I'm not gonna write you a love song {Noelle/Libre}

por **Trisha J. Hemingway** Sáb Jun 29, 2013 8:51 am

Comida. Comida. Risas. Comida. Comida. Risas.

Esa era la rutina desde que entrabas al tren que te llevaba a la muerte, era peor que morir de hambre. Yo lo habría preferido mil veces. Pero ahora estaba aquí, en la terraza del vagón, sonriendo sin ganas e intentando ocultar mi debilidad porque en cualquier momento podía subir otro tributo. Y salvo Liam, estaba segura de que todos se imaginaban que aceptaba las normas del Capitolio, sin embargo no era así. Yo quería una revolución, porque no era justo que niños inocentes muriesen en los Juegos del Hambre para divertir al Capitolio. No aceptaba que la vida debía ser así, tenía que haber otro método, otra forma de gobernar justamente y de forma que personas inocentes no perdieran la vida en el programa más macabro que se había visto nunca en el mundo.

A veces me imaginaba cómo sería huir de Panem, quizás en Europa las cosas eran diferentes, aunque estaba segura de que no quedarían muchas personas en ese continente...Había dejado de comer para no contribuir al cebamiento al que nos sometían para después devorarnos. Porque los Capitolianos se alimentaban de nuestro miedo, de nuestra indecisión, de nuestra flaqueza, de nuestra vida y finalmente de nuestra muerte en manos de otro tributo o en manos del Jefe de los Juegos...¿Qué nos harían este año? Además de que debería morir más gente cada día ¿Qué más querían? Lo único bueno de esto, es que los Juegos terminarían antes y si moría, que lo iba a hacer, dejaría de respirar antes de empezar a sufrir, eso era lo único bueno que encontraba en este Vasallaje.

Mi madre, ella no iba a levantar cabeza, sabe que no voy a volver a casa y que nunca más me va a poder abrazar, solo rezo porque no se suicide y porque logre salir adelante. Aún es joven, puede ayudar al Distrito de alguna forma. Estoy segura de eso, porque ella cura, salva vidas...Y si yo hubiera tenido más tiempo, quizás también hubiera sido como ella, una salvadora...Me estremecí mientras vagaba por los compartimentos del tren hasta llegar a la terraza, la mayoría de tributos eran mayores que yo y con cualquier movimiento que denote mi flaqueza serían capaces de matarme antes de parpadear. Y yo..y yosolo sé manejarme con cuchillos y un arco que ni si quiera sé si voy a conseguir en la arena...

Me senté en una tumbona cerrando los ojos intentando despertar de esta pesadilla.

por **Noelle D. Posey** Dom Jun 30, 2013 9:37 am

Nadie mas de los pasajeros del tren lo podían sentir, puesto que era algo casi imperceptible. Pero Noelle sentía como se movía el tren. La primera noche ahí se encerró en la habitación que le asignaron. Tenía miedo y sabía que muy probablemente no volvería nunca mas a su casa, ni veria jamás a su padre de nuevo. La sola idea de morir le causaba escalofríos y ganas de llorar. El movimiento del tren la tenía mareada y le quitaba todas las ganas de comer o hacer algo. Esa mañana comió apenas un poco, ya mas acostumbrada al movimiento del tren. Quiso conocer el tren, no llevaba su bastón, así que tenía que avanzar con cuidado, con sus manos extendidas al frente y tocando las paredes. Simplemente, se sentía inútil. ¿Como podría sobrevivir viendo tan poco? Sus posibilidades eran nulas.

Vagón por vagón, Noelle avanzó despacio. Tropezó en mas de una ocasión, y aquelllo solo contribuyó aún mas a su sentimiento de inutilidad. Aquel viaje era solo para prolongar su sufrimiento. Tras mucho avanzar, llegó al vagón terraza, donde al menos podía disfrutar de un poco de aire y el sol tocando su pálida piel. No quería morir así, ciega y sola. Había soñado alguna vez que lograba viajar al Capitolio y arreglaban su vista, pero seguro para los juegos nadie le ayudaría. Entró a la terraza, por instinto cerró sus ojos, un tanto encandilada por el sol. Buscó alguna pared de donde asirse para guiarse y en el proceso acabó tropezando una vez mas. De rodillas en el suelo, Noelle sintió muchas ganas de llorar. Era una inútil, jamás podría hacer algo en la arena.

por **Trisha J. Hemingway** Dom Jun 30, 2013 4:30 pm

El aire golpeaba mi piel aquella tarde mientras me dedicaba a ver pasar todos los lugares que nos rodeaban, sin más, sin prestar atención a si alguien subia o si alguien bajaba, cuando yo había llegado no había nadie en el lugar y no me interesaba ver a los que llegaban porque o les tendría que matar o les tendría que ver emborracharse o bien ver cómo nos miran como si fuésemos sus ídolos aún sabiendo que vamos a morir casi todos. Bueno, yo creía que moriríamos todos porque el que sobreviviera tendría que ser muy fuerte psicológicamente para no morir en la arena tras haber matado al resto de tributos. Esto era horrible, nadie merecía este destino.

Y entonces escuché un ruido, como si alguien se cayera al suelo. Me removí inquieta y algo asustada por la sensación de incomodidaz que me embargaba ¿Qué debía hacer en este caso? Miré a la chica que estaba en el suelo, era una de las tributos más curiosas. Padecía ceguera pero eso no la hacía débil porque sus sentidos se agudizaban, o al menos eso me había explicado mi madre. Me puse de pie de inmediato, caminando hasta ella para ayudarla a levantarse-Hola...-Saludé pasando su brazo por mis hombros para levantarse-¿Te has hecho daño? Ay, perdón. Soy Trisha, del distrito doce-Expliqué mientras la acompañaba a una de las tumbonas, sentándome a su lado, miré sus piernas por si se había torcido algún tobillo pero todo parecía en orden-¿Te encuentras bien?-Pregunté después algo más tranquila porque veía que ella no se había hecho daño.

por **Noelle D. Posey** Lun Jul 01, 2013 9:23 am

Tras caer, Noelle pudo escuchar pasos. No se movió, se había golpeado la rodilla, y aunque le dolía, no era nada de gravedad, solo un simple golpe que tal vez podría dejarle un moretón. Todo aquello la asustaba demasiado, acostumbrada a recorrer su distrito sin dudar, conociéndolo tan bien como la palma de su mano, el encontrarse en un sitio que no conocía era algo aterrorizante para ella. Una voz femenina la saludo y la ayudo a incorporarse, para luego presentarse como la tributo del distrito 12. Por solo un instante, Noelle quiso decirle que no precisaba de ayuda, mas se calló.

Una vez sentada en la tumbona, se llevó una mano a la rodilla - Estoy bien, muchas gracias. - sobó su rodilla despacito y sonrió un poco, con sus ojos verde oscuro tan perdidos como siempre. - Soy Noelle, del distrito once... ¿que edad tienes tu? - por el sonido de su voz podía inferir muchas cosas, pero adivinar la edad de alguien solo por la voz era algo complicado, incluso para alguien como ella, que llevaba siendo ciega toda su vida.

por **Trisha J. Hemingway** Lun Jul 01, 2013 9:55 am

No sabía muy bien cómo actuar, en el 12 no había conocido nunca a alguien que careciera de visión, pero lo bueno es que no podía ver lo pálida que estaba, tampoco podía leer mi rostro y por tanto, no podía leer las ganas que tenía de huir y dejarlo todo atrás, escapar, salir volando. Como los pájaros que veía volando por encima de nuestras cabezas en ese instante. A veces me imaginaba que tener alas debía ser increíble porque podías volar lejos de aquello que te atemorizase, sin embargo, por desgracia era una simple humana a la que estaban guiando a la muerte y que no podía hacer nada por evitarlo, era peor que estar en prisión o que ser torturada.

Recordé entonces que la chica estaba sentada a mi lado-Te diría que encantada, pero esta no es la situación en la que me hubiese gustado conocerte-Susurré bajando la mirada con tristeza, otra de las cosas buenas de que ella no pudiera verme, era que si se me escapaba alguna lágrima, no la vería. Pero de momento estaba siendo capaz de controlarme-¿Te has hecho daño en la rodilla verdad?-Pregunté mordiéndome el labio inferior algo preocupada, mirando su rodilla que no parecía hinchada ni lesionada, simplemente había sido un golpe.

-Tengo quince años ¿Y tú?-Pregunté dejando ver que no me había molestado en ver las cosechas, estaba esperando a que Liam las viera conmigo porque si las veía sola, rompería a llorar.

por **Noelle D. Posey** Mar Jul 02, 2013 10:08 pm

No quería tener mucho contacto con ninguno de los demás tributos, por que sabía que sería demasiado duro. En unos días, serían enemigos y no quería llegar a tomarle aprecio a alguno. Noelle estaba negada a la idea de tener que quitarle la vida a otros chicos con tal de sobrevivir. No lo haría, simplemente no lo haría. Sabía que esa idea le costaría la vida, pero prefería morir en paz consigo misma que vivir atormentada. Tal vez por eso sus mejillas se encendieron al empezar la charla con la tributo del doce. Solo esperaba no tener que estar cerca de ella si moría.

- Nadie esta encantado, salvo los locos del Capitolio.. - contestó, aun sobando su rodilla. Probablemente terminaría con un moretón, pero no creía que pasara de eso. - Solo es un golpe, no te preocupes, soy mas resistente de lo que parece - sonrió un poco, nerviosa, en realidad lucía como una de las mas debiluchas de la competencia, si no es que la más débil de todos. - Diecisiete... ¿sabes? Cuando tenía quince... mi nombre salió en la cosecha... y alguien se ofreció en mi lugar... no pensé tener tan mala suerte - se encogió de hombros, tenía que decirle a alguien aquello.