Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
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Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
A penas y Kira había abandonado la casa para ir a cubrir su trabajo en quien sabe que distrito me apresure a salir a recorrer las calles, ni siquiera me moleste en despedirme de mis hermanos, dudaba de que mi presencia les fuera a hacer falta ya que cuando Kira no estaba cada uno hacia lo que quería. Lo que yo quería hacer el día de hoy era pasarla bien y despejar la mente, agradecía al cielo que contaba con el dinero suficiente para hacerlo.
Fue a si como termine llegando hasta las concurridas calles de la zona comercial, sin importar a donde girara la vista siempre miraba un sin fin de colores de temporada adornando cada tienda y en los escaparates de cristales mostrando lo último en moda. Hice una mueca de fastidio, jamás saldría de este sitio si me paraba en cada tienda a buscar 'trajes elegantes' para llevar a las reuniones que posiblemente comenzaran a realizarse por las fechas. - No importa, entraré a la primera que me convenza...
Termine ingresando a una tienda de amplias ventanas y buen ver, de seguro podría encontrar algo a la primera. Basto que pusiera un pie dentro del lugar para que una horda de trabajadoras se acercara a mi y comenzara a atacarme con preguntas que cada vez se hacían menos entendibles por la forma en la que todas hablaban. - A callar lobas... - fue lo único que dije cuanto mi cabeza amenazaba con estallar. - Solo necesito un par de pantalones.. - fue lo que logré decir antes de ser jalado por una de las trabajadoras del lugar.
Me dirigió hasta la zona de trajes e hizo que esperara por uno de sus diseñadores, el tipo se daba su importancia porque paso un un tiempo para que se dignara a hacer su aparición, consigo llevaba a dos chicas de cabellera azul eléctrico que cargaban varias fundas en las cuales de seguro guardaban los trajes. - Maldición - masculle por lo bajo. Esta mañana seria larga.
Y de ese modo perdí dos horas de mi vida.
Luego de un par de discusiones con el diseñador para hacerle entender que no quería ningún color mírame a la fuerza y que tampoco pensaba seguir su consejo de pintarme el cabello a tono o teñirme la piel es que logre salir de sus fauces. Caminaba con paso desganado atrás de la señorita, quien llevaba la ropa a la caja para que me hiciera la cuenta y poder pagar e irme de este lugar. Ella freno de pronto y yo tuve que parar en seco para no caer sobre la mujer, alce un poco la vista para entender el por qué de su repentina acción y solo note a mucha gente moviéndose de un lado para otro.
- Disculpe, solicitan más personal. Me extendió una tarjeta la cual tome sin preguntar - Cuando se ilumine pase a recoger su mercancía en la caja. Luego hizo una reverencia y comenzó a caminar entre la gente dejándome ahí parado. Resople molesto y me encamina hacia donde se encontraban algunas sillas. Tomé asiento y mire la tarjeta en espera de que se iluminara.
" ¿Y donde ha quedado mi día relajante?" Me pregunte a mi mismo porque era obvio que nada de esto me resulto una actividad desestresante. No entendía como a alguien pudiera relajarse haciendo esto.
Fue a si como termine llegando hasta las concurridas calles de la zona comercial, sin importar a donde girara la vista siempre miraba un sin fin de colores de temporada adornando cada tienda y en los escaparates de cristales mostrando lo último en moda. Hice una mueca de fastidio, jamás saldría de este sitio si me paraba en cada tienda a buscar 'trajes elegantes' para llevar a las reuniones que posiblemente comenzaran a realizarse por las fechas. - No importa, entraré a la primera que me convenza...
Termine ingresando a una tienda de amplias ventanas y buen ver, de seguro podría encontrar algo a la primera. Basto que pusiera un pie dentro del lugar para que una horda de trabajadoras se acercara a mi y comenzara a atacarme con preguntas que cada vez se hacían menos entendibles por la forma en la que todas hablaban. - A callar lobas... - fue lo único que dije cuanto mi cabeza amenazaba con estallar. - Solo necesito un par de pantalones.. - fue lo que logré decir antes de ser jalado por una de las trabajadoras del lugar.
Me dirigió hasta la zona de trajes e hizo que esperara por uno de sus diseñadores, el tipo se daba su importancia porque paso un un tiempo para que se dignara a hacer su aparición, consigo llevaba a dos chicas de cabellera azul eléctrico que cargaban varias fundas en las cuales de seguro guardaban los trajes. - Maldición - masculle por lo bajo. Esta mañana seria larga.
Y de ese modo perdí dos horas de mi vida.
Luego de un par de discusiones con el diseñador para hacerle entender que no quería ningún color mírame a la fuerza y que tampoco pensaba seguir su consejo de pintarme el cabello a tono o teñirme la piel es que logre salir de sus fauces. Caminaba con paso desganado atrás de la señorita, quien llevaba la ropa a la caja para que me hiciera la cuenta y poder pagar e irme de este lugar. Ella freno de pronto y yo tuve que parar en seco para no caer sobre la mujer, alce un poco la vista para entender el por qué de su repentina acción y solo note a mucha gente moviéndose de un lado para otro.
- Disculpe, solicitan más personal. Me extendió una tarjeta la cual tome sin preguntar - Cuando se ilumine pase a recoger su mercancía en la caja. Luego hizo una reverencia y comenzó a caminar entre la gente dejándome ahí parado. Resople molesto y me encamina hacia donde se encontraban algunas sillas. Tomé asiento y mire la tarjeta en espera de que se iluminara.
" ¿Y donde ha quedado mi día relajante?" Me pregunte a mi mismo porque era obvio que nada de esto me resulto una actividad desestresante. No entendía como a alguien pudiera relajarse haciendo esto.
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Ese maldito festival al que tenía que asistir en el distrito 06 había trastocado todos sus planes. Tenía que ver exactamente que instalaciones requería en el tren privado que habituarian para ella y todos los que viajaran con ella, y eso significaba una cantidad inmensa de ropa y accesorios nuevos. Y por el momento había aplazado su viaje al 01, así que tendría que conformarse con el Capitolio y sus estilistas mediocres.
Fue directamente a su tienda preferida, porque no tenía intención de perder el tiempo en las demás, y como ya había sucedido en visitas anteriores casi desde el momento en que puso un pie dentro de la tienda, cuatro estilistas se le echaron encima, elogiando lo guapa que se veía y lo bien que le quedaba la ropa que había escogido en ese día, realmente nada que no supiera ya. Y como ya había sucedido otras veces empezaron a enseñarle diseños que no eran de su gusto, se pusieron nerviosos y avisaron a más estilistas, de modo que de pronto tuvo casi todo el personal de la tienda prestándole atención a ella, tal y como a Mina le gustaba, presentándole hologramas de como quedarían en ella todos los diseños que le presentaban. Al final, más por tedio que por otra cosa, acabó comprándose unos vestidos, sin embargo no estaba para nada satisfecha cuando le tendieron a uno de sus escoltas la tarjeta con la cual debería acudir a caja para pagar por sus compras.
- No sean ridículos, puedo hacerlo yo. No se me caerán las uñas para pagar por mi misma las compras que acabo de hacer. - dijo poniendo los ojos en blanco, porque si, le gustaba que la trataran de forma especial, pero no que la llevaran entre algodones y pareciera que era una niña consentida incapaz de hacer nada por ella misma.
Casi al instante, su tarjetita se iluminó, indicándole que podía ir a pagar, seguramente por delante de cualquiera que estuviera esperando, dándole un trato preferente, aún cuando la tienda no estaba tan llena. La realeza no debía esperar.
Se acercó a la zona de las cajas cuando reparó a un chico sentado en una de las sillas con una tarjeta parecida a la suya en la mano.
- ¿Estás esperando para pagar? No quisiera tomarte el turno. Ve tu primero. - dijo con una sonrisa encantadora. A veces fingía ser humilde y servicial con los demás, porque aquellos comportamientos mejoraban la imagen de la família real. Luego que viniera su hermano con el cuento de que no se preocupaba por esas cosas. Ella no era como su hermanastra. Ella si cuidaba los detalles. - Espera, ¿tu no eres uno de los hermanos de Kira? Siempre está hablando de vosotros, pero sólo os conocía de vista.
Hizo una señal a uno de sus escoltas para tenderle su porpia tarjeta. Había cambiado de idea, y le dio instrucciones para que pagara todo y llevara lo que había comprado de vuelta a casa. Volvió a girarse hacía el chico.
- Te invitaré a un batido de fruta orgánica en un local magnífico que hay al final de la calle para compensar que he acaparado la atención de todos los trabajadores, haciéndote perder el tiempo. - dijo siguiendo con su perfecta interpretación de chica encantadora. Después de eso se inclinó un poco hacía él y le susurró en voz mucho más baja - Necesito una excusa para escapar de mis escoltas. Me vuelven loca siguiéndome a todas partes. - y eso, quizás, si que era verdad.
Fue directamente a su tienda preferida, porque no tenía intención de perder el tiempo en las demás, y como ya había sucedido en visitas anteriores casi desde el momento en que puso un pie dentro de la tienda, cuatro estilistas se le echaron encima, elogiando lo guapa que se veía y lo bien que le quedaba la ropa que había escogido en ese día, realmente nada que no supiera ya. Y como ya había sucedido otras veces empezaron a enseñarle diseños que no eran de su gusto, se pusieron nerviosos y avisaron a más estilistas, de modo que de pronto tuvo casi todo el personal de la tienda prestándole atención a ella, tal y como a Mina le gustaba, presentándole hologramas de como quedarían en ella todos los diseños que le presentaban. Al final, más por tedio que por otra cosa, acabó comprándose unos vestidos, sin embargo no estaba para nada satisfecha cuando le tendieron a uno de sus escoltas la tarjeta con la cual debería acudir a caja para pagar por sus compras.
- No sean ridículos, puedo hacerlo yo. No se me caerán las uñas para pagar por mi misma las compras que acabo de hacer. - dijo poniendo los ojos en blanco, porque si, le gustaba que la trataran de forma especial, pero no que la llevaran entre algodones y pareciera que era una niña consentida incapaz de hacer nada por ella misma.
Casi al instante, su tarjetita se iluminó, indicándole que podía ir a pagar, seguramente por delante de cualquiera que estuviera esperando, dándole un trato preferente, aún cuando la tienda no estaba tan llena. La realeza no debía esperar.
Se acercó a la zona de las cajas cuando reparó a un chico sentado en una de las sillas con una tarjeta parecida a la suya en la mano.
- ¿Estás esperando para pagar? No quisiera tomarte el turno. Ve tu primero. - dijo con una sonrisa encantadora. A veces fingía ser humilde y servicial con los demás, porque aquellos comportamientos mejoraban la imagen de la família real. Luego que viniera su hermano con el cuento de que no se preocupaba por esas cosas. Ella no era como su hermanastra. Ella si cuidaba los detalles. - Espera, ¿tu no eres uno de los hermanos de Kira? Siempre está hablando de vosotros, pero sólo os conocía de vista.
Hizo una señal a uno de sus escoltas para tenderle su porpia tarjeta. Había cambiado de idea, y le dio instrucciones para que pagara todo y llevara lo que había comprado de vuelta a casa. Volvió a girarse hacía el chico.
- Te invitaré a un batido de fruta orgánica en un local magnífico que hay al final de la calle para compensar que he acaparado la atención de todos los trabajadores, haciéndote perder el tiempo. - dijo siguiendo con su perfecta interpretación de chica encantadora. Después de eso se inclinó un poco hacía él y le susurró en voz mucho más baja - Necesito una excusa para escapar de mis escoltas. Me vuelven loca siguiéndome a todas partes. - y eso, quizás, si que era verdad.
Última edición por Mina U. King el Vie Mayo 10, 2013 4:04 pm, editado 1 vez
Mina U. King- Realeza
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Perdí la noción del tiempo asì que no sabía realmente cuanto había estado allí esperando. Mis viajaron entre el tumulto de gente que cada vez se iba acumulando más y más, y solo me quede allí sentado golpeando suave y ritmicamente la tarjeta contra mi pierna en espera de que comenzará a brillar anunciando mi turno.
Una suave voz me trajo de regreso a la Tierra, así que alce mi rostro para ver a la portadora de tal sonido y debo decir, quede perplejo por a quien vi. Mina U. King, su alteza yacía frente a mis ojos, lo que hizo que prácticamente me parara de golpe de donde había estado, realice una reverencia correspondiente en muestra de mi respeto y luego termine de escucharla.
Estaba a punto de argumentar algo sobre que no era necesario su ofrecimiento y que seria para mi un honor que ella pasara antes pero cuando ella volvió a hablar decidí mejor no decir nada. - Así es - asentí - Soy uno de esos hermanos, Seadon Kubler, a sus servicios. - me presente con una sonrisa y una leve reverencia con la cabeza. Me impresionaba que pudiera llegar a reconocerme por lo menos de vista ya que eran contadas veces la que le mirábamos en persona, sobre todo en banquetes y otras fiestas a las que eramos invitados. En mi caso era imposible no reconocerla, siempre apareciendo en portadas y grandes pantallas.
Uno de los guardias se acerco al sitio en el que estábamos y se le encargo terminar de realizar las compras de la princesa, antes del que sujeto se fuera sentí como me escrutaba con la mirada, tal vez en busca de algún signo de amenaza y tan pronto como llegó se fue.
- ¿Segura qué es necesario, no quisiera ser una molestia... - callé cuanto escuche su verdadero deseo. - Pero no soy quien para negarme ante una petición de su realeza. Mencione con una sonrisa logrando cambiar el rumbo de la platica. Lo cierto es que no soy del tipo de persona que adulaba a la realeza en todo momento - como otros sujetos lo hacían - pero si la respetaba, primero; porque ellos son nuestros representantes, Segundo; eran quienes le daban el trabajo a Kira, tercero; la princesa era mucho más bella en persona y pensándolo mejor dejar pasar una oportunidad así seria un sacrilegio, pero sobre todas las cosas, Lance se retorcería de envidia cuando le dijera con quien había hablado. - Así que es libre de pedirme lo que desee - seguro Kira me mataría por jugar con fuego.
- Si me disculpa, debo terminar antes con un asunto. - dije cuando mi tarjeta por fin se encendió. No tarde mucho, de hecho pagué gastos de envió para que mandaran las compras directo a mi casa.
-Bien, listo para cumplir todas sus demandas - sonreí. -Aunque debo advertir que también tengo algo así como una guardia - no estaba ciego, sabia que había gente que también me perseguía a mi y a mi hermanos, de seguro Kira los había mandado ya que seguía desconfiando de nosotros. Lo había comenzado a hacer desde que nuestra madre 'desapareció' uno no puede vivir 5 años de su vida sin darse cuenta de eso-Por lo que serán dos guardias las cuales burlar - mire a varios puntos -Aunque la de usted, por supuesto, es mucho más grande. - Dije todo aquello porque podría ser una forma indirecta en la que le llegaría el mensaje a mi hermana, que dejara de pensar que eramos críos. Era consciente de tanto lo que podía, como lo que no debía hacer.
Esto posiblemente calificaba como: No debe hacerse bajo ninguna circunstancia, pero yo sólo era un chico, ella era la princesa y esta una perfecta forma de pasar el tiempo, no me molestaba ser usado para un fin así, porque sin duda alguna era mejor que pasar el día buscando ropa.
¡En tu cara, Lance!
Una suave voz me trajo de regreso a la Tierra, así que alce mi rostro para ver a la portadora de tal sonido y debo decir, quede perplejo por a quien vi. Mina U. King, su alteza yacía frente a mis ojos, lo que hizo que prácticamente me parara de golpe de donde había estado, realice una reverencia correspondiente en muestra de mi respeto y luego termine de escucharla.
Estaba a punto de argumentar algo sobre que no era necesario su ofrecimiento y que seria para mi un honor que ella pasara antes pero cuando ella volvió a hablar decidí mejor no decir nada. - Así es - asentí - Soy uno de esos hermanos, Seadon Kubler, a sus servicios. - me presente con una sonrisa y una leve reverencia con la cabeza. Me impresionaba que pudiera llegar a reconocerme por lo menos de vista ya que eran contadas veces la que le mirábamos en persona, sobre todo en banquetes y otras fiestas a las que eramos invitados. En mi caso era imposible no reconocerla, siempre apareciendo en portadas y grandes pantallas.
Uno de los guardias se acerco al sitio en el que estábamos y se le encargo terminar de realizar las compras de la princesa, antes del que sujeto se fuera sentí como me escrutaba con la mirada, tal vez en busca de algún signo de amenaza y tan pronto como llegó se fue.
- ¿Segura qué es necesario, no quisiera ser una molestia... - callé cuanto escuche su verdadero deseo. - Pero no soy quien para negarme ante una petición de su realeza. Mencione con una sonrisa logrando cambiar el rumbo de la platica. Lo cierto es que no soy del tipo de persona que adulaba a la realeza en todo momento - como otros sujetos lo hacían - pero si la respetaba, primero; porque ellos son nuestros representantes, Segundo; eran quienes le daban el trabajo a Kira, tercero; la princesa era mucho más bella en persona y pensándolo mejor dejar pasar una oportunidad así seria un sacrilegio, pero sobre todas las cosas, Lance se retorcería de envidia cuando le dijera con quien había hablado. - Así que es libre de pedirme lo que desee - seguro Kira me mataría por jugar con fuego.
- Si me disculpa, debo terminar antes con un asunto. - dije cuando mi tarjeta por fin se encendió. No tarde mucho, de hecho pagué gastos de envió para que mandaran las compras directo a mi casa.
-Bien, listo para cumplir todas sus demandas - sonreí. -Aunque debo advertir que también tengo algo así como una guardia - no estaba ciego, sabia que había gente que también me perseguía a mi y a mi hermanos, de seguro Kira los había mandado ya que seguía desconfiando de nosotros. Lo había comenzado a hacer desde que nuestra madre 'desapareció' uno no puede vivir 5 años de su vida sin darse cuenta de eso-Por lo que serán dos guardias las cuales burlar - mire a varios puntos -Aunque la de usted, por supuesto, es mucho más grande. - Dije todo aquello porque podría ser una forma indirecta en la que le llegaría el mensaje a mi hermana, que dejara de pensar que eramos críos. Era consciente de tanto lo que podía, como lo que no debía hacer.
Esto posiblemente calificaba como: No debe hacerse bajo ninguna circunstancia, pero yo sólo era un chico, ella era la princesa y esta una perfecta forma de pasar el tiempo, no me molestaba ser usado para un fin así, porque sin duda alguna era mejor que pasar el día buscando ropa.
¡En tu cara, Lance!
Última edición por Seadon L. Kubler el Sáb Mayo 11, 2013 8:17 am, editado 1 vez
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
No contaba con que Seadon (tal y como él se había presentado) se negara a su compañía. ¿Había alguien que le hubiera rechazado la petición de ayuda? Seguramente no, aunque ella tampoco se la habría extendido a cualquiera. Pero los Kubler eran una de las famílias respetables del Capitolio, y el escándalo de la desaparición de su madre y todo lo que había sucedido, no hacían más que hacerla parecer más interesante a sus ojos.
- Nunca te ofrezcas a una chica para que te pida lo que desee. Puede ser peligroso. - le dijo con otra de sus sonrisas encantadoras, mientras esperaba que él pagara por sus compras. No estaba en modo coqueto con Seadon, al menos no de momento, porque de lo contrario habría sacado mucho de una frase como aquella. Podía ser lo suficientemente desvergonzada como para aprovecharse de una petición así y robarle un beso a un chico nada más por diversión. Pero se comportaría por el momento.
No se esperaba que él también tuviera una guardia que le siguiera. Incluso se permitió mirar alrededor para intentar identificar a alguien como tal, pero solo veia a sus propios guardias. Evidentemente si los mandaba Kira y él no estaba de acuerdo, debían ir de incógnito, para que no se les reconociera. Sonrió a medias, porque era el mismo truco que Caesar usaba con Karoline, y en menor medida, para ella en contadas ocasiones. Tanto él como Kira parecían ser unos obsesos del control, con mucho más en común de lo que se podía haber pensado a simple vista.
- Bien, pues si son dos guardias a las que burlar, debemos empezar a correr. ¡Vamos! - y sin previo aviso salió corriendo, dejando atónitos tanto a los estilistas de la tienda como a sus guardias, que para cuando reaccionaran, ya seria tarde.
No se permitía ese comportamiento en demasiadas ocasiones, y seguramente le valdría otra "charlita" con Caesar, que aprovecharía para intentar hacerla rabiar comparándola con Karoline. Pero de vez en cuando necesitaba de ese tipo de cosas para sentir que estaba viva y que su vida todavía le pertenecía, y que no era un constante show para las cámaras.
No se giró para comprobar si Seadon la seguía, porque contaba que así sería. No se detuvo para mirar atrás hasta varias calles más allá, habiendo dejado el bullicio del centro.
- Escapar de los guardias es un placer que solo me permito de vez en cuando, no creas que es algo que hago muy a menudo. Esperaremos que se dispersen y volveremos a por ese trago que te prometí. Por el momento, olvídate de tratarme de usted, de alteza o de cualquier otra cosa que se te pase por la cabeza. Seré solo Mina por un rato.
Se apoyó unos instantes en la pared para recuperar el aliento. Su forma física no era la ideal, por el simple hecho de que no tenía demasiado tiempo, y que su vida era demasiado sencilla para que le requeriera cualquier tipo de esfuerzo físico.
- Entonces... ¿Kira os tiene controlados? ¿Sois peligrosos y debería estar asustada? - no hablaba en serio, por supuesto. Dudaba mucho que hubiera nada amenazante en el chico que tenía delante, que además parecía bastante bien educado. Quizás no hubiera sido una pérdida de tiempo tan grande haber ido al centro en ese día.
- Nunca te ofrezcas a una chica para que te pida lo que desee. Puede ser peligroso. - le dijo con otra de sus sonrisas encantadoras, mientras esperaba que él pagara por sus compras. No estaba en modo coqueto con Seadon, al menos no de momento, porque de lo contrario habría sacado mucho de una frase como aquella. Podía ser lo suficientemente desvergonzada como para aprovecharse de una petición así y robarle un beso a un chico nada más por diversión. Pero se comportaría por el momento.
No se esperaba que él también tuviera una guardia que le siguiera. Incluso se permitió mirar alrededor para intentar identificar a alguien como tal, pero solo veia a sus propios guardias. Evidentemente si los mandaba Kira y él no estaba de acuerdo, debían ir de incógnito, para que no se les reconociera. Sonrió a medias, porque era el mismo truco que Caesar usaba con Karoline, y en menor medida, para ella en contadas ocasiones. Tanto él como Kira parecían ser unos obsesos del control, con mucho más en común de lo que se podía haber pensado a simple vista.
- Bien, pues si son dos guardias a las que burlar, debemos empezar a correr. ¡Vamos! - y sin previo aviso salió corriendo, dejando atónitos tanto a los estilistas de la tienda como a sus guardias, que para cuando reaccionaran, ya seria tarde.
No se permitía ese comportamiento en demasiadas ocasiones, y seguramente le valdría otra "charlita" con Caesar, que aprovecharía para intentar hacerla rabiar comparándola con Karoline. Pero de vez en cuando necesitaba de ese tipo de cosas para sentir que estaba viva y que su vida todavía le pertenecía, y que no era un constante show para las cámaras.
No se giró para comprobar si Seadon la seguía, porque contaba que así sería. No se detuvo para mirar atrás hasta varias calles más allá, habiendo dejado el bullicio del centro.
- Escapar de los guardias es un placer que solo me permito de vez en cuando, no creas que es algo que hago muy a menudo. Esperaremos que se dispersen y volveremos a por ese trago que te prometí. Por el momento, olvídate de tratarme de usted, de alteza o de cualquier otra cosa que se te pase por la cabeza. Seré solo Mina por un rato.
Se apoyó unos instantes en la pared para recuperar el aliento. Su forma física no era la ideal, por el simple hecho de que no tenía demasiado tiempo, y que su vida era demasiado sencilla para que le requeriera cualquier tipo de esfuerzo físico.
- Entonces... ¿Kira os tiene controlados? ¿Sois peligrosos y debería estar asustada? - no hablaba en serio, por supuesto. Dudaba mucho que hubiera nada amenazante en el chico que tenía delante, que además parecía bastante bien educado. Quizás no hubiera sido una pérdida de tiempo tan grande haber ido al centro en ese día.
Mina U. King- Realeza
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Mire de forma curiosa cuando la princesa realizo aquel comentario. ¿Peligroso? Me preguntaba en que manera aquello podría ser peligroso. – Tiene razón en eso, no es muy seguro ir cumpliendo a ciegas lo que cualquier persona le diga. Sin embargo, estoy depositando mi confianza en usted… – dudaba que ella me mandará a matar a alguien o algo por el estilo. Sólo me encogí de hombros – porque creo que no me mandaría a hacer algo que pudiera perjudicar al sistema. – Aun así tomaría el consejo de la princesa ya que no quería terminar metido en un problema y menos si se trataba con la familia real.
No dio marcha atrás a su plan de escapatoria aun a sabiendas de que era posible que no solo sus guardias vinieran en nuestra búsqueda; Al contrario, no se inmuto, lo que me daba a entender que ella ya conocía este ‘modus operandi’ era seguro que Kira también lo aplicaba sobre la realeza, aunque en mayor medida y escala. Después de todo ese es su trabajo.
El grito de guerra me había tomado por sorpresa; sin embargo, no trastabillé al momento de salir corriendo tras la princesa. No gire mi rostro en busca de las reacciones de los allí presentes porque tenía la certeza que habían quedado desencajados ante la repentina acción.
Una, dos, tres calles… no sé cuantas más habremos recorrido. Estaba seguro de que me metería en algún tipo de aprieto, tarde o temprano Kira se enteraría de esto… aunque no sabía cómo se lo tomaría, lo más probable es que se quejara diciendo que no ayudara en hacer su trabajo más pesado. ¿Realmente importa? Este último par de años me había dedicado a ser buen hermano una trastada no sería el fin del mundo, tomando en cuenta de que había estado en cosas peores.
¿Qué ya había hecho esto antes? Sonreí para mis adentros, entonces esto para Kira sería sólo un día más en su trabajo con la única diferencia de que el sujeto que iba acompañando a la princesa era uno de sus tres hermanos. Mis ojos se abrieron desmesuradamente ante el siguiente comentario de la princesa ¿En serio? Hubiera preguntado pero eso solo me haría ver incompetente de como la noticia ya me había dejado. – Como us… como tú digas, Mina. – Había que aceptarlo esto era un poco más complicado de lo que parecía, la costumbre de llamarles por sus altos cargos era algo que ya estaba arraigado.
–¿Todo bien? – Pregunte cuando la vi apoyarse sobre la pared. Tenía que darle crédito a la princesa, salir corriendo por allí con lo último en moda y tacones no era cosa que debía pasarse por alto y más cuando se tenía una imagen la cual cuidar. Imagen que ahora mismo distaba a la chica perfecta que aparecía en pantallas pero sin duda, era mejor de este modo ya que te hacía ver que pese y a todo el poder también tenían algunas cuantas necesidades básicas como cualquier otra persona. Era consciente de que esto apenas y era una minúscula parte de todo lo que ellos son y así estaba bien.
Sonreí de lado ante su pregunta – Como no tiene idea, pone en práctica sus métodos de tortura en nosotros. – Bromee aunque luego negué lentamente con la cabeza – No hace nada diferente a lo que un hermano con el poder de tener acceso a vigilantes no haría – A veces me preguntaba el por qué lo hacía, al principio supuse que fue porque temía que saliéramos en busca de nuestra madre y Kira al viajar constantemente fue esa la única manera que se le ocurrió para protegernos, ahora mismo seguía creyendo que era por eso… pero también creía que no era el único motivo. – Sin duda alguno debería temernos ¿No se enteró? – Fingí sorpresa – La última vez logré hacer que la princesa escapase de su guardia- aunque tanto ella como yo sabíamos lo que realmente ocurrió y eso es que ella corrió y yo simplemente la seguí. “Princesa, creo que usted es la persona peligrosa”
Luego de eso volví a mi habitual seriedad. Me asome un poco para ver si lograba localizar a algún personal de la escolta. – Creo que ya no hay tantos hombres sospechosos rondando en la calle, tal vez hayan entrado a las tiendas... o le han ido a buscar a los lugares que frecuenta.– me callé por un momento – O decidieron rastreare por vía satélite – dije lo último solo por decir pero no me iba a sorprende si resultaba ser verdad.
– ¿Y bien, qué deberíamos hacer ahora? Esperamos otro poco o seguimos el camino-
No dio marcha atrás a su plan de escapatoria aun a sabiendas de que era posible que no solo sus guardias vinieran en nuestra búsqueda; Al contrario, no se inmuto, lo que me daba a entender que ella ya conocía este ‘modus operandi’ era seguro que Kira también lo aplicaba sobre la realeza, aunque en mayor medida y escala. Después de todo ese es su trabajo.
El grito de guerra me había tomado por sorpresa; sin embargo, no trastabillé al momento de salir corriendo tras la princesa. No gire mi rostro en busca de las reacciones de los allí presentes porque tenía la certeza que habían quedado desencajados ante la repentina acción.
Una, dos, tres calles… no sé cuantas más habremos recorrido. Estaba seguro de que me metería en algún tipo de aprieto, tarde o temprano Kira se enteraría de esto… aunque no sabía cómo se lo tomaría, lo más probable es que se quejara diciendo que no ayudara en hacer su trabajo más pesado. ¿Realmente importa? Este último par de años me había dedicado a ser buen hermano una trastada no sería el fin del mundo, tomando en cuenta de que había estado en cosas peores.
¿Qué ya había hecho esto antes? Sonreí para mis adentros, entonces esto para Kira sería sólo un día más en su trabajo con la única diferencia de que el sujeto que iba acompañando a la princesa era uno de sus tres hermanos. Mis ojos se abrieron desmesuradamente ante el siguiente comentario de la princesa ¿En serio? Hubiera preguntado pero eso solo me haría ver incompetente de como la noticia ya me había dejado. – Como us… como tú digas, Mina. – Había que aceptarlo esto era un poco más complicado de lo que parecía, la costumbre de llamarles por sus altos cargos era algo que ya estaba arraigado.
–¿Todo bien? – Pregunte cuando la vi apoyarse sobre la pared. Tenía que darle crédito a la princesa, salir corriendo por allí con lo último en moda y tacones no era cosa que debía pasarse por alto y más cuando se tenía una imagen la cual cuidar. Imagen que ahora mismo distaba a la chica perfecta que aparecía en pantallas pero sin duda, era mejor de este modo ya que te hacía ver que pese y a todo el poder también tenían algunas cuantas necesidades básicas como cualquier otra persona. Era consciente de que esto apenas y era una minúscula parte de todo lo que ellos son y así estaba bien.
Sonreí de lado ante su pregunta – Como no tiene idea, pone en práctica sus métodos de tortura en nosotros. – Bromee aunque luego negué lentamente con la cabeza – No hace nada diferente a lo que un hermano con el poder de tener acceso a vigilantes no haría – A veces me preguntaba el por qué lo hacía, al principio supuse que fue porque temía que saliéramos en busca de nuestra madre y Kira al viajar constantemente fue esa la única manera que se le ocurrió para protegernos, ahora mismo seguía creyendo que era por eso… pero también creía que no era el único motivo. – Sin duda alguno debería temernos ¿No se enteró? – Fingí sorpresa – La última vez logré hacer que la princesa escapase de su guardia- aunque tanto ella como yo sabíamos lo que realmente ocurrió y eso es que ella corrió y yo simplemente la seguí. “Princesa, creo que usted es la persona peligrosa”
Luego de eso volví a mi habitual seriedad. Me asome un poco para ver si lograba localizar a algún personal de la escolta. – Creo que ya no hay tantos hombres sospechosos rondando en la calle, tal vez hayan entrado a las tiendas... o le han ido a buscar a los lugares que frecuenta.– me callé por un momento – O decidieron rastreare por vía satélite – dije lo último solo por decir pero no me iba a sorprende si resultaba ser verdad.
– ¿Y bien, qué deberíamos hacer ahora? Esperamos otro poco o seguimos el camino-
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
- Todo bien, sólo que las damas no acostumbramos a correr y tenemos poca tolerancia al ejercicio. – al menos las damas de buena família. Siempre había aquellas chicas tan masculinas que se entrenaban para los Juegos, o que vivían con los pobretones que si estaban acostumbradas a correr, huyendo de Agentes de la Paz, o corriendo para poder tener algo para comer. ¿Pero alguien como ella? En condiciones normales nunca corría ni hacía esfuerzos que pudieran suponer transpirar más de la cuenta.
Sin duda aquello era bastante más divertido que pasearse de tienda en tienda acompañada de la guardia, viendo más modelos mediocres que los estilistas intentaban venderle por todos los medios, nada más que para que ella se paseara delante de las cámaras patrocinando su trabajo
- ¿Conseguiste convencer a la princesa para que huyera de su guardia? Entonces si voy a temerte. Por cierto, ¿como es ella? Me han dicho que tiene fama de ser un poco estirada.
No era tonta, sabía lo que se decía por ahí de ella y, a decir verdad, los rumores eran bastante fieles a la realidad. Si, normalmente miraba por encima del hombro a todo el mundo porque evidentemente tenía todo el derecho a hacerlo. Era de la realeza y ella si sabía sobrellevar el peso de su apellido, a diferencia de la inútil de su hermanastra, y todos tenían que admirarla por eso. Sin embargo también podía fingirse cercana y amigable, tal y como estaba demostrando esa tarde. Y la pregunta sólo servía para saber que pensaba la gente de ella. Y porque un poco de diversión la ponía de un inusual buen humor.
- Si no me encuentran, tu hermana me estará esperando con mala cara para cuando regrese a casa. No creo que desperdicie satélites. O quizás si, si tiene un mal día. – se encogió de hombros y fue ella misma quién se asomó para echar un vistazo a la calle principal desde ahí. Era cierto parecía despejada. - Creo que podemos seguir, pero antes...
No le costó identificar en su bolso un par de gafas de sol grandes, de las que cubrían casi todo el rostro. Siempre llevaba dos o más pares con ella porque nunca sabía cuando necesitaría pasar desapercibida. Se puso unas ella y le tendió las otras a Seadon.
- No va a servir para que seamos invisibles, pero va a complicar el trabajo de los guardias. Y ahora... Ya que fui la mala influencia en todo esto, ¿que quieres tomar? – le preguntó al tiempo que echaba a andar, de vuelta a la calle principal.
Ya había conseguido regularizar el ritmo de sus respiraciones y estaba preparada para seguir y descubrir que más le deparaba aquel día que, de pronto, se había convertido en algo más interesante.
- Los Juegos están cerca. ¿Participas en las apuestas? - dijo para abrir un tema de conversación cualquiera. Las apuestas sobre que tributos morirían antes o cuales llegarían a la final eran una de las cosas que más le gustaban, junto a patrocinar a aquellos que parecían más casos perdidos, y sabía que era una afición extendida entre los jóvenes de buenas famílias del Capitolio.
Sin duda aquello era bastante más divertido que pasearse de tienda en tienda acompañada de la guardia, viendo más modelos mediocres que los estilistas intentaban venderle por todos los medios, nada más que para que ella se paseara delante de las cámaras patrocinando su trabajo
- ¿Conseguiste convencer a la princesa para que huyera de su guardia? Entonces si voy a temerte. Por cierto, ¿como es ella? Me han dicho que tiene fama de ser un poco estirada.
No era tonta, sabía lo que se decía por ahí de ella y, a decir verdad, los rumores eran bastante fieles a la realidad. Si, normalmente miraba por encima del hombro a todo el mundo porque evidentemente tenía todo el derecho a hacerlo. Era de la realeza y ella si sabía sobrellevar el peso de su apellido, a diferencia de la inútil de su hermanastra, y todos tenían que admirarla por eso. Sin embargo también podía fingirse cercana y amigable, tal y como estaba demostrando esa tarde. Y la pregunta sólo servía para saber que pensaba la gente de ella. Y porque un poco de diversión la ponía de un inusual buen humor.
- Si no me encuentran, tu hermana me estará esperando con mala cara para cuando regrese a casa. No creo que desperdicie satélites. O quizás si, si tiene un mal día. – se encogió de hombros y fue ella misma quién se asomó para echar un vistazo a la calle principal desde ahí. Era cierto parecía despejada. - Creo que podemos seguir, pero antes...
No le costó identificar en su bolso un par de gafas de sol grandes, de las que cubrían casi todo el rostro. Siempre llevaba dos o más pares con ella porque nunca sabía cuando necesitaría pasar desapercibida. Se puso unas ella y le tendió las otras a Seadon.
- No va a servir para que seamos invisibles, pero va a complicar el trabajo de los guardias. Y ahora... Ya que fui la mala influencia en todo esto, ¿que quieres tomar? – le preguntó al tiempo que echaba a andar, de vuelta a la calle principal.
Ya había conseguido regularizar el ritmo de sus respiraciones y estaba preparada para seguir y descubrir que más le deparaba aquel día que, de pronto, se había convertido en algo más interesante.
- Los Juegos están cerca. ¿Participas en las apuestas? - dijo para abrir un tema de conversación cualquiera. Las apuestas sobre que tributos morirían antes o cuales llegarían a la final eran una de las cosas que más le gustaban, junto a patrocinar a aquellos que parecían más casos perdidos, y sabía que era una afición extendida entre los jóvenes de buenas famílias del Capitolio.
Mina U. King- Realeza
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Asentí en cuanto dio su respuesta. Siendo sincero no sabía si las demás ‘damas’ a las que tuve que conocer hacían ejercicio, de pronto la imagen de Nahla acostada a sus anchas sobre el sillón salto a mi mente ¿Se la pasaba a sí todo el día y la tarde? La verdad nunca me había importado saber eso, en casa todo el mundo hacía lo que quería y si ella quería atascarse de chocolates toda la mañana; que así sea. Aunque creo que Kira sí debe hacer ejercicio.
No me esperaba que ella preguntara eso. En otras instancias hubiera respondido con un; ‘la verdad no se y no es como si me importara mucho’ prefería no inmiscuirme en esos asuntos, mi vida simplemente se regía bajo la norma de ‘que vivan y me dejen vivir’ ellos me dejaban vivir bien, yo no tenía mucho que reclamares, casi nada... Cosa que hasta el momento había estado funcionando a la perfección... pero ahora, que me encontraba pisando un terreno peligroso no podía responder a la ligera. Necesitaba una respuesta más inteligente que esa.
-Y creo que eso es cierto – tampoco es como si pudiera pintarla como una princesa de cuento de hadas, porque ella misma sabe que no es verdad. – Pero no la culpo… – si quisiera verdaderos culpables debería retroceder hasta la primera línea de sangre que hizo a Panem ser así – Porque de cierta manera entiendo lo que un alto cargo implica - ¿Qué mejor ejemplo que Kira? – Tengo una hermana que trabaja para la realeza, ella tiene un puesto bastante bueno lo que implica que sea dura con todos sus subordinados. Más de un trabajador es seguro que la odie por aquellos métodos que usa hacía ellos, la llamarán bruja, molestia, odiosa… y todo eso en el mejor de los casos. – era consciente de que no todo el mundo querrá a mi hermana como yo y mis otros hermanos lo hacemos. – Pero deben entender que ella no puede dirigir a un grupo de vigilantes comportándose como una persona melosa y encantadora con medio mundo, la gente no la respetaría. – después de todo dicen que las personas más amables tienden a ser pisadas ¿No? – Así que es mejor dirigir con mano de hierro ¿Cierto? – suspire – Ahora multipliquemos todo eso por el cargo que la princesa tiene, uno bastante muy elevado. Mucho poder implica mucha gente que te odie, pero poca gente comprende los sacrificios que ese poder implica. – Si en nuestra familia ese poder era una clara ruptura de confianza; no quería saber lo que haría en la de la princesa.
- En resumidas cuentas tanto mi hermana como la princesa hacen lo necesario para llevar sus puestos lo mejor que pueden. - No me era difícil pensar en todo eso ya que era el mismo discurso que me repetía una y otra vez para tratar de entender el por qué de que así fuera Kira. - Pero en los poco momentos que mi hermana se permite demuestra que bajo esa coraza fría aun existe una chica, y por ratos eso mismo debe suceder con la princesa - eso último se lo concedería como el beneficio de la duda, una respuesta abierta era lo mejor que se me ocurría. Creo, que lo mejor de ser una persona de mente abierta es que te permites ver ambas caras de una moneda.
Reí ante lo de Kira - De seguro los ha tenido, se estuvo quejando de los nuevos reclutas... Pero ha salido de viaje, los satélites no serán tocados por hoy. - Comente mientras la vi asomarse para verificar que la calle estuviera libre.
- Ir de incógnito siempre funciona - murmure mientras comencé acomodarme los lentes y salir al alcance de la princesa. Miré el reloj de la plaza, no pasaba de las cuatro de la tarde. - Aun es temprano - Claro, si quitaba el hecho de que había salido desde la mañana de la casa. - Cualquier cosa con poco o sin nada de licor estará bien, sorprendame. - Me encogí de hombros. Me había estado divirtiendo con el asunto de las guardias en lo que menos llegué a pensar fue en la bebida, además no quería apestar las calles a licor como solo Lance puede hacerlo luego de una fiesta.
Trastabille un poco con la pregunta de la princesa, hoy habían decidido bombardearme con preguntas peligrosas. - No lo hago. Las apuestas son trabajo exclusivo de mi hermano - no comente mucho acerca de eso, era una actividad que simplemente no me apetecía practicar. - Aunque puede que este año me atreva a patrocinar a alguien, pero lo dudo, ya que no tengo bueno ojo para ello y, se me hace una perdida de tiempo y dinero... ni que decir de las posibles burlas que me hará mi hermano, él si es bueno apostando. - era una mitad a medias, porque la otra era que simplemente no quería hacerlo. Aunque si había querido pedirle consejos a Lance por si un día decidía patrocinar a alguien aunque decidí mejor no hacerlo cuando él bajo por las escaleras con cara de pocos amigos hediendo a licor y mujeres. Este par haría buena junta.
- ¿Va a patrocinar este año? tengo entendido que le gusta ir por los más débiles ¿Algún motivo en especial o simple hobby? Si me permite saberlo...- eso era bien sabido, y no me inmutaría si era por simple hobby después de todo tenía el dinero suficiente para derrochar como mejor quisiera.
No me esperaba que ella preguntara eso. En otras instancias hubiera respondido con un; ‘la verdad no se y no es como si me importara mucho’ prefería no inmiscuirme en esos asuntos, mi vida simplemente se regía bajo la norma de ‘que vivan y me dejen vivir’ ellos me dejaban vivir bien, yo no tenía mucho que reclamares, casi nada... Cosa que hasta el momento había estado funcionando a la perfección... pero ahora, que me encontraba pisando un terreno peligroso no podía responder a la ligera. Necesitaba una respuesta más inteligente que esa.
-Y creo que eso es cierto – tampoco es como si pudiera pintarla como una princesa de cuento de hadas, porque ella misma sabe que no es verdad. – Pero no la culpo… – si quisiera verdaderos culpables debería retroceder hasta la primera línea de sangre que hizo a Panem ser así – Porque de cierta manera entiendo lo que un alto cargo implica - ¿Qué mejor ejemplo que Kira? – Tengo una hermana que trabaja para la realeza, ella tiene un puesto bastante bueno lo que implica que sea dura con todos sus subordinados. Más de un trabajador es seguro que la odie por aquellos métodos que usa hacía ellos, la llamarán bruja, molestia, odiosa… y todo eso en el mejor de los casos. – era consciente de que no todo el mundo querrá a mi hermana como yo y mis otros hermanos lo hacemos. – Pero deben entender que ella no puede dirigir a un grupo de vigilantes comportándose como una persona melosa y encantadora con medio mundo, la gente no la respetaría. – después de todo dicen que las personas más amables tienden a ser pisadas ¿No? – Así que es mejor dirigir con mano de hierro ¿Cierto? – suspire – Ahora multipliquemos todo eso por el cargo que la princesa tiene, uno bastante muy elevado. Mucho poder implica mucha gente que te odie, pero poca gente comprende los sacrificios que ese poder implica. – Si en nuestra familia ese poder era una clara ruptura de confianza; no quería saber lo que haría en la de la princesa.
- En resumidas cuentas tanto mi hermana como la princesa hacen lo necesario para llevar sus puestos lo mejor que pueden. - No me era difícil pensar en todo eso ya que era el mismo discurso que me repetía una y otra vez para tratar de entender el por qué de que así fuera Kira. - Pero en los poco momentos que mi hermana se permite demuestra que bajo esa coraza fría aun existe una chica, y por ratos eso mismo debe suceder con la princesa - eso último se lo concedería como el beneficio de la duda, una respuesta abierta era lo mejor que se me ocurría. Creo, que lo mejor de ser una persona de mente abierta es que te permites ver ambas caras de una moneda.
Reí ante lo de Kira - De seguro los ha tenido, se estuvo quejando de los nuevos reclutas... Pero ha salido de viaje, los satélites no serán tocados por hoy. - Comente mientras la vi asomarse para verificar que la calle estuviera libre.
- Ir de incógnito siempre funciona - murmure mientras comencé acomodarme los lentes y salir al alcance de la princesa. Miré el reloj de la plaza, no pasaba de las cuatro de la tarde. - Aun es temprano - Claro, si quitaba el hecho de que había salido desde la mañana de la casa. - Cualquier cosa con poco o sin nada de licor estará bien, sorprendame. - Me encogí de hombros. Me había estado divirtiendo con el asunto de las guardias en lo que menos llegué a pensar fue en la bebida, además no quería apestar las calles a licor como solo Lance puede hacerlo luego de una fiesta.
Trastabille un poco con la pregunta de la princesa, hoy habían decidido bombardearme con preguntas peligrosas. - No lo hago. Las apuestas son trabajo exclusivo de mi hermano - no comente mucho acerca de eso, era una actividad que simplemente no me apetecía practicar. - Aunque puede que este año me atreva a patrocinar a alguien, pero lo dudo, ya que no tengo bueno ojo para ello y, se me hace una perdida de tiempo y dinero... ni que decir de las posibles burlas que me hará mi hermano, él si es bueno apostando. - era una mitad a medias, porque la otra era que simplemente no quería hacerlo. Aunque si había querido pedirle consejos a Lance por si un día decidía patrocinar a alguien aunque decidí mejor no hacerlo cuando él bajo por las escaleras con cara de pocos amigos hediendo a licor y mujeres. Este par haría buena junta.
- ¿Va a patrocinar este año? tengo entendido que le gusta ir por los más débiles ¿Algún motivo en especial o simple hobby? Si me permite saberlo...- eso era bien sabido, y no me inmutaría si era por simple hobby después de todo tenía el dinero suficiente para derrochar como mejor quisiera.
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
((Siento el retraso. Exámenes xD))
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Habría mandado disparar automáticamente a cualquiera que se hubiera atrevido a decir claramente frente a ella que la consideraba estirada, porque una cosa eran los rumores o hablar de espaldas y otra tener la poca vergüenza de decirlo directamente. Pero Seadon parecía saber exactamente que decir en cada ocasión, y sus palabras hasta la hicieron sonreír. ¡Era precisamente eso! Claro que tenía que ser desagradable, claro que tenía que tomar decisiones desagradables... ¿Pero quién se preocupaba por los sacrificios que debía hacer ella? ¿Alguien se preocupaba por el esfuerzo que suponía verse siempre perfecta? ¿Nunca hacer un mal movimiento que pudiera dejar mal a su familia? ¿Tener que hacer cosas como ir al distrito 06 para un estúpido festival que la traía sin cuidado? Tenía todo el derecho a comportarse como una estirada, porque en realidad, tenía más motivos que nadie para hacerlo.
- Tienes una excelente capacidad para los discursos, para hacerlos creíbles y para decir exactamente lo que la gente quiere oír. Podrías trabajar para mi hermano escribiéndole sus discursos públicos. A él se le da fatal. – dijo, y aún cuando hablaba en broma, en su tono de voz se notaba que estaba satisfecha con la respuesta obtenida.
Sin embargo había una diferencia clara. Parecía ser que ellos, como familia estaban unidos y se querían. ¿A quién tenía ella? A su padre que cada vez estaba más enfermo y débil, y a su hermano que aún con la sangre que compartían pasaban más tiempo discutiendo y intentando joderse mutuamente, que comportándose como hermanos. A Karoline ni siquiera la consideraba parte de ésta, así que la lista terminaba ahí. ¿Y de amistades? Pasaba demasiado tiempo considerando a los demás como una amenaza, rodeada de guardias y concentrada en sus propias necesidades como para relacionarse demasiado con los demás habitantes del Capitolio. Así que nadie se atreviera a insinuar que su vida era sencilla, porque no lo era.
Por suerte, antes de que pudieran llegar a ese encantador local de los batidos orgánicos de frutas que había mencionado con anterioridad, el tema se volvió algo más cómodo para ella. Las apuestas y el patrocinio de tributos. Algo que si que se le daba bien.
- Bueno, si quieres ganar a tu hermano con las apuestas contáctame. Él puede ser bueno pero seguro yo soy mejor. – y eso si era verdad. Mina creía ser mejor que todos en todo, incluso en algo que quedaba tan al azar como las apuestas. Por eso seguramente solía perder tal cantidad de dinero, cosa que, por otro lado, le importaba poco – Y si, patrocinaré. Quizás a alguien del 01 o del 02 para variar... Pero los de distritos inferiores, los débiles y los pobres son... atractivos. Hay algo emocionante en patrocinarlos, y me gusta pensar que todo el mundo puede sorprender. Mi vida ya es lo suficientemente aburrida, así que las sorpresas siempre son bienvenidas.
Llegaron entonces al local. No se quitó las gafas de sol aún cuando hubo entrado y una vez dentro pidió dos batidos de kiwi y fresa. Le añadían además unas gotitas de alcohol, pero muy poco, así que era prudente incluso para la hora de la tarde a la que estaban, y que además terminaba por darle un color violeta intenso a la bebida, acorde con el estilo extravagante de todo lo del Capitolio. Mina pagó por todo y sacó los batidos a la pequeña terraza que había en el exterior. Sentándose en una de las mesas.
- Bueno, pruebalo y dime que tan sorprendente te parece. – dijo dando un sorbo al suyo propio.
- Tienes una excelente capacidad para los discursos, para hacerlos creíbles y para decir exactamente lo que la gente quiere oír. Podrías trabajar para mi hermano escribiéndole sus discursos públicos. A él se le da fatal. – dijo, y aún cuando hablaba en broma, en su tono de voz se notaba que estaba satisfecha con la respuesta obtenida.
Sin embargo había una diferencia clara. Parecía ser que ellos, como familia estaban unidos y se querían. ¿A quién tenía ella? A su padre que cada vez estaba más enfermo y débil, y a su hermano que aún con la sangre que compartían pasaban más tiempo discutiendo y intentando joderse mutuamente, que comportándose como hermanos. A Karoline ni siquiera la consideraba parte de ésta, así que la lista terminaba ahí. ¿Y de amistades? Pasaba demasiado tiempo considerando a los demás como una amenaza, rodeada de guardias y concentrada en sus propias necesidades como para relacionarse demasiado con los demás habitantes del Capitolio. Así que nadie se atreviera a insinuar que su vida era sencilla, porque no lo era.
Por suerte, antes de que pudieran llegar a ese encantador local de los batidos orgánicos de frutas que había mencionado con anterioridad, el tema se volvió algo más cómodo para ella. Las apuestas y el patrocinio de tributos. Algo que si que se le daba bien.
- Bueno, si quieres ganar a tu hermano con las apuestas contáctame. Él puede ser bueno pero seguro yo soy mejor. – y eso si era verdad. Mina creía ser mejor que todos en todo, incluso en algo que quedaba tan al azar como las apuestas. Por eso seguramente solía perder tal cantidad de dinero, cosa que, por otro lado, le importaba poco – Y si, patrocinaré. Quizás a alguien del 01 o del 02 para variar... Pero los de distritos inferiores, los débiles y los pobres son... atractivos. Hay algo emocionante en patrocinarlos, y me gusta pensar que todo el mundo puede sorprender. Mi vida ya es lo suficientemente aburrida, así que las sorpresas siempre son bienvenidas.
Llegaron entonces al local. No se quitó las gafas de sol aún cuando hubo entrado y una vez dentro pidió dos batidos de kiwi y fresa. Le añadían además unas gotitas de alcohol, pero muy poco, así que era prudente incluso para la hora de la tarde a la que estaban, y que además terminaba por darle un color violeta intenso a la bebida, acorde con el estilo extravagante de todo lo del Capitolio. Mina pagó por todo y sacó los batidos a la pequeña terraza que había en el exterior. Sentándose en una de las mesas.
- Bueno, pruebalo y dime que tan sorprendente te parece. – dijo dando un sorbo al suyo propio.
Mina U. King- Realeza
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
OFF: Se respeta, exámenes son exámenes ._.)7
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Luego de callar y contemplar la sonrisa de la princesa pude intuir que mi cabeza seguiría pegada a mi cuello y que este a la vez lo estaría en mi cuerpo… donde se supone debe estar, eso era bueno, había sobrevivido un día más a las exigencias del Capitolio… y Kira seguirá teniendo tres hermanos.
Reí un poco ante el comentario de mi ‘capacidad para discursos’ – Herencia de mi padre – dije mientras me encogí de hombros. Él siempre decía que el arma más poderosa era la lengua, porque las palabras eran capaces de dividir naciones e influir en las acciones, claro que esto no lo entendí al principio – no es como si aún enano de 12 años le interesara algo más aparte de lo que el televisor mostraba – lo comprendí años después, al mismo tiempo que entendí porque las historias de mamá no eran permitidas. Lo tendré en cuenta, un día de estos mandaré un currículum – bromeé.
El tema pareció darse por finalizado, cosa que agradecí ya que si seguía hablando demasiado y soltando todo en junto en cualquier momento terminaría diciendo algún comentario sobre los colores que, a pesar que la gente no parece ver, sueltan al hablar… sí, así como se escucha.
Las cosas parecieron aligerarse además de que un atisbo de curiosidad apareció en mí en cuanto al tema de las apuestas, eran cosas de las que no hablaba mucho pero nunca estaba de más aprender algo. La princesa al parecer sabía del tema lo que me parecía bien, ya que podría preguntarle sin necesidad de aguantar la respiración… ella no huele mal al contrario de Lance.
-Estaría bien bajar a mi hermano de su nube de ensueño, aunque sí que se desataría la tormenta. – Siempre he creído que Lance es como una tormenta, fuerte e imparable pero rebotando por tantos lugares que se hace daño a él y a los que están cerca. – Debería demostrárselo, es lo que él quiere… ‘un verdadero oponente’ – era lo que buscaba cuando le agarraba un ataque de buena suerte. Me pregunto cómo sería su reacción si llegase a apostar contra ella… ese hombre sí que tenía una obsesión con la realeza. – Ya veo – tal vez eso podría explicar el gane consecutivo de dos distritos bajos. ‘Vida aburrida’ creo que a los distritos bajos les gustaría que ella se siguiera aburriendo si eso representaba regresar a por lo menos uno con vida. – Creo que puede resultar buena idea ir con los bajos, les muestra que aun y no están del todo olvidados… - aunque no sea realmente cierto – les proporciona algunas cosas útiles, ganan confianza en el enfrentamiento… - la idea de apoyar bajos si lo pensaba mejor no resultaba tan aburrida – los profesionales deberían agradecer eso, apuesto a que se les hace más interesante que ir buscándolos bajo rocas. Las batallas se hacen más entretenidas y atraen público. AL final ganará el que deba hacerlo. – No sabía bien si debía felicitarme por lo que dije o ir a revisarme la cabeza, no era común de mí hablar tanto sobre esto, pero sí lo es de un capitoliano. – Creo que iré por un distrito bajo... si lo veo desde ese punto suena bien.– sólo tal vez y podría darle a alguien una oportunidad de vivir.
Seguí a la princesa una vez dentro del loca y la imite al no quitarme los lentes, la espere a una distancia prudente mientras ella iba a ordenar los batidos una vez lista la orden la seguí hasta la terraza en la cual terminamos tomando asiento en una de las mesas.
Agradecí por el batido y luego de escuchar procedí a beber un poco. – Dulce y ligeramente ácido, un sabor bastante singular... y con una considerable cantidad de alcohol para disfrutar sin embriagarse. Le daría un diez– me encogí de hombros – Pero lo hubiera preferido en color azul– mencione en gesto divertido. – me gusta más –
– Pero si lo que debo calificar es el encuentro sería un supera las expectativas.– Y no lo decía en broma, había resultado ser una compañía bastante buena. Había notado un par de cosas y aprendido otras, algo que las charlas, si así se le podían llamar al intercambio de insultos y amenazas de muerte que había en casa, no hacían. Mi cabeza se había puesto a pensar más de lo usual, cosa buena pues me mostraba que aun no estaba tan atrofiada. – He tenido interesantes temas de conversación y lo mejor de todo, civilizados.– no podía evitarlo el observar y saber era algo en mí. Di otro trago a mi bebida.
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Luego de callar y contemplar la sonrisa de la princesa pude intuir que mi cabeza seguiría pegada a mi cuello y que este a la vez lo estaría en mi cuerpo… donde se supone debe estar, eso era bueno, había sobrevivido un día más a las exigencias del Capitolio… y Kira seguirá teniendo tres hermanos.
Reí un poco ante el comentario de mi ‘capacidad para discursos’ – Herencia de mi padre – dije mientras me encogí de hombros. Él siempre decía que el arma más poderosa era la lengua, porque las palabras eran capaces de dividir naciones e influir en las acciones, claro que esto no lo entendí al principio – no es como si aún enano de 12 años le interesara algo más aparte de lo que el televisor mostraba – lo comprendí años después, al mismo tiempo que entendí porque las historias de mamá no eran permitidas. Lo tendré en cuenta, un día de estos mandaré un currículum – bromeé.
El tema pareció darse por finalizado, cosa que agradecí ya que si seguía hablando demasiado y soltando todo en junto en cualquier momento terminaría diciendo algún comentario sobre los colores que, a pesar que la gente no parece ver, sueltan al hablar… sí, así como se escucha.
Las cosas parecieron aligerarse además de que un atisbo de curiosidad apareció en mí en cuanto al tema de las apuestas, eran cosas de las que no hablaba mucho pero nunca estaba de más aprender algo. La princesa al parecer sabía del tema lo que me parecía bien, ya que podría preguntarle sin necesidad de aguantar la respiración… ella no huele mal al contrario de Lance.
-Estaría bien bajar a mi hermano de su nube de ensueño, aunque sí que se desataría la tormenta. – Siempre he creído que Lance es como una tormenta, fuerte e imparable pero rebotando por tantos lugares que se hace daño a él y a los que están cerca. – Debería demostrárselo, es lo que él quiere… ‘un verdadero oponente’ – era lo que buscaba cuando le agarraba un ataque de buena suerte. Me pregunto cómo sería su reacción si llegase a apostar contra ella… ese hombre sí que tenía una obsesión con la realeza. – Ya veo – tal vez eso podría explicar el gane consecutivo de dos distritos bajos. ‘Vida aburrida’ creo que a los distritos bajos les gustaría que ella se siguiera aburriendo si eso representaba regresar a por lo menos uno con vida. – Creo que puede resultar buena idea ir con los bajos, les muestra que aun y no están del todo olvidados… - aunque no sea realmente cierto – les proporciona algunas cosas útiles, ganan confianza en el enfrentamiento… - la idea de apoyar bajos si lo pensaba mejor no resultaba tan aburrida – los profesionales deberían agradecer eso, apuesto a que se les hace más interesante que ir buscándolos bajo rocas. Las batallas se hacen más entretenidas y atraen público. AL final ganará el que deba hacerlo. – No sabía bien si debía felicitarme por lo que dije o ir a revisarme la cabeza, no era común de mí hablar tanto sobre esto, pero sí lo es de un capitoliano. – Creo que iré por un distrito bajo... si lo veo desde ese punto suena bien.– sólo tal vez y podría darle a alguien una oportunidad de vivir.
Seguí a la princesa una vez dentro del loca y la imite al no quitarme los lentes, la espere a una distancia prudente mientras ella iba a ordenar los batidos una vez lista la orden la seguí hasta la terraza en la cual terminamos tomando asiento en una de las mesas.
Agradecí por el batido y luego de escuchar procedí a beber un poco. – Dulce y ligeramente ácido, un sabor bastante singular... y con una considerable cantidad de alcohol para disfrutar sin embriagarse. Le daría un diez– me encogí de hombros – Pero lo hubiera preferido en color azul– mencione en gesto divertido. – me gusta más –
– Pero si lo que debo calificar es el encuentro sería un supera las expectativas.– Y no lo decía en broma, había resultado ser una compañía bastante buena. Había notado un par de cosas y aprendido otras, algo que las charlas, si así se le podían llamar al intercambio de insultos y amenazas de muerte que había en casa, no hacían. Mi cabeza se había puesto a pensar más de lo usual, cosa buena pues me mostraba que aun no estaba tan atrofiada. – He tenido interesantes temas de conversación y lo mejor de todo, civilizados.– no podía evitarlo el observar y saber era algo en mí. Di otro trago a mi bebida.
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
No era la primera vez que oía hablar de la reputación de apostador profesional de uno de los hermanos Kubler, pero hasta el momento no había sabido cual de ellos era. Ahora por fin le ponía cara, y no sólo eso, sino que de pronto se le antojaba como un oponente a su altura para las apuestas, porque últimamente todos parecían aficionados, haciendo que terminara aburriendo las apuestas por falta de emoción.
- Pues cuando quieras le damos a tu hermano un oponente digno. Siempre que tengas algo de dinero o algo que tu hermano quiera mucho para jugarte con él. Las apuestas son algo así como lo que mejor se me da en el mundo, así que mi oferta de ayuda seguirá en pie sea cuando sea. – igualmente no tenía nada mejor que hacer, ¿no? Tiempo era algo que le sobraba y que, al contrario que otras cosas, estaba dispuesta a compartir con quien fuera.
Por suerte hacía una tarde soleada, de modo que estar sentados en la terraza sin quitarse las gafas oscuras no quedaba raro, sino que parecía algo normal. Nadie repararía en un par de jóvenes charlando casualmente, no? El pasar desapercibidos era su única opción de no tener que volver a casa tirados de las orejas por parte de los guardias.
No hizo ningún comentario al respecto, pero le llenaba de orgullo haber influido en Seadon para que patrocinase a algún distrito bajo, en su primera experiencia como patrocinador, aunque sus motivos eran bastante más nobles que los suyos propios.
A ella la traía sin cuidado quien moría o quien vivía, más si estos provenían de distritos bajos. Pero era cierto que su aburrimiento ayudaba a los más débiles a vivir y proporcionaba un espectáculo mejor, y le gustaba influir de alguna forma en aquello que se veía por televisión. Porque... ¿que diferencia había en darle una arma más o una arma menos a un profesional? Ninguna, porque igualmente ya estaban por encima los demás.
- ¿Entonces te convencí para que patrocines a alguien en esta edición? Quizás yo también debería pensarme lo de dedicarme a escribir discursos. Ah espera, que eso ya lo hago de vez en cuando.
Desde luego aquella tarde le estaba viniendo bien. El ambiente distendido y la charla agradable estaban haciendo que se relajara, permitiéndose ser más ella misma y menos la princesa estirada y a la defensiva que era el 90% del tiempo, y que poco a poco se había convertido en quien todos creían que era. Una persona egoísta, vengativa y desconfiada.
- Pero el violeta es el color de moda. No sé si confiaría en una bebida azul. – aunque en realidad lo decía por decir. Los colores eran lo de menos... ¿no? - De todos modos me alegro que te guste. Son los mejores del Capitolio, creéme. Soy de gustos refinados. Y por eso también te diré que este encuentro también es de mi agrado. ¿Pero apreciar las charlas civilizadas? ¿Quieres decir que hay charlas incivilizadas, incluso aquí en el Capitolio? Creía que eran cosas que solo sucedían en los distritos bajos. - “o en mi caso cuando estoy con esa boba que tengo por hermanastra”, estuvo a punto de añadir, pero sabía que no podía hablar de asuntos familiares a la ligera.
Tomó otro sorbo a su batido aprovechando para dar un vistazo a la calle donde se encontraban, por encima de sus gafas oscuras. Seguía sin haber señales de los guardias, por lo que podía concluir que habían hecho un buen trabajo de distracción.
- Y dime, ¿tienes planeado ir al distrito 06 por lo del Festival del Vasallaje? – preguntó, esperando una respuesta afirmativa. Al menos habría una cara amigable en medio de todo ese aburrimiento que amenazaba con consumirla durante tres largos días.
- Pues cuando quieras le damos a tu hermano un oponente digno. Siempre que tengas algo de dinero o algo que tu hermano quiera mucho para jugarte con él. Las apuestas son algo así como lo que mejor se me da en el mundo, así que mi oferta de ayuda seguirá en pie sea cuando sea. – igualmente no tenía nada mejor que hacer, ¿no? Tiempo era algo que le sobraba y que, al contrario que otras cosas, estaba dispuesta a compartir con quien fuera.
Por suerte hacía una tarde soleada, de modo que estar sentados en la terraza sin quitarse las gafas oscuras no quedaba raro, sino que parecía algo normal. Nadie repararía en un par de jóvenes charlando casualmente, no? El pasar desapercibidos era su única opción de no tener que volver a casa tirados de las orejas por parte de los guardias.
No hizo ningún comentario al respecto, pero le llenaba de orgullo haber influido en Seadon para que patrocinase a algún distrito bajo, en su primera experiencia como patrocinador, aunque sus motivos eran bastante más nobles que los suyos propios.
A ella la traía sin cuidado quien moría o quien vivía, más si estos provenían de distritos bajos. Pero era cierto que su aburrimiento ayudaba a los más débiles a vivir y proporcionaba un espectáculo mejor, y le gustaba influir de alguna forma en aquello que se veía por televisión. Porque... ¿que diferencia había en darle una arma más o una arma menos a un profesional? Ninguna, porque igualmente ya estaban por encima los demás.
- ¿Entonces te convencí para que patrocines a alguien en esta edición? Quizás yo también debería pensarme lo de dedicarme a escribir discursos. Ah espera, que eso ya lo hago de vez en cuando.
Desde luego aquella tarde le estaba viniendo bien. El ambiente distendido y la charla agradable estaban haciendo que se relajara, permitiéndose ser más ella misma y menos la princesa estirada y a la defensiva que era el 90% del tiempo, y que poco a poco se había convertido en quien todos creían que era. Una persona egoísta, vengativa y desconfiada.
- Pero el violeta es el color de moda. No sé si confiaría en una bebida azul. – aunque en realidad lo decía por decir. Los colores eran lo de menos... ¿no? - De todos modos me alegro que te guste. Son los mejores del Capitolio, creéme. Soy de gustos refinados. Y por eso también te diré que este encuentro también es de mi agrado. ¿Pero apreciar las charlas civilizadas? ¿Quieres decir que hay charlas incivilizadas, incluso aquí en el Capitolio? Creía que eran cosas que solo sucedían en los distritos bajos. - “o en mi caso cuando estoy con esa boba que tengo por hermanastra”, estuvo a punto de añadir, pero sabía que no podía hablar de asuntos familiares a la ligera.
Tomó otro sorbo a su batido aprovechando para dar un vistazo a la calle donde se encontraban, por encima de sus gafas oscuras. Seguía sin haber señales de los guardias, por lo que podía concluir que habían hecho un buen trabajo de distracción.
- Y dime, ¿tienes planeado ir al distrito 06 por lo del Festival del Vasallaje? – preguntó, esperando una respuesta afirmativa. Al menos habría una cara amigable en medio de todo ese aburrimiento que amenazaba con consumirla durante tres largos días.
Mina U. King- Realeza
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
El dinero no es un problema, nunca lo ha sido… aunque ¿Algo qué mi hermano quiera mucho? No tenía idea de que es lo que él pudiera querer, ni siquiera sabía lo que le gustaba y si lo sabía es porque se miraba a simple vista, esta situación daba pena. Quitando ese hecho de desconocer los gustos de mi hermano no creía que fuera necesario conseguir algo o chantajear a Lance para que apostara, él simplemente lo hace por diversión. – Vale, lo tendré en cuenta – Si lo hago por lo menos le daría más dolores de cabeza a Lance y me encanta hacer eso.
Me encogí de hombros ante su pregunta si patrocinaría a alguien o no. – Tal vez – o tal vez sí me cheque la cabeza. – Depende mi humor – y eso sí era cierto, habían días que ni siquiera daba una paso fuera de mi habitación, no en esas fechas, prefería mantenerme al margen y sólo asomarme cuando es realmente necesario. – Eso estará bien, podremos intercambiar notas –
-Debería confiar más en los colores, dicen cosas – fue en eso que me di cuenta que debí morderme la lengua antes, eso no era algo que hiciera cuando hablaba con mis hermanos… de hecho, me gustaba molestarlos con esas frases que para ellos carecen de sentido, pero son temas que prefiero no abordar cuando hablo con gente extraña. -He leído que afectan el estado de ánimo – Hice un movimiento de mano para quitarle importancia. –
Claro que las hay – sonreí divertido, en la casa es el ‘pan nuestro de cada día’…. Es lo que Nahla siempre dice. – basta con saber dónde buscarlas – nunca faltaba que comenzáramos a discutir porque hasta el día había amanecido más amarillo que de costumbre, triviales y sin sentido. Kira nos trataba de apaciguar, era peor cuando lo hacíamos en público, al principio si habían discusiones subidas de tono, ahora eran más por rutinas que otra cosa. – aun así no necesita ir muy lejos, el alcohol puede afectar hasta el más civilizado – como si no lo hubiera visto o vivido.
Di otro sorbo a la bebida mientras vi a la puerta, si algún guardia entra y nos descubre me pregunto si terminaré como en las películas; manos en la espalda, cara pegada sobre la mesa y con una llamada para informar a alguien sobre mi penoso estado, no sería lo peor por lo que me hubbieran detenido.
– Sí... de hecho, era por eso que hoy vine compras. Quería encontrar algo cómodo para el viaje y decente para la fiesta, aunque creo que me han salido dando un montón de cosas estrafalarias... y un cupón para teñirme la piel en mi próxima visita– ese último no lo pensaba usar – Ya luego continuare con el resto de las compras – no pensaba pararme de nuevo en ese sitio. Tampoco mandaría a hacer ningún traje a mi medida, odiaba que me estuvieran tocando y comentándome cosas innecesarias, y decir verdad no tenía ganas de ir, nunca tengo, pero como el no ir implica levantar sospechas, mejor lo hago. – Nunca he ido al 6 así que tal vez encuentre algo interesante. Como subirme a un tren y escaparme a otro distrito… tal vez el cuatro.
– Además alguien debe cuidar de Lance. Ese era mi deber desde que yo había dejado el vicio y había empezado a ser algo así como ‘el conductor designado’ supongo que antes de que eso sucediera la única razón por la que ambos amanecíamos en casa era que alguien en el cielo nos quería mucho, o Nahla salía a buscarnos. “Acaso quieren superar su nivel de idiotez” era lo que siempre nos decía.
– Tal vez y le miré por allí.–
Me encogí de hombros ante su pregunta si patrocinaría a alguien o no. – Tal vez – o tal vez sí me cheque la cabeza. – Depende mi humor – y eso sí era cierto, habían días que ni siquiera daba una paso fuera de mi habitación, no en esas fechas, prefería mantenerme al margen y sólo asomarme cuando es realmente necesario. – Eso estará bien, podremos intercambiar notas –
-Debería confiar más en los colores, dicen cosas – fue en eso que me di cuenta que debí morderme la lengua antes, eso no era algo que hiciera cuando hablaba con mis hermanos… de hecho, me gustaba molestarlos con esas frases que para ellos carecen de sentido, pero son temas que prefiero no abordar cuando hablo con gente extraña. -He leído que afectan el estado de ánimo – Hice un movimiento de mano para quitarle importancia. –
Claro que las hay – sonreí divertido, en la casa es el ‘pan nuestro de cada día’…. Es lo que Nahla siempre dice. – basta con saber dónde buscarlas – nunca faltaba que comenzáramos a discutir porque hasta el día había amanecido más amarillo que de costumbre, triviales y sin sentido. Kira nos trataba de apaciguar, era peor cuando lo hacíamos en público, al principio si habían discusiones subidas de tono, ahora eran más por rutinas que otra cosa. – aun así no necesita ir muy lejos, el alcohol puede afectar hasta el más civilizado – como si no lo hubiera visto o vivido.
Di otro sorbo a la bebida mientras vi a la puerta, si algún guardia entra y nos descubre me pregunto si terminaré como en las películas; manos en la espalda, cara pegada sobre la mesa y con una llamada para informar a alguien sobre mi penoso estado, no sería lo peor por lo que me hubbieran detenido.
– Sí... de hecho, era por eso que hoy vine compras. Quería encontrar algo cómodo para el viaje y decente para la fiesta, aunque creo que me han salido dando un montón de cosas estrafalarias... y un cupón para teñirme la piel en mi próxima visita– ese último no lo pensaba usar – Ya luego continuare con el resto de las compras – no pensaba pararme de nuevo en ese sitio. Tampoco mandaría a hacer ningún traje a mi medida, odiaba que me estuvieran tocando y comentándome cosas innecesarias, y decir verdad no tenía ganas de ir, nunca tengo, pero como el no ir implica levantar sospechas, mejor lo hago. – Nunca he ido al 6 así que tal vez encuentre algo interesante. Como subirme a un tren y escaparme a otro distrito… tal vez el cuatro.
– Además alguien debe cuidar de Lance. Ese era mi deber desde que yo había dejado el vicio y había empezado a ser algo así como ‘el conductor designado’ supongo que antes de que eso sucediera la única razón por la que ambos amanecíamos en casa era que alguien en el cielo nos quería mucho, o Nahla salía a buscarnos. “Acaso quieren superar su nivel de idiotez” era lo que siempre nos decía.
– Tal vez y le miré por allí.–
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
- ¿En serio? Deberías hacerme un resumen al respecto de los colores. Que influían positivamente en mi estado de ánimo para que no me parezca tan terrible tener que ir al 06 a morirme de tedio. – no creía que fuera una pregunta peligrosa, porque tampoco esperaba una tesis profunda acerca del tema, pero a ella, que le gustaba la moda, y los colores y texturas de las ropas, creía interesarle todo aquello – Mi color preferido es el azul. ¿Debería replantearlo?
Sin duda preferia quedarse hablando de colores que volver a pensar en ese viaje al 06. No había asistido todavía al festival y ya parecía que lo visualizaba todo: un sinfín de horas encerrada en la zona exclusiva que tendrían preparada para ella, con tan solo unas pocas apariciones breves en público, en los que se mostraría sonriente y feliz, para luego volver a la soledad. Ni siquiera se planteaba llevarse alguna peluca de color extravagante para disfrazarse y poder asistir a la zona pública, donde debía estar la diversión. El solo pensar que tendría que mezclarse con pobres del 11 o del 12 le hacía venir escalofríos.
- No hay nada interesante en el 06. Todo es aburrido, poco exclusivo y habrá gente de todos los distritos de la que no te puedes fiar.... Si tuviera elección me quedaría aquí, pero a pesar de todo tengo ciertas obligaciones. ¿Que piensas hacer allí a parte de cuidar de Lance?
No iba a rebajarse a pedirle directamente: “Sácame de mi misera en el distrito 06 y llévame a hacer algo.”. Claro que no, ella tenía mucho más orgullo que eso y prefería quedarse encerrada y sola todos esos días que reconocer delante de alguien que no tenía con quién pasar el rato, porque no tenía amigos de verdad, ni siquiera apenas conocidos, y que no tenía la más mínima idea de por donde empezar para cambiar todo aquello.
Dio un par de sorbos más a su bebida, notando que ese le gustaba bastante más que el de plátano y fruta de la pasión de la última vez, cuando se había sentado ahí precisamente con la hermana de Seadon, que habitualmente era su única compañía, y con la que la mayoría de las veces no sabía ni de que hablar, porque la sentía completamente opuesta a todo lo que ella misma era.
- Mi hermano me contó que iban a instalar una zona de juegos. Montañas rusas y demás. No puede estar tan mal si cuentas con la privacidad de poder pasear sin que todos te acosen a preguntas y demás. – montañas rusas... Jamás había montado en una. Una de las tantas cosas que no había podido hacer porque por ser de la realeza tenía que mantener las apariencias y no hubiera sido adecuado ver a la princesa gritando en el vagón de una montaña rusa... E igualmente ahí tampoco habrían podido brindarle la protección que necesitaba – Se supone que es divertido... O que tiene que serlo. Quizás no sea tan mala idea para ti el ir al festival.
Sin duda preferia quedarse hablando de colores que volver a pensar en ese viaje al 06. No había asistido todavía al festival y ya parecía que lo visualizaba todo: un sinfín de horas encerrada en la zona exclusiva que tendrían preparada para ella, con tan solo unas pocas apariciones breves en público, en los que se mostraría sonriente y feliz, para luego volver a la soledad. Ni siquiera se planteaba llevarse alguna peluca de color extravagante para disfrazarse y poder asistir a la zona pública, donde debía estar la diversión. El solo pensar que tendría que mezclarse con pobres del 11 o del 12 le hacía venir escalofríos.
- No hay nada interesante en el 06. Todo es aburrido, poco exclusivo y habrá gente de todos los distritos de la que no te puedes fiar.... Si tuviera elección me quedaría aquí, pero a pesar de todo tengo ciertas obligaciones. ¿Que piensas hacer allí a parte de cuidar de Lance?
No iba a rebajarse a pedirle directamente: “Sácame de mi misera en el distrito 06 y llévame a hacer algo.”. Claro que no, ella tenía mucho más orgullo que eso y prefería quedarse encerrada y sola todos esos días que reconocer delante de alguien que no tenía con quién pasar el rato, porque no tenía amigos de verdad, ni siquiera apenas conocidos, y que no tenía la más mínima idea de por donde empezar para cambiar todo aquello.
Dio un par de sorbos más a su bebida, notando que ese le gustaba bastante más que el de plátano y fruta de la pasión de la última vez, cuando se había sentado ahí precisamente con la hermana de Seadon, que habitualmente era su única compañía, y con la que la mayoría de las veces no sabía ni de que hablar, porque la sentía completamente opuesta a todo lo que ella misma era.
- Mi hermano me contó que iban a instalar una zona de juegos. Montañas rusas y demás. No puede estar tan mal si cuentas con la privacidad de poder pasear sin que todos te acosen a preguntas y demás. – montañas rusas... Jamás había montado en una. Una de las tantas cosas que no había podido hacer porque por ser de la realeza tenía que mantener las apariencias y no hubiera sido adecuado ver a la princesa gritando en el vagón de una montaña rusa... E igualmente ahí tampoco habrían podido brindarle la protección que necesitaba – Se supone que es divertido... O que tiene que serlo. Quizás no sea tan mala idea para ti el ir al festival.
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Sonreí ante su comentario de los colores. Aunque por otro lado... ¿Eso quiere decir que me han dejado tarea? Bien, eso no me lo esperaba, creo que ahora en verdad tendría que ir a leer artículos sobre los colores en la moda y su importancia en la personalidad, sabía algunos cuantos significados pero no tantos como poder hacer un escrito de verdad... ¡No, alto! lo que mas gracia me hacía es que parecía que me estaba tomando en serio lo de hacer ese trabajo. — Pero aunque me esfuerce no creo que funcione si se empeña en solo mirarle el lado negativo al viaje. Al final de cuentas es uno mismo que influye en las experiencias. — Uno simplemente no puede ayudar a alguien si ese alguien no se deja ayudar. Escuche su pregunta sobre el color azul — Esta bien, pienso que el azul es un buen color. Generalmente esta pacifico, aunque en muchas cantidades es deprimente. —
No se tenía que ser demasiado inteligente para deducir que la princesa había sido enviada a la fuerza, bastaba con escucharla un poco para llegar a dicha conclusión, además tampoco parecía que fuera a poner demasiado esfuerzo para no pasarla aburrida. Realmente no tenía ni idea que iba a hacer yo en la fiesta, pero supongo que algo se me tendría que ocurrir. – ¿Buscar una linda señorita para ir a pasear? – me encogí de hombros, si hiciera eso agradecería que Kira no estuviera presente… ella es celosa y Nahla, ella da miedo. – O le puedo ir a buscar para presentarle mi informe, después de todo parece que va a tener tiempo libre – reí – Hpmh, o quizás le interese conocer al resto de los Kubler – no creo que fuera tan difícil convencerles, Lance de seguro acepta y con Nahla, bueno, nos encargaríamos de llevarla arrastras quiera o no.
– Esta la opción de que sea mi turno de armar un escape, aunque pienso que será aún más difícil. - ¿Kira irá a estar cerca? Eso solo le aumentaría la diversión. – Podríamos esconderte mientras Kira se mata buscándote. Hay tantas opciones, después de todo serán tres días… y el irme al bar es algo que puedo hacer cualquier día acá en el Capitolio. Además esto era una clara forma de joder a todos. A Nahla y su antisocialidad innata, a Kira y su obsesión por la perfección y a Lance... bueno, ya lo había desprestigio bastante por hoy, pero a que se me ocurre otra cosa para seguir haciéndolo.
–Claro que no es mala idea. Lo malo es que se vaya a privar de todas esas atracciones. – No es normal que uno la pase bien mientras mira como los demás se divierte y creo que puede resultar peor cuando dicha fiesta es organizada por uno. – No soy quien para obligarla a hacer algo que no quiera, pero tengo una buena excusa para que me deje hacerlo – levante mi bebida – una de las cosas que mi padre me enseño es que las mujeres, sin importar quienes sean nunca deben invitar a un hombre, ya sabe… por cortesía. Así que sería mi forma de pagar para no sentirme un aprovechado.
Realmente no me gustaría que pensarán eso… tengo una gran reputación que cuidar. -Reí por lo último. Después de todo no era ningún ángel y creo que mi reputación la he perdido hace tiempo en algún callejón obscuro. –Si no fuera tan difícil me plantaría frente a su puerto, pero creo que lo de hoy no ayudará mucho a mi expediente... y la ilimitada guardia que Kira usara tampoco lo hará. –
No se tenía que ser demasiado inteligente para deducir que la princesa había sido enviada a la fuerza, bastaba con escucharla un poco para llegar a dicha conclusión, además tampoco parecía que fuera a poner demasiado esfuerzo para no pasarla aburrida. Realmente no tenía ni idea que iba a hacer yo en la fiesta, pero supongo que algo se me tendría que ocurrir. – ¿Buscar una linda señorita para ir a pasear? – me encogí de hombros, si hiciera eso agradecería que Kira no estuviera presente… ella es celosa y Nahla, ella da miedo. – O le puedo ir a buscar para presentarle mi informe, después de todo parece que va a tener tiempo libre – reí – Hpmh, o quizás le interese conocer al resto de los Kubler – no creo que fuera tan difícil convencerles, Lance de seguro acepta y con Nahla, bueno, nos encargaríamos de llevarla arrastras quiera o no.
– Esta la opción de que sea mi turno de armar un escape, aunque pienso que será aún más difícil. - ¿Kira irá a estar cerca? Eso solo le aumentaría la diversión. – Podríamos esconderte mientras Kira se mata buscándote. Hay tantas opciones, después de todo serán tres días… y el irme al bar es algo que puedo hacer cualquier día acá en el Capitolio. Además esto era una clara forma de joder a todos. A Nahla y su antisocialidad innata, a Kira y su obsesión por la perfección y a Lance... bueno, ya lo había desprestigio bastante por hoy, pero a que se me ocurre otra cosa para seguir haciéndolo.
–Claro que no es mala idea. Lo malo es que se vaya a privar de todas esas atracciones. – No es normal que uno la pase bien mientras mira como los demás se divierte y creo que puede resultar peor cuando dicha fiesta es organizada por uno. – No soy quien para obligarla a hacer algo que no quiera, pero tengo una buena excusa para que me deje hacerlo – levante mi bebida – una de las cosas que mi padre me enseño es que las mujeres, sin importar quienes sean nunca deben invitar a un hombre, ya sabe… por cortesía. Así que sería mi forma de pagar para no sentirme un aprovechado.
Realmente no me gustaría que pensarán eso… tengo una gran reputación que cuidar. -Reí por lo último. Después de todo no era ningún ángel y creo que mi reputación la he perdido hace tiempo en algún callejón obscuro. –Si no fuera tan difícil me plantaría frente a su puerto, pero creo que lo de hoy no ayudará mucho a mi expediente... y la ilimitada guardia que Kira usara tampoco lo hará. –
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Seguramente era una mala idea que se emocionara con la posibilidad de ir con Seadon y quizás con el resto de los Kubler (excepto Kira, claro, que nunca estaría conforme con aquello), pero su mente había empezado a trazar ya un plan respecto a hablar con sus estilistas, cambiar el estilo de su pelo a algún color estridente que no tuviera nada que ver con su rubia y sedosa melena y completar el conjunto con algún pendiente en la nariz y ropa de la que nunca llevaría alguien como ella. Quizás terminarían pensando que era alguien con un gran parecido a la princesa, si, pero ahí se quedaría.
- Nada de informes. Si me vienes a buscar, con tus hermanos o sin ellos deberemos escapar a alguna parte. Pero como voy a tener un extra de seguridad es mejor que nos encontremos en alguna parte lejos del tren donde voy a estar alojándome.
¿De verdad se estaba ofreciendo para encontrarse con él en el distrito 06, en medio de la zona pública mezclándose con los pobretones de distritos como el 11 o el 12? Seguramente se había vuelto loca, pero de algún modo la opción de quedarse encerrada para siempre en el vagón del tren exclusivamente preparado para ella, poniendo mala cara a todos los guardias que entraran y solo saliendo cuando tuviera que aparecer en público no le parecía atractiva.
- Bien, supongamos que acepto un plan de escape para que tu reputación no se vea afectada. Que logramos escapar de los mil guardias que tu hermana preparará y que yo puedo preparar un look de incognito lo suficientemente bueno para que podamos mezclarnos con la demás gente sin que me reconozcan. ¿Que me ofreces? ¿A donde me llevarás? Una chica tiene derecho a saber estas cosas... ¿no?
Le gustaban las preguntas complicadas. Al menos sabía que eso era algo que la diferenciaba de las demás. Y era la princesa de Panem por lo que sólo por eso debía ser distinta a todas las demás chicas con las que Seadon pudiera haber llegado a sentarse a tomar batidos.
De pronto aquel plan de huida futuro no parecía ser tan disparatado. Quizás la horrible idea de su hermano para enviarla al 06 podía servir para que empezara a divertirse.
- ¿Estás dispuesto a tentar la suerte y enfadar a tu hermana? Te ofrecería protección, pero resulta que mi protección depende de ella y puede ser problemático.
Terminó el contenido de su batido, y se quedó mirando el vaso vacío como si hubiera algo interesante, pero en realidad su mente trabajaba trazando un plan de escape. De hecho toda una serie de planes de escape, tanto para su estancia en el distrito 06 como para próximos días aquí en el Capitolio. Tentaría la suerte a ver a que la conducía todo eso.
- Quizás debería volver. No hay que tentar la suerte si tenemos que planear un escape a lo grande en un distrito que no conocemos... ¿no? – sin embargo de momento no se movió de su asiento, mirando una vez más alrededor a través de sus gafas oscuras. La calle seguía desierta. Definitivamente huir no era tan complicado.
- Nada de informes. Si me vienes a buscar, con tus hermanos o sin ellos deberemos escapar a alguna parte. Pero como voy a tener un extra de seguridad es mejor que nos encontremos en alguna parte lejos del tren donde voy a estar alojándome.
¿De verdad se estaba ofreciendo para encontrarse con él en el distrito 06, en medio de la zona pública mezclándose con los pobretones de distritos como el 11 o el 12? Seguramente se había vuelto loca, pero de algún modo la opción de quedarse encerrada para siempre en el vagón del tren exclusivamente preparado para ella, poniendo mala cara a todos los guardias que entraran y solo saliendo cuando tuviera que aparecer en público no le parecía atractiva.
- Bien, supongamos que acepto un plan de escape para que tu reputación no se vea afectada. Que logramos escapar de los mil guardias que tu hermana preparará y que yo puedo preparar un look de incognito lo suficientemente bueno para que podamos mezclarnos con la demás gente sin que me reconozcan. ¿Que me ofreces? ¿A donde me llevarás? Una chica tiene derecho a saber estas cosas... ¿no?
Le gustaban las preguntas complicadas. Al menos sabía que eso era algo que la diferenciaba de las demás. Y era la princesa de Panem por lo que sólo por eso debía ser distinta a todas las demás chicas con las que Seadon pudiera haber llegado a sentarse a tomar batidos.
De pronto aquel plan de huida futuro no parecía ser tan disparatado. Quizás la horrible idea de su hermano para enviarla al 06 podía servir para que empezara a divertirse.
- ¿Estás dispuesto a tentar la suerte y enfadar a tu hermana? Te ofrecería protección, pero resulta que mi protección depende de ella y puede ser problemático.
Terminó el contenido de su batido, y se quedó mirando el vaso vacío como si hubiera algo interesante, pero en realidad su mente trabajaba trazando un plan de escape. De hecho toda una serie de planes de escape, tanto para su estancia en el distrito 06 como para próximos días aquí en el Capitolio. Tentaría la suerte a ver a que la conducía todo eso.
- Quizás debería volver. No hay que tentar la suerte si tenemos que planear un escape a lo grande en un distrito que no conocemos... ¿no? – sin embargo de momento no se movió de su asiento, mirando una vez más alrededor a través de sus gafas oscuras. La calle seguía desierta. Definitivamente huir no era tan complicado.
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Sonreí ante la posibilidad de que la princesa decidiera ir a dar un tour clandestino por el 6, que ella estuviera pensando en aquella situación ya era algo, ahora sólo debía poner buena cara y pensar en una manera de que al final de ese día aun mantuviera todas mis extremidades pegadas a mi cuerpo, Kira es toda una muto cuando se meten en sus cosas.
-Mis hermanos son un bono extra, podemos dejarlos o incluirlos… - me encogí de hombros, de hecho llevarlos era como un seguro, así no sólo me tocaba a mí el aura asesina de Kira, sería repartido entre los tres. Pero podía hacer excepciones. – Me parece bien, ese punto lo conoces mejor que nadie –
Comencé a beber el contenido de mi vaso mientras la escuchaba hablar. Cuando termino de hablar baje este a la mesa y sonreí hacía sus preguntas. – Tal vez… - asenté levemente con la cabeza para luego ensanchar mi sonrisa - ¿No preferiría ser sorprendida? – pregunte con aire curioso ¿No acaso era eso lo emocionante de una salida inesperada? Ver a donde te llevaban, aun que claro, estaba con la princesa lo que hacía que no hubiera nada escrito. – Aun así le daré las opciones, que creo ya conoce mejor que nadie – mire a algún punto del local en busca de información para luego regresar mi vista a quien estaba frente de mí – Esta la fiesta VIP, llena de capitolianos y mentores, y claro… – calle por un instante – tenemos la zona pública. – porque a pesar de que ella había mencionado no muy de buena gana era la mejor opción – La fiesta es como cualquier otra en el Capitolio – y tomando en cuenta lo bien que le había resultado escaparse ella podría asistir a una cualquier día – Pero en la pública habrá puestos más interesantes, cosas que no podrá encontrar en la zona vip –
-Además el lugar también estará vigilado por lo que será difícil que se provoquen disturbios, no al menos que quieran ser llevados por los agentes de la paz –
Lo que dejaba el asunto de Kira, quien de seguro se convertiría en mi carcelera personal luego de ese día, o tal vez no, ni idea de cómo fuese a reaccionar, supongo que no muy bien por esa personalidad suya media bipolar que se carga.
-Solo es un daño colateral – mencione encogiéndome de hombros. Además ¿No era eso lo que quería, enojarla? La quiero y todo, pero debe aprender a relajarse. – Ya me las arreglare. Bastara con que se ha divertido, así sabré que la misión fue cumplida con éxito – misión a la que llamaré ‘repateando el hígado de Kira... otra vez’ o ya veré.
– Si e así creo que el segundo día estaría bien, el primero es seguro que valla a dar algún discurso como la princesa que es, además ese día le podrá servir para investigar como funciona toda su guardia. – rasque el punte de mi nariz mientras penaba – Para el tercero también dará un discurso por el cierre ¿no? además muchos de los guardias comenzarán a alistar sus cosas para marcharse. Lo que nos deja el segundo día, ya acomodados y en sus puestos es probable que no piensen que el ataque venga desde adentro y aun más por la princesa quien dice no pondrá un pie fuera del tren– tal vez y algún día haré caso a lo que me dicen, que use mi cerebro para hacer cosas que no me metan el líos...
Imite la acción de la princesa al mirar hacia la calle, despejada por cierto. Definitivamente Kira debería mejorar su trabajo o la correrían y terminaríamos en la calle. Regrese mi mirada y tome lo último que quedaba de mi bebida. – Tiene razón. ¿Entonces, eso quiere decir que aceptará la propuesta? – Pregunte, si era así investigaría sobre como mi hermana pensaba agrupar sus tropas para tener una idea de su distribución. No soy del tipo de persona que ponga un pie en falso.
– ¿La acompaño de regreso? –
-Mis hermanos son un bono extra, podemos dejarlos o incluirlos… - me encogí de hombros, de hecho llevarlos era como un seguro, así no sólo me tocaba a mí el aura asesina de Kira, sería repartido entre los tres. Pero podía hacer excepciones. – Me parece bien, ese punto lo conoces mejor que nadie –
Comencé a beber el contenido de mi vaso mientras la escuchaba hablar. Cuando termino de hablar baje este a la mesa y sonreí hacía sus preguntas. – Tal vez… - asenté levemente con la cabeza para luego ensanchar mi sonrisa - ¿No preferiría ser sorprendida? – pregunte con aire curioso ¿No acaso era eso lo emocionante de una salida inesperada? Ver a donde te llevaban, aun que claro, estaba con la princesa lo que hacía que no hubiera nada escrito. – Aun así le daré las opciones, que creo ya conoce mejor que nadie – mire a algún punto del local en busca de información para luego regresar mi vista a quien estaba frente de mí – Esta la fiesta VIP, llena de capitolianos y mentores, y claro… – calle por un instante – tenemos la zona pública. – porque a pesar de que ella había mencionado no muy de buena gana era la mejor opción – La fiesta es como cualquier otra en el Capitolio – y tomando en cuenta lo bien que le había resultado escaparse ella podría asistir a una cualquier día – Pero en la pública habrá puestos más interesantes, cosas que no podrá encontrar en la zona vip –
-Además el lugar también estará vigilado por lo que será difícil que se provoquen disturbios, no al menos que quieran ser llevados por los agentes de la paz –
Lo que dejaba el asunto de Kira, quien de seguro se convertiría en mi carcelera personal luego de ese día, o tal vez no, ni idea de cómo fuese a reaccionar, supongo que no muy bien por esa personalidad suya media bipolar que se carga.
-Solo es un daño colateral – mencione encogiéndome de hombros. Además ¿No era eso lo que quería, enojarla? La quiero y todo, pero debe aprender a relajarse. – Ya me las arreglare. Bastara con que se ha divertido, así sabré que la misión fue cumplida con éxito – misión a la que llamaré ‘repateando el hígado de Kira... otra vez’ o ya veré.
– Si e así creo que el segundo día estaría bien, el primero es seguro que valla a dar algún discurso como la princesa que es, además ese día le podrá servir para investigar como funciona toda su guardia. – rasque el punte de mi nariz mientras penaba – Para el tercero también dará un discurso por el cierre ¿no? además muchos de los guardias comenzarán a alistar sus cosas para marcharse. Lo que nos deja el segundo día, ya acomodados y en sus puestos es probable que no piensen que el ataque venga desde adentro y aun más por la princesa quien dice no pondrá un pie fuera del tren– tal vez y algún día haré caso a lo que me dicen, que use mi cerebro para hacer cosas que no me metan el líos...
Imite la acción de la princesa al mirar hacia la calle, despejada por cierto. Definitivamente Kira debería mejorar su trabajo o la correrían y terminaríamos en la calle. Regrese mi mirada y tome lo último que quedaba de mi bebida. – Tiene razón. ¿Entonces, eso quiere decir que aceptará la propuesta? – Pregunte, si era así investigaría sobre como mi hermana pensaba agrupar sus tropas para tener una idea de su distribución. No soy del tipo de persona que ponga un pie en falso.
– ¿La acompaño de regreso? –
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Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
Dudó un poco, por supuesto. Que la sorprendieran tenía su encanto, porque supondría salir de la rutina estricta y planificada que suponía siempre su vida, pero por otro lado... ¿En serio dejaría que alguien a quien acababa de conocer decidiera donde la llevaba? Mina tenía graves problemas en confiar ciegamente en la gente, más si era en un distrito desconocido, mucho más allá del 01 o del 02, y a hacer quién sabe qué rodeada de pobres y demás gente vulgar...
- Vale, tomaré el riesgo. Espero que sea verdad que no eres peligroso, o tendré que hacer que te ejecuten. – esbozó una suave sonrisa, el único indicio de que no estaba hablando en serio.
Aún a pesar de lo que muchos pudieran pensar sobre ella y de los rumores que circulaban por ahí, Mina podía ser muchas cosas pero no quitaba la vida alegremente por tonterias. Le gustaban los Juegos, claro, pero aquello tenía una razón. Les recordaba a todos que las cosas debían seguir un orden de jerarquia y evitaban futuros problemas con las rebeliones. Pero no mataba por capricho y menos mandaba ejecutar a nadie. Le dejaba ese tipo de decisiones a su hermano.
- De acuerdo, el segundo día. Me las arreglaré para hacerte llegar un mensaje con alguna de mis estilistas donde te diré donde nos encontraremos. Como tu dices, tengo que investigar la guardia que tu hermana tiene planificada para el evento, que no será poca. – asintió, arrugando solo levemente la nariz cuando Seadon mencionó los discursos. Aquella era la parte que menos le gustaba, sobretodo porque Caesar insistira en que fuera ella quien los escribiera, con eso de que eran parte de sus obligaciones y todas esas tonterías que le gustaba decir siempre – Porque todavía no estás disponible para el trabajo de escribir discursos... ¿verdad? – le hubiera gustado pensar que lo decía en broma, pero una parte de ella misma no podía evitar hablar bastante en serio. No dejaba de ser la princesa consentida que siempre conseguía que otra persona hiciera lo que ella no tenía ganas de hacer con tan solo chasquear los dedos.
Había aceptado la propuesta. Seguramente había perdido definitivamente la cabeza, pero ahora ya era tarde para echarse atrás. Terminó todo el contenido de su batido, haciendo valer su idea de que era hora de regresar. No debían tentar más la suerte si iban a tener que escaparse en el distrito 06.
- Es más prudente que nos separemos aquí en vista de nuestros futuros planes de escape. Hemos tenido suerte hasta ahora, pero los guardias están por todas partes, tu hermana se asegura bien de eso. Gracias por la compañía. El primer dia del festival recibirás notícias mías. – fue todo lo que dijo con una sonrisa fugaz, antes de levantarse y perderse por las calles del Capitolio a paso ligero con destino a la Torre de Babel.
- Vale, tomaré el riesgo. Espero que sea verdad que no eres peligroso, o tendré que hacer que te ejecuten. – esbozó una suave sonrisa, el único indicio de que no estaba hablando en serio.
Aún a pesar de lo que muchos pudieran pensar sobre ella y de los rumores que circulaban por ahí, Mina podía ser muchas cosas pero no quitaba la vida alegremente por tonterias. Le gustaban los Juegos, claro, pero aquello tenía una razón. Les recordaba a todos que las cosas debían seguir un orden de jerarquia y evitaban futuros problemas con las rebeliones. Pero no mataba por capricho y menos mandaba ejecutar a nadie. Le dejaba ese tipo de decisiones a su hermano.
- De acuerdo, el segundo día. Me las arreglaré para hacerte llegar un mensaje con alguna de mis estilistas donde te diré donde nos encontraremos. Como tu dices, tengo que investigar la guardia que tu hermana tiene planificada para el evento, que no será poca. – asintió, arrugando solo levemente la nariz cuando Seadon mencionó los discursos. Aquella era la parte que menos le gustaba, sobretodo porque Caesar insistira en que fuera ella quien los escribiera, con eso de que eran parte de sus obligaciones y todas esas tonterías que le gustaba decir siempre – Porque todavía no estás disponible para el trabajo de escribir discursos... ¿verdad? – le hubiera gustado pensar que lo decía en broma, pero una parte de ella misma no podía evitar hablar bastante en serio. No dejaba de ser la princesa consentida que siempre conseguía que otra persona hiciera lo que ella no tenía ganas de hacer con tan solo chasquear los dedos.
Había aceptado la propuesta. Seguramente había perdido definitivamente la cabeza, pero ahora ya era tarde para echarse atrás. Terminó todo el contenido de su batido, haciendo valer su idea de que era hora de regresar. No debían tentar más la suerte si iban a tener que escaparse en el distrito 06.
- Es más prudente que nos separemos aquí en vista de nuestros futuros planes de escape. Hemos tenido suerte hasta ahora, pero los guardias están por todas partes, tu hermana se asegura bien de eso. Gracias por la compañía. El primer dia del festival recibirás notícias mías. – fue todo lo que dijo con una sonrisa fugaz, antes de levantarse y perderse por las calles del Capitolio a paso ligero con destino a la Torre de Babel.
- Spoiler:
- ¿Cerramos aquí y ya nos trasladamos al 06? Invita a tus hermanos si quieres, puede ser... Interesante xDD
Mina U. King- Realeza
- Vida :
Alimentación :
Hidratación :
Salud :
Ideología : Sigo mis propios ideales :3
Mensajes : 40
Re: Curioso encuentro || Priv. Mina U. King
- No lo soy, creo - Aunque eso no importaría mucho cuando Kira se enterara, ella me pondría un castigo de todos modos, a veces creo que e olvida que soy su hermano no uno de sus subordinados.
- Bien, lo estaré esperando - Sonreí para cuando ella accedió a la idea del escape, al parecer ir al seis sería más divertido de lo que había esperado... después de todo si tenía que estar allí presente de alguna manera debería divertirme. - No lo creo - Reí un poco ante aquello, una cosa era usar las palabras a tu antojo para obtener algo de una o dos personas otra muy distinta era usarlas para apaciguar a un tumulto de personas, además eso de no hacer la tarea era algo que había estado perfeccionando por años. - Tal vez algún día lo haga. Cuando decida hacer algo interesante con mi vida - pero justamente ahora realmente disfruto mi vida de vago. - Espere mi curriculum -
Asentí en cuanto ella dijo que lo mejore sería ir cada uno por su lado - me parece buena idea - dije para luego terminar lo último de mi bebida. Me despedí de ella y luego le vi partir saliendo de la puerta y hasta que se perdió entre las calles. Por mi parte me quede otro rato en el lugar, no tenía ganas de regresar a buscar ropa y tampoco de ir a mi casa, así que pedí otra bebida más fuerte y me quede allí sentado.
Una vez creí que había pasado ya suficiente tiempo decidí irme del lugar.
y mientras escribía ese mensaje regrese por las calles en dirección a mi casa, ya era lo suficientemente tarde como para saber que mi hermano no estaría en ella.
- Bien, lo estaré esperando - Sonreí para cuando ella accedió a la idea del escape, al parecer ir al seis sería más divertido de lo que había esperado... después de todo si tenía que estar allí presente de alguna manera debería divertirme. - No lo creo - Reí un poco ante aquello, una cosa era usar las palabras a tu antojo para obtener algo de una o dos personas otra muy distinta era usarlas para apaciguar a un tumulto de personas, además eso de no hacer la tarea era algo que había estado perfeccionando por años. - Tal vez algún día lo haga. Cuando decida hacer algo interesante con mi vida - pero justamente ahora realmente disfruto mi vida de vago. - Espere mi curriculum -
Asentí en cuanto ella dijo que lo mejore sería ir cada uno por su lado - me parece buena idea - dije para luego terminar lo último de mi bebida. Me despedí de ella y luego le vi partir saliendo de la puerta y hasta que se perdió entre las calles. Por mi parte me quede otro rato en el lugar, no tenía ganas de regresar a buscar ropa y tampoco de ir a mi casa, así que pedí otra bebida más fuerte y me quede allí sentado.
Una vez creí que había pasado ya suficiente tiempo decidí irme del lugar.
"Hey Lance ¿Ya estas despierto? Tengo algo que contarte...."
y mientras escribía ese mensaje regrese por las calles en dirección a mi casa, ya era lo suficientemente tarde como para saber que mi hermano no estaría en ella.
____ TERMINADO ____
Seadon L. Kubler- Capitolio
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