Nunca se es demasiado mayor, ¿no? (Joseph)

Primer día del festival
Hora: 11 AM

Después de aquel extraño encuentro con Mina, Danny se sentía algo descolocada. ¡Había visto a alguien de la realeza de Panem! ¿Habría más por la zona?
Curiosa como era, sentía deseos de perderse entre la multitud, de dejarse llevar por la misma, con el objetivo de poder conocer si más personas de la familia King se encontraban por aquellos lares, aunque solo fuera para saludar a los asistentes brevemente. Si la princesa estaba, quería decir que alguien más habría venido con ella, ¿no? O al menos eso pensaba.
No tardó en mezclarse con los ríos de personas que deambulaban por la zona, curioseando aquí y allá, tratando de ignorar los comentarios que la gente hacía sobre su atuendo. Ya estaba empezando a aburrirse de que la pararan y le preguntaran estupideces, pero claro, su ropa no era precisamente el último grito en camuflaje, no al menos para una fiesta.

Aunque sus botas eran geniales, las cosas como eran. Consiguió darle un buen pisotón a una chica de aspecto rechoncho que no tardó en hacer chistes sobre su uniforme de entrenamiento, consiguiendo así que la dejaran en paz aunque solo fuera por un momento. Le gustaba ir tranquila, observando todo lo que se topaba a su paso, sin tener que aguantar impertinencias de otras personas que perfectamente podrían meterse en sus asuntos.

Sus pasos la llevaron ante un puesto que vendía peluches. Danny nunca había tenido ninguno, más que nada porque sus padres cuando era niña le habían regalado juguetes que simulaban armas, para pasar cuando tuvo más edad a armas de verdad. En su dormitorio acumulaba cuchillos, espadas, flechas y arcos... pero ni una sola muñeca de su infancia, o algún osito de peluche. ¿Y si se llevaba alguno de esos muñecos? Quedaría ridícula caminando por todo el festival con un peluche en brazos, pero le daba igual; sería el recuerdo que se llevaría.
Observó los peluches disponibles con curiosidad. Habían los típicos que representaban ositos, perritos y demás animales, pero Danny los ignoró, no quería un animalito de tela; para eso tenía ya un perro de carne y hueso. Clavó sus ojos en un peluche algo "diferente", un peluche que representaba un dragón rojizo. Sonrió levemente, le gustaba; aunque había otros dos dragoncitos hechos en telas de otros tonos, como verde y amarillentos. Y no sabía por cual decidirse.
-¿Puedo ver ese más de cerca?-señaló al rojo. Podría parecer estúpida por querer ver peluches a su edad, pero le daba igual. Quería uno de esos dragones.

Vaya que estaba agotado el viaje me tenia completamente cansado pero aun así me maravillaba todo lo que podía ver aquí, todos estos preparativos son del capitolio es una pena que no pueda ver la verdadera esencia del distrito 06 esto quizás para sus habitantes es una deformación de su hogar, sentí un poco de pena pero continué caminando no me iba a quedar aquí deprimiendome por siempre. Acomode las mangas de mi camisa hasta los codos y luego me perdí entre tanta gente, tenia ganas de salir corriendo y volver a casa *Al menos en casa se donde estoy* Aunque últimamente no tenia muchas ansias de tomar un hacha y hacer todo tipo de trabajo que mi padre me pidiera, suspirando me fije en un puesto de juegos de dardos *NO, es mejor si voy.* Mi impulso pudo mas que mi cerebro así que desperdicie mi dinero en una tirada de dados, las cinco oportunidades fueron fallidas, el tipo encargado me dijo que no siempre era tan fácil tal vez solo trataba de hacerme sentir mejor.

-Gracias...- *Por llevarse mi dinero* Se me olvido agregar, mis pasos siguieron sin rumbo y el sol del día estaba bastante fuerte. No había lugar para mi en este vasallaje así que ¿Porque no mejor me iba de vuelta a casa? Miraba a los lados y luego mis ojos se fijaron en un oso de peluche *Saskia...* Ella tenia uno igual y estaba aun en su habitación sin tocar desde el día que murió, mis manos se hicieron puño y preferí fijarme en otra cosa o mas bien en alguien mas, era una chica, su vestimenta era diferente y tenia en sus manos un dragón de peluche sonreí y recordé como a Saskia le gustaba escuchar esa clase de cuentos, no pude quitar la mi mirada de la chica ya que seguía aun sumido en mis memorias, apostaba todo a que ella estaría aquí conmigo haciendo alguna mueca tonta o ideando alguna cosa loca que nos metiera en problemas. Tenia que alejarme ya o ella notaria que la observaba y luego quizás me metería en un lió pero la realidad era que no quería irme la calle de los recuerdos no era tan mala es mas era mejor que estar viendo la publicidad que le hacían a la familia real o ver como algunas personas te miraban como su entretencion o fenómeno.

El pequeño dragón de felpa fue depositado en las manos de Danny, la cual lo miró con cierta expresión divertida. El dragoncito podía ser de todo, pero no tenía un aspecto "fiero" como tal, de hecho a la chica le pareció que sonreía. Ahogó una risita y estudió el peluche, observando como sus colores armonizaban con los de su espartana vestimenta. El negro y el rojo siempre habían ido bien juntos, y ahora lo comprobaba cuando pudo ver como la felpa rojiza destacaba contra el negro de su uniforme de entrenamiento. Apretó la tripita del dragón y no pudo evitar esbozar una mueca cuando escuchó como el peluche emitía una especie de pitido, como si tuviera una especie de silbato dentro o similar que al presionarlo produjera el sonido.

Sostuvo el peluche en brazos, pero sin dejar de mirar a los otros dos, al dragón verde y al amarillo. ¿Podría llevarse los tres peluches o solo le alcanzaría el dinero para uno? Venía de una familia con un buen nivel económico, pero claro, tampoco había venido al festival con los bolsillos llenos de monedas; era una soberana tontería, aunque ahora se arrepentía. Quería a los tres dragoncitos de peluche, le daba la impresión de que uno solo se iba a ver un poco "triste" (en sentido figurado, obviamente) sobre su cama, rodeado de las armas que Danny había acabado colgando de las paredes de su dormitorio. El peluche sería el recuerdo creado a destiempo de una infancia imaginada... y prefería que, de ser eso, fueran más de uno.

Se puso el peluche sobre un hombro, tratando de que guardara el equilibrio, mientras se planteaba pedir que le enseñaran los otros o quedarse solo con ese, cuando por el rabillo del ojo vio que un chico la estaba mirando. Danny alzó levemente las cejas, sorprendida y curiosa al mismo tiempo.
-¿Me queda bien?-bromeó, señalando al dragón de peluche.

*No seas cobarde Joe.* Siempre la había envidiado no solo por ser la mayor sino tambien porque ella parecía tan libre y nunca lograre entender ese "algo" que la hacia diferente.

*-¿Me queda bien?-* Ese comentario me hizo volver de la calle de los recuerdos a la vida real que para ser sincero no se veía tan real, el distrito 06 no parecía ser el que había visto anteriormente. Sacudí mi cabeza y voltee mi vista a otro lado tratando de fingir que nunca me le quede viendo pero eso solo me hubiera echo ver mas idiota, suspire y enfrente sus ojos no parecía ser de distritos bajos y eso...no me gustaba nada.

-Muy bien para ser sincero el...Peluche se ve muy real.- Creo que ese comentario solo me hizo quedar mas como un idiota y lo único que se me ocurrió fue sonreír al terminar de hablar. Esto se tornaba incomodo para mi, así que metí mis manos entre mis bolsas y me acerque un poco a ver los peluches *No lo creo...* Pensé, eso si que no era lo mio desde hace como 15 años que no juego con peluches.

-Son muy extraños...- De todos los peluches el mas normal era el oso que había visto antes, era café y de ojos oscuros pero estaba escondido entre conejos con colores despampanantes y ojos tremenda-mente abiertos.

Mientras esperaba la respuesta por parte de aquel chico, Dannny intentaba mantener en equilibrio al dragón sobre su hombro, como mejor podía. El peluche parecía estable, y ella estaba habituada a mantenerse en equilibrio gracias a algunos ejercicios que hacían en el 2, de modo que se mantenía bastante bien. Sin embargo, estaba pendiente de que no se levantara un soplo de aire que pudiera derribar al peluche de su lugar, más que nada porque no le apetecía tener que volver al Distrito 2 con un muñeco sucio en su regazo. Mientras mantenía el peluche en su sitio, observó al chico con cierta curiosidad. Parecía asustado de verla, o simplemente sería un tímido de cuidado, a saber, aunque Danny no se consideraba como una amenaza en esos mismos momentos.

Finalmente, el chico se echó a hablar, comentando que el peluche parecía real. Danny lo miró de reojo, viendo la boca abierta del dragoncito en una especie de sonrisa dentada. Lógicamente ella nunca había visto un dragón de verdad, aunque a lo mejor se parecían a unos mutos que soltaron una vez en unos Juegos del Hambre, que mataron a varios tributos. A lo mejor en estos Juegos que estaban al venir los tributos tendrían que enfrentarse a dragones o similares. Sería bastante rompedor.
-Bueno, yo lo veo algo... ¿alegre?-el tono de voz de Danny sonaba con ciertos recelos-No creo que un dragón sonriera tanto como lo está haciendo este peluche-volvió a tomarlo con las manos, estudiándolo-Me llamo Daenerys, vengo del Distrito 2-añadió, creyendo apropiado presentarse. Además, sentía cierta curiosidad por saber de donde era ese chico.

Se giró de nuevo hacia el puesto, observando otra vez los peluches. ¿A aquel chico le parecían raros? A Danny tampoco le resultaban tan extraños, aunque bien era cierto que ella no había tenido muchos contactos con peluches, por decirlo de algún modo.
-No puedo opinar en ese aspecto, este es el primer peluche que tengo en mis brazos. Un poco tardío, la verdad.

-¿Alegre?- Levante una ceja mientras miraba a la criatura mas bien peluche que estaba en su hombro. No recuerdo haber visto a un animal alegre...o en este caso Dragón, en mi distrito puedes todo tipo de animales en el bosque pero es raro que se acerquen a nosotros supongo que es porque muchos agentes de la paz han instalado distintas cosas para restringir el paso en algunas zonas aunque recuerdo haber visto a un venado imponente, esa noche había huido de casa porque papa volvió a tener uno de sus episodios de ira.

-Si, supongo.- Respondí ante su comentario, parecía que el peluche le había encantado por como lo observaba, jamas lo entenderé me refiero a como las chicas tienen gustos a este tipo de cosas. Me había visto como un idiota me refiero a que debí presentarme al momento siguiente que ella me había hablado, creo que ya escucho a mi madre diciéndome "Deja de comportarte como mandril..." Al menos esta vez mi intuición no había fallado, sabia que tenia aspecto de ser de un distrito alto.

-Soy Joseph Welch del Distrito 07- No se porque dije mi apellido pero ya daba igual, seguramente luego de oír de que distrito vengo esta conversación se dará como finalizada, hasta yo se que el distrito 01, 02, 04 no comparten emoción por conocer a gente de otros distritos.

-Claro...- Sonreí y la voltee a ver "Sip" No se parece en nada a otras chicas de mi distrito, me refiero a que seguramente no cree en todo lo que le cuenta su madre. Hubiera querido expresarle lo que se me pasaba por la cabeza, porque estos peluches parecían extraños para mi pero preferí callar.

-Pero no creas, no soy un experto en peluches solo es que...tenia una hermana.- Tenia que verme mas varonil luego del comentario de los peluches.

La reacción del chico dejó a Danny algo descolocada, estudiando discretamente la expresión del peluche. Se veía claramente que el bicho estaba sonriendo, no cabía duda alguna al respecto. ¿Es que él no lo veía? Danny siempre se imaginaba a los dragones como animales fieros, no como criaturitas blandas que parecían sonreír con una boca llena de colmillos. Le enseñó el peluche, intentando respaldar sus palabras con la imagen del mismo.
-Mírale la cara-dijo-¿No ves que se está riendo? Cuando leía los cuentos donde salían los dragones, me los imaginaba fieros, no "alegres". No puedo imaginarme que un depredador pueda sonreír como si fuera un simple osito, aunque supongo que en el "mundo peluchil" se obvian estas cosas. Voy a tener que hacer un estudio-bromeó.

Fuera como fuese, Danny se había decidido, de modo que sacó del bolsillo de su pantalón una moneda y se la tendió al vendedor, el cual parecía estar vigilando que la chica no fuera a largarse con el peluche sin pagarlo. Cielo santo, ni que tuviera pinta de ratera, aunque de desconfiados estaba el mundo lleno. ¿Pero estar receloso de una chica que va dejando ver a todo el mundo que es de un distrito alto? Eso ya era absurdo, teniendo en cuenta que de todos era conocido que los distritos altos andaban bien de dinero.

Por fin aquel chico se acabó presentando, diciendo ser proveniente del 7. Danny alzó levemente las cejas, pero tampoco dijo nada. A fin de cuentas, no tenía nada en contra de los otros distritos, al menos no ahora que no estaba metida hasta el cuello en una competición a muerte con chicos de los mismos. No iba a negar que veía por encima del hombro a los distritos más bajos como el 10, el 11 y el 12, pero el 7 no le parecía tan miserable.
Siguió observando los peluches, escuchando las palabras del chico que se había presentado como Joseph. ¿Así que solo era experto en peluches por su hermana? No sabía si creerle o no, bien podría ser una excusa para evitar parecer un poco "tonto", aunque la verdad Danny no dijo nada. No era asunto suyo, después de todo.
-Deja de hablarme como si fuera a comerte, porque no pienso hacerte nada-repuso con calma. Claro que no añadió "salvo si te veo en la arena".

Su comentario me pareció un poco infantil pero aun así le eche un ojo al dragón que colgaba de su hombro, bueno si parecía "Feliz" o eso aparentaba "Cursi, muy cursi Joe." Sip, obviamente si Hazel pudiera estar aquí o mas bien oír mis pensamientos esa seria su respuesta.

-Supongo que si, se esta riendo...- Mencione recordando los cuentos que mama me contaba junto a mi hermana, buenos días no habían tantas preocupaciones incluso en días de cosecha todo era tranquilo al menos para mi así lo eran.

-Pero ¿Que hay malo? Digo...si tuviera sangre enteres sus dientes y estuviera enojado tal vez no te hubiera gustado.- Lleve un mano a mi nuca y la frote por unos segundos, estaba estresado eso pasa cuando me topo con mil personas en la estación de trenes obsesionados con tributos *Estúpida gente del capitolio...* Al menos no soy el único que puede ser un tributo en potencia aquí. La chica saco el dinero y pago, de seguro ha de ser muy genial ser del distrito 01, 02, 03, 04 ahí se mueve el dinero, yo tengo que pensar dos veces para comprar comida, aunque si algo me llegaba a gustar quizás lo tomaría prestado "Nop..." Sera mejor que no me meta en problemas si un agente de la paz llegara a capturarme estaría en serios problemas y mama se preocuparía y blablabla.

No me sorprendió su expresión al saber que venia del 07 típico en la gente de arriba pero no me importaba estaba orgulloso de donde venia al igual que ella eso estaba claro. Su comentario me hizo sentir extraño, una extrañeza que no siempre sentimiento en el distrito 07 supongo que eso es porque no lidio con personas como ella acostumbradas a que sean temidas eso según por lo que he visto en los juegos.

-Aun si fueras a comerme no te tendría miedo...- Me recosté en uno de los lados de la puerta y solo me fije en ella, por eso odio no verme tan seguro con lo que digo llego a aparentar que soy un idiota eso mismo paso con aquel agente de la paz en mi prueba.

-Y ¿Me dirás tu nombre o tendré que adivinarlo?- Sonreí, esperaba a que se presentara luego de que yo lo hiciera, si mama estuviera aquí ya me hubiera arrastrado a un lugar lejos de ella era tan extrañamente apegada a los modales, lo gracioso es que eso es algo que siempre dejo en segundo grado.

Aquel chico estaba comenzando a parecerle un tanto extraño. Danny no entendía por qué la miraba de ese modo, como si por un lado la considerara un poco inocente por ir por ahí con un peluche, pero al mismo tiempo recelara de ella por ser del 2. Era consciente de que en muchos distritos no los veían con buenos ojos, pero de momento Danny se había venido mostrando "inofensiva". No había amenazado a nadie, había entablado conversación en un tono agradable y para más inri no había hecho ningún comentario sobre el distrito de procedencia de aquel chico. De estar en otra situación quizás no se hubiera mostrado tan amable, pero ella no veía ningún problema en trabar algunos contactos con otras personas, incluso aunque no fueran de los distritos altos.
-Veo que los que venimos del 2 no tenemos buena imagen entre los demás-musitó, más para sí misma que para aquel chico.

Escuchó con gesto inexpresivo la charla de su acompañante sobre los motivos que podría tener el dragón para sonreír, si fuera de verdad. Lo de la sangre entre los dientes la hizo alzar levemente las cejas otra vez, más que nada porque eso sí iría más acorde con sus gustos.
-Si te soy sincera, lo habría preferido así-repuso encogiéndose de hombros-Lo vería más "real", o al menos más original, aunque teniendo en cuenta que estos muñecos están dirigidos a niños, dudo que los decoraran de ese modo. Quizás debiera mancharlo con ketchup-intentó hacer una broma, aunque temía que cayera en saco roto. ¡Cielo santo, ¿qué le pasaba a aquel chico?! ¿No podía tratar con ella con normalidad?

Con el peluche aún en el hombro, vio como se recostaba contra una pared, argumentando que no le tendría miedo incluso aunque Danny fuera a "comérselo". No dijo nada, pero para su interior, no pudo menos que negarle dicha afirmación. Si la hubiera visto cuando estaba entrenando, con un arma en las manos, lista para ser letal y matar a su contrincante sin dudarlo dos veces, quizás no diría eso. A fin de cuentas Danny, a pesar de su aspecto "plácido" al menos en esos momentos, no dejaba de ser una chica entrenada para ser capaz de matar de mil formas distintas, como los demás chicos de su distrito.
-Ya te lo dije antes-dijo algo sorprendida cuando él volvió a preguntarle su nombre-Creo que has prestado más atención a mi distrito de procedencia que a como me llamo. Mi nombre es Daenerys, Daenerys Stormborn-añadió, rogando que dejara de comportarse de ese modo con ella.

Quizás su intención no había sido dirigir el comentario hacia mi pero como fuera logre escuchar el susurro completo *Genial...* Al parecer según ella soy un insensible, no soy bueno para hablar con la chicas y la prueba de ello es Hazel aunque ella es simplemente una grosera que se cree princesa del siete pero aunque me trate como tonto todo el tiempo nunca le he faltado al respeto.

-Lo siento.- Olvide mencionar que sentía estar a la defensiva pero la mayoría de la gente de su distrito se encarga de darme palizas, no es cosa del otro mundo saber que los agentes de la paz son ciudadanos del distrito 01 y 02 generalmente no lo recuerdan cada vez que ven nuestro desempeño en el trabajo, en pruebas, mas bien en casi cualquier cosa en la que ellos estén presentes. Aveces me pregunto ¿Como serán aquellos distritos? ¿Los chicos serán tan perfectos como se muestran en los juegos? letales, listos, sin ninguna desnutrición bueno puedo verlo por mi mismo en este momento mi compañera aquí presente se veía bien, parecía ágil, obviamente letal y era bastante hermosa...*Hmmp...* Lo que faltaba incomodarme a mi mismo.

No me sorprendió oír esa respuesta.

-Creo que tambien lo hubiera preferido así.- Sonreí mientras continua escuchándola.

-Hahaha, sera mejor que uses pintura si llegas a usar salsa apestara créeme y no preguntes porque lo se.- Estúpidas obras de teatro y como soy tan buen actor tuve que ser el muerto viviente con cero diálogos que chorreaba *sangre* por todas partes durante 2 horas, ese apestoso olor estará en mi memoria para siempre.

¿Ya lo había mencionado? Si, si lo había echo pero...

-Iugh...-Apenas logre gemir, esto si se comenzaba a volver incomodo, creo que tiene razon estoy nervioso generalmente no se me pasan este tipo de cosas ¿Porque miento? cosas como estas son usuales en mi vivir diario. Tome un respiro tenia razon de estar molesta he sido muy injusto.

-Lo siento, de nuevo.- Susurre y me acerque a ella, al estar enfrente alce mi mano y con una sonrisa tímida asomada en mis labios la mire a los ojos.

-No estoy acostumbrado a tratar con alguien como tu.- Me refiero a que venga del distrito 02 y que no sea una...como diría Hazel: maldita.

-¿Quieres olvidar mi idiotez y comenzar de nuevo?- Esperaba a que tomara mi mano y dijera "Si" pero si su respuesta fuese negativa la entendería.

Finalmente parecía que Danny hubiera conseguido romper los recelos de aquel chico, viendo como se volvía un poco más abierto con ella. No pudo evitar esbozar una sonrisa microscópica, pues aquel chico, ¿Joseph? le caía bien, tal vez por ser el primer habitante de un distrito no alto con el que hablaba, o simplemente porque le caía simpático, o quizás ambas cosas.
-No pasa nada-respondió a su disculpa. A fin de cuentas a ella la habían educado para pensar que los de los distritos bajos eran unos inútiles, una educación que últimamente se cuestionaba algo a menudo. No olvidaba que la ganadora de los Terceros Juegos venía del Distrito 12, y según se decía, había sido una rival temible.

Al parecer su comentario sobre el ketchup le había hecho gracia, viendo como se reía. ¿Apestar? Ahora que se paraba a pensarlo, no dejaba de ser cierto... seguro que su dormitorio entero tufaría a ketchup dentro de una semanas.
-Bueno, siempre podría usarlo para distraer el hambre-repuse encogiéndome de hombros-Aunque seguramente acabaría comido por mi perro en uno de sus ataques de voracidad. Ese bicho es más listo que el diablo en ocasiones-añadió esbozando una nueva sonrisa.

Sus siguientes palabras también la dejaron algo descolocada. ¿No estaba habituado a hablar con alguien como ella? ¿Con una persona del 2, o con las chicas en general? La curiosidad la estaba devorando, pero prefirió contenerse, debido a que no veía buena idea volver a poner a Joseph nervioso cuando había decidido confiar un poco en ella.
Lo observó acercarse y tenderle la mano, proponiendo "empezar de nuevo". Danny le sostuvo la mirada con firmeza, pero luego devolviéndole la sonrisa, estrechando la mano que le tendía.
-Empecemos de nuevo-dijo-Mis amigos me llaman Danny-añadió. Quizás si la trataba con su diminutivo no se sentiría tan incómodo; Danny sonaba más "familiar" que el rimbombante "Daenerys".

Que bueno que su respuesta no fue ninguna negativa, me daba un gran alivio saber que esto no terminara con *Vete al infierno.* Como nota mental tendré el ir a preguntarle a mi mama las diferentes cosas que le molestan a las chicas del 02, seguro se pondrá incomoda ya que ella y los distritos altos no es algo que se pueda tocar con facilidad pero ella es flexible ya que había tenido una amiga en aquellos distritos altos y por un mal entendido se habían separado, su amistad no terminado por alguna actitud de superioridad por parte de su amiga, sino fueron otros problemas o eso fue lo que ella me hizo creer.

-Ugh, la salsa es asquerosa luego de tres días. - Le iba hacer la mención de que no me preguntara porque lo se nuevamente pero no creo que vaya a preguntar ahora que analizo un poco su comentario ¿Hambre? ¿Mueren del hambre en los distritos altos tambien? Vaya que el gobierno este si esta jodido yo que pensaba que todo era color de rosas haya arriba.

-¿Tienes un perro? ¡Que genial!- Bienvenido a la obsesion de Joe población solo yo ya que comienzo a dar miedo cuando me emociono por algo *Tranquilo Joe* No puedo resistirme.

-Ha de ser divertido, papa no me deja tener animales y ninguno de mis amigos tiene alguna mascota ya que no se le puede dar de comer a bocas extras.- Recuerdo haber visto un ciervo en los bosques fue tan hermoso, me encantan aquellos imponentes animales con sus enormes astas, le seguí la pista pero fue mas rápido y huyo, quede tan impactado que hice una figura de manera de tal animal, la guardo debajo de mi almohada ya que bien podría venir papa de noche y tomar las cosas que no le pertenecen como costumbre.

Estrechaba fuerte, cuando me soltó la mano no pude evitar hacer un puño mi mano y luego estirarla nuevamente.

-Ok en definitiva no olvidare tu nombre esta vez Danny.- A los pocos segundos me golpee la cabeza con la mano.

-Mala idea empezar con ese comentario, demonios creo que deberíamos hacerlo de nuevo hahaha.- Me doy crédito por ser tan bueno para arruinar las conversaciones.

-Ok, olvídalo. Todo el mundo me dice Joe.- Aunque tambien les encanta llamarme Modric, ese nombre es muy extraño tanto que no me gusta mencionarlo.

-Te parece si caminamos, siento que el tipo ya nos ve con ojos de querer comernos.- Sonreí y comencé a caminar a lado izquierdo de la tienda, no sabia a donde me dirigía pero seguro seria un lugar interesante.

Aquella conversación se estaba convirtiendo a pasos agigantados en la más rara que Danny había tenido hasta la fecha. Normalmente siempre había tratado con chicos acostumbrados a verla día sí y día también, chicos con los que prácticamente había crecido durante su infancia hasta los días que ahora corrían. Personas con las que no suponía un desafío hablar por el simple hecho de que habían crecido juntas, con las que prácticamente compartía un pasado. Pero aunque no conociera a Joseph del mismo modo en que conocía a los chicos de su distrito, a Danny no le molestaba hablar con él. De hecho, hasta le gustaba conocer a personas que no eran las mismas de cada día.

-No creo que a mi perro le importe si está asquerosa o no, ese bicho come todo lo que encuentre delante suya-repuso Danny, recordando como una vez su perro incluso llegó a comerse una araña especialmente gorda que ella había matado en la cocina. Su madre lo encontró repugnante, pero Danny se estuvo riendo con ganas hasta que se le saltaron las lágrimas, más que nada por la cara de triunfo del perro cuando hubo degustado al bicho.
Aún así, comenzó a sentirse especialmente incómoda cuando Joseph contestó que en su distrito no podían tener animales por el tema de la comida. Danny se sintió enrojecer, molesta por poder haber hablado de más. Estaba acostumbrada a que nunca faltara dinero en su casa, por lo que el hecho de hablar de la comida como si fuera un bien escaso, le era extraño, casi desconocido. Cierto era que en el 2 no todo era un lecho de rosas; de hecho los entrenamientos a los que la sometían eran duros a más no poder, pero en comparación con otros distritos, la vida era bastante llevadera.

Con expresión cortés, escuchó sus siguientes palabras, sonriendo ante su comentario de que no olvidaría su apodo. Asintió levemente cuando él le dijo su diminutivo, en deferencia hacia su gesto.
-Me gusta-repuso simplemente, por educación más que otra cosa. No quería que volviera a creer que ella era una engreída del 2, mirando luego hacia el hombre que él había mencionado-¿Y adonde podemos ir? No conozco mucho esto, apenas si he salido de mi distrito antes. Capaz soy hasta de despistarme.

¿Ese bicho? Me causaba gracia como se refería a su perro por lo mismo no puede aguantar soportar la risa *Tranquilo Joe* Si, no puedo reír tanto no porque ella sea del distrito 02 sino porque de por si cuando rió de mas puedo asustar a cualquiera. 

Danny no pudo evitar poner los ojos en blanco durante una centésima de segundo. Parecía que el chico estaba superando su timidez, pero aún quedaba bastante hasta que dejara de sentirse tan incómodo, o eso le parecía a ella. ¡Si ni siquiera se estaba comportando con superioridad o similar! Se había mostrado amable, un poco solemne, cierto, pero nada más allá. De hecho, para como Danny solía comportarse (o mejor dicho, como debía  comportarse en el Distrito 2, estaba siendo un derroche de amabilidad.
-El bicho se llama Todd-repuse mientras que de forma distraída enredaba los dedos en la cola del dragón-No soy muy imaginativa para los nombres, si he de ser sincera; no sirvo para eso. Supongo que no se puede tener todo en esta vida.

No quiso decir las cosas que se le daban bien, porque dudaba que fuera a ayudar a la situación. Ella era buena disparando flechas; lanzando cuchillos, en otras palabras, asesinando. Pero no le parecía algo apropiado que decirle a Joseph, sobre todo teniendo en cuenta que estaba empezando a no recelar de ella. Si le decía tales cosas, volvería a verla como una despiadada chica del 2, una especie de máquina de matar que no pensaba en otra cosa. Y Danny no quería ser eso, a pesar de que su madre la presionaba en ese aspecto. Ella quería ser una chica de diecisiete años, vivir con calma sin tener que agotarse preparándose para los Juegos.

-Bueno, en mi distrito no tenemos muchos Joe-respondió a su comentario, tratando de sonar despreocupada, aunque sí era cierto que no había muchos chicos con ese nombre en el Distrito 2. No sabía como serían las cosas en otros sitios porque ella tampoco había salido mucho de su distrito natal-Y no se, me suena a "simpático" o por lo menos a "amable". Sé que es una tontería, pero personalmente le doy importancia a como suena un nombre. Y está bien, vayamos a ver que hay por ahí-añadió, siguiendo al chico y sujetando con firmeza el peluche-Tal vez encontremos un sitio donde vendan dulces-sugirió como si nada. A ella le encantaba el chocolate, aunque no podía comerlo mucho.

-¿Todd? Que interesante.- Bastante sobre todo cuando uno de mis mejores amigos tiene ese nombre seguro que cuando le cuente sobre el encuentro que tuve con Danny, el reirá y diaria algo como *Lo único que faltaba ahora somos nombres de mascotas.* Creo que no podría imaginar a un perro llamado Joe pero quien sabe *¿Y estoy pensando en esto porque...?* Obviamente necesito distraer mi mente con algo distinto hubiera querido tener dinero suficiente para comprar un peluche o bueno en mi caso un juguete cualquiera para distraerme.

-Claro que no se puede tener todo pero poner nombres no es tan difícil.- Voltee a verla y le sonreí con amabilidad

-Puede ser lo que tu quieras incluso...- Estaba por decirle algo relacionado con la realeza pero según se los distritos altos tienen unos lazos fuertes con el Capitolio eso seria suicida *Piensa rápido,rápido...* Debía decir algo rápido antes de que fuera demasiado tarde y ella se diera cuenta.

-Puede ser incluso ¿Joe?- *Bien echo...* Al menos había logrado salvar mi pellejo seguro las plegarias de mi madre eran las que estaban dando frutos en este momento.

-Y nosotros no tenemos Daenerys.- Me costo un poco pronunciarlo para ser honesto pero era un buen nombre así que hice lo posible para no cometer error en decirlo ademas ya anteriormente lo había olvidado y quería demostrarle que esta vez eso no había sucedido nuevamente.

-¿Hu? ¿Le tienes mucha importancia a los nombres?- Quería saber porque, era la primera chica que escuchaba decir eso ademas de que mi curiosidad no me deja y por eso mismo ando metido en cada lió.

-Oh, me encantaria estoy que muero del hambre.- Y en eso no tendría remordimiento en gastar mi dinero, si algo tengo es una debilidad por comer dulces ¡Demonios! Son deliciosos y con eso de que vengo sin desayuno arrasare con todo solo espero encontrar cosas normales para comer, veo hacia todos lados y encuentro con mil cosas raras.-

Asintió levemente al comentario del chico sobre el nombre de su perro. A ella, personalmente, que el animal se llamara Todd no le parecía algo digno de mención, más que nada porque le puso el primer nombre que se le ocurrió. No solía perder tiempo con esas nimiedades, y como que el nombre de un can tampoco era algo que le hubiera quitado el sueño. Además, casi siempre acababa llamándolo "bicho" así que prácticamente el perro respondía a ese nombre más que al propio, pero Danny consideró todo eso algo que tampoco era preciso contar. No quería pecar de aburrida hablando de tonterías.
-A mi me cuesta mucho-repuso con sinceridad-Me gusta que el nombre pegue con el propietario del mismo, por eso me puedo pasar horas y horas pensando en alguno que sirva. Para ponerle el nombre al perro tardé dos días-confesó con una leve sonrisa.

Sonrió ante el comentario de que no había Daenerys en el Distrito 7. No la sorprendía por el simple hecho de que su nombre, incluso en el 2, era especialmente raro. Muchas personas que la llamaban por su apodo creían que Danny provenía de Danielle o similar, pero jamás daban con el nombre completo de la misma. A Danny a veces le causaba cierta gracia ver como muchos dudaban cuando era llamada por su nombre completo.
-Mi padre lo sacó de un libro bastante antiguo que leyó hace tiempo, no me dijo cual. Dice que me sienta bien, aunque la verdad, no entiendo sus motivos para llamarme así-señaló encogiéndose de hombros.

No sabía qué más decir, cuando olfateó el aire distraídamente. Había un cierto olor a dulce en el mismo, que le hizo rugir las tripas. Danny se detuvo, tratando de identificar de dónde venía.
-¿No hueles a dulce o algo similar?-inquirió.

-Guau, eso fue mucho yo creo que le hubiera puesto Freedle.-Fue lo primero que se me vino a la mente, creo que en eso los chicos somos un poco mas rápidos que las chicas, hay muchas veces en los que los comentarios de las chicas me dejan un poco boquiabierto pero aun así extraño ir a estudiar y escuchar a las chicas de mis distrito hablar de casi medio mundo y hacer sus profecias de quien se terminaría casando con quien. En el distrito 07 es así las parejas se conocen en el instituto y luego de salir terminan casándose, creo que es porque saben que la vida es difícil he impredecible ¿Yo casado? No creo que haya mucho tiempo para el amor para mi, ademas soy pésimo hablando con las mujeres prueba de ello estar aquí con Danny y tambien aunque me llevo bien con, Hazel, Gianna, etc. No se nunca me siento completamente cómodo, si que soy extraño.

-Pero que tiene que ver ¿Todd con Danny?- Ella dijo que tienen que tener algo relacionado y no lo pude evitar mi curiosidad era demasiado grande tanto que aveces me hace decir cosas indebidas.

El comentario de su padre me hizo pensar en el mio *Genial* No me agrada pensar en el ya que ni siquiera llevamos un trato cordial.

-Eso es genial, parece que tu nombre tiene una historia ya, no como el mio...Joseph es solo porque a mi hermana le gusto.- Y lo que mi hermana quería se hacia, nunca supe el porque real de mi nombre ella solo dijo *Me gusto como sonaba* Levanto los hombros y ya, eso no es una muy buena explicación.

Caminar por las calles del distrito seis era un poco emocionante pero toda esa basura que el Capitolio había puesto lo hacia menos atractivo si yo fuera de aquí estuviera furioso.

-¿Dulce? ¿Donde?- Me encantaban los dulces, hice el intento de oler pero mi olfato seguramente no estaba tan desarrollado como el de ella, eso me hacia sentir raro...Distritos altos parecen tan lejanos de todos los demás ¿Que les daban de comer? o mas bien ¿Que les hacían? Obviamente nosotros no eramos los únicos que sufrimos porque si bien a demostrado el capitolio es que "Su benevolencia" tiene precios muy altos.

-Estoy que muero del hambre, sera mejor que encontremos el lugar...-Soy muy débil a los dulces.