Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
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Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Roxana, sin duda es una chica peculiar.
- ¿La ves, es ella? –
- ¡Claro que es ella! –
- Parece todo un ángel –
Un ángel, decían algunos. Aquellos que sólo se guiaban por su físico. De cabello rubio pálido que podría pasar como el color de la nieve misma; ondulado y espeso, dándole un toque juvenil y soñador; piel pálida y suave al contacto. Ella claro que era un ángel, uno que se había teñido de rojo carmesí.
Astuta, decía su madre. Caprichosa, recalcaba su hermano. Era alguien que no se detenía por nada. Siempre buscando la manera de cómo alcanzar lo que quería y demostrar que es merecedor de ello. Honesta, aceptaba la mayoría, don que podía ser tanto la gracia como la desgracia de la chica, tenía la firme idea de que las mentiras de nada servían, si se iba a mentir prefería mejor no hablar, pero como era una chica que jamás se quedaba con palabra en boca prefería soltar lo que realmente pensaba pero nunca parándose a pensar si eso le podía doler a los demás. Además lo que no mata te hace fuerte ¿No? Quien mejor que ella para saber eso.
Suertuda, decían sus detractores; los pobres infelices que no comprendían que nada de lo que ella hacía estaba ligado con ‘suerte’ ese término a Roxana le parecía vacío e insultante, sólo gente mediocre creía en eso, porque, ninguna guerra se ha ganado sólo deseándolo. Insistente, odiaba aceptar un ‘no’ por respuesta y si lo hacía buscaba la manera de obtener el 'sí' . Creía que una guerra sólo se perdía cuando uno deja de desear... o insistir. Roxana odiaba perder.
Presumida, murmuraban algunos. Eficiente, celebraban aquellos que creían en lo que hacía. Muy joven, pensaban los que la subestimaban. Una perra, se mofaban otros. La gente decía y creía muchas cosas, algunas ciertas otras tan falsas como los ojos azul esperanza que la joven mentora llevaba hoy - porque ella era realmente verde astucia - Aún así caminaba con gesto altivo entre las personas, meciéndose de un lado a otro, al son que sólo ella comprendía.
No le molestaban que hablaran a sus espaldas, para nada, todo lo contrario. Si la gente habla de uno es porque te nota, a Roxana le encantaba el ser notada, siempre diciendo: Me quieren o me odian, pero desapercibida no paso. Aunque ella sabía que eso no siempre era real ¿Pero a quién le importaba? la frase era cool y a Rox le gustaba.
Cuando había dejado atrás la concurrida plaza y los murmullos habían cesado, Roxxy continua con su impasible andar. Sin prestar mucha atención llegó al parque... quería un maldito helado. Chasqueo la lengua. ¿Por qué carajo era tan difícil ir por uno? ¡Así! se recrimino mentalmente... ella había vendido la imagen de diva caprichosa a las cámaras, sería raro verla por ahí con un helado doble de vainilla. Aunque de diva no tenía nada, prefería pasearse por ahí con su ropa de entrenamiento que andar con un vestido apretado y estrafalario. Eran bonitos, sí, y de vez en cuando le gustaban y los usaba - sobre todo para presumir ante cámaras -, pero no eran de su total agrado, sentía que le quitaban libertad y movilidad, aun y a pesar de todo eso... hoy andaba uno amarillo de encajes.
Se paro a mitad del parque, pensando qué hacer para conseguir su helado... podría decirle a su mamá que le comprase un bote entero, pero no, ella quería de esos que ese hombre estaba vendiendo. Bufó. Había comenzado a dar ligeros golpes al piso con su pie derecho, sospesando la idea. Era una vencedora, una mentora, era famosa, era por eso mismo que le costaba el romper su imagen de 'perra-desgraciada-amante-de-la-brutalidad-verbal' estuvo un rato plantada en el piso en espera de que cambiar de opinión o se le ocurriera un plan que no se había percatado de los -otra vez- nada discretos susurros de las personas.
Fue un rato después que noto el tumulto que comenzaba a formar la gente, parecían que habían encontrado algo interesante del cual ir a cacarear como cotorras, frunció el ceño ¿Algo más interesante que ella? En eso una mueca de sonrisa surgió en su rostro... aprovecharía el momento para ir por un helado, se lo comería y nadie se enteraría... aunque luego tendría que matar al heladero para que no divulgara el tema. Sonrió divertida, oh.. si, era un buen plan. Con el único problema que tampoco era una sanguinaria, como otro tanto de gente creía. No iba por ahí matando al primero que se le apareciera... en cambio, aquellos chicos tributos sí eran un estorbo que debían ser eliminados para que cometiese su fin.
Se limpio el polvo inexistente de su vestido y miro a ambos lados, el tumulto de gente había desaparecido.
Suspiro, era tan díficil de ir por ese helado... Tenía una reputación de 'cabrona' que conservar. No quería darle más razones para que muchos siguieran creyéndola incapaz de cumplir su labor como mentora.... suficiente tenía con tener pinta de cría como para aumentarle el vestido y helado.
Sonrío con desdén, era más fácil hacer cosas difíciles para demostrarle a la gente algo, que hacer pequeñas cosas pequeñas para ella.
Termino sentada en una banca esperando a que se el parque se vaciara... así iría por su helado y mataría al heladero sin ser vista. Sonrío por su 'ingeniosa' imaginación y se cruzo de brazos, esperaría por su helado... mientras vería con que se divertía.
- ¿La ves, es ella? –
- ¡Claro que es ella! –
- Parece todo un ángel –
Un ángel, decían algunos. Aquellos que sólo se guiaban por su físico. De cabello rubio pálido que podría pasar como el color de la nieve misma; ondulado y espeso, dándole un toque juvenil y soñador; piel pálida y suave al contacto. Ella claro que era un ángel, uno que se había teñido de rojo carmesí.
Astuta, decía su madre. Caprichosa, recalcaba su hermano. Era alguien que no se detenía por nada. Siempre buscando la manera de cómo alcanzar lo que quería y demostrar que es merecedor de ello. Honesta, aceptaba la mayoría, don que podía ser tanto la gracia como la desgracia de la chica, tenía la firme idea de que las mentiras de nada servían, si se iba a mentir prefería mejor no hablar, pero como era una chica que jamás se quedaba con palabra en boca prefería soltar lo que realmente pensaba pero nunca parándose a pensar si eso le podía doler a los demás. Además lo que no mata te hace fuerte ¿No? Quien mejor que ella para saber eso.
Suertuda, decían sus detractores; los pobres infelices que no comprendían que nada de lo que ella hacía estaba ligado con ‘suerte’ ese término a Roxana le parecía vacío e insultante, sólo gente mediocre creía en eso, porque, ninguna guerra se ha ganado sólo deseándolo. Insistente, odiaba aceptar un ‘no’ por respuesta y si lo hacía buscaba la manera de obtener el 'sí' . Creía que una guerra sólo se perdía cuando uno deja de desear... o insistir. Roxana odiaba perder.
Presumida, murmuraban algunos. Eficiente, celebraban aquellos que creían en lo que hacía. Muy joven, pensaban los que la subestimaban. Una perra, se mofaban otros. La gente decía y creía muchas cosas, algunas ciertas otras tan falsas como los ojos azul esperanza que la joven mentora llevaba hoy - porque ella era realmente verde astucia - Aún así caminaba con gesto altivo entre las personas, meciéndose de un lado a otro, al son que sólo ella comprendía.
No le molestaban que hablaran a sus espaldas, para nada, todo lo contrario. Si la gente habla de uno es porque te nota, a Roxana le encantaba el ser notada, siempre diciendo: Me quieren o me odian, pero desapercibida no paso. Aunque ella sabía que eso no siempre era real ¿Pero a quién le importaba? la frase era cool y a Rox le gustaba.
Cuando había dejado atrás la concurrida plaza y los murmullos habían cesado, Roxxy continua con su impasible andar. Sin prestar mucha atención llegó al parque... quería un maldito helado. Chasqueo la lengua. ¿Por qué carajo era tan difícil ir por uno? ¡Así! se recrimino mentalmente... ella había vendido la imagen de diva caprichosa a las cámaras, sería raro verla por ahí con un helado doble de vainilla. Aunque de diva no tenía nada, prefería pasearse por ahí con su ropa de entrenamiento que andar con un vestido apretado y estrafalario. Eran bonitos, sí, y de vez en cuando le gustaban y los usaba - sobre todo para presumir ante cámaras -, pero no eran de su total agrado, sentía que le quitaban libertad y movilidad, aun y a pesar de todo eso... hoy andaba uno amarillo de encajes.
Se paro a mitad del parque, pensando qué hacer para conseguir su helado... podría decirle a su mamá que le comprase un bote entero, pero no, ella quería de esos que ese hombre estaba vendiendo. Bufó. Había comenzado a dar ligeros golpes al piso con su pie derecho, sospesando la idea. Era una vencedora, una mentora, era famosa, era por eso mismo que le costaba el romper su imagen de 'perra-desgraciada-amante-de-la-brutalidad-verbal' estuvo un rato plantada en el piso en espera de que cambiar de opinión o se le ocurriera un plan que no se había percatado de los -otra vez- nada discretos susurros de las personas.
Fue un rato después que noto el tumulto que comenzaba a formar la gente, parecían que habían encontrado algo interesante del cual ir a cacarear como cotorras, frunció el ceño ¿Algo más interesante que ella? En eso una mueca de sonrisa surgió en su rostro... aprovecharía el momento para ir por un helado, se lo comería y nadie se enteraría... aunque luego tendría que matar al heladero para que no divulgara el tema. Sonrió divertida, oh.. si, era un buen plan. Con el único problema que tampoco era una sanguinaria, como otro tanto de gente creía. No iba por ahí matando al primero que se le apareciera... en cambio, aquellos chicos tributos sí eran un estorbo que debían ser eliminados para que cometiese su fin.
Se limpio el polvo inexistente de su vestido y miro a ambos lados, el tumulto de gente había desaparecido.
Suspiro, era tan díficil de ir por ese helado... Tenía una reputación de 'cabrona' que conservar. No quería darle más razones para que muchos siguieran creyéndola incapaz de cumplir su labor como mentora.... suficiente tenía con tener pinta de cría como para aumentarle el vestido y helado.
Sonrío con desdén, era más fácil hacer cosas difíciles para demostrarle a la gente algo, que hacer pequeñas cosas pequeñas para ella.
Termino sentada en una banca esperando a que se el parque se vaciara... así iría por su helado y mataría al heladero sin ser vista. Sonrío por su 'ingeniosa' imaginación y se cruzo de brazos, esperaría por su helado... mientras vería con que se divertía.
Roxana I. Kramer- Mentor
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Ideología : A favor de mis intereses
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Aun no comprendo por que creí que el distrito 01 sería un lugar ideal para descansar. Pensaba que siendo mentora de un distrito tan bajo no sería reconocida o al menos sería ignorada pues bien es sabido que entre los distritos los altos odian a los distritos bajos. Por eso creía que el distrito uno sería el indicado para alejarme de todo lo que pasaba en mi distrito ya que cada que se acercaba el tiempo de cosechas ellos sentían un extraño impulso por molestarme en varios sentidos. Unos me adulaban por si es que sus hijos llegaban a ser tributos yo pudiera ayudarlos en todo para salir, otros me trataban de asesina aún por la muerte de no solo aquellos tributos que murieron en mis manos en los juegos si no también por aquellos que llegué a mentoriar y no salieron vivos; y otros simplemente me ignoraban pues era una vergüenza el ser tan patética siendo una mentora... Habían cosas muy contradictorias en mi distrito y aveces sentía el impulso de irme, y no me refiero solo a los pastizales a los que suelo escapar, no por que incluso ahí también me buscaban, era por eso que pensé que salir de mi distrito sería bueno.
Siempre había oído que nosotros como mentores podíamos viajar por pocos días a otros lugares, pero nunca lo quise hacer hasta ahora, lo cual estoy muy arrepentida de hacer.
No se como es que el distrito uno se entero de que iría ahí, pero al llegar un gran alboroto se armó. Incluso aveces me sentía un poco "acosada" -no tanto como cuando llego al capitolio, pero si algo similar- y eso me hacía sentir muy incomoda. Si seguían como seguían me harían gritar y eso no sería bueno.
Me bombardeaban de preguntas sobre todo tipo de cosas e incluso sobre el otro mentor de mi distrito el cual no frecuentaba ver a menos de que fueran las cosechas; escuchaba tantas voces y comenzaba a sentirme más incomoda de lo normal y tenía deseos de salir corriendo, pero por más que suplicara las preguntas no cesaban e incluso las voces aumentaban cada vez más hasta que al final no lo soporte y terminé gritando mientras cubría mis oídos, pero aunque la gente por un momento se calló -y solo fue por escasos segundos- reanudaron su parloteo lo cual me dejo desconcertada pues en mi distrito funcionaba el gritar para que me dejaran en paz, pero aquí simplemente fue motivo para que siguieran hablando lo cual comenzaban a darme más miedo, pues esta gente era un tanto similar a los del capitolio. « Realmente no debí venir.... No debí. » Me dije a mi misma y al final usé un recurso más. Comencé a empujar a la gente para salir corriendo hacia un lugar lejos de ellos, por suerte aún tenía fuerza por cuidar aún el ganado de mi padre pero la gente era tan insistente que seguían mis pasos aunque corriera con todas mis fuerzas.
No se como lo logré al final, pero llegué a un parque o eso parecía, la verdad no se que era y sacando una mascada la amarré al rededor de mi cabeza para cubrir un poco mi rostro y ocultarme un poco así de la gente extraña del distrito uno. Caminé con gran preocupación mirando de vez en cuando sobre mi hombro esperando que no me encontrara la gente hasta que tropecé con alguien cayendo al suelo al igual que un helado que cayó en mi mano. « Iuukkk... » Agité mi mano mientras con la otra buscaba unos pañuelos limpios en mi bolsa para comenzar a limpiarme aunque seguía en el suelo sentada. — Lo siento, lo siento no me di cuenta... — Fue lo único que dije mientras seguía preocupada por limpiar esa cosa pegajosa de mi mano, detestaba sentir mi mano pegajosa o llena de algún dulce.
Siempre había oído que nosotros como mentores podíamos viajar por pocos días a otros lugares, pero nunca lo quise hacer hasta ahora, lo cual estoy muy arrepentida de hacer.
No se como es que el distrito uno se entero de que iría ahí, pero al llegar un gran alboroto se armó. Incluso aveces me sentía un poco "acosada" -no tanto como cuando llego al capitolio, pero si algo similar- y eso me hacía sentir muy incomoda. Si seguían como seguían me harían gritar y eso no sería bueno.
Me bombardeaban de preguntas sobre todo tipo de cosas e incluso sobre el otro mentor de mi distrito el cual no frecuentaba ver a menos de que fueran las cosechas; escuchaba tantas voces y comenzaba a sentirme más incomoda de lo normal y tenía deseos de salir corriendo, pero por más que suplicara las preguntas no cesaban e incluso las voces aumentaban cada vez más hasta que al final no lo soporte y terminé gritando mientras cubría mis oídos, pero aunque la gente por un momento se calló -y solo fue por escasos segundos- reanudaron su parloteo lo cual me dejo desconcertada pues en mi distrito funcionaba el gritar para que me dejaran en paz, pero aquí simplemente fue motivo para que siguieran hablando lo cual comenzaban a darme más miedo, pues esta gente era un tanto similar a los del capitolio. « Realmente no debí venir.... No debí. » Me dije a mi misma y al final usé un recurso más. Comencé a empujar a la gente para salir corriendo hacia un lugar lejos de ellos, por suerte aún tenía fuerza por cuidar aún el ganado de mi padre pero la gente era tan insistente que seguían mis pasos aunque corriera con todas mis fuerzas.
No se como lo logré al final, pero llegué a un parque o eso parecía, la verdad no se que era y sacando una mascada la amarré al rededor de mi cabeza para cubrir un poco mi rostro y ocultarme un poco así de la gente extraña del distrito uno. Caminé con gran preocupación mirando de vez en cuando sobre mi hombro esperando que no me encontrara la gente hasta que tropecé con alguien cayendo al suelo al igual que un helado que cayó en mi mano. « Iuukkk... » Agité mi mano mientras con la otra buscaba unos pañuelos limpios en mi bolsa para comenzar a limpiarme aunque seguía en el suelo sentada. — Lo siento, lo siento no me di cuenta... — Fue lo único que dije mientras seguía preocupada por limpiar esa cosa pegajosa de mi mano, detestaba sentir mi mano pegajosa o llena de algún dulce.
Kity K. Kraso- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
El estar rodeado de gente siempre que salía era algo a lo que ya estaba acostumbrado, pero eso no significaba que lo disfrutara, podría decirse que era una de las desventajas de ser mentor, por eso mismo a no ser que mis labores me obligaran, no se me daba mucho por salir y mucho menos dejar mi distrito. Aun así había momentos en que simplemente actuaba por impulso y harto de vivir la misma rutina día tras día me salía de casa y me subía al primer tren que llegara a la estación, sin importar el destino al que me llevara; había veces en que terminaba en distritos odiosos como el 12 pero aun así mi mente se despejaba y adquiría una cierta tranquilidad que ni siquiera en sueños me podía dar el lujo de tener.
Fue así que cargando una mochila con algunas cosas como una chaqueta y dinero, salí de mi casa vestido de jeans y camisa a cuadros rumbo a la estación del tren, para mi suerte el que estaba próximo a arribar iba con dirección al Distrito 1. Un lugar muy parecido al Capitolio lleno de lujos y gente con vestidos raros, seguramente mi vestimenta tan regular podría hacerme pasar desapercibido aun cuando mi cara había sido vista ya tantas veces en televisión. Era algo a lo que me arriesgaba pero no me importó.
Al llegar al Distrito 1 caminé entre las multitudes de personas con la mirada baja esperando así no ser reconocido. Mis precauciones resultaron satisfactorias incluso cuando estaba llegando a lo que parecía un parque. No pude evitar levantar el rostro esta vez ya que era un lugar admirable y muy bien cuidado, y aun cuando en mi Distrito había lugares muy bellos, el tener la oportunidad de ver algo diferente en cierta forma me animaba y me hacía olvidar las preocupaciones que en casa me mantenían encerrado por días, las cuales se incrementaban a la vez que se acercaban los juegos.
Mientras observaba el lugar pude darme cuenta de que un montón de personas comenzaban a juntarse a unos metros de mí, por un segundo pensé que me habían reconocido, lo cual no me sorprendería, pero no fue así, no era a mí a quien acechaban, sino a una chica y para ser más exactos era la mentora del Distrito 10, sonreí con satisfacción, y justo cuando iba a continuar mi camino, vi que cerca del tumulto de personas había un pequeño negocio de helados. Pensé en comprar uno aprovechando que toda la atención estaba en aquella chica, por lo cual me adelanté hacia el lugar y compré ese capricho mío lo más rápido que pude.
Caminé con rapidez y buscaba de reojo un buen lugar donde sentarme un rato, vi una banca en la que estaba sentada una chica, pensé que me resultaba familiar, pero esos pensamientos fueron interrumpidos cuando alguien chocó a mi espalda haciéndome perder el equilibrio y por intentar no caer, solté el helado que tenía en la mano, al cual no había probado ni una vez. Me di la vuelta esperando ver quién había sido y ahí estaba la chica del distrito 10, sentada en el suelo con las manos llenas del helado que no había podido probar. –Genial…- Murmuré molesto. Entonces retrocediendo a mis pensamientos anteriores, pude recordar quién era la chica que estaba sentada en aquella banca, la mentora del Distrito 1. Así me arrepentí por completo por haber salido de mi casa ese día, si había algo que odiaba más que convivir con personas, era convivir con otros mentores, siempre estaba esa ola de hipocresía, de rivalidad, con el fin de conocer los métodos de uno u otro, de conocer a sus tributos… En fin, era detestable y ahora lo único que quería era largarme de ahí.
Fue así que cargando una mochila con algunas cosas como una chaqueta y dinero, salí de mi casa vestido de jeans y camisa a cuadros rumbo a la estación del tren, para mi suerte el que estaba próximo a arribar iba con dirección al Distrito 1. Un lugar muy parecido al Capitolio lleno de lujos y gente con vestidos raros, seguramente mi vestimenta tan regular podría hacerme pasar desapercibido aun cuando mi cara había sido vista ya tantas veces en televisión. Era algo a lo que me arriesgaba pero no me importó.
Al llegar al Distrito 1 caminé entre las multitudes de personas con la mirada baja esperando así no ser reconocido. Mis precauciones resultaron satisfactorias incluso cuando estaba llegando a lo que parecía un parque. No pude evitar levantar el rostro esta vez ya que era un lugar admirable y muy bien cuidado, y aun cuando en mi Distrito había lugares muy bellos, el tener la oportunidad de ver algo diferente en cierta forma me animaba y me hacía olvidar las preocupaciones que en casa me mantenían encerrado por días, las cuales se incrementaban a la vez que se acercaban los juegos.
Mientras observaba el lugar pude darme cuenta de que un montón de personas comenzaban a juntarse a unos metros de mí, por un segundo pensé que me habían reconocido, lo cual no me sorprendería, pero no fue así, no era a mí a quien acechaban, sino a una chica y para ser más exactos era la mentora del Distrito 10, sonreí con satisfacción, y justo cuando iba a continuar mi camino, vi que cerca del tumulto de personas había un pequeño negocio de helados. Pensé en comprar uno aprovechando que toda la atención estaba en aquella chica, por lo cual me adelanté hacia el lugar y compré ese capricho mío lo más rápido que pude.
Caminé con rapidez y buscaba de reojo un buen lugar donde sentarme un rato, vi una banca en la que estaba sentada una chica, pensé que me resultaba familiar, pero esos pensamientos fueron interrumpidos cuando alguien chocó a mi espalda haciéndome perder el equilibrio y por intentar no caer, solté el helado que tenía en la mano, al cual no había probado ni una vez. Me di la vuelta esperando ver quién había sido y ahí estaba la chica del distrito 10, sentada en el suelo con las manos llenas del helado que no había podido probar. –Genial…- Murmuré molesto. Entonces retrocediendo a mis pensamientos anteriores, pude recordar quién era la chica que estaba sentada en aquella banca, la mentora del Distrito 1. Así me arrepentí por completo por haber salido de mi casa ese día, si había algo que odiaba más que convivir con personas, era convivir con otros mentores, siempre estaba esa ola de hipocresía, de rivalidad, con el fin de conocer los métodos de uno u otro, de conocer a sus tributos… En fin, era detestable y ahora lo único que quería era largarme de ahí.
Wayne V. Eaton- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Habían pasado un par de minutos y Roxana sólo escuchaba murmullos de varias personas...
¿La has visto? ¡Es realmente ella! … ¡Luce más waou en persona! …
aunque habían comentarios más molestos como...
‘Me casaría con ella’
‘¿Enserio? Pero está loca’
‘Ellas son las mejores, aman con locura’
‘Hahaha’
Frunció en ceño ¿Qué le pasaba a toda esta gente? Acaso habían perdido la poca lucidez que tenían… murmuro otro poco de maldiciones e impropios.
Era fastidioso, molesto ¡hartante! ¿De quién rayos hablaban? …. ¿Matrimonio? Con un carajo, ella estaba allí sentada… ¿Por qué nadie le pedía matrimonio? Claro, no es como que ya quisiera casarse y echar su soltería por el caño… ¡Pero porque no le pedían a ella! Así estuvo por otro rato, tratando de asesinar a gente con el pensamiento. Quería levantarse e ir en busca de aquella susodicha persona que estaba acaparándose de la fama y gloría que debía ser para ella, sólo para ella – porque Oswald es un viejo rabo verde bueno para nada – odiaba que le estuvieran quitando lo suyo.
Hubiera querido lanzarse en busca de aquella persona y hacerle entender que no podía andar pavoneándose por su distrito, pero levantarse e ir en busca de ese alguien significaba que le estaba dando importancia, cosa que no merecía. Se quedó sentada, suprimiendo las ganas de moler a golpes a alguien.
No paso mucho tiempo en que alguien escuchara sus suplicas de un poco de diversión ya que, frente a ella paso algo bastante agradable a la vista. Una mujer se estampo contra un hombre y calló de bruces al suelo. Roxana comenzó a reír ante aquella esplendorosa vista aunque tan sólo basto unos cuantos segundos para que callara y la diversión en su rostro fuera sustituido por un semblante más serio. No le gusto lo que vio, eran ellos… ¿Qué se supone que hacían ellos en SU distrito? – Tks… - chasqueo la lengua y frunció aún más el ceño ¿Por qué no se iban a hacer de payasos a otro lado? En el 1 ya tenían a Oswald, no necesitaban más.
Entonces reparo en algo que la desconcertó ¡A caso era con la tipa del 10 con la que se querían casar! ¿Qué les pasaba a estos enfermos? ¡Con la del 10! ¿En serio? Eso sí que era molesto, era hora de enseñarles a ese par quién mandaba ahí. Con gesto altanero se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia donde el par de mentores se encontraban… haciendo al saber que cosa.
Poso sus bien lustradas zapatillas amarillas a un lado donde ambos se encontraban, acomodo sus brazos en sus caderas y les miro con desdén – ¿Qué hacen acá? – no pregunto, exigió. Ahora que había tenido una mejor vista noto un helado en el piso ‘entonces eso es lo que se le había caído al del cuatro’ se dijo así misma, hizo una mueca… Porque de seguro el del 4 no tenía problemas en caminar por allí con un helado, las malditas locas adolescentes gritarían a coro lo taaaaaaaaan sexy que ese tipo podía resultar zambulléndose un helado. Si claro, tenía que venir al 1 y echárselo a la cara...
Antes de comenzar a hervir ahí donde estaba, prefirió cambiar su atención hacía la loca del 10, que aún seguía en el piso limpiándose el helado ‘tonta… por tú culpa se ha desperdiciado’ pensó. – ¿Se les ha perdido algo o qué? Aparte de la dignidad, claro. – sonrió a sus anchas.
¿La has visto? ¡Es realmente ella! … ¡Luce más waou en persona! …
aunque habían comentarios más molestos como...
‘Me casaría con ella’
‘¿Enserio? Pero está loca’
‘Ellas son las mejores, aman con locura’
‘Hahaha’
Frunció en ceño ¿Qué le pasaba a toda esta gente? Acaso habían perdido la poca lucidez que tenían… murmuro otro poco de maldiciones e impropios.
Era fastidioso, molesto ¡hartante! ¿De quién rayos hablaban? …. ¿Matrimonio? Con un carajo, ella estaba allí sentada… ¿Por qué nadie le pedía matrimonio? Claro, no es como que ya quisiera casarse y echar su soltería por el caño… ¡Pero porque no le pedían a ella! Así estuvo por otro rato, tratando de asesinar a gente con el pensamiento. Quería levantarse e ir en busca de aquella susodicha persona que estaba acaparándose de la fama y gloría que debía ser para ella, sólo para ella – porque Oswald es un viejo rabo verde bueno para nada – odiaba que le estuvieran quitando lo suyo.
Hubiera querido lanzarse en busca de aquella persona y hacerle entender que no podía andar pavoneándose por su distrito, pero levantarse e ir en busca de ese alguien significaba que le estaba dando importancia, cosa que no merecía. Se quedó sentada, suprimiendo las ganas de moler a golpes a alguien.
No paso mucho tiempo en que alguien escuchara sus suplicas de un poco de diversión ya que, frente a ella paso algo bastante agradable a la vista. Una mujer se estampo contra un hombre y calló de bruces al suelo. Roxana comenzó a reír ante aquella esplendorosa vista aunque tan sólo basto unos cuantos segundos para que callara y la diversión en su rostro fuera sustituido por un semblante más serio. No le gusto lo que vio, eran ellos… ¿Qué se supone que hacían ellos en SU distrito? – Tks… - chasqueo la lengua y frunció aún más el ceño ¿Por qué no se iban a hacer de payasos a otro lado? En el 1 ya tenían a Oswald, no necesitaban más.
Entonces reparo en algo que la desconcertó ¡A caso era con la tipa del 10 con la que se querían casar! ¿Qué les pasaba a estos enfermos? ¡Con la del 10! ¿En serio? Eso sí que era molesto, era hora de enseñarles a ese par quién mandaba ahí. Con gesto altanero se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia donde el par de mentores se encontraban… haciendo al saber que cosa.
Poso sus bien lustradas zapatillas amarillas a un lado donde ambos se encontraban, acomodo sus brazos en sus caderas y les miro con desdén – ¿Qué hacen acá? – no pregunto, exigió. Ahora que había tenido una mejor vista noto un helado en el piso ‘entonces eso es lo que se le había caído al del cuatro’ se dijo así misma, hizo una mueca… Porque de seguro el del 4 no tenía problemas en caminar por allí con un helado, las malditas locas adolescentes gritarían a coro lo taaaaaaaaan sexy que ese tipo podía resultar zambulléndose un helado. Si claro, tenía que venir al 1 y echárselo a la cara...
Antes de comenzar a hervir ahí donde estaba, prefirió cambiar su atención hacía la loca del 10, que aún seguía en el piso limpiándose el helado ‘tonta… por tú culpa se ha desperdiciado’ pensó. – ¿Se les ha perdido algo o qué? Aparte de la dignidad, claro. – sonrió a sus anchas.
Roxana I. Kramer- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
A pesar de que limpié los restos del helado, sentía pegajosa mi mano y no pude evitar hacer gestos al respecto, pero cuando recordé que aquel helado era de otra persona inevitablemente levante el rostro para ver a quien ahora le debía un helado aunque el sol me deslumbró y no me dejó ver por completo hasta que escuché una nueva voz, una voz de una chica que se me hacía muy pero muy familiar. Coloqué mi antebrazo sobre mi frente -pues aun estaba deslumbrada por la luz- y miré hacia donde venía la voz, pasaron leves segundos cuando mis ojos se acostumbraron cuando vi a una chica de cabello tan blanco como la nieve y de mejillas sonrosadas. Por un momento me quede embelesada hasta que recordé donde había visto antes ese rostro, aquella chica era la mentora del distrito 1.
— Ro... Ro... ¡Roxana Kramer! — Dije con gran sorpresa sabiendo que había subido un poco el volumen de mi voz por la sorpresa, pero no esperaba verla -o más bien- no quería que ella me viera, bien sabía que ella era muy territorial y no le gustaba que nadie se metiera en los lugares de "sus dominios" cosa que... Admito no pensé muy bien al inicio... Se me había olvidado ese pequeño detalle.
Baje un poco la mirada algo avergonzada y recordé otra vez a la persona del helado a lo cual abrí los ojos para girarme a ver quien era y noté una nueva sorpresa. Aquella persona era el mentor del distrito 4, Wayne Eaton a lo cual me sonrojé de vergüenza y más por la posición en la que estaba pues no solo le había tirado su helado si no que estaba en el piso impresionada por haberme encontrado con dos mentores ademas de que ni siquiera había dirigido la palabra mas que para gritar el nombre de Roxana.
— Di.. Di.. Disculpa... — Dije de un momento a otro intentando levantarme aunque ahora estaba tan nerviosa, pues por un lado sabía que Roxana estaba molesta por venir sin "autorización" y por el otro no culpo a Wayne si se molesta por haber tirado su helado.
— Yo.. yo.. ahmm disculpa.. enserio lo.. siento. — Ni siquiera ya sabía que decir pues le estaba pidiendo disculpas a la persona incorrecta, a Roxana, cuando quería que fuera a Wayne por el helado. — Digo, no... este.. Lo siento. — Me giré al darme cuenta que me había equivocado, pero en ese momento mi pie resbaló con el helado que estaba en el suelo y terminé nuevamente cayendo. « Genial inicio... » Pensé mientras frotaba mi cabeza donde me había golpeado al momento en que me resbale.
— Ro... Ro... ¡Roxana Kramer! — Dije con gran sorpresa sabiendo que había subido un poco el volumen de mi voz por la sorpresa, pero no esperaba verla -o más bien- no quería que ella me viera, bien sabía que ella era muy territorial y no le gustaba que nadie se metiera en los lugares de "sus dominios" cosa que... Admito no pensé muy bien al inicio... Se me había olvidado ese pequeño detalle.
Baje un poco la mirada algo avergonzada y recordé otra vez a la persona del helado a lo cual abrí los ojos para girarme a ver quien era y noté una nueva sorpresa. Aquella persona era el mentor del distrito 4, Wayne Eaton a lo cual me sonrojé de vergüenza y más por la posición en la que estaba pues no solo le había tirado su helado si no que estaba en el piso impresionada por haberme encontrado con dos mentores ademas de que ni siquiera había dirigido la palabra mas que para gritar el nombre de Roxana.
— Di.. Di.. Disculpa... — Dije de un momento a otro intentando levantarme aunque ahora estaba tan nerviosa, pues por un lado sabía que Roxana estaba molesta por venir sin "autorización" y por el otro no culpo a Wayne si se molesta por haber tirado su helado.
— Yo.. yo.. ahmm disculpa.. enserio lo.. siento. — Ni siquiera ya sabía que decir pues le estaba pidiendo disculpas a la persona incorrecta, a Roxana, cuando quería que fuera a Wayne por el helado. — Digo, no... este.. Lo siento. — Me giré al darme cuenta que me había equivocado, pero en ese momento mi pie resbaló con el helado que estaba en el suelo y terminé nuevamente cayendo. « Genial inicio... » Pensé mientras frotaba mi cabeza donde me había golpeado al momento en que me resbale.
Kity K. Kraso- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Una con su actitud arrogante y egocéntrica y la otra en el suelo aun lidiando con ese helado desperdiciado… Al menos al venir al Distrito 1 podría esperar encontrarme con Roxana Kramer, ¿pero con Kity Kraso también? Bien, eso no me lo esperaba y no estaba con ánimos de lidiar con ambas a la vez, pero ya que estaba aquí no podía evitarlo y lo único que me quedaba por hacer era terminar con eso rápido. – Ahora no mucho ya que Kraso echó a perder lo que me disponía a hacer. – Dije con fastidio al ver que además parte de mi pantalón y zapatos se habían manchado con el helado. – Pero creo que lo que haga o deje de hacer no es de tu incumbencia Kramer.- Sonreí con ironía. Esa chica era demasiado soberbia y le hablaba a los demás con desprecio, pero obviamente no dejaría que se creyera superior a mí.
Pero no era solamente con ella con quien había tenido la “fortuna” de encontrarme en mi viaje, la mentora del 10 parecía aterrorizada con la presencia de Roxana, no entendía por qué si era algo a lo que se atenía al rondar el Distrito 1 ¿no? Pero bien, o era demasiado distraída o había olvidado el peculiar carácter que la mentora del 1 solía cargarse. Y la chica no dejaba de disculparse, vamos eso ya era patético y solo se estaba poniendo en vergüenza. Estiré mi mano en dirección a ella para que se pusiera de pie. – ¿Vas a quedarte en el suelo todo el tiempo o qué?- No la conocía lo suficiente para saber si me agradaba o no, pero tampoco la iba a dejar ahí. – Y ya deja de disculparte, ¿que no sabes decir algo más?- Era obvio que estar rodeado de mentores no era precisamente el mejor lugar para estar, ya que muy pocos se llevaban bien entre ellos, pero al menos la chica del 10 no era como Roxana, y en sí eso era más soportable.
Pero no era solamente con ella con quien había tenido la “fortuna” de encontrarme en mi viaje, la mentora del 10 parecía aterrorizada con la presencia de Roxana, no entendía por qué si era algo a lo que se atenía al rondar el Distrito 1 ¿no? Pero bien, o era demasiado distraída o había olvidado el peculiar carácter que la mentora del 1 solía cargarse. Y la chica no dejaba de disculparse, vamos eso ya era patético y solo se estaba poniendo en vergüenza. Estiré mi mano en dirección a ella para que se pusiera de pie. – ¿Vas a quedarte en el suelo todo el tiempo o qué?- No la conocía lo suficiente para saber si me agradaba o no, pero tampoco la iba a dejar ahí. – Y ya deja de disculparte, ¿que no sabes decir algo más?- Era obvio que estar rodeado de mentores no era precisamente el mejor lugar para estar, ya que muy pocos se llevaban bien entre ellos, pero al menos la chica del 10 no era como Roxana, y en sí eso era más soportable.
Wayne V. Eaton- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Roxana no estaba nada feliz, ver tanta mediocridad acumulada en una sola persona (entiéndase por la loca del 10) si que le enfermaba, allí abajo en el piso como el vil insecto que es, la mentora seguía lamentándose su patosa suerte.
-Ese ese es mi nombre, no lo desperdicies - Dijo con una sonrisa de auto-satisfacción. Le gustaba ver a la mentora del 10 así de alterada, era indicio de cuanto la respetaba, o temía, no importaba.
Aunque su sonrisa poco a poco fue disminuyendo su gesto altanero no lo hizo. Una vez hizo pregunta el único que al parecer tenía las suficientes neuronas para contestarle era el del 04, aunque como Roxana lo había previstoel tipo quería ponersele al brinco, Roxana obviamente no se lo permitiría, después de todo ella mandaba allí mientras que los otros dos solo estaban de paso. - Tienes razón, Eaton... - escupió aquella palabra como si el tan solo nombrarlo fuese un insulto - No deberia preocuparme por lo que haces, eres alguien totalmente irrelevante - se cruzo de brazos - honrado deberías sentirte por el hecho de que te hablara. - Luego de eso ignoro toda respuesta que pudiera salir de cuatro y decidió girar su vista a la mentora del 10.
Valla, hasta había comenzado a darle lastima Kraso, si tan solo Roxana fuera un poco mejor persona y Kraso no fuera del 10, se habría dignado de ofrecerle una mano, pero como ninguna de las dos era eso, Roxana siguió en su plan de niña chula viendo a la loca avergonzarse a límites inimaginables - Oye Kraso, nadie te ha visto... Ya levantate - enserio que la situación ya le había hartado, se mordió el labio inferior cuando noto que eso no había sonado muy a lo Kramer así que decidió hacer otro comentario más al estilo de ella. - si lo que querías era besarme los pies has fallado, y por mucho - se mofo. Luego miro a 4 yendo al rescate de la loca princesa del 10. Perdedores.
-Ese ese es mi nombre, no lo desperdicies - Dijo con una sonrisa de auto-satisfacción. Le gustaba ver a la mentora del 10 así de alterada, era indicio de cuanto la respetaba, o temía, no importaba.
Aunque su sonrisa poco a poco fue disminuyendo su gesto altanero no lo hizo. Una vez hizo pregunta el único que al parecer tenía las suficientes neuronas para contestarle era el del 04, aunque como Roxana lo había previstoel tipo quería ponersele al brinco, Roxana obviamente no se lo permitiría, después de todo ella mandaba allí mientras que los otros dos solo estaban de paso. - Tienes razón, Eaton... - escupió aquella palabra como si el tan solo nombrarlo fuese un insulto - No deberia preocuparme por lo que haces, eres alguien totalmente irrelevante - se cruzo de brazos - honrado deberías sentirte por el hecho de que te hablara. - Luego de eso ignoro toda respuesta que pudiera salir de cuatro y decidió girar su vista a la mentora del 10.
Valla, hasta había comenzado a darle lastima Kraso, si tan solo Roxana fuera un poco mejor persona y Kraso no fuera del 10, se habría dignado de ofrecerle una mano, pero como ninguna de las dos era eso, Roxana siguió en su plan de niña chula viendo a la loca avergonzarse a límites inimaginables - Oye Kraso, nadie te ha visto... Ya levantate - enserio que la situación ya le había hartado, se mordió el labio inferior cuando noto que eso no había sonado muy a lo Kramer así que decidió hacer otro comentario más al estilo de ella. - si lo que querías era besarme los pies has fallado, y por mucho - se mofo. Luego miro a 4 yendo al rescate de la loca princesa del 10. Perdedores.
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Metida en un problema... Eso es como podía definir la situación actual en la que estaba pasando, sinceramente nunca pasó por mi cabeza que pudiera encontrarme con Rox, o con Wayne... Mucho menos con los dos y en cierta forma estaba tan concentrada en escapar de todo lo que escuchaba en el diez que nunca me puse a pensar que quizás otros distritos eran mejores opciones que ir directamente al uno.
Estaba en una situación un tanto delicada, pues estando entre los dos mentores me sentía en medio de dos iceberg que se iban acercando poco a poco y pronto colisionarían haciendo un gran desastre. Lo peor de todo es que estaba en medio y no había alguien más que lograra meterse, pues esto era muy diferente a como cuando estamos reunidos todos los mentores en el capitolio, ya que ahí es por "trabajo" pero cuando uno llega a meterse en la propiedad del otro... « Yo y mis grandes ideas... » A decir verdad ahora me arrepentía de haber salido de mi casa, creo que para la próxima no saldré para nada de mi hogar, ni siquiera al campo. Creo que solo así estaré a salvo de todo... Hasta que lleguen las cosechas.
— ¿Yo?... ¿Eh? — Moví mi cabeza ligeramente después de lo que dijo Wayne pues no prestaba atención gracias a que estaba nuevamente perdida en mis pensamientos. — Ah.. si, yo.. disculpa.. lo siento... ¡Ah! No.. Quiero decir... — Genial, parece que no soy buena con las platicas en ningún sentido, aún me sigo preguntando ¿Porqué salí de mi distrito?
Me levanté sin esperar ayuda alguna, avergonzada totalmente por el desastre que había hecho y ademas de eso ahora le debía un helado al mentor del cuatro y pensaba pagarlo, pues yo fui quien lo tiro, pero justo cuando pensaba decirle algo Roxana habló y lo que dijo no me agradó en nada, a decir verdad, me molestó y sabía que ella era así pero... Estaba tan cansada de que me trataran de esa forma y me menospreciaran que pensaba gritarle, pero por un momento me calme -raro en mi- y solo sonreí ligeramente tomando aire para dirigirme a Wayne... — Te.. te debo un helado... No suelo ser de las personas que no paguen por lo que han hecho así que... ¿Pue..Puedo pagarte el helado? — Dije lo último en voz baja, pues no sabía de que forma pagarle el desastre que había causado, aunque me seguía molestando un poco lo que había dicho Roxana, esperaba esto no empeorara si no, no tengo idea que podría pasar. Por lo mientras la ignorare.
Estaba en una situación un tanto delicada, pues estando entre los dos mentores me sentía en medio de dos iceberg que se iban acercando poco a poco y pronto colisionarían haciendo un gran desastre. Lo peor de todo es que estaba en medio y no había alguien más que lograra meterse, pues esto era muy diferente a como cuando estamos reunidos todos los mentores en el capitolio, ya que ahí es por "trabajo" pero cuando uno llega a meterse en la propiedad del otro... « Yo y mis grandes ideas... » A decir verdad ahora me arrepentía de haber salido de mi casa, creo que para la próxima no saldré para nada de mi hogar, ni siquiera al campo. Creo que solo así estaré a salvo de todo... Hasta que lleguen las cosechas.
— ¿Yo?... ¿Eh? — Moví mi cabeza ligeramente después de lo que dijo Wayne pues no prestaba atención gracias a que estaba nuevamente perdida en mis pensamientos. — Ah.. si, yo.. disculpa.. lo siento... ¡Ah! No.. Quiero decir... — Genial, parece que no soy buena con las platicas en ningún sentido, aún me sigo preguntando ¿Porqué salí de mi distrito?
Me levanté sin esperar ayuda alguna, avergonzada totalmente por el desastre que había hecho y ademas de eso ahora le debía un helado al mentor del cuatro y pensaba pagarlo, pues yo fui quien lo tiro, pero justo cuando pensaba decirle algo Roxana habló y lo que dijo no me agradó en nada, a decir verdad, me molestó y sabía que ella era así pero... Estaba tan cansada de que me trataran de esa forma y me menospreciaran que pensaba gritarle, pero por un momento me calme -raro en mi- y solo sonreí ligeramente tomando aire para dirigirme a Wayne... — Te.. te debo un helado... No suelo ser de las personas que no paguen por lo que han hecho así que... ¿Pue..Puedo pagarte el helado? — Dije lo último en voz baja, pues no sabía de que forma pagarle el desastre que había causado, aunque me seguía molestando un poco lo que había dicho Roxana, esperaba esto no empeorara si no, no tengo idea que podría pasar. Por lo mientras la ignorare.
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
La reacción que tuvo Roxana al enfrentarle no me sorprendió en absoluto, sabía a grandes rasgos su carácter, aunque en sí no la conocía por completo simplemente porque ninguno de los dos mostraba el suficiente interés por hacerlo. Pero siendo que si la actitud que demostraba hacia conmigo y la mentora del 10 era real o una simple fachada para hacerse ver superior, la verdad es que era irritable, y ahora solo quería molestarla aún más para hacer valer mi vuelta hasta este petulante distrito.
Al parecer el hecho de que tres mentores se juntaran en un solo sitio público, en temporadas aparte de los juegos era una sensación ya que debido al alboroto que en especial la mujer del 10 estaba armando, varias personas nos miraban de lejos con gestos que iban desde la sorpresa, la emoción e incluso al coqueteo ya que ahora no solo veían a su hermosa vencedora con que deleitarse la vista. – Oh, por supuesto que no soy irrelevante, al menos no para ellas. – Respondí ante el comentario despectivo de Roxana, entonces saludé con una perfecta y fingida sonrisa a un pequeño grupo de chicas que nos observaban, las cuales al parecer les había encantado el saludo. – Y bueno algo así como honrado… no sería la palabra que estoy buscando, tal vez sería hastiado, pero defínelo cómo quieras. – Continué mi “ataque” haciéndole ver la poca importancia que su presencia tenía para mí, si algo sabía de ella era que su ego no era precisamente pequeño. –Ahora, creo que tengo cosas más importantes que hacer. – Mencioné por última vez mientras que nuestra otra acompañante se ponía de pie.
Kity no había dejado de disculparse aun cuando se ponía de pie, a lo que solo pude responder en un principio con un suspiro que denotaba mi aburrimiento. El ataque verbal con Roxana era lo que podría uno definir como divertido, pero esta chica parecía no disfrutarlo o no querer entrar a la batalla, estaba más preocupada por pagar un helado del cual por un instante me había olvidado. – ¿Terminaste de disculparte? Porque si piensas seguir será mejor que me lo dejes por escrito, la verdad es muy molesto tener que escucharte una y otra vez. – Roxana le había prácticamente insultado y a ella lo único que le importaba era ese helado, ¿que no tiene orgullo esta muchacha o qué? – Puedes pagarlo si quieres, lo compré más por capricho que por gusto, así que da igual.- Le dije para que ya terminara con el tema.
Al parecer el hecho de que tres mentores se juntaran en un solo sitio público, en temporadas aparte de los juegos era una sensación ya que debido al alboroto que en especial la mujer del 10 estaba armando, varias personas nos miraban de lejos con gestos que iban desde la sorpresa, la emoción e incluso al coqueteo ya que ahora no solo veían a su hermosa vencedora con que deleitarse la vista. – Oh, por supuesto que no soy irrelevante, al menos no para ellas. – Respondí ante el comentario despectivo de Roxana, entonces saludé con una perfecta y fingida sonrisa a un pequeño grupo de chicas que nos observaban, las cuales al parecer les había encantado el saludo. – Y bueno algo así como honrado… no sería la palabra que estoy buscando, tal vez sería hastiado, pero defínelo cómo quieras. – Continué mi “ataque” haciéndole ver la poca importancia que su presencia tenía para mí, si algo sabía de ella era que su ego no era precisamente pequeño. –Ahora, creo que tengo cosas más importantes que hacer. – Mencioné por última vez mientras que nuestra otra acompañante se ponía de pie.
Kity no había dejado de disculparse aun cuando se ponía de pie, a lo que solo pude responder en un principio con un suspiro que denotaba mi aburrimiento. El ataque verbal con Roxana era lo que podría uno definir como divertido, pero esta chica parecía no disfrutarlo o no querer entrar a la batalla, estaba más preocupada por pagar un helado del cual por un instante me había olvidado. – ¿Terminaste de disculparte? Porque si piensas seguir será mejor que me lo dejes por escrito, la verdad es muy molesto tener que escucharte una y otra vez. – Roxana le había prácticamente insultado y a ella lo único que le importaba era ese helado, ¿que no tiene orgullo esta muchacha o qué? – Puedes pagarlo si quieres, lo compré más por capricho que por gusto, así que da igual.- Le dije para que ya terminara con el tema.
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Roxana se había propuesto a ignorar completamente al del cuatro y todo iba perfectamente bien hasta que escucho el grito de las malditas colegialas moja bragas, enserio que las odiaba, a todas ellas por sus cerebros inflado de aire comprimido, porque solo eso podía hacer que sus voces sonarán tan irritantemente chillonas. Claro que Eaton no se hacía del rogar porque rápidamente había comenzado a saludar a las malditas cabeza de aire. - ¿Qué sabrán ellas de cosas buenas? – soltó como si nada, aunque realmente se apretaba los dientes para no gritarles a todas que se largaran de ese lugar, agradecía enormemente que ya antes le hubiera dado la espalda al mentor, no quería que le viera frustrada, aunque sabía que él ya lo disfrutaba. Descontorsiono su rostro mientras hacía una mueca de lo que Cuatro decía, como le repateaba el hígado, ganas de gritarle, patearle y golpear ¡CLARO QUE TENÍA! Pero con demonio, tenía que aceptar que el sujeto tenía también su pegue acá en el distrito… y si le hacía algo se ganaría el odio de más de alguna chica boba, no valía la pena bajar su popularidad por hacerle algo hiriente al del cuatro, tarde o temprano se tendría que ir. Ojala fuera temprano. –Tus palabras me dan igual – le miro de reojo, cargada de todo el desprecio que pudiera juntar y arrojarle. – Lo dudo – Malnacido hijo de… quería ahorcarlo ahí mismo ¿IMPORTANTE? ¡Acaso la del Diez era esa cosa importante? Porque Roxana discrepaba, y por mucho.
Maldita loca del Diez, maldito calienta bragas del Cuatro… como no se largaban y dejaban de pavonearse por su distrito, es que no les bastaba joderle la vista a los habitantes de sus respectivos distritos… quería ahorcar, patear cualquier cosa que le quitarán esta frustración, pero sonrió, sonrió solo para mantener una buena 'imagen' cuando escucho a uno de los habitantes gritar un:
‘¡ESTO ES ÉPICO! La mentora del uno, el del cuatro y diez ¿Acaso están preparando un plan para los juegos?’
¡Es que estaban de broma! ¿Con la del diez? Cuatro está insoportable pero era aún más lógico una alianza con él que alguien de un distrito tan bajo. Ahora quería golpear a los expectantes por ser tan cabeza dura.
“Vamos Roxy, inhala, exhala…. Cuenta hasta diez…”
¡Maldición, odiaba a la del diez! Es que pensaba seguir allí de lerda… ¿Cómo que no respondía a su insulto? ¿Por qué carajos no lo hacía? Sin duda alguna para Roxana era más entretenido hablar con Eaton que está loca que no formulaba ni una palabra coherente ¡No, alto! También el del cuatro es insoportable… no hay nada divertido en hablar con él – Tch… - bueno, tal vez sólo un poco… era mejor a que pasarse aburrida sentada en la banca. Aunque Roxana seguía disgustada por sus presencia, el distrito uno no es ninguna pasarela para que vengan a exhibirse por acá… eso sólo era trabajo de ella.
Se mordió internamente la mejilla al escuchar la respuesta de Cuatro a Kraso, hubiese reído por el ingenioso sentido del humor de aquel mentor sino estuviera tan disgustada por su actitud de chico-cool, porque claro, justo como habían sido sus sospechas iniciales ese sujeto solo estaba para pavonearse por allí luciendo su maldito helado, encendiendo a una que otra ofrecida y restregándoselo en la cara de Roxana. – Vamos Kraso, has esto más fácil para todos y vete, te haces un favor, así dejas de avergonzarte más – Se permitía ser aún más dura con la del Diez, pese a que era mentora, Roxana sabía que no era tan popular en su distrito, no como Wayne... – De paso te llevas a Cuatro ¿Sí? no quiero que el distrito tenga sobre población debido a que niñas tontas no pueden mantener las piernas cerradas cuando un hombre se les para enfrente.
Maldita loca del Diez, maldito calienta bragas del Cuatro… como no se largaban y dejaban de pavonearse por su distrito, es que no les bastaba joderle la vista a los habitantes de sus respectivos distritos… quería ahorcar, patear cualquier cosa que le quitarán esta frustración, pero sonrió, sonrió solo para mantener una buena 'imagen' cuando escucho a uno de los habitantes gritar un:
‘¡ESTO ES ÉPICO! La mentora del uno, el del cuatro y diez ¿Acaso están preparando un plan para los juegos?’
¡Es que estaban de broma! ¿Con la del diez? Cuatro está insoportable pero era aún más lógico una alianza con él que alguien de un distrito tan bajo. Ahora quería golpear a los expectantes por ser tan cabeza dura.
“Vamos Roxy, inhala, exhala…. Cuenta hasta diez…”
¡Maldición, odiaba a la del diez! Es que pensaba seguir allí de lerda… ¿Cómo que no respondía a su insulto? ¿Por qué carajos no lo hacía? Sin duda alguna para Roxana era más entretenido hablar con Eaton que está loca que no formulaba ni una palabra coherente ¡No, alto! También el del cuatro es insoportable… no hay nada divertido en hablar con él – Tch… - bueno, tal vez sólo un poco… era mejor a que pasarse aburrida sentada en la banca. Aunque Roxana seguía disgustada por sus presencia, el distrito uno no es ninguna pasarela para que vengan a exhibirse por acá… eso sólo era trabajo de ella.
Se mordió internamente la mejilla al escuchar la respuesta de Cuatro a Kraso, hubiese reído por el ingenioso sentido del humor de aquel mentor sino estuviera tan disgustada por su actitud de chico-cool, porque claro, justo como habían sido sus sospechas iniciales ese sujeto solo estaba para pavonearse por allí luciendo su maldito helado, encendiendo a una que otra ofrecida y restregándoselo en la cara de Roxana. – Vamos Kraso, has esto más fácil para todos y vete, te haces un favor, así dejas de avergonzarte más – Se permitía ser aún más dura con la del Diez, pese a que era mentora, Roxana sabía que no era tan popular en su distrito, no como Wayne... – De paso te llevas a Cuatro ¿Sí? no quiero que el distrito tenga sobre población debido a que niñas tontas no pueden mantener las piernas cerradas cuando un hombre se les para enfrente.
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
La pelea entre esos dos aumentaba y yo no sabía si meterme a calmar las cosas o mejor quedarme callada, al fin y acabo las cosas no estaban de mi parte, es decir aunque hablara no habría mucha diferencia... Así que solo me limité a observar sin decir mucho al respecto notando una pelea campal entre Wayne y Rox.
De un momento a otro Wayne saludo a unas chicas y estas parecían demasiado entusiasmadas por ese saludo. « Ahora me pregunto si de en verdad los del distrito uno están bien. » Pensé enarcando una ceja, pues parecían locos obsesionados por los mentores y eso me causaba un poco de miedo -en si desde que llegué- aunque ahora puedo notar que solo un pequeño grupo si no todos entran en esa categoría.
Lo peor de todo fue el hecho de haber escuchado a una persona diciendo que quizás nosotros como mentores estábamos preparando algo para los juegos a lo cual abrí los ojos negando para luego ver a Rox que un poco más y seguro saltaba hacia esa persona para golpearlo. « Creo que cualquier momento es bueno para una retirada. » Pensaba pero a pesar de que lo pensaba no me movía de mi lugar.
— ¿Eh? Yo.. ah... — Lo que dijo Wayne me tomó por sorpresa pues pareciera que volvieron a verme a mi, justo cuando pensaba que solo era una observadora más del lugar recordé que también estaba inmiscuida en el asunto. — Pues... — Pensaba tranquilizarme un poco e intentar calmar las cosas pero Rox no ponía de su parte y sus constantes ataques terminaron por agotar la poca paciencia que suelo tener y aunque el ataque no fue tan fuerte como lo que antes ya me había dicho termino dando pie a que pasara de la defensiva al ataque y es verdad que muchos me dicen que suelo ser agresiva y aunque siempre lo niego reconozco muy pero muy dentro de mi que realmente si soy agresiva.
— Oh ya veo entonces de ahí es de donde viene tanto cabeza hueca en este distrito, seguro todos son parientes tuyos ¿verdad? peor aún de seguro son tus hermanos por que tu madre sobre pobló el distrito como lo acabas de decir. — Mencioné aunque « Genial Kity, se supone que deberías estar al margen no formar parte de la batalla... Genial, genial... Espero salir viva ahora... » Ahora si que había metido la pata, pero no solo la había metido, me había caído en el hoyo y era uno muy pero muy profundo.
De un momento a otro Wayne saludo a unas chicas y estas parecían demasiado entusiasmadas por ese saludo. « Ahora me pregunto si de en verdad los del distrito uno están bien. » Pensé enarcando una ceja, pues parecían locos obsesionados por los mentores y eso me causaba un poco de miedo -en si desde que llegué- aunque ahora puedo notar que solo un pequeño grupo si no todos entran en esa categoría.
Lo peor de todo fue el hecho de haber escuchado a una persona diciendo que quizás nosotros como mentores estábamos preparando algo para los juegos a lo cual abrí los ojos negando para luego ver a Rox que un poco más y seguro saltaba hacia esa persona para golpearlo. « Creo que cualquier momento es bueno para una retirada. » Pensaba pero a pesar de que lo pensaba no me movía de mi lugar.
— ¿Eh? Yo.. ah... — Lo que dijo Wayne me tomó por sorpresa pues pareciera que volvieron a verme a mi, justo cuando pensaba que solo era una observadora más del lugar recordé que también estaba inmiscuida en el asunto. — Pues... — Pensaba tranquilizarme un poco e intentar calmar las cosas pero Rox no ponía de su parte y sus constantes ataques terminaron por agotar la poca paciencia que suelo tener y aunque el ataque no fue tan fuerte como lo que antes ya me había dicho termino dando pie a que pasara de la defensiva al ataque y es verdad que muchos me dicen que suelo ser agresiva y aunque siempre lo niego reconozco muy pero muy dentro de mi que realmente si soy agresiva.
— Oh ya veo entonces de ahí es de donde viene tanto cabeza hueca en este distrito, seguro todos son parientes tuyos ¿verdad? peor aún de seguro son tus hermanos por que tu madre sobre pobló el distrito como lo acabas de decir. — Mencioné aunque « Genial Kity, se supone que deberías estar al margen no formar parte de la batalla... Genial, genial... Espero salir viva ahora... » Ahora si que había metido la pata, pero no solo la había metido, me había caído en el hoyo y era uno muy pero muy profundo.
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Justo en esos momentos podría admitir que comenzaba a gustarme el viaje que había realizado al distrito 1, que aunque al principio me había molestado lo suficiente como para quererme largar en el acto, los sucesos me habían hecho cambiar de parecer. Era obvio que mi sonrisa de “seductor” y la reacción que había ocasionado en las habitantes del distrito, había molestado a Roxana… qué decir que incluso a mí mismo me hacía sentir raro, pero el hecho de ver esa reacción era suficiente para sentirme satisfecho, tal vez así se sentía ella misma cuando estaba del otro lado; pero en fin que tampoco quería pasarme, así que decidí no decir más y concentrarme en mi otro asunto por resolver.
Pero con ella simplemente la cosa iba peor, solo balbuceaba frases sin terminar, giré la mirada. ¿Qué diablos pasaba con esta chica? Por un lado tenía a Kramer que no paraba de provocarla y obviamente divirtiéndose con ella, y por mi parte… bueno, la verdad es que ya había decidido ignorarla por el momento, irme del lugar sin más. Podría entretenerme de alguna otra forma, las chicas que estaban cerca podrían encargarse de ello, pero tampoco era del tipo sociable así que estaba decidiendo entre regresar a mi distrito o buscar algún lugar menos concurrido en donde estar. Me di la vuelta dispuesto a seguir mi camino.
Pero claro que Roxana no nos la dejaría pasar tan fácilmente, al menos no para Kity; detuve los dos pasos que apenas había hecho pero aun les daba la espalda a ambas. Era obvio que la atención que ambos habíamos captado era algo que la hacía rabiar, tal vez más de lo que hubiera pensado. Giré mi cabeza cuando se refirió a mí nuevamente, pero solo enarqué una ceja y sonreí. Fue entonces que lo inesperado sucedió.
Kity le contestó a Roxana.
Y de una manera… peculiar.
Las encaré nuevamente y abrí los ojos sorprendido, ¿Roxana estallaría en rabia? La verdad es que lo que había dicho la elegante mentora del uno sobre mí me daba igual, pero lo que había contestado Kity estaba tan fuera de lo común en tantos sentidos, que no pude evitar poner mi mano en mi boca y contener la risa… bien, no recordaba cuándo había sido la última vez que algo me había causado risa así, ya que no soy conocido por ser alguien de buen humor. –Ok… parece que según la información de esta chica, no soy requerido para aumentar la población de este bello distrito, ¿verdad Roxana?- Le eché leña al fuego y me encaminé a la banca que estaba cerca de nosotros, unos cuantos me bastaron para llegar y tomar asiento, crucé mi pierna y entonces esperé en mi asiento de primera fila.
Pero con ella simplemente la cosa iba peor, solo balbuceaba frases sin terminar, giré la mirada. ¿Qué diablos pasaba con esta chica? Por un lado tenía a Kramer que no paraba de provocarla y obviamente divirtiéndose con ella, y por mi parte… bueno, la verdad es que ya había decidido ignorarla por el momento, irme del lugar sin más. Podría entretenerme de alguna otra forma, las chicas que estaban cerca podrían encargarse de ello, pero tampoco era del tipo sociable así que estaba decidiendo entre regresar a mi distrito o buscar algún lugar menos concurrido en donde estar. Me di la vuelta dispuesto a seguir mi camino.
Pero claro que Roxana no nos la dejaría pasar tan fácilmente, al menos no para Kity; detuve los dos pasos que apenas había hecho pero aun les daba la espalda a ambas. Era obvio que la atención que ambos habíamos captado era algo que la hacía rabiar, tal vez más de lo que hubiera pensado. Giré mi cabeza cuando se refirió a mí nuevamente, pero solo enarqué una ceja y sonreí. Fue entonces que lo inesperado sucedió.
Kity le contestó a Roxana.
Y de una manera… peculiar.
Las encaré nuevamente y abrí los ojos sorprendido, ¿Roxana estallaría en rabia? La verdad es que lo que había dicho la elegante mentora del uno sobre mí me daba igual, pero lo que había contestado Kity estaba tan fuera de lo común en tantos sentidos, que no pude evitar poner mi mano en mi boca y contener la risa… bien, no recordaba cuándo había sido la última vez que algo me había causado risa así, ya que no soy conocido por ser alguien de buen humor. –Ok… parece que según la información de esta chica, no soy requerido para aumentar la población de este bello distrito, ¿verdad Roxana?- Le eché leña al fuego y me encaminé a la banca que estaba cerca de nosotros, unos cuantos me bastaron para llegar y tomar asiento, crucé mi pierna y entonces esperé en mi asiento de primera fila.
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Una vez hubo terminado la 'pelea verbal' entre ambos mentores, Kramer decidió ir a molestar a la del Diez, Roxana realmente comenzaba a preocuparse por esa chica ¿En serio le hacían faltas neuronas? en todo el tiempo que llevaban no dejaba de murmuras 'lo siento' y otras cosas mas sin sentido, y lo que era el colmo ¡Ni siquiera había contestado a su insulto! ¿Es qué Kraso realmente era o se hacia? Roxana hizo su último intento de insulto, comenzaba a pensar que si Kraso no pondría de su parte se iría a otro lado porque al parecer el Cuatro pensaba marcharse y ella no quería aguantar a la loca.
Estaba a punto de irse cuando algo le detuvo...
Kity había hablado, sin tartamudear, sin innecesarios 'lo siento' y sobre todo, la había... ¿insultado? Bueno, de eso no estaba segura... más bien parecía que había insultado a su madre.
Roxana se quedo perpleja, no porque le hubiera molestado de sobre manera aquello - cosas peores había escuchado-, sino más bien porque Kraso ¡había hablado! Si no hubiera sido porque había pasado a traer algo de su orgullo la hubiera felicitado. Desvió su mirada al mentor del cuatro, el muy maldito al parecer había decidido quedarse a ver la función - Tche -casi escupió. Nada le costaba abalanzarse sobre Kraso y magullare el rostro, pero era seguro que eso quería el del cuatro y no le daría el gusto, pero por otro lado no dejaría que la del Diez se saliera con la suya, oh.... claro que no, porque una vez le contestabas a Kramer quería decir que habías entrado a su juego, en el cual ni Dios padre te libraría.
¿Qué debía hacer?
No quería darle gusto al mentor, no dejaría que la loca se sintiera victoriosa... entonces, se convertiría en la victima, tenia experiencia en el campo de actriz/mentirosa.
Camino hasta Kraso, estiro sus manos y una vez tenia el cuello de su ropa lo jalo hacia ella. Frunció el ceño y le encaro directo. - ¡¿Cuál es tu maldito problema?! - grito a todo lo que su pulmón le daba. La separo de ella de un empujón - Vienes a mi distrito y armas un alboroto - señalo en dirección de los chismosos que aun no se iban - Y aparte, aun te crees con el derecho de insultar a mi madre - dijo al estilo de toda una Drama Queen - ¡¿Qué esta mal contigo? Una madre es sagrada ¿Por qué tienes que ser tan desconsiderada?! - nuevamente dio otro empujón - Lárgate de aquí Kraso, no puedes venir a insultarnos... tu no eres nadie - y al parecer a muchos estuvieran de acuerdo con ello ¿Quién no lo estaría luego de semejante insulto? - Yo no voy por allí diciendo que tù madre se metía con cuanto hombre se le pusiera enfrente solo para tener un poco para comer ¿Verdad? que se revolcaba noche tras noche con ellos para que la pobre Kity pudiera alimentarse, o que simplemente ya ni sabe de quien eres hija - y sonrío, porque esto le había hecho el día - Eres una cobarde, te insulte a tì... porque no enfrentas tus problemas... ¿Pero qué digo? No podía esperar más de alguien tan inferior como tu -
- Me das pena - Si ahora mismo no podía romperla de manera física lo haría emocionalmente, y si aún eso no servia se las ingeniaría para acabarla de otro modo. Retrocedió dejándola allí en medio.
Giro hacia el mentor del cuatro y le sonrió - ¿Satisfecho? - formulo una pregunta silenciosa. Ese chico al parecer quería ver una función y ella se lo daría pero bajo sus propios términos. Miro nuevamente a la loca, le hubiera gritado a la cara un ¡Además mi madre puede acostarse con quien se le de la maldita gana! pero eso solo le quitaría dramatismo a su gran actuación. ¿Qué harás ahora? ¿Me golpearas, me gritaras o por fin te largaras?
Estaba a punto de irse cuando algo le detuvo...
Kity había hablado, sin tartamudear, sin innecesarios 'lo siento' y sobre todo, la había... ¿insultado? Bueno, de eso no estaba segura... más bien parecía que había insultado a su madre.
Roxana se quedo perpleja, no porque le hubiera molestado de sobre manera aquello - cosas peores había escuchado-, sino más bien porque Kraso ¡había hablado! Si no hubiera sido porque había pasado a traer algo de su orgullo la hubiera felicitado. Desvió su mirada al mentor del cuatro, el muy maldito al parecer había decidido quedarse a ver la función - Tche -casi escupió. Nada le costaba abalanzarse sobre Kraso y magullare el rostro, pero era seguro que eso quería el del cuatro y no le daría el gusto, pero por otro lado no dejaría que la del Diez se saliera con la suya, oh.... claro que no, porque una vez le contestabas a Kramer quería decir que habías entrado a su juego, en el cual ni Dios padre te libraría.
¿Qué debía hacer?
No quería darle gusto al mentor, no dejaría que la loca se sintiera victoriosa... entonces, se convertiría en la victima, tenia experiencia en el campo de actriz/mentirosa.
Camino hasta Kraso, estiro sus manos y una vez tenia el cuello de su ropa lo jalo hacia ella. Frunció el ceño y le encaro directo. - ¡¿Cuál es tu maldito problema?! - grito a todo lo que su pulmón le daba. La separo de ella de un empujón - Vienes a mi distrito y armas un alboroto - señalo en dirección de los chismosos que aun no se iban - Y aparte, aun te crees con el derecho de insultar a mi madre - dijo al estilo de toda una Drama Queen - ¡¿Qué esta mal contigo? Una madre es sagrada ¿Por qué tienes que ser tan desconsiderada?! - nuevamente dio otro empujón - Lárgate de aquí Kraso, no puedes venir a insultarnos... tu no eres nadie - y al parecer a muchos estuvieran de acuerdo con ello ¿Quién no lo estaría luego de semejante insulto? - Yo no voy por allí diciendo que tù madre se metía con cuanto hombre se le pusiera enfrente solo para tener un poco para comer ¿Verdad? que se revolcaba noche tras noche con ellos para que la pobre Kity pudiera alimentarse, o que simplemente ya ni sabe de quien eres hija - y sonrío, porque esto le había hecho el día - Eres una cobarde, te insulte a tì... porque no enfrentas tus problemas... ¿Pero qué digo? No podía esperar más de alguien tan inferior como tu -
- Me das pena - Si ahora mismo no podía romperla de manera física lo haría emocionalmente, y si aún eso no servia se las ingeniaría para acabarla de otro modo. Retrocedió dejándola allí en medio.
Giro hacia el mentor del cuatro y le sonrió - ¿Satisfecho? - formulo una pregunta silenciosa. Ese chico al parecer quería ver una función y ella se lo daría pero bajo sus propios términos. Miro nuevamente a la loca, le hubiera gritado a la cara un ¡Además mi madre puede acostarse con quien se le de la maldita gana! pero eso solo le quitaría dramatismo a su gran actuación. ¿Qué harás ahora? ¿Me golpearas, me gritaras o por fin te largaras?
Roxana I. Kramer- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
No podía creer lo que había dicho; en si, no se como es que de un momento a otro me ponía tan a la defensiva y lo peor de todo es que no estaba asustada, es más, quería continuar con esto. Estaba un poco cansada de todo lo que vivía constantemente en mi vida y ahora parecía que estaba usando este momento para desquitarme de todo lo que vivía en el 10.« Muy bien, ahora si lo admito. Estoy loca. » Mordí un poco el interior de mi labio pues no sabía la forma en que Roxana respondería ante lo dicho, pero al parecer a Wayne le causo tanta gracia que comenzó a echarle más leña al fuego mientras interiormente deseaba intentara parar esto -aunque admitamos que eso sería pedir algo imposible- al final Wayne se sentó en una banca y mientras me distraía mirándolo Rox me tomó por el cuello de mi blusa jalándome a lo cual por un momento me asusté y comenzó a gritar.
Lo que gritaba no tenía sentido... Es decir ¿Ahora se hacía la victima? eso... Eso no me lo esperaba pero sabía muy bien que solo estaba actuando, al fin y acabo Roxana es especialista en llamar la atención y ahora con todo lo que me decía no podía dejar tan fácil se saliera con la suya... No de esta forma.
Roxana comenzó a empujarme y a decir más cosas mientras pequeños círculos de gente se juntaban viendo que pasaba. Algunos comenzaban a disgustarse pero solo estaba esperando a que terminara, cuando fue así solo baje mi rostro dejando que mi cabello cubriera parte de él y apreté mis puños.
— Valla... Rox... No esperaba tuvieras una vida peor que la mía. — Dije con la voz en tono bajo, pero sin mirarla y mientras hablaba escuchaba los murmullos de las personas. — Tener a la madre más pobre del distrito 1 quien es reconocido por ser casi un segundo capitolio, una madre dedicada a darle de comer a su hija ingrata que solo se dedica a menospreciar a los demás ¿por que? ¿por que gano los juegos? Si no lo sabes... Hay más como tu, y en tu distrito hay otro mentor... — Levanté mi rostro mirándola con desafío. No pensaba ahora hacerme para atrás y si este distrito me odiaba bien por él, ya tenía suficiente con mi distrito y sus estupideces para preocuparme por una manada de cabezas huecas, ademas ni que fueran el último distrito de panem.
— ¡La cobarde aquí es otra Kramer! Y bien sabemos por que lo digo... Es decir, vengo a visitar el distrito del que todo mundo habla y lo que me encuentro es a su mentora intentando interponer su "grandeza" pisoteando a sus visitantes. Con razón nadie quiere visitarlos. — Reí un poco con ironía mientras cruzaba mis brazos. — No es así Wayne... Todos los mentores hablan de venir al distrito uno, pero no lo hacen gracias al recibimiento de su mentora. — Escuchaba murmullos de la gente que nos rodeaba, sabía que todos ellos eran unos locos seguidores de mentores al igual que los del capitolio; así que comentando eso esperé que Wayne me siguiera el juego, aunque no confiaba tanto en eso.— Además lo que es más patético es ver a alguien "sano" atacando a alguien que es considerado psicologicamente inestable y sabes por que lo digo. — Todos sabían que de entre los mentores la más inestable era yo y que si solo estaba callada era principalmente a la medicación que me recetaban. Incluso una vez me recetaron antidepresivos y eso no fue nada agradable. — No puedo creer Roxy que ataques y ofendas a alguien quien solo quiere venir a ver el distrito más popular de Panem. — Comencé a cambiar mi tono de voz de tal forma que se pensaría que estaba a punto del llanto, pero al igual que ella yo sabía actuar... O al menos eso creo.
Lo que gritaba no tenía sentido... Es decir ¿Ahora se hacía la victima? eso... Eso no me lo esperaba pero sabía muy bien que solo estaba actuando, al fin y acabo Roxana es especialista en llamar la atención y ahora con todo lo que me decía no podía dejar tan fácil se saliera con la suya... No de esta forma.
Roxana comenzó a empujarme y a decir más cosas mientras pequeños círculos de gente se juntaban viendo que pasaba. Algunos comenzaban a disgustarse pero solo estaba esperando a que terminara, cuando fue así solo baje mi rostro dejando que mi cabello cubriera parte de él y apreté mis puños.
— Valla... Rox... No esperaba tuvieras una vida peor que la mía. — Dije con la voz en tono bajo, pero sin mirarla y mientras hablaba escuchaba los murmullos de las personas. — Tener a la madre más pobre del distrito 1 quien es reconocido por ser casi un segundo capitolio, una madre dedicada a darle de comer a su hija ingrata que solo se dedica a menospreciar a los demás ¿por que? ¿por que gano los juegos? Si no lo sabes... Hay más como tu, y en tu distrito hay otro mentor... — Levanté mi rostro mirándola con desafío. No pensaba ahora hacerme para atrás y si este distrito me odiaba bien por él, ya tenía suficiente con mi distrito y sus estupideces para preocuparme por una manada de cabezas huecas, ademas ni que fueran el último distrito de panem.
— ¡La cobarde aquí es otra Kramer! Y bien sabemos por que lo digo... Es decir, vengo a visitar el distrito del que todo mundo habla y lo que me encuentro es a su mentora intentando interponer su "grandeza" pisoteando a sus visitantes. Con razón nadie quiere visitarlos. — Reí un poco con ironía mientras cruzaba mis brazos. — No es así Wayne... Todos los mentores hablan de venir al distrito uno, pero no lo hacen gracias al recibimiento de su mentora. — Escuchaba murmullos de la gente que nos rodeaba, sabía que todos ellos eran unos locos seguidores de mentores al igual que los del capitolio; así que comentando eso esperé que Wayne me siguiera el juego, aunque no confiaba tanto en eso.— Además lo que es más patético es ver a alguien "sano" atacando a alguien que es considerado psicologicamente inestable y sabes por que lo digo. — Todos sabían que de entre los mentores la más inestable era yo y que si solo estaba callada era principalmente a la medicación que me recetaban. Incluso una vez me recetaron antidepresivos y eso no fue nada agradable. — No puedo creer Roxy que ataques y ofendas a alguien quien solo quiere venir a ver el distrito más popular de Panem. — Comencé a cambiar mi tono de voz de tal forma que se pensaría que estaba a punto del llanto, pero al igual que ella yo sabía actuar... O al menos eso creo.
Kity K. Kraso- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
No podía creer el giro que había dado mi espontánea visita al distrito 1, al principio el encontrarme con estas chicas mentoras me había fastidiado, ahora estaba más que entretenido incluso podría decirse que divertido, lo cual no era muy usual. Primeramente mi batalla verbal con Roxana había comenzado con la diversión, sin embargo Kity Kraso, la inestable y aparentemente inocente vencedora del distrito 10 hacía su presencia en el ataque, quién lo diría, la chica también era talentosa.Yo permanecí en mi lugar sin pensar realmente en seguir interviniendo, ahora solo era un simple espectador, a fin de cuentas el pleito era entre ellas, por lo que mi presencia no era de todo necesaria, a menos que yo quisiera calmar los ánimos, cosa que en realidad no me interesaba o en cambio alentar más la discusión que bien podría hacerlo pero por el momento no veía necesaria mi intrusión.
Pero vaya qué manera de contestar al “insulto” se había sacado de la manga Roxana, ahora se hacía la víctima, y a base de empujones y palabras indignadas, pretendía hacer sentir mal a Kity y poner a los demás espectadores a su favor; los cuales aumentaban con cada grito y empujón, unos cuantos se veían angustiados, otros molestos y unos más emocionados. Sin duda eran tan parecidos a los capitolinos. Pero era buena con su actuación, y pude reafirmar que estaba actuando cuando se acercó a mí sonriente. – Eres buena…- respondí a su sonrisa maliciosa con una parecida, pero ambos esperábamos la reacción de la otra visitante, la cual no tardó mucho en llegar.
Bien, esto era una batalla de “quién es la más dramática” y era de reconocerse que Kity tenía bastante ventaja en el asunto de parecer indefensa y vulnerable, por lo que tenía las de ganar, y así mi vista iba de Kity a Roxana captando sus reacciones entretenido, esperando a ver la contestación de una y otra. Incluso la chica del 10 se refugió en su aparente debilidad mental; asunto del que ya había escuchado hablar antes y lo cual no le había prestado importancia, simplemente lo veía como una ventaja para mí y mi distrito, pero el punto culmine de su participación lo dio cuando parecía a punto de soltar el llanto. – Parece que te lleva ventaja- dije en voz baja dirigiéndome a Roxana. Fue cuando Kity se dirigió a mí, en espera de que me pusiera de su lado y siguiera su juego, pero yo no podía ponerme en plan de víctima, la actuación no era lo mío. – Yo no sé qué aspiraciones tengan en los distritos bajos como el tuyo.- Le contesté despectivamente, a fin de cuentas mi desprecio por los distritos bajos era reconocido y genuino, no era necesario actuar. – Si vine aquí fue porque así lo quise. – Rematé con indiferencia.
Pero vaya qué manera de contestar al “insulto” se había sacado de la manga Roxana, ahora se hacía la víctima, y a base de empujones y palabras indignadas, pretendía hacer sentir mal a Kity y poner a los demás espectadores a su favor; los cuales aumentaban con cada grito y empujón, unos cuantos se veían angustiados, otros molestos y unos más emocionados. Sin duda eran tan parecidos a los capitolinos. Pero era buena con su actuación, y pude reafirmar que estaba actuando cuando se acercó a mí sonriente. – Eres buena…- respondí a su sonrisa maliciosa con una parecida, pero ambos esperábamos la reacción de la otra visitante, la cual no tardó mucho en llegar.
Bien, esto era una batalla de “quién es la más dramática” y era de reconocerse que Kity tenía bastante ventaja en el asunto de parecer indefensa y vulnerable, por lo que tenía las de ganar, y así mi vista iba de Kity a Roxana captando sus reacciones entretenido, esperando a ver la contestación de una y otra. Incluso la chica del 10 se refugió en su aparente debilidad mental; asunto del que ya había escuchado hablar antes y lo cual no le había prestado importancia, simplemente lo veía como una ventaja para mí y mi distrito, pero el punto culmine de su participación lo dio cuando parecía a punto de soltar el llanto. – Parece que te lleva ventaja- dije en voz baja dirigiéndome a Roxana. Fue cuando Kity se dirigió a mí, en espera de que me pusiera de su lado y siguiera su juego, pero yo no podía ponerme en plan de víctima, la actuación no era lo mío. – Yo no sé qué aspiraciones tengan en los distritos bajos como el tuyo.- Le contesté despectivamente, a fin de cuentas mi desprecio por los distritos bajos era reconocido y genuino, no era necesario actuar. – Si vine aquí fue porque así lo quise. – Rematé con indiferencia.
Wayne V. Eaton- Mentor
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Re: Lo que otros no ven [Priv. Kity & Wayne]
Roxana escucho la contestación de Kraso ¿Ella, una peor vida? Al parecer no estaban hablando en la misma frecuencia, eso era totalmente agotador... tendría que explicarle cosa por cosa a la mentora del 10 si quería que le entendiera ya que aparte de loca, resultaba una retrasada. — ¿A qué horas dije eso? — Pregunto ladeando la cabeza en un acto 'inocente' — Creo que todo lo medicamentos que te metes te están arruinando, más. Tú madre era la arrastrada. — respondió en tono bajo aun sin perder esa sonrisa. Cuando Kity termino con su parloteo sin sentido (otra vez) Roxana solo sonrió ¿Qué se suponía que la otra trataba de hacer, intimidarla? ¿Acaso creía que con tan solo una mirada ella iba a retroceder? Necesitaría más que eso para hacerlo.
Kramer busco con la mirada a Wayne y cuando lo encontró una pregunta silencio le formulo, su sonrisa se ensancho al obtener la respuesta. Realmente estaba siendo una tarde divertido, por lo menos para ella y el mentor del cuatro. Regreso su atención en Kraso, al parecer aun no se pensaba ir, eso le molestaba pero por lo menos le aseguraba otros ratos más de entretenimiento barato.
Cuando Kity comenzó a gritar una sonrisa en Rox apareció, seguramente era porque que había obtenido lo que buscaba, que ella se desbordara. Relajo los hombros y suspiro mientras escuchaba los reclamos sin sentido de la del 10, dejaría que se desahogara un poco, después de todo esa era su táctica "enterrar el cuchillo, sacarlo... dejar que se desangren y luego, nuevamente... enterrarlo y retorcerlo para ver que tanto puede sufrir el cuerpo antes de morir" La única vez que mascullo una maldición fue cuando escucho el comentario burlón de Wayne ¡HA! le demostraría al tipo que es capaz de lidiar con cualquier cosa que le pusieran enfrente.
— ¿Vez? — Hablo por fin cuando Wayne respondió a la interrogante de Kraso. — Creo que tu punto sobre "pisotear" a las visitas esta mal fundamentado — se cruzo de brazos para aumentar un poco la seriedad a sus palabras — Eaton es libre de deambular por donde quiera, es más... si quisiera bien puede irse ahora... — 'enserio, vete' — aunque bueno, como él quiera... ¿Acaso me vez ofendiendole? Es cierto que no somos amigos, pero eso no es ningún secreto... no podemos ser 'amigos' cuando tratamos de mantener uno de los nuestros con vida — suspiro cansadamente en acto dramático, era cierto que uno que otro mentor se llevaban, pero eso no aplicaba para la mayoría... — ¡Ah! Y claro, sobre la cobarde... — hizo comillas con la mano en la última frase — Diferimos nuevamente, acá la única cobarde eres tú... poniendo tu 'enfermedad' como excusa me parece patético, es fácil... si quieres ser tratada como una enferma mental vete a recluir a un sitio para gente como tú, pero... si vienes, y te paras frente a cualquier mentor seras tratada como un igual ¿Acaso creías que te tendríamos consideración por tu estado? — rió ante aquello.
— Las lagrimas tampoco funcionan conmigo Kraso — ¿Si pensaba que una niña llorona llamaría la atención a alguno estaba equivocada, tal vez lo haría... pero no con todos, después de todo estaba en el uno, allí solo lo brillante y valioso sobresale. — Hazlo en otro lado, el asunto de la victima esta muy trillado, déjale eso a los tributos.... ahora compórtate como una mentora.
- Yo no ataco y ofendo, les doy el lugar que se merecen... tú no haces mucho por obtener uno. Comienzas a aburrirme.
Kramer busco con la mirada a Wayne y cuando lo encontró una pregunta silencio le formulo, su sonrisa se ensancho al obtener la respuesta. Realmente estaba siendo una tarde divertido, por lo menos para ella y el mentor del cuatro. Regreso su atención en Kraso, al parecer aun no se pensaba ir, eso le molestaba pero por lo menos le aseguraba otros ratos más de entretenimiento barato.
Cuando Kity comenzó a gritar una sonrisa en Rox apareció, seguramente era porque que había obtenido lo que buscaba, que ella se desbordara. Relajo los hombros y suspiro mientras escuchaba los reclamos sin sentido de la del 10, dejaría que se desahogara un poco, después de todo esa era su táctica "enterrar el cuchillo, sacarlo... dejar que se desangren y luego, nuevamente... enterrarlo y retorcerlo para ver que tanto puede sufrir el cuerpo antes de morir" La única vez que mascullo una maldición fue cuando escucho el comentario burlón de Wayne ¡HA! le demostraría al tipo que es capaz de lidiar con cualquier cosa que le pusieran enfrente.
— ¿Vez? — Hablo por fin cuando Wayne respondió a la interrogante de Kraso. — Creo que tu punto sobre "pisotear" a las visitas esta mal fundamentado — se cruzo de brazos para aumentar un poco la seriedad a sus palabras — Eaton es libre de deambular por donde quiera, es más... si quisiera bien puede irse ahora... — 'enserio, vete' — aunque bueno, como él quiera... ¿Acaso me vez ofendiendole? Es cierto que no somos amigos, pero eso no es ningún secreto... no podemos ser 'amigos' cuando tratamos de mantener uno de los nuestros con vida — suspiro cansadamente en acto dramático, era cierto que uno que otro mentor se llevaban, pero eso no aplicaba para la mayoría... — ¡Ah! Y claro, sobre la cobarde... — hizo comillas con la mano en la última frase — Diferimos nuevamente, acá la única cobarde eres tú... poniendo tu 'enfermedad' como excusa me parece patético, es fácil... si quieres ser tratada como una enferma mental vete a recluir a un sitio para gente como tú, pero... si vienes, y te paras frente a cualquier mentor seras tratada como un igual ¿Acaso creías que te tendríamos consideración por tu estado? — rió ante aquello.
— Las lagrimas tampoco funcionan conmigo Kraso — ¿Si pensaba que una niña llorona llamaría la atención a alguno estaba equivocada, tal vez lo haría... pero no con todos, después de todo estaba en el uno, allí solo lo brillante y valioso sobresale. — Hazlo en otro lado, el asunto de la victima esta muy trillado, déjale eso a los tributos.... ahora compórtate como una mentora.
- Yo no ataco y ofendo, les doy el lugar que se merecen... tú no haces mucho por obtener uno. Comienzas a aburrirme.
OFF: Perdón por la tardanza, no andaba muy bien xD
Roxana I. Kramer- Mentor
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