...*¡No!* No puedo hacerlo pero ¿Y si lo hago? Tengo que vivir...

Di vueltas por el tren hasta que encontré una compuerta que daba entrada a otro pasillo y luego a unas escaleras, subí muerto por los nervios y atraído por la curiosidad ¿Que era esto? Era una especie de terraza, el tren iba a una velocidad enorme y dentro de poco pararíamos para encontrarnos en el 08 y abordar a los siguientes tributos. Di unos cuantos pasos, no me había dado cuenta que aun estaba con mi ropa de cosecha y con el perfume de mi madre, la extraño mucho, me hice el cabello hacia atrás con desesperación de repente escuche un murmullo, voltee la cabeza y mire una manta rubia, era una chica y no cualquiera...

-¿Zoe...?- Puedo tener mala memoria pero desde la ultima vez que la vi me prometí que no quería olvidar ni tampoco ser olvidado, no pude aguantar su respuesta tan solo me acerque a ella y la abrace *¿Porque tu?* No la mataría, mas bien no podria...Era la hermana de una de mis mejores amigas jamas podria hacerle daño pero...¿Que digo? No puedo matar a nadie, seria como renunciar a algo que soy pero siento que llegara el momento en que lo haga solo espero este lo suficiente cuerdo para no apuntar el arma contra la persona que tenia enfrente, en este momento solo quería protegerla no porque piense que sea frágil es solo una promesa *Prefiero que me torturen a mi que a ustedes.* Las leales palabras de Reim.

Tal vez debería de serenarme, de comportarme porque ahora he entrado en la competencia y no quiero que la gente me vea de este modo si es que pretendo al menos vivir un día más. Tengo que sonreír, la situación es lamentable más no puedo pensar en ello todo el tiempo. Si Gia estuviese aquí me regañaría seguramente y sé que Miriam estará esperando por mi del otro lado. Sonreí un poco ante su recuerdo, haré las cosas de manera digna hasta el último momento de mi vida.

Todavía no regresaré a mi vagón, ya que seguramente Miles y Kramer seguirán conversando y yo no tengo gran cosa que hacer por ahí. Consideraré ir al vagón lujoso, ese donde dijo el mentor que tendríamos a nuestra disposición hasta platillos que creíamos que eran un mito, para llenarme la barriga hasta reventar. Me siento como en uno de esos cuentos que dicen a los niños, donde dos hermanos (o algo así) llegaron a una casita hecha con dulces y comieron de ella todo lo que quisieron hasta engordar. Prácticamente podía comparar mi situación con el final del cuento: me estaban preparando para la muerte.

La posición en la que estaba sentada comenzó a incomodarme un poco, pero en el momento en que iba a estirar las piernas sentí como alguien me abrazaba. Me asusté pues fue algo sorpresa, (y admito que durante un segundo se me pasó por la mente la idea de que alguien me atacaría) más cuando me aparté un poco pude ver de quien se trataba. Seguí estando sorprendida – No… tú… tú no puedes estar aquí – ¿estará mal pensar que mientras le abrazo de regreso me alivio de ver a alguien conocido aquí? Él y yo pronto nos veremos en la arena, pero… pero yo no quiero matar a nadie.

– Joe.. – susurré su nombre. Quiero ser fuerte, pero el hecho de que él esté aquí me cambia las cosas. Me conoce, pero seguramente él también tendrá sus propios problemas como para escuchar los míos. Ninguno se esperaba esto – ¿Cómo has estado? Hace días que no te veo –dije, con un ligero tono bromista. Tal vez charlar ayude a que olvidemos durante unos minutos el lugar en donde estamos.

Sé que Gia en mi lugar haría las mismas cosas en las que estoy pensando, y también quiero hacerlo porque en su momento no pude proteger a Miriam (que de haber tenido la edad, juro que me habría ofrecido a voluntario para ir en su lugar) pero yo iba a cuidar de Joe hasta donde me fuera posible en estos juegos aunque me costara la vida misma.

¿No podía? Seguramente por momento llego a creer que la suerte estaba siempre a mi favor, desde la ultima vez le he extrañado he incluso pase mas tiempo con su hermana pero para ser sincero este era el peor lugar en el cual me hubiera imaginado verla...

-Si puedo...- Dije con un tono seguro mientras me apartaba de ella y esperaba no haber derramado alguna que otra lagrima, papa siempre me golpeaba de niño cuando me veía llorar por un que otro golpe que me había dado.

Por un momento me sentí seguro, es sorprendente como tan solo la esencia de una persona te hace recordar a casa, te remonta a momentos en los que fuiste feliz aunque estés en un lugar tan oscuro como este, me gustaria decirle esto pero creo que seria tomado a mal porque no le dices a alguien que te sientes feliz al verlo en la oscuridad contigo. No dije nada cuando dijo mi nombre, entendía que este momento era difícil para ambos pero de repente solo sonreí por su siguiente comentario.

-Hehe, pues bien...- Sonreí como un idiota pero me alegraba escuchar su voz, no se rendiría y yo tampoco quería hacerlo.

-Aunque para serte sincero he estado en mejores días...- Sonreí, era bizarro bromear en una situación como esta pero no me importaba necesitaba olvidar ademas de que no podía ir de alma en pena por todos lados y menos con ella enfrente. A de ser de familia esa personalidad brillante que te hace olvidarte de todo, su hermana es experta en levantar ánimos pero creo que Zoe tiene algo mas y me alegro de estar con ella aquí aunque de igual modo lo odio, quiero que comparta esa luz con el mundo y desearía que ganase porque quizás ella haga un cambio, tal vez no en toda nuestra realidad pero se que sera un cambio importante que hará que otros tengan fe.

Por un momento olvide que la tenia en brazos me avergoncé un poco y solo le sonreí, no me aleje solo sonreí y la mire.

-Estarás bien.- Prometí aunque sabia que no podía hacer eso pero no importaba yo solo quería hacerla sentir bien y si en mis manos estaba salvarla yo no dudaría un segundo.

En ocasiones he escuchando que la vida simplemente no favorece a todo tipo de personas, por eso la gente te dice “La vida es una mierda, una perra, una maldita, etc” . Me consideré afortunada en el sentido de que llevaba una vida , en lo que cabe, buena pese a las circunstancias por las que tuvimos que pasar pero ahora me han cambiado el panorama al que estaba acostumbrada.

– No lo tomes a mal pero… no me hubiera gustado que nuestro siguiente encuentro fuera de esta manera – luego de visitar mi hogar natal, pensé que sería lindo ir de visita más seguido. Incluso pensé en decirle a mi jefe que trabajaría más horas con tal de poder tomarme aunque fuera un día libre cada dos semanas para ver a todos. Claramente el plan se me había arruinado.

Sonreí ante su respuesta. No sé si él habrá llorado, pero en estos momentos lo último que necesitamos es recordar los momentos de cosecha en los que esa mujer colorida sacó nuestras papeletas de la urna – Oh, entiendo eso. También he tenido mejores días que éste pero el haber visto tanta comida junta ha sido bueno, además de que estamos dando vueltas por todo Panem y gratis – vale, creo que no hago un muy buen trabajo en no pensar en este día – ¿Sabes en que distrito estamos? – me había quedado dormida en el vagón que por eso estaba desubicada. Ni siquiera he visto la repetición de las cosechas… seguramente mi cara se verá patética.

Me siento más tranquila, no sólo por el lugar en el que estoy sino por la compañía que tengo. Sigo creyendo que está mal pensar en que me alegra verle, ahora que estamos a cosa de nada de ir a la arena pero necesitaba que alguien me hiciera sentir mejor con su presencia.

– No, TÚ estarás bien… – vamos a encontrarnos cara a cara con chicos que desean lo mismo que nosotros dos: volver a casa. Acabo de prometerme a mi misma que haré lo posible para cuidar de él. De mi no me preocupo tanto, mamá tiene a Lukas y papá a Gia para cuidarse entre ellos…

Ahora que lo pienso, no sabía quien era el tributo femenino del 7. En un instante, mi cara cambió por completo a una auténtica expresión de pánico. ¿Y si…? – Joe, ¿quién… quién es tu compañera de distrito? – por favor… que no sea Gia. De tener un deseo, quisiera que ella se mantuviera a salvo. Que viva bien, que se casara, que hiciera cuanta cosa yo no podré hacer… ella siempre ha sido más fuerte que yo y sé que saldrá adelante. De momento, no tengo de otra más que rogar internamente que de los labios de Joe no salga el nombre de mi hermana.

Creo que en eso estoy de acuerdo, pensé que nos veríamos en otra situación tan divertida como en la que nos encontramos la ultima vez sin embargo las cosas nunca son lo que parecen y la vida siempre dará el vuelco que tu nunca imaginaras.

-No eres la única pero ¿Ahora que se puede hacer?- Levante los hombros y solo le vi de manera triste supongo. De repente al recordar aquel día que nos encontramos me pregunto ¿Como estarán Reim, Hazel,Gia y mi madre...? Supongo que no haré tanta falta, nunca fui una persona irreemplazable y no importa ya que se bien que existen personas que están destinadas algo importante mientas esta la gente como yo, destina a vivir una vida muy extraña o trabajas como burro toda tu vida o te eligen para los juegos, es gracioso supongo que mi vecino dormirá feliz esta noche ya que de todos modos yo no era de su total agrado por mi muchas travesuras, no debí quemar ese bote pero ¿Que iba a saber yo que todo eso le iba a servir?

Su rostro estaba muy hinchado seguro por las lagrimas que aun podía ver en sus mejillas, habían restos de ellas y no me acostumbraba, incluso de niño cuando las veía llorar me sentía muy mal como si fuese mi culpa, siendo sincero odio ver gente llorar.

-Muy cierto, no siempre hay que ver el lado negativo de las cosas.- Eso hubiera querido que se quedara en mi mente pero como siempre hablo y luego pienso.

-¿Tu tambien viste esa montaña de cosas? Creo que no podre dormir con tanta cosa que planeo meterme.- Suficiente tengo con sentirme mal afortunado por salir en los juegos como para terminar una conversación así de sopetón. Levante una ceja con una interrogante ya que no recordaba muy bien en que parte del camino íbamos.

-Estamos llegando al 08- Acababa de abordar de este tren y me sentía con enormes ganas de salir tirarme por la ventana, creo que si pudiese lo haría. No quiero matar a nadie y tampoco deseo que alguien pierda una parte de su humanidad al acabar conmigo. Me pregunto que pensara Lincon, al verme ir de ahí seguro sabe bien que no soy muy fuerte.

Sonreí, me sentía seguro con ella pero no era tiempo de que fuese yo quien se sintiera bien, estire una mano a su rostro y se que una lagrima que aun no se había secado por completo en su mejilla, no quería pelear con ella de quien seria quien el que estaría bien desde este punto en adelante.

-No es ella...-Susurre y baje mi mano a su hombro para darle apoyo, eso hubiera sido una lata si Giana hubiera salido como escogida pero se bien que su padre le prohibió pedir teselas y nosotros tambien contribuimos con eso, nadie quería que ninguno de nosotros fuera elegido.

Al menos hasta donde recuerdo, el día de hoy he pasado desde la etapa de la negación, al miedo, el temor, la tristeza, el alivio y ahora… la resignación. Por más que piense en que no quiero estar aquí eso no cambia la situación de que sigo en un tren rumbo al Capitolio  —¿Qué se puede hacer? — repetí su pregunta, sonriendo ligeramente. Con ambas manos tomé sus mejillas y las jalé durante unos instantes — La vez pasada me dijiste que de niña era molesta… y en lo que queda de viaje te aseguro que seré todavía peor — tal vez no eran los típicos tirones de cabello de Gia, pero quiero creer que estoy a tiempo de hacer algo por Joe. Tras unos segundos, volví a soltarlo.

— ¡Por supuesto! ¡Son montones de comida! Hasta hay muchas cosas que jamás había visto en la vida… me dijeron que en el vagón comedor nos pueden preparar lo que queramos. Deberíamos de ir — comenté, ligeramente emocionada con la idea — Comí mucho en el vagón, pero siento que todavía tengo espacio para más — aunque todavía sigo pensando que de seguro me vi mal ante los ojos de mi compañero y del mentor. Inclusive sin notarlo, dejé el plato completamente limpio — Ah, disculpa. Creo que otra vez comencé a decir cosas sin sentido — reí de manera ligeramente nerviosa.

— Nunca he estado en ese distrito, ¿es el de las telas? — si conoces sobre la situación de otros lugares es más que nada por la escuela y las giras de la victoria que se hacen en honor a los ganadores de los juegos del hambre.  Hace años que nadie gana en el distrito 6 o 7, así que no he sido del todo partícipe en los festines y fiestas que se hacen en el distrito de donde procede el ganador.

— Oh… gracias — susurré, de nuevo me siento avergonzada porque ha notado que en algún momento me he puesto a llorar. Me regañé a mi misma por haber olvidado lavarme la cara antes de salir de mi habitación para ir hacia otros lados. Esto va a tumbar pronto mi idea de no verme tan débil a ojos de terceros.

Sentí que había una carga menos en mi cuerpo cuando me dijo que no era ella.  Me sentía aliviada, incluso feliz de tener una buena noticia en estas circunstancias. Junté ambas manos y las llevé a mi pecho. Cerré los ojos — Gracias… gracias… —nuevamente comencé a llorar, pero esta vez era de felicidad. Mi hermana estaba a salvo, y confío en que así será durante el siguiente año… ella le dirá adiós a las cosechas, seguirá adelante.  — Cuídate Gia… vas a estar bien — susurré. Ni ella ni yo hemos pedido teselas, no desde que Miriam falleció, pero me alegra saber que la suerte sí está de su parte.

Para tratar de dejar ese tema atrás, tuve que sacarme un comentario absurdo de la manga. No quiero pensar que a estas alturas Gianna ya sabrá que he sido elegida como tributo — Cuando escuché lo del vagón terraza creí que era una broma. Al menos en el distrito 6 no había visto algo similar a esto — muchos lujos dignos del lugar que sería nuestro destino final.

Me sentía como un tonto al sonreír como un completo idiota ¿Que hacia que me diera tanta gracia? Ni siquiera yo lo entendía pero al menos no habitaba en mi ese sentimiento de horror que tenia hace minutos abajo, me agrada esta sensación solo quisiera que no fuera ella quien la provocara digo, ojala ella no estuviera aquí *Giana...* Mi mente viaja a los bosques cuando jugábamos los tres juntos, eramos tan felices ¿Es así? ¿No? Cuando eres un niño no sabes nada te centras en el dulce mundo de ser niño pero no se puede ser así para siempre.

-hehehe no hagas eso...- Tan solo respondí y moví mi cabeza a los lados, me recordaba a Hazel, ella hacia lo mismo conmigo pero el caso de ella es distinto ya que lo hacia esta que jodía mi psicología. Y hablando de joder no pensé que ella fuera tan rápida, mis mejillas sentían estirarse hasta no mas, me queje pero eso seguro no le importo.

-¿Que hice? No se que tiene el karma contra mi.- Parecía que hablaba conmigo mismo pero esta vez si lo dije en voz alta apropósito, lo se mis chistes no tienen sentido llegan a ser tan malos que me atormentan en las noches.

-¿Ha un vagón comedor? Guauu, bueno ¿Que esperamos? No se tu pero se me antoja es acosa blanca con esa otra cosa roja y verde, no se que sean pero seguro algo rico tendrán.- Me fije en ella cuando menciono que aun le queda espacio *Ilusa...* No sabia que era tener un estomago de hierro, las chicas no saben de eso, si quiera de un concurso de comida se trataran los juegos del hambre. .

-Generalmente soy yo quien tiene esos comentarios haha...- No quise decir que decía cosas sin sentido pero creo que se entendió así ¿no?

-Sep, es muy hermoso la verdad puedes ver variedad de cosas...Las personas colectan y procesan el algodón aquí.- Aun recuerdo que en el vasallaje me tope con una chica proveniente de este distrito. Al menos no me hizo aun lado como su hermana aquella vez que hice lo mismo, no creí que le habría dolido tanto el caerse cuesta abajo por unos dos minutos aunque ahora que lo pienso bien eso si debió doler, negué con la cabeza para que le restase importancia.

Se me hizo un nudo en la garganta, ese sentimiento lo entendía bien y sabia que si hubiera estado en mi poder hacer algo por Liesel sin duda lo hubiera echo, tal vez si lo estaba y no lo hice ¿Que debo hacer ahora? Enmendar mi error *Tal vez no te salve Zoe pero si esta en mi poder daré mi vida por ti.* Quería consolarle pero lo mejor seria dejarla ser, dejar que ese sentimiento se expandiera y luego dejara ir.

Rápidamente puse mi atención en ella al escucharle hablar, supongo ninguno de los dos quiere hacer sentir mas miserable al otro.

-¿Esto es una terraza? hahahaah...- Eso si que era una locura pero ¿Que decir? Fue inventado por el capitolio.

El ver su reacción ante mi pequeña travesura del momento generó en mi una mezcla entre la gracia y la ternura. Es divertido pero también nostálgico, pensé un poco en los días en que solíamos ir al colegio o cuando aprovechábamos nuestras tardes jugando cualquier cosa cerca de los bosques. Hasta viene a mi la imagen de Miriam, que iba a buscarnos a Gianna y a mi cuando se hacía demasiado tarde como para estar fuera de casa. — Vamos Joe, no me digas que no puedes soportar un pequeño tirón de mejillas, ¿o prefieres que te jale el cabello como lo hace Gia? — lo molesté un poco un poco más — Y no es ‘karma’, es Zoe Drabatti quien está aquí para cobrar cada una de las travesuras que le has hecho mientras vivía en el distrito 7. Todavía no olvido cuando entre Gia y tú me tiraron pegamento, brillantina y papelitos en el cabello… — lo miré de manera acusadora durante unos segundos antes de comenzar a reír. De niños éramos demasiado inquietos, supongo que también por eso ni a mi ni a mi gemela nos negaban las salidas al distrito para ir a jugar.

Ahora que lo veía, parecía que la ropa que llevaba puesta era de las cosechas. No sé que tendrá el armario de los chicos en sus habitaciones (ni siquiera me atrevería a pedirle permiso a Miles o a mi mentor para que me dejasen ver) pero esa calidad parecía ser de las mejores, y hasta se gritaba “Capitolio” por todos lados — ¿Irás a cambiarte antes? Cada habitación tiene un armario enorme… el ver tanta ropa me provoca ganas de probármela toda o de tirarla por este vagón — dudo que alguien siquiera llegue a percatarse de eso. Me van a matar en los juegos así que no creo que lo hagan antes de tiempo como castigo por una cosa mínima. Si soy sincera, no logro imaginarme la cosa blanca, con rojo y verde de la que él está hablando — ¡Cualquier cosa que deseemos la prepararán para nosotros! — comenté con alegría. Tal vez pida algo bañado en chocolate, o la carne de buena calidad que solo llegan a probar en los distritos altos. Aunque es lamentable el hecho de que exista tanta gente muriendo por tener cualquier cosa para comer y aquí se nos dé de todo, lo que sobre seguramente irá a parar a cualquier bote de basura…

Distrito 8… el gobierno nos tiene en la miseria, así que no veo mucho sentido que también se nos limite hacia que sitios podemos viajar. Una de las ventajas del 6, es que se tenía el punto por donde todos los trenes de diferentes parte de Panem transitaban, ahí veías a gente de todo tipo. Aún así, me hubiera gustado ver todo con mis propios ojos, visitar el distrito 11, o el 3 tal vez.

Sé que Joe con anterioridad me ha visto llorar, fuese por una caída, una herida pequeña, incluso en los tiempos que se vinieron después de la muerte de Miriam, pero ahora no quiero que me siga viendo así. No tengo motivos para preocuparme más que por la seguridad de la persona que está a mi lado. Joe varias veces cuido de mi hermana y de mi sin pedir nada a cambio. Pagaré este favor a costa de las circunstancias, y también siento que así Miriam podrá estar mucho más tranquila. Desde que estuve en el edificio de justicia hace no mucho no ha vuelto a aparecerse por aquí.

— La verdad lo dudo mucho, yo pensaba que una terraza era una cosa más… alta. Pero al parecer seguimos al mismo nivel que el resto de los vagones. En el Capitolio tienen ideas tan raras solo para gastar dinero por montones… — no entiendo a que viene tanto exceso. Con tener un mejor hogar, agua caliente y buena comida ya es más que suficiente para humillar al resto de los distritos

-Si lo pones así definitivamente no se que es peor.- Ambas hermanas tenían un extraño afán con jalarme o golpearme al menos de lo que llevo con Zoe nuevamente no se le a ocurrido que mi brazo es una perfecta bolsa para su estres, recuerdo que en clases Giana siempre se descargaba con mi brazo como si el tuviese la culpa de sus calificaciones.

-Eso es un poco injusto ya que Giana tambien estuvo ahí y a ella no le has echo pagar.- Hice un puchero por tal aclaración. Aunque debo decir que fue muy gracioso recordar aquel día, Giana era siempre una maestra en ese tipo de cosas. Quizás yo se meterme en problemas pero en cambio ella sabe causar líos y eso es mucho mas peligroso.

-Solo espero no le hagas nada a mi pelo, puedes hacerme lo que quieras.- Digamos que quedar calvo es algo que no quiero, con la mandíbula que tengo y calvo me vería como un enfermo o peor...

-¿En serio? No sabia eso, no he entrado en mi armario y la verdad no es una idea que me fascine...Aun así creo que es mejor que me vaya a cambiar pero mi estomago no me dejara en paz ahora que mencionaste todo ese bufe.- Lo que menos hice fue meterme a mi prisión, creo que lo olvide al ver a Lincon enfrente mía, es el maestro de los juegos o como lo llaman en el siete "El tributo de tributos..."

-No puedo esperar ya...- Desearía estar enfrente de toda esa comida y devorarla, no hay nada mejor que hacer despues de todo una vez lleguemos al Capitolio nos encerraran y harán que entrenemos y nos preparemos para la muerte, que estúpido y patético no quisiera terminar en manos de alguien pero sera lo que habrá...

Creo que no quería hablar mas de Gia y la entiendo pero eso no me quita de la cabeza el creer que esta siendo muy fuerte y un poco desconfiada, yo jamas me burlaría de sus sentimientos y menos en situación como esta. Tal vez este es el momento en que notas la linea que te separa de los demás aquella linea que tiene por nombre "Yo voy a sobrevivir" Y como sobreviviente no puedes dejar que otros miren tus debilidades, me siento mal, es como si un enorme vació invadiera mi corazón este momento *Estoy solo...* Es solo eso, soledad. Como fuese yo no abandonaría mi promesa es lo único que me queda en este momento, la única razon por la cual pelear, aferrarme a ella es mi manera de sobrevivir hasta mi prematuro final.

-Seh...-Respondí algo tarde por quedarme a pensar.

-Supongo que creyeron que se vería muy chulo todo esto para sus invitados pero obviamente no nos conocen.- Fije mi vista en ella mientras levantaba los hombros, mi lenguaje físico decía "No opción chica." NO me di cuenta que parte de mis brazos aun yacían en ella, las aleje rápidamente y un poco avergonzado me levante y mire por las ventanas.

Pretendí ofenderme cuando mencionó que no sabía quien era peor. Para mi la respuesta era clara: Gianna, por supuesto. Siempre ha sido mucho más vivaz que yo en diferentes sentidos, entre ellos el de armar grandes ideas y llevarlas a cabo lo más pronto posible — Hey, ¿a qué viene eso? Tú y yo sabemos la respuesta a esa cuestión — dije, estando bastante segura de mis palabras — ¿Crees que no le hice algo después de eso? — sonreí un poco de lado — Vale, sé que no soy tan mala como ella o como tú, pero a mi manera terminé cobrando lo que ella hizo … aunque a la vez me culpo, porque creo que desde ese día es que le surgió un miedo impresionante hacia las ratas — comenté como si nada y me encogí de hombros. Lo único que hice esa vez fue tomar una ratita que estaba por el patio y colocarla cerca de la cama mientras dormía… menos mal que Miriam no estuvo con nosotras ese día.

— Oye, ni siquiera sabemos si tengo alguna habilidad nata como estilista. Podría dejar tu cabello mucho mejor — bromeé un poco. No sé que clase de magia hagan esas personas, pero al parecer están bastante dedicados a su modo de vida.

— Tampoco sé como le habrán hecho para guardar tantas cosas en los vagones de los distritos… — he escuchado que también le apodan “el tren de la muerte”, porque se utiliza en ocasiones tan especiales como estas en las que se debe de recorrer todo Panem para ir por los tributos — En fin, nuestros planes por ahora seguirán siendo el ir a comer algo al vagón comedor. El resto puede esperar — hice un ligero ademán para restarle algo de importancia a la situación.

Miré a Joe, parecía estar sumido en sus propios pensamientos o recuerdos. No quería interrumpir con mi estruendosa voz y por ello mismo me quedé callada, observando rápidamente los zapatos que tenía puestos. No quiero que en este viaje me quiten una parte de quien soy ahora… la gente cambia, la arena los transforma pero yo no deseo ser así. Ojalá pudiera guardar este momento por siempre, el punto intermedio entre vida y muerte. Sonreí un poco y sin previo aviso volví a abrazar a mi amigo de la infancia — Sé que varias veces te he hecho pasar por cosas malas, aunque digas que no es así. Gracias por haber cuidado de Gianna y de mi, eres una persona increíble y me da gusto haberte conocido. Vas a estar bien… haré todo lo que esté en mis manos para cuidar de ti y no hay nada que cambie mi opinión. Es algo que he decidido y que quiero hacer pese a que nunca encontraré el modo de devolver todo lo que tú nos has dado… gracias Joe — le di un beso en la mejilla y me separé antes de que él refutara mis palabras con alguna otra cosa.

— Para nada, no tienen ni la más mínima idea en gustos — comenté, para retomar de nuevo otro tipo de tema. Estiré un poco las piernas, luego los brazos y al final me levanté del asiento donde estuve todo este tiempo. Respiré de manera profunda — Yaay, entonces ¡a comer! — exclamé y caminé en dirección a la salida de este lugar — ¿Vienes? Que si no llegas a tiempo me voy a acabar tu comida — dije, a manera de leve amenaza antes de reír.

Hemos pasado esta primera parte del enfermizo viaje, pero el camino sigue siendo largo y aunque no lo deseemos nuestro futuro es incierto… Miriam, ¿qué deberé de hacer de ahora en adelante? Supongo que ni siquiera tú tendrás esa respuesta.

No me queda de otra más que encomendarme tanto a la inexistente suerte como al mismísimo tiempo.

Era verdad y la respuesta era Gianna, ella y Hazel juntas eran la pesadilla de cualquiera nunca creí que congeniaran pero lo hicieron, según recuerdo que basaron su amistad en arruinarme la vida.

-No quiero imaginarme que hiciste.- Para ser sincero eso es lo menos en que quiero pensar, eso que ella era su hermana y yo que no soy nadie...Me hará trisas creo que veré si en el fabuloso armario tienen cascos para dormir con el en la noche aunque se que esta prohibido que otros distritos entren a distinto vagón bien se que a una Drabatti no se le detiene con nada.

-Hahahaha ¿Tu le causaste eso? hahaha, me alegro entonces porque nos ha dado mucha diversion a todos en el distrito 07, créeme.- Ratas sobran mas si vives tan cerca de un área verde y Gianna siempre a sido objetivo de burla cuando se encuentra una cerca.

-No le temo a nada así que suerte cobrandotelas.- Es verdad aunque ahora ya no me siento tan seguro una vez en los juegos encuentras a tus demonios.

-No, no, no quiero averiguarlo, hazme cualquier otra cosa pero no el cabello.- Ahora que sabe que tengo miedo por mi cabello seguro que se vengara por ese lado *¿Joe te gusta cavar tu tumba?* ¿Que haré en los juegos darle la espada asesina a quien le toque matarme? En realidad que debo pensar antes de hablar.

-Bien, mi estomago solo quiere que lo llene.- Tal vez no sea gordo pero tengo mi masa y como hombre necesito comer como loco, tambien es un poco de ansiedad pero me sumiré en la ansiedad solo espero eso no me haga vomitar hoy por la noche o cerca de Lincon.

¿Que fue? Digo...Ni siquiera note cuando ella volvió a alzar sus brazos hacia mi, no dije nada por supuesto porque nos había que decir y ademas no quería interrumpirla ¿En serio creía todo eso de mi? Yo no sabia a que tanto se refería yo solo estaba con ellas cuando eran niñas y ya, no hice nada mas *No, no...* ¿Como que hará lo posible por cuidar de mi?

-Z...- NO pude decir nada, ese calor en mi mejilla lo impidió ¿Rabia sido un beso? En verdad que ella y Gianna eran hermanas, no diré mas pero yo la cuidare, no se lo diré ya que sera un secreto que solo me pertenecerá a mi. Le sonreí luego de que se alejo, es mejor si piensa que he aceptado todo a las buenas.

-Si eso hacen con los trenes no quiero imaginar que harán con nosotros.- Eso lo pensé en voz alta la verdad era que aun estaba un poco confundido por su anterior comentario, debía ¿Hacer algo? La vi por un momento y deseaba sacarla de este tren, huir lejos y jamas volver.

-Creo que te veré luego, sera mejor que regrese y me cambie.- Espero y no lo tome a mal, en realidad quisiera estar con ella antes de llegar al capitolio pero debo quitarme esto, olvidar una parte muy importante de mi y continuar por ella.

-Te veré pronto ¿Ok? Tenemos que comer ese festín juntos.- Camine para la salida de donde vine, pase al lado suyo y la voltee a ver solo para dedicarle una sonrisa, quisiera decirle que estará bien pero no se que nos depara el Capitolio, me voltee y abrí la puerta.

-Nos vemos pronto...- Prometí, y salí por la puerta, nos esperan días horribles en nuestras celdas de lujo pero ya faltaría poco para encontramos con nuestro infierno ¿Como serán los juegos? Quizás deba armar algún plan para Zoe y para mi...Pero simplemente no es valido suponer, no se que se nos vendrá.