Al empezar el día || Caesar U. King
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Al empezar el día || Caesar U. King
Empezaba la guardia matutina, algo normal en estos días pues a pesar de que estaba todo tranquilo no podíamos dejar el trabajo así como así. Por algo fui asignada como jefa de la guardia real, y el ser demasiado minuciosa en mi trabajo era algo que me identificaba.
Mi turno había comenzado a las 5:00 AM en punto. Comencé a caminar a los alrededores de la Torre de Babel buscando los típicos merodeadores, aveces eran capitolinos ebrios que intentaban llegar a sus casa, otras simplemente no había nada; Esta vez era una de esas, no había nada que llamara la atención afuera de la torre por lo cual después de dar una ronda simplemente entré.
Noté a los guardias en servicio e inspeccioné que estuvieran ejerciendo sus labores, ya que aveces ellos tenían la mala fortuna de que los encontrara dormidos, pero parece que los castigos habían servido de algo, pues esta vez estaban más que alerta. Aunque sus puestos tenían "extrañamente" un olor a café intenso, pero solo por esta vez lo dejé pasar, no sin antes una advertencia, ya que no tenía mucho tiempo, la ronda se había tardado más de lo normal y aún me faltaba revisar los jardines del lugar.
Me apresuré dejando a los guardias atrás y mi ronda continuó. 5:45 AM era lo que marcaba ahora mi reloj y mis pasos comenzaron a apresurarse para llegar los jardines. Odiaba no cumplir con mi horario, era una costumbre muy arraigada en mi gracias a mi padre quien me enseñó desde pequeña a acatar ordenes y no ser tan flexibles con el tiempo, aunque admito que aveces la regla del tiempo la quebrantaba, solo algunas veces.
Al final llegué cinco minutos antes de que fueran las 6:00 AM, los jardines estaban completamente solos, como todos los días -por algo eran perfectos- cada cosa estaba en su lugar, además de que parecía que los jardineros habían hecho un buen trabajo la tarde pasada, pues las rosas estaban hermosas, si fuera mi hermana seguro me quedaría viéndolas un rato, pero no me podía dar ese lujo, siempre estaba atenta en este tipo de encuentros por obvias razones. Aunque aveces deseaba que no fuera así, que fueran las cosas diferentes a como estaba comenzando a acostumbrarme, pero era algo que no estaba en mis manos, ni en las de él.
— Vaya inicio de día.... — Suspiré mientras me sentaba en uno de los bancos, era la primera vez que me sentaba después de que inicio mi jornada. — Espero esta vez no se tarde en llegar como la otra vez. — Dije mientras alzaba mi mirada al cielo, el cual comenzaba a clarecerse un poco. « Parece que hoy tendré un poco de tiempo para mi.. » Y quizás para pensar las cosas que habían pasado, pues un día antes la había visto, a mi madre. Había ido a visitarla a su celda, donde la colocaron después de que yo la delatara a ella y sus ideales de justicia para los distritos, pero aunque en ese momento parecía dura aún dudaba de lo que había hecho, sentía que aveces mis hermanos me recriminaban el hecho de no ver a nuestra madre y no solo eso, incluso cuando la visitaba e intentaba que ella se retractara de lo que dijo solo movía su cabeza a un punto donde no pudiera verme y así se quedaba todo el tiempo. Eso terminaba frustrandome, pues aunque quisiera ayudarla no podía, simplemente no aceptaba la ayuda.
— Yo no la traicione... — Susurré un poco hasta que escuché unas pisadas las cuales venían en dirección de la entrada al jardín, me levante un poco esperando a quien entrara para luego cruzarme de brazos y mirarlo con seriedad. — Creo que el reloj que te compre no funciona muy bien — Mencione para luego sonreír un poco acercándome a aquella persona, sabía quien era pues llevábamos tiempo haciendo esto...
Mi turno había comenzado a las 5:00 AM en punto. Comencé a caminar a los alrededores de la Torre de Babel buscando los típicos merodeadores, aveces eran capitolinos ebrios que intentaban llegar a sus casa, otras simplemente no había nada; Esta vez era una de esas, no había nada que llamara la atención afuera de la torre por lo cual después de dar una ronda simplemente entré.
Noté a los guardias en servicio e inspeccioné que estuvieran ejerciendo sus labores, ya que aveces ellos tenían la mala fortuna de que los encontrara dormidos, pero parece que los castigos habían servido de algo, pues esta vez estaban más que alerta. Aunque sus puestos tenían "extrañamente" un olor a café intenso, pero solo por esta vez lo dejé pasar, no sin antes una advertencia, ya que no tenía mucho tiempo, la ronda se había tardado más de lo normal y aún me faltaba revisar los jardines del lugar.
Me apresuré dejando a los guardias atrás y mi ronda continuó. 5:45 AM era lo que marcaba ahora mi reloj y mis pasos comenzaron a apresurarse para llegar los jardines. Odiaba no cumplir con mi horario, era una costumbre muy arraigada en mi gracias a mi padre quien me enseñó desde pequeña a acatar ordenes y no ser tan flexibles con el tiempo, aunque admito que aveces la regla del tiempo la quebrantaba, solo algunas veces.
Al final llegué cinco minutos antes de que fueran las 6:00 AM, los jardines estaban completamente solos, como todos los días -por algo eran perfectos- cada cosa estaba en su lugar, además de que parecía que los jardineros habían hecho un buen trabajo la tarde pasada, pues las rosas estaban hermosas, si fuera mi hermana seguro me quedaría viéndolas un rato, pero no me podía dar ese lujo, siempre estaba atenta en este tipo de encuentros por obvias razones. Aunque aveces deseaba que no fuera así, que fueran las cosas diferentes a como estaba comenzando a acostumbrarme, pero era algo que no estaba en mis manos, ni en las de él.
— Vaya inicio de día.... — Suspiré mientras me sentaba en uno de los bancos, era la primera vez que me sentaba después de que inicio mi jornada. — Espero esta vez no se tarde en llegar como la otra vez. — Dije mientras alzaba mi mirada al cielo, el cual comenzaba a clarecerse un poco. « Parece que hoy tendré un poco de tiempo para mi.. » Y quizás para pensar las cosas que habían pasado, pues un día antes la había visto, a mi madre. Había ido a visitarla a su celda, donde la colocaron después de que yo la delatara a ella y sus ideales de justicia para los distritos, pero aunque en ese momento parecía dura aún dudaba de lo que había hecho, sentía que aveces mis hermanos me recriminaban el hecho de no ver a nuestra madre y no solo eso, incluso cuando la visitaba e intentaba que ella se retractara de lo que dijo solo movía su cabeza a un punto donde no pudiera verme y así se quedaba todo el tiempo. Eso terminaba frustrandome, pues aunque quisiera ayudarla no podía, simplemente no aceptaba la ayuda.
— Yo no la traicione... — Susurré un poco hasta que escuché unas pisadas las cuales venían en dirección de la entrada al jardín, me levante un poco esperando a quien entrara para luego cruzarme de brazos y mirarlo con seriedad. — Creo que el reloj que te compre no funciona muy bien — Mencione para luego sonreír un poco acercándome a aquella persona, sabía quien era pues llevábamos tiempo haciendo esto...
Kira L. Kubler- Capitolio
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
Para la mayoría de la gente de las altas esferas de Panem el horario de comienzo para sus actividades era tardío, recuerdo haber escuchado que los miembros del comité organizador llegaban a “trabajar” a veces hasta las doce de la tarde y terminaban su día apenas caída la tarde, en mi caso no era así, con mi padre ausente yo era quien cargaba con toda la responsabilidad, siendo así que al menos por hoy mi rutina comenzó a las 5:30 AM, momento en el cual un miembro de la guardia real me trajo una nota importante, Norma, el director de Panem Security me advertía que dos células rebeldes fueron “silenciadas” en el distrito ocho y once, aquellas que hace unas semanas causaran problemas por incitar a una nueva rebelión ahora eran historia, la noticia me alegro, a fin de cuentas eran unas cuantas cucarachas menos de las cuales preocuparse. Por protocolo tuve que devolver la carta mencionando que enviase más agentes a dichos distritos, pues aparentemente las células rebeldes brotaban en ellos como hierba mala en un jardín descuidado; era irónico pensar que el distrito doce fuese el menos problemático hoy en día, supongo que la destrucción del anterior les demostró que nadie se puede oponer a nosotros.
Mire el reloj, las 5:45 AM, era algo tarde, no tuve tiempo de bañarme, solamente tome mis ropas correspondientes -unas botas negras tan lustradas que el reflejo se notaba cual espejo, unos pantalones azul marinos de seda tan fina que parecía destellar ante la luz presente y una camisa blanca fajada con galardones de oro en los hombros, a esto le acompañaba una capa roja, símbolo de la realeza-. Salí de mis aposentos, afuera un par de guardias reales me saludaron al momento que “Michelle” una de mis avox personales rápidamente se colocaba a mi lado ofreciéndome una charola con múltiples bebidas y alimentos, tome solamente un vaso de agua con una manzana y me la acabe rápidamente dejándole ahí el resto ordenándole con un gesto de mano que se largase; aun hoy en día me sorprende que la torre sea tan inmensa, avanzar hasta los jardines -que relativamente estaban cerca de mis aposentos- me demoro al menos veinte minutos, eso sin contar que justo antes de entrar “Naya” otra de mis avox personales se acercaba entregándome una noticia escrita, bastante común para estos días, así que solamente la devolví y la deje irse entrando finalmente al jardín.
Me asegure que las compuertas estuviesen bien cerradas y subí un par de escalones hasta la primera plataforma, la principal que sostenía aquella hermosura de sitio, ahí diversas plantas destacaban por todas partes y el sol en el horizonte iluminando todo el capitolio -visible desde aquí- formulaba una imagen casi divina, a veces me recordaba a esas viejas historias del “Olimpo” y me hacía imaginarme que yo era un Dios, viendo a los humanos desarrollarse debajo mío. Como sea, mis motivos hoy eran los de siempre desde hace un tiempo, mis botas resonaban contra la estructura cristalina del suelo y cuando escuche la voz de Kira observe su figura más allá, saque entonces un reloj de oro antiguo que me había regalado y eche un vistazo, las 5:10 AM; lo guarde de nuevo y me acerque más a ella con ambas manos tras mi espalda -No mucho…- respondí con una tenue sonrisa -Hace unos días no te vi salir de mi habitación…cuando me desperté ya no estabas, supongo que debería acostumbrarme a ello- me detuve frente a ella y mirando alrededor un momento cerciorándome que no había nadie me atreví a acercarme más solamente para darle un beso corto, las cámaras de esta sección se encendían hasta las siete de la mañana, por órdenes mías claro está. Tras lo anterior avance pasando a su lado hasta un balcón desde donde podía ver mejor todo el capitolio, ahí abajo algunos deslizadores ya comenzaban su marcha y unas cuantas manchas multicolores empezaban su rutina -Norman se ha reportado conmigo hoy…- sabía que no le caía bien, pues ahora él ocupaba el puesto de su padre -Las células rebeles del ocho y el once fueron erradicadas- eche un vistazo al cielo, aun algo apagado y unas cuantas estrellas por ahí visibles.
Hubo un momento de silencio y me gire -haciendo a un lado la capa- mirándole -¿Cómo está tu madre?- yo me enteraba de todo, ella lo sabía, de hecho yo ayude para que su madre no fuese ejecutada, pues de ser por Norman ella ya estaría muerta. Tenía claro que Norman le era más fiel a mi padre que a nadie, pero por otro lado, no era tonto, Norman sabía que si mi padre moría me respondería a mí en persona, por ello nunca puso trabas en dejar a la madre de Kira viva, mientras yo se lo ordenase él no la tocaría y nadie fuera de nosotros debía enterarse, aunque quizás mi padre y mis hermanas lo sabían, pero de eso no estaba seguro -¿Tiene todo lo que necesita?- yo me aseguraba que no fuese torturada e incluso su “celda” era más que cómoda, mas con todo y eso hasta ahora nada cambiaba en sus convicciones equivocadas, no puedo negar que de no ser por Kira…también la habría mandado ejecutar hace tiempo, nadie se nos podía oponer, menos traicionar como ella lo hizo. La invite a que se acercara -Hoy te ves linda, ese uniforme siempre te ha quedado- comente en una pequeña broma.
Mire el reloj, las 5:45 AM, era algo tarde, no tuve tiempo de bañarme, solamente tome mis ropas correspondientes -unas botas negras tan lustradas que el reflejo se notaba cual espejo, unos pantalones azul marinos de seda tan fina que parecía destellar ante la luz presente y una camisa blanca fajada con galardones de oro en los hombros, a esto le acompañaba una capa roja, símbolo de la realeza-. Salí de mis aposentos, afuera un par de guardias reales me saludaron al momento que “Michelle” una de mis avox personales rápidamente se colocaba a mi lado ofreciéndome una charola con múltiples bebidas y alimentos, tome solamente un vaso de agua con una manzana y me la acabe rápidamente dejándole ahí el resto ordenándole con un gesto de mano que se largase; aun hoy en día me sorprende que la torre sea tan inmensa, avanzar hasta los jardines -que relativamente estaban cerca de mis aposentos- me demoro al menos veinte minutos, eso sin contar que justo antes de entrar “Naya” otra de mis avox personales se acercaba entregándome una noticia escrita, bastante común para estos días, así que solamente la devolví y la deje irse entrando finalmente al jardín.
Me asegure que las compuertas estuviesen bien cerradas y subí un par de escalones hasta la primera plataforma, la principal que sostenía aquella hermosura de sitio, ahí diversas plantas destacaban por todas partes y el sol en el horizonte iluminando todo el capitolio -visible desde aquí- formulaba una imagen casi divina, a veces me recordaba a esas viejas historias del “Olimpo” y me hacía imaginarme que yo era un Dios, viendo a los humanos desarrollarse debajo mío. Como sea, mis motivos hoy eran los de siempre desde hace un tiempo, mis botas resonaban contra la estructura cristalina del suelo y cuando escuche la voz de Kira observe su figura más allá, saque entonces un reloj de oro antiguo que me había regalado y eche un vistazo, las 5:10 AM; lo guarde de nuevo y me acerque más a ella con ambas manos tras mi espalda -No mucho…- respondí con una tenue sonrisa -Hace unos días no te vi salir de mi habitación…cuando me desperté ya no estabas, supongo que debería acostumbrarme a ello- me detuve frente a ella y mirando alrededor un momento cerciorándome que no había nadie me atreví a acercarme más solamente para darle un beso corto, las cámaras de esta sección se encendían hasta las siete de la mañana, por órdenes mías claro está. Tras lo anterior avance pasando a su lado hasta un balcón desde donde podía ver mejor todo el capitolio, ahí abajo algunos deslizadores ya comenzaban su marcha y unas cuantas manchas multicolores empezaban su rutina -Norman se ha reportado conmigo hoy…- sabía que no le caía bien, pues ahora él ocupaba el puesto de su padre -Las células rebeles del ocho y el once fueron erradicadas- eche un vistazo al cielo, aun algo apagado y unas cuantas estrellas por ahí visibles.
Hubo un momento de silencio y me gire -haciendo a un lado la capa- mirándole -¿Cómo está tu madre?- yo me enteraba de todo, ella lo sabía, de hecho yo ayude para que su madre no fuese ejecutada, pues de ser por Norman ella ya estaría muerta. Tenía claro que Norman le era más fiel a mi padre que a nadie, pero por otro lado, no era tonto, Norman sabía que si mi padre moría me respondería a mí en persona, por ello nunca puso trabas en dejar a la madre de Kira viva, mientras yo se lo ordenase él no la tocaría y nadie fuera de nosotros debía enterarse, aunque quizás mi padre y mis hermanas lo sabían, pero de eso no estaba seguro -¿Tiene todo lo que necesita?- yo me aseguraba que no fuese torturada e incluso su “celda” era más que cómoda, mas con todo y eso hasta ahora nada cambiaba en sus convicciones equivocadas, no puedo negar que de no ser por Kira…también la habría mandado ejecutar hace tiempo, nadie se nos podía oponer, menos traicionar como ella lo hizo. La invite a que se acercara -Hoy te ves linda, ese uniforme siempre te ha quedado- comente en una pequeña broma.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
Siempre decía lo mismo, pero era algo que ya no me molestaba del todo -claro mientras mi estrés estuviera controlado- aunque no puedo negar que aquella respuesta aveces hacia que salieran de mis labios una leve sonrisa, es decir, aveces me hacía pensar en él como un niño pequeño, quizás por el tiempo en que lo conocí cuando aún eramos niños.
— Deberías... Lo sabes bien. — Le sonreí levemente para cruzarme de brazos sin perder de vista sus ojos, aquellos ojos que me hipnotizaban aveces -y admito- me hacían hacer locuras.
Dejé que al final el me besara pero no sin antes mirar sobre su hombro. Era una costumbre muy arraigada a mi, no podía esto saberse, según a lo que me dijo hace 6 años... — Tu dijiste que no podíamos correr ese riesgo... Ademas tenía que hacer la ronda diaria, si no esos ineptos se quedan dormidos en plena guardia, sabes no puedo permitirles el incumplimiento de su deber. — Le dije con una leve sonrisa para acariciar su rostro con el dorso de mi mano derecha.
Él comenzó a caminar hacia el balcón -lugar al cual siempre le gustaba acercarse- y yo lo esperé, no me gustaba acercarme mucho ahí, no podía arriesgarme tanto aunque varias veces me había dicho que a esa altura nadie vería nada, pero prefería tener cuidado con ciertas cosas y no confiarme a pesar de que en este tiempo nadie se ha dado cuenta de nada.
El aire comenzó a soplar un poco y sentí mi cabello danzar un poco en el viento mientras el sonido de los deslizadores comenzaba a escucharse, cerré mis ojos por un momento escuchando el sonido tan familiar hasta que Caesar mencionó a cierta persona. — Bien.. Al menos hizo algo bien por esta vez. — Le dije con una mueca en mi rostro ya que Norman y yo teníamos ciertos "problemas" y a problemas me refiero a que él había usurpado el lugar que me correspondía, pues siendo la hija de los Kubler yo debía ser la siguiente líder de Panem Segurity. Pero mi juventud no me ayudó mucho y menos la presencia y la intervención de Norman, ademas de que sabemos que llegué a enterarme de que aveces Norman no tenía el control completo de las situaciones causando perdidas en varios factores.
— Sabes... Al menos le toco algo fácil.. supongo que no sabría que hacer si un distrito más grande como el 04 se revelara o el 02... — Mencioné sin tanta importancia levantando un poco mis hombros para acercarme un poco a él sin querer aún asomarme por ese balcón.
Debo admitir que la vista era espectacular, pero el cielo siempre era lo que cautivaba mi vista; Su inmensidad, los colores que llegaba a tener, las estrellas y sus dos astros... creo que en ese sentido era diferente a Caesar, mientras el veía a los pequeños de abajo sintiendo la grandeza yo veía hacia arriba sintiéndome pequeña a comparación del firmamento que se extendía con majestuosidad sobre nosotros... Nada comparado a él. Vaya... Creo que es por eso que decían que yo me parecía mucho a mi padre...
Nuevamente volví a perderme en mis pensamientos y Caesar me trajo de golpe con una simple pregunta a lo cual solo baje la mirada dejando de ver la bóveda celeste. — Esta todo bien... Como siempre, no me dirige la palabra... — Mencioné sin ninguna expresión aunque por dentro sabía que esas palabras quemaban y dejaban una profunda cicatriz en mi. « Yo no la traicioné. »
— Si.. tiene todo, ya sabes no debes darle un trato especial por que sea mi madre, te lo he dicho... Ella al fin y acabo traicionó a los ideales los cuales creemos y debe merecer un castigo. — Aunque es cierto que no quería la muerte para ella, pero pedía indulgencia aunque quizás ella no lo sabía. — Sabes... no me siento muy bien hablando de ello... — Le dije esquivando un poco su mirada bajando mi cabeza para luego acercarme completamente a él cuando me hizo una señal. Escuché sus palabras y me acurruqué un poco en su pecho, algo común que hacía pero aveces no entendía el por que lo hacía.
—Pues... Me alegra que te guste el como me queda... ¿Recuerdas que el nuevo uniforme fue aprobado por ti? — Le dije con algo de ironía aunque realmente solo era para molestarlo un poco. — Aunque el color negro me hace ver mas estricta de lo que dicen que soy. — Le sonreí un poco para levantar mi vista acercándome lentamente a él mientras mis brazos se mantenían en su pecho y mis labios buscaban los suyos para darle un leve beso, si es que él me lo permitía... Supongo que aveces aún me sentía como la subordinada más que como su novia.
— Deberías... Lo sabes bien. — Le sonreí levemente para cruzarme de brazos sin perder de vista sus ojos, aquellos ojos que me hipnotizaban aveces -y admito- me hacían hacer locuras.
Dejé que al final el me besara pero no sin antes mirar sobre su hombro. Era una costumbre muy arraigada a mi, no podía esto saberse, según a lo que me dijo hace 6 años... — Tu dijiste que no podíamos correr ese riesgo... Ademas tenía que hacer la ronda diaria, si no esos ineptos se quedan dormidos en plena guardia, sabes no puedo permitirles el incumplimiento de su deber. — Le dije con una leve sonrisa para acariciar su rostro con el dorso de mi mano derecha.
Él comenzó a caminar hacia el balcón -lugar al cual siempre le gustaba acercarse- y yo lo esperé, no me gustaba acercarme mucho ahí, no podía arriesgarme tanto aunque varias veces me había dicho que a esa altura nadie vería nada, pero prefería tener cuidado con ciertas cosas y no confiarme a pesar de que en este tiempo nadie se ha dado cuenta de nada.
El aire comenzó a soplar un poco y sentí mi cabello danzar un poco en el viento mientras el sonido de los deslizadores comenzaba a escucharse, cerré mis ojos por un momento escuchando el sonido tan familiar hasta que Caesar mencionó a cierta persona. — Bien.. Al menos hizo algo bien por esta vez. — Le dije con una mueca en mi rostro ya que Norman y yo teníamos ciertos "problemas" y a problemas me refiero a que él había usurpado el lugar que me correspondía, pues siendo la hija de los Kubler yo debía ser la siguiente líder de Panem Segurity. Pero mi juventud no me ayudó mucho y menos la presencia y la intervención de Norman, ademas de que sabemos que llegué a enterarme de que aveces Norman no tenía el control completo de las situaciones causando perdidas en varios factores.
— Sabes... Al menos le toco algo fácil.. supongo que no sabría que hacer si un distrito más grande como el 04 se revelara o el 02... — Mencioné sin tanta importancia levantando un poco mis hombros para acercarme un poco a él sin querer aún asomarme por ese balcón.
Debo admitir que la vista era espectacular, pero el cielo siempre era lo que cautivaba mi vista; Su inmensidad, los colores que llegaba a tener, las estrellas y sus dos astros... creo que en ese sentido era diferente a Caesar, mientras el veía a los pequeños de abajo sintiendo la grandeza yo veía hacia arriba sintiéndome pequeña a comparación del firmamento que se extendía con majestuosidad sobre nosotros... Nada comparado a él. Vaya... Creo que es por eso que decían que yo me parecía mucho a mi padre...
Nuevamente volví a perderme en mis pensamientos y Caesar me trajo de golpe con una simple pregunta a lo cual solo baje la mirada dejando de ver la bóveda celeste. — Esta todo bien... Como siempre, no me dirige la palabra... — Mencioné sin ninguna expresión aunque por dentro sabía que esas palabras quemaban y dejaban una profunda cicatriz en mi. « Yo no la traicioné. »
— Si.. tiene todo, ya sabes no debes darle un trato especial por que sea mi madre, te lo he dicho... Ella al fin y acabo traicionó a los ideales los cuales creemos y debe merecer un castigo. — Aunque es cierto que no quería la muerte para ella, pero pedía indulgencia aunque quizás ella no lo sabía. — Sabes... no me siento muy bien hablando de ello... — Le dije esquivando un poco su mirada bajando mi cabeza para luego acercarme completamente a él cuando me hizo una señal. Escuché sus palabras y me acurruqué un poco en su pecho, algo común que hacía pero aveces no entendía el por que lo hacía.
—Pues... Me alegra que te guste el como me queda... ¿Recuerdas que el nuevo uniforme fue aprobado por ti? — Le dije con algo de ironía aunque realmente solo era para molestarlo un poco. — Aunque el color negro me hace ver mas estricta de lo que dicen que soy. — Le sonreí un poco para levantar mi vista acercándome lentamente a él mientras mis brazos se mantenían en su pecho y mis labios buscaban los suyos para darle un leve beso, si es que él me lo permitía... Supongo que aveces aún me sentía como la subordinada más que como su novia.
Kira L. Kubler- Capitolio
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
-No creo que debamos preocuparnos por ello, sabes tan bien como yo que esos distritos nos son enteramente leales, los tiempos difíciles han pasado, ahora solo queda evitar que los distritos bajos se vuelvan a levantar en armas- entendía perfectamente su desconfianza en Norman, yo tampoco confiaba del todo en él, principalmente por su lealtad, pero debo admitir que aquello, bueno o malo me dio la oportunidad de tener más cerca a Kira, a tal punto que ahora mismo podíamos disfrutar de momentos íntimos como este, por corto periodo de tiempo pero algo era mejor que nada -Ahora mismo deben estar indagando en los distritos nueve y diez, según los reportes ahí se estaban formando pequeños grupos de inconformes, no son problema tampoco- en otra época quizás los agitadores tuvieron oportunidad, pero hoy en día no, sus reuniones llegaban a nuestros oídos mucho tiempo antes de que siquiera pudiesen formular una estrategia para protegerse, la red de Panem Security no tenía fronteras dentro de los distritos. Con mis manos aun tras mi espalda notaba ondear mi capa por las brisas matutinas, un deslizador paso cerca de la torre pero muy por debajo de los jardines, tanto que ni siquiera me moleste en prestarle más atención; el ajetreo de los guardias reales se notaba también en las inmediaciones, las típicas rutinas se volvían más exhaustivas cuando algún capitolino perdido se acercaba más de lo permitido, realmente no había problema, no atacábamos a los de nuestra clase y por lo general solamente se les desalojaba del sitio, eran escasos los casos en los cuales se aplicaba un castigo y estos eran más que nada debido a capitolinos excesivamente ebrios que confundidos llegaban a atacar indirectamente a algunos guardias o incluso a lanzar botellas contra la estructura de la torre.
Kira respondió a la cuestión de su madre, lo típico a decir verdad, desde que fue arrestada no se dirigían la palabra o eso era lo que ella me había contado -Uhm, bueno, entonces no han cambiado mucho las cosas- por un momento avance hasta unas rosas de color azul bien cuidadas que resplandecían con los rayos solares que las bañaban poco a poco a medida que el astro rey se elevaba sobre el horizonte regalando más claridad; extendí mi mano hasta uno de sus pétalos y lo toque con suavidad, pero posteriormente retire mi agarre para responderle a ella -Ya hemos hablado de esto Kira, ¿lo recuerdas?- en referencia a su madre estaba claro, ¿era una traidora?, si, ¿merecía morir y ser torturada?, si, ¿lo ordenaría?, no, porque mis sentimientos por Kira me lo impedían, el trato especial si bien debía ser mal visto me parecía necesario, para mi aquello era una forma de demostrarle cuanto me importaba y que aun si su familia tenía una “mancha” no me importaba -Las cosas seguirán como hasta ahora, dudo mucho que estarías más tranquila si vieses a tu madre en una celda común de castigo- nuevamente me gire mirándole y note en su mirada aquella tristeza que conocía, la tristeza de una cicatriz que es incapaz de cerrar y que por distintas circunstancias ambos hemos tenido que cargar. Al sentirla sobre mi pecho la abrace solo un poco para lograr verle directamente y dar respuesta a sus siguientes palabras -Claro, el anterior era demasiado obsoleto en mi opinión- ante lo siguiente logre reírme suavemente y muy controlado, no era muy de mi dar rienda suelta a una risa incontrolada -Eres estricta por lo que se, aunque me alegra que conmigo hagas esa excepción- lo cual era cierto, aunque eso aplicaba también a sus hermanos.
Aún seguía sin entender porque a veces parecía que pedía mi consentimiento para besarme, supongo que era parte de su forma de ser y que incluso ella llegaba a olvidar que éramos pareja y llegaba a creer que solo era mi subordinada; en todo caso, permití aquel beso y lo extendí, unos segundos, suficientes para disfrutar enteramente del contacto entre nuestros labios y tras finalizarlo la abrace, esta vez de forma completa, dejando que mi capa colgada de mis hombros le rodeasen ocultando parcialmente su figura -Cuando mi padre no esté todo esto cambiara, lo sabes…- para ella no era un secreto que mi padre y yo no teníamos mucho en común, realmente su hija consentida -Mina- era la que más disfrutaba su reinado, pero aquel parecía próximo a terminar y con ello algunos cambios vendrían -Cuando el no este finalmente podremos estar juntos, sin tener que estar escondiéndonos de forma tan ridícula como ahora…- en muchas ocasiones abiertamente exprese a Kira que me gustaría que ella fuese mi “reina” y en defecto formar con ella una nueva familia real, pero aquel sueño era imposible siempre que mi padre siguiese vivo, pues quiérase o no sus dos hijas no permitirán un amotinamiento, por no decir que Norman era más leal a mi padre que a mí y con ello una rebelión seria complicada, por si fuera poco el jefe vigilante no era muy de mi agrado, aunque seguramente en su momento le haría caer de mi lado, con ayuda de Kira claro. La libere de mi abrazo y otorgue otro beso, corto como la mayoría -Hablando de eso, ¿tienes noticias de mis hermanas?, me entere que mi hermanastra salió de fiesta como siempre hace unos días, ¿tuviste problemas para localizarla?- ella no me caía mal, pero tampoco era alguien especial para mí, solamente una pieza más del tablero.
Kira respondió a la cuestión de su madre, lo típico a decir verdad, desde que fue arrestada no se dirigían la palabra o eso era lo que ella me había contado -Uhm, bueno, entonces no han cambiado mucho las cosas- por un momento avance hasta unas rosas de color azul bien cuidadas que resplandecían con los rayos solares que las bañaban poco a poco a medida que el astro rey se elevaba sobre el horizonte regalando más claridad; extendí mi mano hasta uno de sus pétalos y lo toque con suavidad, pero posteriormente retire mi agarre para responderle a ella -Ya hemos hablado de esto Kira, ¿lo recuerdas?- en referencia a su madre estaba claro, ¿era una traidora?, si, ¿merecía morir y ser torturada?, si, ¿lo ordenaría?, no, porque mis sentimientos por Kira me lo impedían, el trato especial si bien debía ser mal visto me parecía necesario, para mi aquello era una forma de demostrarle cuanto me importaba y que aun si su familia tenía una “mancha” no me importaba -Las cosas seguirán como hasta ahora, dudo mucho que estarías más tranquila si vieses a tu madre en una celda común de castigo- nuevamente me gire mirándole y note en su mirada aquella tristeza que conocía, la tristeza de una cicatriz que es incapaz de cerrar y que por distintas circunstancias ambos hemos tenido que cargar. Al sentirla sobre mi pecho la abrace solo un poco para lograr verle directamente y dar respuesta a sus siguientes palabras -Claro, el anterior era demasiado obsoleto en mi opinión- ante lo siguiente logre reírme suavemente y muy controlado, no era muy de mi dar rienda suelta a una risa incontrolada -Eres estricta por lo que se, aunque me alegra que conmigo hagas esa excepción- lo cual era cierto, aunque eso aplicaba también a sus hermanos.
Aún seguía sin entender porque a veces parecía que pedía mi consentimiento para besarme, supongo que era parte de su forma de ser y que incluso ella llegaba a olvidar que éramos pareja y llegaba a creer que solo era mi subordinada; en todo caso, permití aquel beso y lo extendí, unos segundos, suficientes para disfrutar enteramente del contacto entre nuestros labios y tras finalizarlo la abrace, esta vez de forma completa, dejando que mi capa colgada de mis hombros le rodeasen ocultando parcialmente su figura -Cuando mi padre no esté todo esto cambiara, lo sabes…- para ella no era un secreto que mi padre y yo no teníamos mucho en común, realmente su hija consentida -Mina- era la que más disfrutaba su reinado, pero aquel parecía próximo a terminar y con ello algunos cambios vendrían -Cuando el no este finalmente podremos estar juntos, sin tener que estar escondiéndonos de forma tan ridícula como ahora…- en muchas ocasiones abiertamente exprese a Kira que me gustaría que ella fuese mi “reina” y en defecto formar con ella una nueva familia real, pero aquel sueño era imposible siempre que mi padre siguiese vivo, pues quiérase o no sus dos hijas no permitirán un amotinamiento, por no decir que Norman era más leal a mi padre que a mí y con ello una rebelión seria complicada, por si fuera poco el jefe vigilante no era muy de mi agrado, aunque seguramente en su momento le haría caer de mi lado, con ayuda de Kira claro. La libere de mi abrazo y otorgue otro beso, corto como la mayoría -Hablando de eso, ¿tienes noticias de mis hermanas?, me entere que mi hermanastra salió de fiesta como siempre hace unos días, ¿tuviste problemas para localizarla?- ella no me caía mal, pero tampoco era alguien especial para mí, solamente una pieza más del tablero.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
Aveces me causaba un poco de gracia cuando el decía que un distrito le era leal, pero para mi no existía eso en los distritos de Panem, pues su lealtad era de unos cuantos y no se podía asegurar que todos pensaran así, siempre había "manchas" como la hubo en mi familia, la que se supone era enteramente "leal".
— Sabes que yo no me fió tanto de los distritos... — fue lo único que dije para luego suspirar un poco al escuchar con atención los reportes, parece que tendría que hacer otro viaje para ver que Norman este realmente haciendo lo que dice, pues aveces sus noticias no son del todo fiable, pues exagera las cosas un poco más de lo que son, quizás por que quiere quedar bien con el rey o quiere gloria para él, pero no por eso permitiré que haga lo que quiera.
— No... Y no creo que cambien... En cinco años mi madre parece que me ha olvidado y aun no puedo saber que hacer con ella... Es decir... — Mis ojos se encontraron con los de él y luego bajaron, pues mi decisión aun no era clara respecto a ella. Aún tenía que pensar al respecto, si ver a mi madre como una traidora o realmente verla como mi madre y darle una oportunidad más... — Lo se.. Lo se pero el trato especial hace que algunos les de que de habar... No quiero que te veas afectado solo por algo ajeno a ti. — Era por ello que no me gustaba que le diera ese trato especial.
— ¿Obsoleto? ¿En que sentido? Yo podía trabajar también con el otro. — Mencioné sintiéndome más relajada luego de la conversación de mi madre, era mejor no entráramos más afondo en ello; Después de sus palabras solo sonreí sin quitar mi mirada de él. — Bueno es que no puedo ser así con todos... Si no perdería mi empleo. — Bromeé con él un momento y al final nuestros labios se unieron.
En aquel momento mis ojos se cerraron disfrutando de aquel beso mientras mis manos se movían un poco para abrazarlo y dejar que hiciera él lo mismo. Aveces sentía que en estos momentos no había nada que nos fuera a separar pero al terminar me daba cuenta que aterrizaba en una cruel verdad, él estaba en una posición muy alta para mi y que era algo imposible nuestra relación. Aunque siempre Caesar me recordaba que cuando su padre se fuera todo cambiaría, pero eso era algo que veía muy lejano, por que esa promesa estuvo desde hace mucho tiempo atrás y hasta ahora aún seguía existiendo. Incluso aveces creía que eso solo se quedaría en una promesa y eso también nos afectaba, más cuando llegaba solo con la disposición de cumplir por cumplir y nada más. Por suerte no era así el día de hoy.
Cuando el beso terminó me separé un poco de él mientras mis labios aún sentían la sensación de tener cerca los labios de Caesar. Mordí ligeramente mi labio inferior mientras sentía como su capa me cubría casi en su totalidad a lo cual solo recargué mi cabeza sobre él dejando que así pasara, percibiendo más fuerte el olor de las rosas del jardín. No dejé que mis palabras arruinaran el momento, solo lo dejé hablar a él mientras yo seguía abrazándolo, no quería interrumpir este momento el cual aunque fuera corto era lo único que teníamos para nosotros.
Al final el me libero poco a poco y yo lo solté de la misma forma sintiendo aquel beso corto lo cual me hizo sonreír ligeramente para escuchar sus palabras sobre su hermana a lo cual asentí. — Sabes... No es tan difícil de encontrarla... En si creo que es más difícil encontrar a tu hermana Mina cuando se escapa que a ella, puesto que tiene preferencia a cierto tipo de lugares. No te preocupes, sabes hay personas vigilando de ella a distancia e encubiertas para que no se altere como en otros casos a pasado. — Le dije mi reporte conforme a su hermanastra, algo que era parte de mi trabajo que era mantener a la familia real a salvo. — Sobre tu hermana Mina, parece que solo se a ocupado de su rutina diaria, no ha salido aunque no por eso dejamos de vigilara igual que tu hermanastra... — Aveces aquellas vigilancias me tocaban a mi principalmente, aunque tratar con sus hermanas -y más con Mina- era complicado, ya que Mina en momento se comporta como una niña caprichosa ademas de que siento que ella quiere encontrar algo de Caesar, pero aun no se que es, pero seguro no es nada bueno.
— Sabes... En si todo está bien... él único problema son los "nuevos" que contrataron para vigilar la parte baja de la torre... Parece que no se acostumbran al trabajo nocturno, cada que vengo los encuentro a punto de colapsar de sueño...— Siempre pasaba eso cuando traían nuevos a trabajar y siempre me quejaba de ellos ya que pareciera que cada generación era más deficiente que la pasada. — Parece que tendré que trabajar más con ellos. — Sonreí un poco mientras veía algo que llamaba mi atención, parece que en jardín de rosas habían sembrado rosas blancas, era extraño, casi siempre habían de todos los colores pero ni una blanca.
— Eso si que es extraño... — Le dije a Caesar mientras entrelazaba ligeramente mi mano a la de él mientras le mostraba aquel rosal blanco apenas perceptible entre la multitud de colores. — No creí que dejaran un rosal blanco... — Mencioné mientras caminaba un poco hacia él tocando sus pétalos, parece que alguien se había equivocado, pero a decir verdad me encanta encontrar esta sorpresa, hacía mucho que no veía este color en las rosas y entonces recordé el árbol de los vecinos. — Espero los jardineros no vengan e intente pintarte de un amarillo fosforescente... Sabes... Eso fue lo que hicieron mis vecinos para destacar su casa, pintar su árbol de frente de ese color para destacarse más entre la cuadra, ahora pienso que ya no necesitaré luz por las noches, el árbol brilla demasiado tanto que hasta ilumina la parte delantera de nuestra casa. — cubrí mi boca con mi mano mientras sentía como no paraba de reír, no se, pero desde pequeña aquellas acciones me daban risa, aunque nosotros no las practicáramos pero me daba siempre risa verlas en otros como mis vecinos.
— Sabes que yo no me fió tanto de los distritos... — fue lo único que dije para luego suspirar un poco al escuchar con atención los reportes, parece que tendría que hacer otro viaje para ver que Norman este realmente haciendo lo que dice, pues aveces sus noticias no son del todo fiable, pues exagera las cosas un poco más de lo que son, quizás por que quiere quedar bien con el rey o quiere gloria para él, pero no por eso permitiré que haga lo que quiera.
— No... Y no creo que cambien... En cinco años mi madre parece que me ha olvidado y aun no puedo saber que hacer con ella... Es decir... — Mis ojos se encontraron con los de él y luego bajaron, pues mi decisión aun no era clara respecto a ella. Aún tenía que pensar al respecto, si ver a mi madre como una traidora o realmente verla como mi madre y darle una oportunidad más... — Lo se.. Lo se pero el trato especial hace que algunos les de que de habar... No quiero que te veas afectado solo por algo ajeno a ti. — Era por ello que no me gustaba que le diera ese trato especial.
— ¿Obsoleto? ¿En que sentido? Yo podía trabajar también con el otro. — Mencioné sintiéndome más relajada luego de la conversación de mi madre, era mejor no entráramos más afondo en ello; Después de sus palabras solo sonreí sin quitar mi mirada de él. — Bueno es que no puedo ser así con todos... Si no perdería mi empleo. — Bromeé con él un momento y al final nuestros labios se unieron.
En aquel momento mis ojos se cerraron disfrutando de aquel beso mientras mis manos se movían un poco para abrazarlo y dejar que hiciera él lo mismo. Aveces sentía que en estos momentos no había nada que nos fuera a separar pero al terminar me daba cuenta que aterrizaba en una cruel verdad, él estaba en una posición muy alta para mi y que era algo imposible nuestra relación. Aunque siempre Caesar me recordaba que cuando su padre se fuera todo cambiaría, pero eso era algo que veía muy lejano, por que esa promesa estuvo desde hace mucho tiempo atrás y hasta ahora aún seguía existiendo. Incluso aveces creía que eso solo se quedaría en una promesa y eso también nos afectaba, más cuando llegaba solo con la disposición de cumplir por cumplir y nada más. Por suerte no era así el día de hoy.
Cuando el beso terminó me separé un poco de él mientras mis labios aún sentían la sensación de tener cerca los labios de Caesar. Mordí ligeramente mi labio inferior mientras sentía como su capa me cubría casi en su totalidad a lo cual solo recargué mi cabeza sobre él dejando que así pasara, percibiendo más fuerte el olor de las rosas del jardín. No dejé que mis palabras arruinaran el momento, solo lo dejé hablar a él mientras yo seguía abrazándolo, no quería interrumpir este momento el cual aunque fuera corto era lo único que teníamos para nosotros.
Al final el me libero poco a poco y yo lo solté de la misma forma sintiendo aquel beso corto lo cual me hizo sonreír ligeramente para escuchar sus palabras sobre su hermana a lo cual asentí. — Sabes... No es tan difícil de encontrarla... En si creo que es más difícil encontrar a tu hermana Mina cuando se escapa que a ella, puesto que tiene preferencia a cierto tipo de lugares. No te preocupes, sabes hay personas vigilando de ella a distancia e encubiertas para que no se altere como en otros casos a pasado. — Le dije mi reporte conforme a su hermanastra, algo que era parte de mi trabajo que era mantener a la familia real a salvo. — Sobre tu hermana Mina, parece que solo se a ocupado de su rutina diaria, no ha salido aunque no por eso dejamos de vigilara igual que tu hermanastra... — Aveces aquellas vigilancias me tocaban a mi principalmente, aunque tratar con sus hermanas -y más con Mina- era complicado, ya que Mina en momento se comporta como una niña caprichosa ademas de que siento que ella quiere encontrar algo de Caesar, pero aun no se que es, pero seguro no es nada bueno.
— Sabes... En si todo está bien... él único problema son los "nuevos" que contrataron para vigilar la parte baja de la torre... Parece que no se acostumbran al trabajo nocturno, cada que vengo los encuentro a punto de colapsar de sueño...— Siempre pasaba eso cuando traían nuevos a trabajar y siempre me quejaba de ellos ya que pareciera que cada generación era más deficiente que la pasada. — Parece que tendré que trabajar más con ellos. — Sonreí un poco mientras veía algo que llamaba mi atención, parece que en jardín de rosas habían sembrado rosas blancas, era extraño, casi siempre habían de todos los colores pero ni una blanca.
— Eso si que es extraño... — Le dije a Caesar mientras entrelazaba ligeramente mi mano a la de él mientras le mostraba aquel rosal blanco apenas perceptible entre la multitud de colores. — No creí que dejaran un rosal blanco... — Mencioné mientras caminaba un poco hacia él tocando sus pétalos, parece que alguien se había equivocado, pero a decir verdad me encanta encontrar esta sorpresa, hacía mucho que no veía este color en las rosas y entonces recordé el árbol de los vecinos. — Espero los jardineros no vengan e intente pintarte de un amarillo fosforescente... Sabes... Eso fue lo que hicieron mis vecinos para destacar su casa, pintar su árbol de frente de ese color para destacarse más entre la cuadra, ahora pienso que ya no necesitaré luz por las noches, el árbol brilla demasiado tanto que hasta ilumina la parte delantera de nuestra casa. — cubrí mi boca con mi mano mientras sentía como no paraba de reír, no se, pero desde pequeña aquellas acciones me daban risa, aunque nosotros no las practicáramos pero me daba siempre risa verlas en otros como mis vecinos.
Kira L. Kubler- Capitolio
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Ideología : A favor del capitolio.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
Dejando atrás el tema de su madre esta mañana estaba resultando ser como cualquier otra, regularmente hablábamos y cercana a la hora nos despedíamos, dejaba que ella saliese de los jardines y una media hora -a veces una hora- después salía yo, para evitar que los guardias ya de por sí que sospechaban algo tuviesen más motivos para ello, para algunos era sabido lo nuestro, los guardias de la entrada a mi habitación por ejemplo, pero ellos eran enteramente leales a mi persona, me había asegurado de eso a través de los años y de un sueldo mayor al de otros, además ello me servía como protección pues evitaba que cualquier otro se enterase, Mina tenía sus espías por ahí, lo sabía, en esta familia todos se cuidaban de todos, excepto quizás nuestra hermanastra que se empeñaba más en salir de fiesta que en relacionarse con asuntos importantes, para mi estaba mejor así, no debía preocuparme por ella y hasta eso que me haca cargo de encubrirla o de ayudarle en cuanto podía, mientras menos preocupaciones tuviese al momento de morir mi padre más fácil y sencillo seria cambiar algunas cosas dentro de la estructura de gobierno.
Concordaba con Kira en que encontrarla no era difícil, su mente aun juvenil era predecible, realmente de lo único que me preocupaba en cierta medida era que no fuese a cometer una locura -llámese a causa de una relación sexual o a causa de estar tan ebria que hiciese algo muy llamativo- pues eso obstaculizaría muchas cosas, ahora mismo estando cercano un anuncio importante para los centésimos juegos lo que menos quería era problemáticas entre el gobierno y el capitolio, mucho menos entre nosotros y los distritos, por ello me era tan importante saber que las células rebeldes estaban siendo erradicadas en los distritos más bajos, la noticia que estremecería a la mayoría de los habitantes de esos lares podría provocar pequeñas revueltas, pero nada que no pudiésemos controlar. Asentí con mi cabeza a sus palabras y respondí -Lo sé, pero de todas maneras, siempre es mejor tener diversas fuentes de información, para compararla y saber cuál es la más acertada- ciertamente Mina era más difícil de perseguir, también tenía sus hombres leales que la cubrían, al igual que yo ella guardaba bien sus secretos, tanto así que no me fiaba nada de ella, nunca nos hemos llevado bien, aunque tampoco puedo decir que sea alguien a quien quisiera de enemiga.
-Mina ahora mismo dudo que cause problema, sabe bien que los juegos están cerca y seguramente se está comprando vestidos finos igual que pensando la cantidad de dinero que desperdiciara en tributos sin talento, ya sabes que a veces le gusta hacer tonterías como esa…- nunca entendí esa maldita afición de derrochar dinero por una estupidez como patrocinar a alguien que claramente no iba a sobrevivir, pero bueno, que ella se divirtiese como gustara, no era asunto mío; así mismo, Kira no se llevaba bien con ella, quizás por sus personalidades diferentes y por otra parte, Mina llevaba tiempo sospechando de mí, por ello le guardábamos más recelo que a otras personas. Se quejó de los nuevos, algo regular en Kira, aunque en lo personal no me molestaba mucho, las inmediaciones de la torre no corrían mucho riesgo, el interior estaba muy protegido y por si fuera poco los agentes de la paz también daban rondines por fuera de vez en cuando sobre deslizadores -Deberías relajarte, son nuevos y hay que darles alguna oportunidad, además el exterior no corre peligro, sabes bien que en estos tiempos nadie sería capaz de alzarse y llegar hasta aquí- lo cual a mi modo de ver era una verdad, los distritos bajos no tenían posibilidad pues con la Panem Security sumado a la notable presencia de agentes de la paz aseguraba una tranquilidad perpetua, por no decir que si alguno se levantaba en armas eran tan fácil como destruirlo, igual que al trece y al doce en su momento -Poco a poco se irán acostumbrando- de un momento a otro ella pareció sorprenderse por algo y tomando mi mano me llevo a otro lado del jardín, ahí junto a un rosal blanco, no entendí cuál era la sorpresa pues nunca prestaba mucha atención a los colores -Supongo que lo han plantado recientemente, ya sabes que a los jardineros a veces se les ocurren ideas raras…- realmente no me interesaba mucho todo esto de la naturaleza, aunque debo admitir que era un buen agregado para nuestras citas cotidianas durante las mañanas pues la siguiente era hasta la tarde y la última si es que se daba la oportunidad hasta entrada la noche. Comenzó entonces un soliloquio aparentemente dirigido a la rosa blanca, acerca de un color amarillo fosforescente, no entendí y realmente no preste mucha atención.
De un momento a otro las compuertas se abrieron y entro de nueva cuenta “Naya” acompañada de “Michelle”, eran quizás las únicas a las que teníamos confianza, aunque en su momento llegaron a sufrir por rebelarse en contra del capitolio ahora las manteníamos en una situación bastante buena, incluso algunos de sus familiares aún vivos tenían un nivel de vida más o menos regular en sus distritos, lo que seguramente contribuía -ya sea por miedo, por agradecimiento o por impotencia- a que no revelasen nada de nosotros a las otras personas. Ambas traían unas charolas, con el desayuno listo, había ordenado preparar lo de siempre para los dos y tras acomodar todo en una mesa en el centro de los jardines se retiraron, no sin antes entregarme una pequeña caja de mármol -Es hora de almorzar, ya sabes que no me gusta pensar que trabajas sin nada en el estómago- avance hasta la mesa y tome asiento en ella invitándola justo al momento que también dejaba la caja de mármol sobre la mesa y la pasaba a su lado -Toma, un regalo…- me gustaba hacerle todo tipo de presentes, en esta ocasión le había comprado un par de pendientes de diamante azul que logre conseguir en el distrito uno -Espero te gusten…- espere solamente su respuesta.
Concordaba con Kira en que encontrarla no era difícil, su mente aun juvenil era predecible, realmente de lo único que me preocupaba en cierta medida era que no fuese a cometer una locura -llámese a causa de una relación sexual o a causa de estar tan ebria que hiciese algo muy llamativo- pues eso obstaculizaría muchas cosas, ahora mismo estando cercano un anuncio importante para los centésimos juegos lo que menos quería era problemáticas entre el gobierno y el capitolio, mucho menos entre nosotros y los distritos, por ello me era tan importante saber que las células rebeldes estaban siendo erradicadas en los distritos más bajos, la noticia que estremecería a la mayoría de los habitantes de esos lares podría provocar pequeñas revueltas, pero nada que no pudiésemos controlar. Asentí con mi cabeza a sus palabras y respondí -Lo sé, pero de todas maneras, siempre es mejor tener diversas fuentes de información, para compararla y saber cuál es la más acertada- ciertamente Mina era más difícil de perseguir, también tenía sus hombres leales que la cubrían, al igual que yo ella guardaba bien sus secretos, tanto así que no me fiaba nada de ella, nunca nos hemos llevado bien, aunque tampoco puedo decir que sea alguien a quien quisiera de enemiga.
-Mina ahora mismo dudo que cause problema, sabe bien que los juegos están cerca y seguramente se está comprando vestidos finos igual que pensando la cantidad de dinero que desperdiciara en tributos sin talento, ya sabes que a veces le gusta hacer tonterías como esa…- nunca entendí esa maldita afición de derrochar dinero por una estupidez como patrocinar a alguien que claramente no iba a sobrevivir, pero bueno, que ella se divirtiese como gustara, no era asunto mío; así mismo, Kira no se llevaba bien con ella, quizás por sus personalidades diferentes y por otra parte, Mina llevaba tiempo sospechando de mí, por ello le guardábamos más recelo que a otras personas. Se quejó de los nuevos, algo regular en Kira, aunque en lo personal no me molestaba mucho, las inmediaciones de la torre no corrían mucho riesgo, el interior estaba muy protegido y por si fuera poco los agentes de la paz también daban rondines por fuera de vez en cuando sobre deslizadores -Deberías relajarte, son nuevos y hay que darles alguna oportunidad, además el exterior no corre peligro, sabes bien que en estos tiempos nadie sería capaz de alzarse y llegar hasta aquí- lo cual a mi modo de ver era una verdad, los distritos bajos no tenían posibilidad pues con la Panem Security sumado a la notable presencia de agentes de la paz aseguraba una tranquilidad perpetua, por no decir que si alguno se levantaba en armas eran tan fácil como destruirlo, igual que al trece y al doce en su momento -Poco a poco se irán acostumbrando- de un momento a otro ella pareció sorprenderse por algo y tomando mi mano me llevo a otro lado del jardín, ahí junto a un rosal blanco, no entendí cuál era la sorpresa pues nunca prestaba mucha atención a los colores -Supongo que lo han plantado recientemente, ya sabes que a los jardineros a veces se les ocurren ideas raras…- realmente no me interesaba mucho todo esto de la naturaleza, aunque debo admitir que era un buen agregado para nuestras citas cotidianas durante las mañanas pues la siguiente era hasta la tarde y la última si es que se daba la oportunidad hasta entrada la noche. Comenzó entonces un soliloquio aparentemente dirigido a la rosa blanca, acerca de un color amarillo fosforescente, no entendí y realmente no preste mucha atención.
De un momento a otro las compuertas se abrieron y entro de nueva cuenta “Naya” acompañada de “Michelle”, eran quizás las únicas a las que teníamos confianza, aunque en su momento llegaron a sufrir por rebelarse en contra del capitolio ahora las manteníamos en una situación bastante buena, incluso algunos de sus familiares aún vivos tenían un nivel de vida más o menos regular en sus distritos, lo que seguramente contribuía -ya sea por miedo, por agradecimiento o por impotencia- a que no revelasen nada de nosotros a las otras personas. Ambas traían unas charolas, con el desayuno listo, había ordenado preparar lo de siempre para los dos y tras acomodar todo en una mesa en el centro de los jardines se retiraron, no sin antes entregarme una pequeña caja de mármol -Es hora de almorzar, ya sabes que no me gusta pensar que trabajas sin nada en el estómago- avance hasta la mesa y tome asiento en ella invitándola justo al momento que también dejaba la caja de mármol sobre la mesa y la pasaba a su lado -Toma, un regalo…- me gustaba hacerle todo tipo de presentes, en esta ocasión le había comprado un par de pendientes de diamante azul que logre conseguir en el distrito uno -Espero te gusten…- espere solamente su respuesta.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
El asunto de estar persiguiendo a sus hermanas aveces llegaba a molestarme un poco, más cuando se trataba de Mina ya que es un gran dolor de cabeza cuando intentas buscarla o intentar saber lo que planea. Por suerte como Caesar dijo, los juegos estaban cerca y eso era bueno por que Mina era gran apostadora y tenía fama de haber ayudado a tributos los cuales ahora son mentores, no se si tenga un buen ojo o no y en si es algo que no me interesa mucho... Ademas de que ya tengo suficiente lidiando con un apostador, Lance mi hermano menor, quien después de lo de mi madre parece que entro en el mundo de las apuestas... Aveces pienso que les doy demasiadas libertades a mis hermanos, pero es algo que hasta ahora no se como controlar, creo que en si, son los únicos a los que les permito hacer todo.. claro dentro de unos pocos límites.
Pareciera que el día seguía transcurriendo y a pesar de la charla común entre nosotros -y mis constantes quejas de los nuevos- no parecía cambiar nada en si de la rutina... Incluso el rosal el cual me impacto fue ignorado por completo por Caesar, a lo cual al notarlo solo me levanté un poco suspirando pues sabía que una de nuestras grandes diferencias era el hecho de que a él le llamaban más la atención las cosas extravagantes, mientras que a mi me gustan las cosas más sencillas, incluso aveces pienso que parte de ello fue gracias a mi madre.
Toda mi infancia viví una vida sencilla sin muchos lujos a pesar de que el dinero nunca falto en la casa, pero mi madre se sentía incomoda al rededor de lujos y extravagancias, por eso mi padre aprendió a ser sencillo y dentro de esa sencillez fui criada... Era por eso que las cosas más sencillas me llamaban la atención, pero a Caesar no, eso no tenía mucha relevancia para él por lo cual dejé el tema de inmediato sin buscar más y por suerte mía parece que las Avox personales de Caesar llegaron, pues cuando las compuertas se abrieron noté como ellas traían las cosas para el desayuno.
A Caesar le gustaba desayunar temprano, pero el desayuno no era algo a lo que estuviera tan acostumbrada, en si, solo desayunaba cuando estaba con él, pero cuando estaba en otro servicio no lo hacia gracias al hecho de que prefería enfocarme a mi trabajo en vez de tomar unos minutos para desayunar.
— Lo se... bueno aunque también no es que fuera tan indispensable... — mencioné tomando lugar en la silla para sentarme a almorzar con él. En eso note una caja en sus manos, era de mármol color blanco; la luz lo hacia resplandecer y mientras las Avox preparaban la mesa miré como Caesar me entregaba aquella caja.
— Gracias... no debiste molestarte... — La tomé con cuidado abriéndola para notar un resplandor aún más fuerte que el mármol, eran diamantes azules en forma de gotas de lluvia que colgaban de una pequeña cadena de plata, la combinación era hermosa aunque aveces no sabía que hacer con los regalos de Caesar. Siempre eran demasiado extravagantes y aveces las únicas oportunidades que tenía de usarlos era cuando había una festividad de algo y no estaba en servicio, de ahí en fuera el sin numero de joyas que me daba no podía usarlas, menos en servicio pues no usaba nada mas que el uniforme. — Son hermosas Caesar... Gracias... — Le dije probándome los pendientes, sabía que a él le gustaba que hiciera eso, aunque antes de salir tendría que quitármelos para que no hubiera sospechas de nada.
Noté como comenzaban a servir el almuerzo y en mi plato como siempre pusieron un poco de fruta, pues aveces prefería comer ligero al menos solo en las mañanas, pues admito que las comidas de las tardes solía comer más de una sola ración y más si no había comido algo en la mañana.
— Sabes... Pronto tendré que viajar nuevamente a los distritos para ver que Norman realmente esté realizando su trabajo... — Empecé a decir mientras tomaba un poco de jugo de naranja. — Quizás deba arreglar todo para cuando vaya... Aunque esta vez supongo solo serán pocos días. No creo pasar toda una semana fuera... Aun hay muchas cosas que hacer por aquí y no quiero dejar pendientes. — Mencioné comenzando a comer una vez que vi que el empezaba a comer, siempre esperaba que el iniciara.
Pareciera que el día seguía transcurriendo y a pesar de la charla común entre nosotros -y mis constantes quejas de los nuevos- no parecía cambiar nada en si de la rutina... Incluso el rosal el cual me impacto fue ignorado por completo por Caesar, a lo cual al notarlo solo me levanté un poco suspirando pues sabía que una de nuestras grandes diferencias era el hecho de que a él le llamaban más la atención las cosas extravagantes, mientras que a mi me gustan las cosas más sencillas, incluso aveces pienso que parte de ello fue gracias a mi madre.
Toda mi infancia viví una vida sencilla sin muchos lujos a pesar de que el dinero nunca falto en la casa, pero mi madre se sentía incomoda al rededor de lujos y extravagancias, por eso mi padre aprendió a ser sencillo y dentro de esa sencillez fui criada... Era por eso que las cosas más sencillas me llamaban la atención, pero a Caesar no, eso no tenía mucha relevancia para él por lo cual dejé el tema de inmediato sin buscar más y por suerte mía parece que las Avox personales de Caesar llegaron, pues cuando las compuertas se abrieron noté como ellas traían las cosas para el desayuno.
A Caesar le gustaba desayunar temprano, pero el desayuno no era algo a lo que estuviera tan acostumbrada, en si, solo desayunaba cuando estaba con él, pero cuando estaba en otro servicio no lo hacia gracias al hecho de que prefería enfocarme a mi trabajo en vez de tomar unos minutos para desayunar.
— Lo se... bueno aunque también no es que fuera tan indispensable... — mencioné tomando lugar en la silla para sentarme a almorzar con él. En eso note una caja en sus manos, era de mármol color blanco; la luz lo hacia resplandecer y mientras las Avox preparaban la mesa miré como Caesar me entregaba aquella caja.
— Gracias... no debiste molestarte... — La tomé con cuidado abriéndola para notar un resplandor aún más fuerte que el mármol, eran diamantes azules en forma de gotas de lluvia que colgaban de una pequeña cadena de plata, la combinación era hermosa aunque aveces no sabía que hacer con los regalos de Caesar. Siempre eran demasiado extravagantes y aveces las únicas oportunidades que tenía de usarlos era cuando había una festividad de algo y no estaba en servicio, de ahí en fuera el sin numero de joyas que me daba no podía usarlas, menos en servicio pues no usaba nada mas que el uniforme. — Son hermosas Caesar... Gracias... — Le dije probándome los pendientes, sabía que a él le gustaba que hiciera eso, aunque antes de salir tendría que quitármelos para que no hubiera sospechas de nada.
Noté como comenzaban a servir el almuerzo y en mi plato como siempre pusieron un poco de fruta, pues aveces prefería comer ligero al menos solo en las mañanas, pues admito que las comidas de las tardes solía comer más de una sola ración y más si no había comido algo en la mañana.
— Sabes... Pronto tendré que viajar nuevamente a los distritos para ver que Norman realmente esté realizando su trabajo... — Empecé a decir mientras tomaba un poco de jugo de naranja. — Quizás deba arreglar todo para cuando vaya... Aunque esta vez supongo solo serán pocos días. No creo pasar toda una semana fuera... Aun hay muchas cosas que hacer por aquí y no quiero dejar pendientes. — Mencioné comenzando a comer una vez que vi que el empezaba a comer, siempre esperaba que el iniciara.
Kira L. Kubler- Capitolio
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
Comprendía que a Kira quizás no le gustaba desayunar mucho, a veces ella se absorbía demasiado en el trabajo, debo admitir que eso era parte de lo que me gustaba de su persona, pero tampoco me agradaba mucho pues al menos desde que comenzó lo nuestro quería pensar que de alguna forma nos prestábamos más atención que a otros asuntos, lamentablemente por la situación actual todo eso era una mera idea, vamos que en el día ella y yo nos veíamos a lo mucho tres veces, un total máximo de unas seis horas, eso en caso que ella pudiese y se diera la oportunidad de dormir juntos, en caso contrario se reducía a dos horas o tres, por ende yo quería pensar que cuando mi padre muriese todo esto cambiaria, estaba seguro que ella anhelaba lo mismo, pero al igual que yo seguro que veía todo como una probabilidad lejana, quizás inalcanzable. Me alegro al menos saber que los pendientes le gustaron, aunque en realidad comprendía que no los podría usar mucho, pues dentro del servicio todo ello estaba prohibido, solamente en eventos especiales o en su casa, o cuando nosotros estuviésemos en privado.
Comencé a desayunar, me gustaba un poco la fruta con algo de juego, además de unos cuantos aderezos que solamente conocían los más altos reposteros de todo Panem; no tardó mucho en sacar el tema de que tendría que viajar a los distritos para verificar que Norman estuviese realizando su trabajo, no me gustaba mucho que nos alejáramos, incluso un corto tiempo me llegaba a resultar molesto sin ella cerca, pero comprendía que era lo mejor porque de esa manera nos protegíamos, si Norman estaba haciendo algo diferente nos enteraríamos sin que se diese cuenta -Si, entiendo, supongo que no hay otra opción, ¿a qué distrito te dirigirás?- realmente la elección del distrito siempre se la dejaba a ella, cuando estaba en los primeros seis no me preocupaba pero cuando ella se encontraba en los otros si, pese a toda la seguridad de agentes de la paz nunca faltaba que alguno llegase a desaparecer, eran pocos, pero aun así se mantenía esa tendencia, una que pretendía erradicar de raíz con la Panem Security y los próximos juegos del hambre -No creo que debas preocuparte mucho por aquí- le réferi al momento que tomaba un pedazo de sandía y lo colocaba frente a mi analizándole un segundo pensativo -Sabes bien que un par de días no afectan mucho al funcionamiento interno de la torre, además, en breve daré un anuncio a todo Panem, también tengo que platicar de algo con Mina, yo estaré bien- muchas veces no comprendía si ella se preocupaba más por mí que por la torre o viceversa, pero al menos me gustaba pensar que era lo primero, por ende trataba de alguna forma de tranquilizarla. El resto del desayuno fue silencioso, como cada mañana, no porque no tuviésemos tema de conversación, sino que el tiempo apremiaba y siendo que teníamos solo hasta las siete prefería acabar rápido para hablar bien.
Como de costumbre yo fui el primero en acabar y tuve que esperarla a lo mucho diez minutos para que ella hiciese lo mismo, tras lo cual las mismas avox de hace rato ingresaron para retirarlo todo dejando la mesa igual de impecable que antes, eche entonces un rápido vistazo a mi reloj, eran las seis cuarenta, solamente veinte minutos más y eso sería todo hasta la tarde, era increíble lo mucho que avanzaba el tiempo imperceptiblemente cuando estaba con ella, la única a quien entendía y quien me entendía a mí. Me puse de pie y avance por el jardín de nueva cuenta tomando asiento en una jardinera echándole un vistazo de nuevo a ese rosal blanco que tanto había impresionado a Kira, ciertamente no entendía porque, a mí no me parecían nada más que unas plantas blancas, quien sabe, nosotros éramos diferentes en algunas cosas y eso precisamente nos complementaba. Cuando finalmente la vi ponerse a mi lado tome su mano suavemente y comente -¿Y tus hermanos cómo están?, hace tiempo que no me dices nada de ellos, creo que la última vez fue cuando mencionaste que uno de ellos tenía problemas con las apuestas…- ahí me quede simplemente, en espera de su respuesta.
Comencé a desayunar, me gustaba un poco la fruta con algo de juego, además de unos cuantos aderezos que solamente conocían los más altos reposteros de todo Panem; no tardó mucho en sacar el tema de que tendría que viajar a los distritos para verificar que Norman estuviese realizando su trabajo, no me gustaba mucho que nos alejáramos, incluso un corto tiempo me llegaba a resultar molesto sin ella cerca, pero comprendía que era lo mejor porque de esa manera nos protegíamos, si Norman estaba haciendo algo diferente nos enteraríamos sin que se diese cuenta -Si, entiendo, supongo que no hay otra opción, ¿a qué distrito te dirigirás?- realmente la elección del distrito siempre se la dejaba a ella, cuando estaba en los primeros seis no me preocupaba pero cuando ella se encontraba en los otros si, pese a toda la seguridad de agentes de la paz nunca faltaba que alguno llegase a desaparecer, eran pocos, pero aun así se mantenía esa tendencia, una que pretendía erradicar de raíz con la Panem Security y los próximos juegos del hambre -No creo que debas preocuparte mucho por aquí- le réferi al momento que tomaba un pedazo de sandía y lo colocaba frente a mi analizándole un segundo pensativo -Sabes bien que un par de días no afectan mucho al funcionamiento interno de la torre, además, en breve daré un anuncio a todo Panem, también tengo que platicar de algo con Mina, yo estaré bien- muchas veces no comprendía si ella se preocupaba más por mí que por la torre o viceversa, pero al menos me gustaba pensar que era lo primero, por ende trataba de alguna forma de tranquilizarla. El resto del desayuno fue silencioso, como cada mañana, no porque no tuviésemos tema de conversación, sino que el tiempo apremiaba y siendo que teníamos solo hasta las siete prefería acabar rápido para hablar bien.
Como de costumbre yo fui el primero en acabar y tuve que esperarla a lo mucho diez minutos para que ella hiciese lo mismo, tras lo cual las mismas avox de hace rato ingresaron para retirarlo todo dejando la mesa igual de impecable que antes, eche entonces un rápido vistazo a mi reloj, eran las seis cuarenta, solamente veinte minutos más y eso sería todo hasta la tarde, era increíble lo mucho que avanzaba el tiempo imperceptiblemente cuando estaba con ella, la única a quien entendía y quien me entendía a mí. Me puse de pie y avance por el jardín de nueva cuenta tomando asiento en una jardinera echándole un vistazo de nuevo a ese rosal blanco que tanto había impresionado a Kira, ciertamente no entendía porque, a mí no me parecían nada más que unas plantas blancas, quien sabe, nosotros éramos diferentes en algunas cosas y eso precisamente nos complementaba. Cuando finalmente la vi ponerse a mi lado tome su mano suavemente y comente -¿Y tus hermanos cómo están?, hace tiempo que no me dices nada de ellos, creo que la última vez fue cuando mencionaste que uno de ellos tenía problemas con las apuestas…- ahí me quede simplemente, en espera de su respuesta.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
Cuando el comenzó a comer de su plato hice lo mismo tomando un poco del mio para escuchar su pregunta y asentir. — Estaba pensando en ir al distrito 04... Norman estuvo ahí hace unas semanas y su único reporte del lugar fue que todo estaba normal... Quiero ver eso por mis ojos así que pienso que iré ahí primero, cuando se haya movido de los distritos ocho y once iré hacia allá a comprobar sus reportes, pero pienso que aun faltara algo de tiempo para que lo haga. — Comenté de mis planes para seguir con el desayuno.
A decir verdad la forma en que me movía en mi trabajo era algo que pocos comprendían, no tenía un orden especifico por lo cual podía caer de sorpresa cuando nadie se lo esperara y por eso me agradaba que Caesar dejara que yo misma escogiera el lugar a donde iría, así podría moverme con más libertad y encontrar cosas de importancia. Si había algo que no me gustaba lo reportaba y listo, panem segurity vigilaba el lugar, así era mi forma de trabajar algunas veces, pero otras el reporte solo llegaba a Caesar y el sabía cuando y donde atacar. Dejar que el enemigo se confíe, es una gran estrategia.
Así el desayuno paso en su mayoría en silencio, pero no sin que de vez en cuando interrumpiera para ver la hora desde mi reloj que estaba en la muñeca de mi mano, intentaba no pasarme del tiempo destinado, pues a través de estos años aprendí a ser muy cuidadosa al respecto con ello.
Como siempre el primero en terminar fue Caesar y al final yo, aunque antes de que retiraran la mesa tomé un pequeño pan horneado y colocando un poco de mantequilla sobre el lo tomé mordiendo una parte. La verdad es que estos panes me gustaban y más que eran los primeros salidos del horno en el día, era un pequeño gusto que no podía perderme y siempre hacia lo mismo para finalizar mis desayunos, tomar uno y ponerle un poco de mantequilla arriba viendo como el calor del pan derretía la mantequilla, aveces le ponía un poco de azúcar o simplemente lo comía así, no podía evitarlo, me gustaban mucho.
Me acerqué a Caesar mientras sus Avox levantaban las cosas y me senté a su lado mientras seguía mordiendo de aquel panecillo, no sin antes ver el reloj y volver a ver a Caesar mientras sostenía el pan en mi mano mientras sentía como tomaba mi otra mano a lo cual acaricie un poco con mis dedos su mano. Parece que el cielo cambiaba pues ahora el sol comenzaba a salir y se empezaba a teñir todo de naranja.
— ¿Uhm? — Dije un poco distraída mientras veía el cielo, era raro que me perdiera viendo algo pero raras veces solía pasar. — Disculpa me tomaste por sorpresa... — Me disculpe mientras terminaba de comer el panecillo. — La verdad es que en la casa todo sigue igual... O bueno al menos mejor... Es decir tu sabes, antes mis hermanos no tomaron muy bien la "desaparición" de mi madre.. Incluso aun siento que algunos no me creen del todo... Pero al menos están mejor las cosas. — Es verdad que la casa por un tiempo fue un infierno, pues después de que mi madre fuera tomada en cautiverio por sus culpas en la casa todo se empeoro, algunos de mis hermanos desaparecieron por días, y yo los tuve que buscar por mi cuenta, otros cayeron en vicios y en la casa... Nahla y yo peleábamos justo como lo hacia yo con mi madre, creo que parte de que ellos tuvieran problemas serios después fue gracias a mi aunque. — Sabes... Lance le gusta apostar pero debo decir que entre sus apuestas tiene sus ganancias, pues es el que menos pide para poder gastar. — Bromee un poco al decir eso, pero la verdad el dinero era lo que menos me importaba en la casa, quizás por eso no me molestaba darles lo que ellos pedían... supongo que en ese sentido los he malcriado dándoles todo lo que piden.
— Nahla.. Al menos ya me dejo de reclamar que mi madre se haya ido, pero quien me preocupa es Seadon... Siento que está muy deprimido por lo de mi madre, aunque ya haya pasado mucho tiempo parece que no lo puede superar. — Pareciera que mi familia se vino abajo por varios sentidos, pero no por eso me di por vencida... aun ahora intento tratar de ayudarlos aunque siento que hay muchos muros que aún nos dividen.
— Y ¿Sobre que quieres hablar con Mina? Si es que puedo saberlo claro... ¿Acaso volvió a gastar de más este mes? — Le dije para cambiar un poco del tema y dejar a un lado a mis hermanos, pues habían cosas que no quería sacar a flote ya que me sentía culpable de sus desdichas.
A decir verdad la forma en que me movía en mi trabajo era algo que pocos comprendían, no tenía un orden especifico por lo cual podía caer de sorpresa cuando nadie se lo esperara y por eso me agradaba que Caesar dejara que yo misma escogiera el lugar a donde iría, así podría moverme con más libertad y encontrar cosas de importancia. Si había algo que no me gustaba lo reportaba y listo, panem segurity vigilaba el lugar, así era mi forma de trabajar algunas veces, pero otras el reporte solo llegaba a Caesar y el sabía cuando y donde atacar. Dejar que el enemigo se confíe, es una gran estrategia.
Así el desayuno paso en su mayoría en silencio, pero no sin que de vez en cuando interrumpiera para ver la hora desde mi reloj que estaba en la muñeca de mi mano, intentaba no pasarme del tiempo destinado, pues a través de estos años aprendí a ser muy cuidadosa al respecto con ello.
Como siempre el primero en terminar fue Caesar y al final yo, aunque antes de que retiraran la mesa tomé un pequeño pan horneado y colocando un poco de mantequilla sobre el lo tomé mordiendo una parte. La verdad es que estos panes me gustaban y más que eran los primeros salidos del horno en el día, era un pequeño gusto que no podía perderme y siempre hacia lo mismo para finalizar mis desayunos, tomar uno y ponerle un poco de mantequilla arriba viendo como el calor del pan derretía la mantequilla, aveces le ponía un poco de azúcar o simplemente lo comía así, no podía evitarlo, me gustaban mucho.
Me acerqué a Caesar mientras sus Avox levantaban las cosas y me senté a su lado mientras seguía mordiendo de aquel panecillo, no sin antes ver el reloj y volver a ver a Caesar mientras sostenía el pan en mi mano mientras sentía como tomaba mi otra mano a lo cual acaricie un poco con mis dedos su mano. Parece que el cielo cambiaba pues ahora el sol comenzaba a salir y se empezaba a teñir todo de naranja.
— ¿Uhm? — Dije un poco distraída mientras veía el cielo, era raro que me perdiera viendo algo pero raras veces solía pasar. — Disculpa me tomaste por sorpresa... — Me disculpe mientras terminaba de comer el panecillo. — La verdad es que en la casa todo sigue igual... O bueno al menos mejor... Es decir tu sabes, antes mis hermanos no tomaron muy bien la "desaparición" de mi madre.. Incluso aun siento que algunos no me creen del todo... Pero al menos están mejor las cosas. — Es verdad que la casa por un tiempo fue un infierno, pues después de que mi madre fuera tomada en cautiverio por sus culpas en la casa todo se empeoro, algunos de mis hermanos desaparecieron por días, y yo los tuve que buscar por mi cuenta, otros cayeron en vicios y en la casa... Nahla y yo peleábamos justo como lo hacia yo con mi madre, creo que parte de que ellos tuvieran problemas serios después fue gracias a mi aunque. — Sabes... Lance le gusta apostar pero debo decir que entre sus apuestas tiene sus ganancias, pues es el que menos pide para poder gastar. — Bromee un poco al decir eso, pero la verdad el dinero era lo que menos me importaba en la casa, quizás por eso no me molestaba darles lo que ellos pedían... supongo que en ese sentido los he malcriado dándoles todo lo que piden.
— Nahla.. Al menos ya me dejo de reclamar que mi madre se haya ido, pero quien me preocupa es Seadon... Siento que está muy deprimido por lo de mi madre, aunque ya haya pasado mucho tiempo parece que no lo puede superar. — Pareciera que mi familia se vino abajo por varios sentidos, pero no por eso me di por vencida... aun ahora intento tratar de ayudarlos aunque siento que hay muchos muros que aún nos dividen.
— Y ¿Sobre que quieres hablar con Mina? Si es que puedo saberlo claro... ¿Acaso volvió a gastar de más este mes? — Le dije para cambiar un poco del tema y dejar a un lado a mis hermanos, pues habían cosas que no quería sacar a flote ya que me sentía culpable de sus desdichas.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
-El distrito cuatro, me parece bien, supongo que no llevaras guardia, de todos modos ese distrito no tiene ningún problema con nosotros, aunque creo que es bueno corroborar que todo este normal, no hay que olvidar que hace más de cien años el cuatro también llego a tener células rebeldes importantes- conocía muy bien la historia de Panem, después de todo yo me estaba preparando para tomar el control cuando mi padre faltase, por ende todos los días me dedicaba cierto margen de tiempo para el estudio de la historia y situación de los distritos, cosa que durante todo el trayecto de mi vida hasta ahora había sido benéfica -Solamente recuerda tener cuidado en los distritos ocho y el once, aún hay unos pocos problemas aislados- ciertamente Kira era la única en todo el capitolio que me preocupaba, por ello que ella se dirigiese a un distrito rebelde no me era muy grato, mas era necesario, Norman no era de nuestros hombres sino de mi padre y por ello obtener reportes aparte era esencial, teníamos de nuestro lado el sigilo pues cuando Kira desaparecía ordenaba a una de mis avox que portase su uniforme y lograba que uno de mis estilistas personales la adecuara hasta tener una réplica bastante decente, tan solo para que pensasen que ella seguía en sus actividades cotidianas, era por esta misma razón que nadie lograba sorprendernos en otras ocasiones, pues cuando ella se quedaba a dormir conmigo hacia lo mismo enviando a mi avox al cuarto de ella para fingir que efectivamente estaba ahí. Creo además que una cosa que Kira agradecía era la libertad que le daba pues llegaba a comprender que para alguien como ella estar encerrada en la torre de babel, o en el capitolio no era nada agradable, diferente de mí, que podía vivir aquí por siempre sin problema.
Cuando pasamos al tema de sus hermanos ella comento que las cosas estaban mejorando desde la última vez, claro que algunos aun ponían en duda la desaparición de su madre, por el simple hecho que en el capitolio eso era extremadamente raro, era casi imposible que un capitolino desapareciese -lo que era casi sinónimo de que estaba convertido en un avox o muerto- pero al igual era muy raro encontrar alguno que estuviese en contra del gobierno, cosa que su madre tenía -Si, entiendo, es difícil aceptarlo, aunque tampoco puedes decirles la verdad, no aun al menos, porque…- no me gustaba mucho hablar de esto con ella, principalmente porque la quería y verle sufrir no me era para nada grato, pero por esa misma razón le decía la verdad, porque no quería que nada le pasase a ella y en consecuencia a su familia -Sabes bien que si les dices la verdad ellos intentaran ir a buscarla y en su desesperación podrían cometer una idiotez, si eso sucediese tendrían que ser juzgados y castigados, no podría hacer mucho allí puesto que sería la cámara de justicia quien tendría la última palabra- aquella cámara estaba conformada por diversos miembros importantes de Panem, principalmente conocidos de mi padre y sobre ninguno de ellos tenía influencia, además que darles clemencia a sus hermanos podría denotar que yo tenía algo con ella y en consecuencia Mina podría acusarme de no cumplir con mi deber y tomar el control, en definitiva un tema complicado -Es mejor que ahora no sepan nada…- argumente pues al igual que Kira sentía que tarde o temprano su madre iba a recapacitar, no se podía ser tan tonto y terco, ¿verdad?.
Refirió que Lance su hermano le gustaba apostar, tenía ciertos informes de él, pues Kira sabía que de alguna forma teníamos a su familia vigilada, por dos razones, la primera porque ella estaba conmigo y la segunda porque de una forma o de otra, al tener una madre rebelde no confiábamos del todo en que sus hermanos fuesen leales al gobierno -Claro, los apostadores tienden a tener ganancias, al menos aquí en el capitolio- fue todo lo que dije al respecto pues a mí verdaderamente no me interesaban mucho esos asuntos, me gustaba el dinero pero no pensaba que apostar fuese una forma inteligente de usarlo. Su otra hermana llamada Nahla ya no reclamaba la ausencia de su madre mientras que Seadon parecía ser el más deprimido -Uhm, probablemente solo es una etapa- no tenía mucha idea de que decirle aparte de eso, no era bueno dándole consejos de familia, si de por si la mía estaba en una encrucijada con mi padre enfermo y a quien nunca le caí muy bien, mi hermana Mina con sus excentricidades y Karoline derrochando por todas partes el dinero; creo que al igual que Kira yo tenía muchos problemas con mi familia, ambos teníamos barreras invisibles que nos impedían acercarnos más a nuestros respectivos hermanos.
Cuando me pregunto por lo de Mina le respondí con confianza -Los consejeros de los distritos están pidiendo que se organice un festival en honor al nuevo vasallaje, como sabes cada que existe uno es costumbre realizar un festival a donde se invitan todos los distritos, ahora mismo estábamos planeando alguno y creo que será Mina quien de presencia de la realeza en el acto, ya sabes que a mí no me gusta mucho bajar a los distritos medios o inferiores- aun no había nada seguro pero estábamos pensando en el distrito seis, aunque claro, faltaba un tiempo para eso.
Cuando pasamos al tema de sus hermanos ella comento que las cosas estaban mejorando desde la última vez, claro que algunos aun ponían en duda la desaparición de su madre, por el simple hecho que en el capitolio eso era extremadamente raro, era casi imposible que un capitolino desapareciese -lo que era casi sinónimo de que estaba convertido en un avox o muerto- pero al igual era muy raro encontrar alguno que estuviese en contra del gobierno, cosa que su madre tenía -Si, entiendo, es difícil aceptarlo, aunque tampoco puedes decirles la verdad, no aun al menos, porque…- no me gustaba mucho hablar de esto con ella, principalmente porque la quería y verle sufrir no me era para nada grato, pero por esa misma razón le decía la verdad, porque no quería que nada le pasase a ella y en consecuencia a su familia -Sabes bien que si les dices la verdad ellos intentaran ir a buscarla y en su desesperación podrían cometer una idiotez, si eso sucediese tendrían que ser juzgados y castigados, no podría hacer mucho allí puesto que sería la cámara de justicia quien tendría la última palabra- aquella cámara estaba conformada por diversos miembros importantes de Panem, principalmente conocidos de mi padre y sobre ninguno de ellos tenía influencia, además que darles clemencia a sus hermanos podría denotar que yo tenía algo con ella y en consecuencia Mina podría acusarme de no cumplir con mi deber y tomar el control, en definitiva un tema complicado -Es mejor que ahora no sepan nada…- argumente pues al igual que Kira sentía que tarde o temprano su madre iba a recapacitar, no se podía ser tan tonto y terco, ¿verdad?.
Refirió que Lance su hermano le gustaba apostar, tenía ciertos informes de él, pues Kira sabía que de alguna forma teníamos a su familia vigilada, por dos razones, la primera porque ella estaba conmigo y la segunda porque de una forma o de otra, al tener una madre rebelde no confiábamos del todo en que sus hermanos fuesen leales al gobierno -Claro, los apostadores tienden a tener ganancias, al menos aquí en el capitolio- fue todo lo que dije al respecto pues a mí verdaderamente no me interesaban mucho esos asuntos, me gustaba el dinero pero no pensaba que apostar fuese una forma inteligente de usarlo. Su otra hermana llamada Nahla ya no reclamaba la ausencia de su madre mientras que Seadon parecía ser el más deprimido -Uhm, probablemente solo es una etapa- no tenía mucha idea de que decirle aparte de eso, no era bueno dándole consejos de familia, si de por si la mía estaba en una encrucijada con mi padre enfermo y a quien nunca le caí muy bien, mi hermana Mina con sus excentricidades y Karoline derrochando por todas partes el dinero; creo que al igual que Kira yo tenía muchos problemas con mi familia, ambos teníamos barreras invisibles que nos impedían acercarnos más a nuestros respectivos hermanos.
Cuando me pregunto por lo de Mina le respondí con confianza -Los consejeros de los distritos están pidiendo que se organice un festival en honor al nuevo vasallaje, como sabes cada que existe uno es costumbre realizar un festival a donde se invitan todos los distritos, ahora mismo estábamos planeando alguno y creo que será Mina quien de presencia de la realeza en el acto, ya sabes que a mí no me gusta mucho bajar a los distritos medios o inferiores- aun no había nada seguro pero estábamos pensando en el distrito seis, aunque claro, faltaba un tiempo para eso.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
— Se perfectamente a lo que te refieres. — Aunque la verdad nunca llevaba guardia a ningún lado, cada que me presentaba era de forma anónima tomando un papel el cual hacía que pudiera sacar más información de la debida, pero parece que eso siempre se le olvidaba a Caesar, aveces ya ni siquiera se lo recordaba pues quería evitar que se preocupara más de lo debido.
— Lo se bien... Es por eso que no les he dicho nada, y supongo ellos también se cansaron de indagar... — Fue lo único que dije mientras en mi mente aun resonaban las constantes peleas que tenía con Nahla cuando pedía saber de mamá y de donde había ido. A decir verdad no creo alguna vez tenga el valor de decirles lo que realmente ha pasado.
Sabía por muchos motivos que mi familia -o al menos los únicos que quedaban de ella- peligraban gracias a los ideales de mi madre, sabía que estaban vigilados y más después de lo que hizo ella, y sabía que si alguna vez ellos cometían un error podría ser tan fatal que no habría forma de salvarles... Es por eso que hacía las cosas, no quería verlos así, no quería perderlos y por eso hice lo que hice aunque se que me odiaron por ello.
Por suerte cambiamos de tema y el me dijo de lo que hablaría con Mina a lo cual solo asentí un poco. — Ya veo, bueno, no creo que tengas muchos problemas con que Mina quiera participar. Siempre que ella sobresalga en todo estará bien. Aunque eso significa que debo de alistarme para el evento... — Le dije algo pensativa, pues a lo que veía sería un trabajo algo duro, pues por la forma en que lo decía solo Mina iría, si acaso también su hermanastra pero él seguramente no, por lo cual tendría mucho trabajo que hacer tratando de protegerlas y tenerlas bajo vigilancia todo el tiempo, bueno, algo más de que preocuparme en un futuro, o al menos comenzar a planear algo aunque poco a poco tendría informe más detallado sobre aquel festival, así que no debía apresurarme tanto.
Parecía que él día en si estaba tranquilo y eso aveces me preocupaba, aunque en la torre nunca pasaba nada que no fueran juntas o cosas así. Los disturbios mas grandes pasaban casi siempre en las noches cuando los ebrios festejaban afuera y confundidos pensaban que esto era otra fuente de sus diversiones, pero siempre eran desalojados antes. Aveces pensaba que me gustaba por eso más la ronda nocturna que la de la mañana. — Sabes... Ya casi van a ser las siete. — Le dije a Caesar mientras veía el reloj en mi muñeca para bajar luego la mano. — Fue un desayuno muy bueno.. como siempre. — Le sonreí ligeramente pues sabía que pronto llegaría el momento en que tendría que bajar para seguir con la rutina diaria y seguir con mis deberes.
— Lo se bien... Es por eso que no les he dicho nada, y supongo ellos también se cansaron de indagar... — Fue lo único que dije mientras en mi mente aun resonaban las constantes peleas que tenía con Nahla cuando pedía saber de mamá y de donde había ido. A decir verdad no creo alguna vez tenga el valor de decirles lo que realmente ha pasado.
Sabía por muchos motivos que mi familia -o al menos los únicos que quedaban de ella- peligraban gracias a los ideales de mi madre, sabía que estaban vigilados y más después de lo que hizo ella, y sabía que si alguna vez ellos cometían un error podría ser tan fatal que no habría forma de salvarles... Es por eso que hacía las cosas, no quería verlos así, no quería perderlos y por eso hice lo que hice aunque se que me odiaron por ello.
Por suerte cambiamos de tema y el me dijo de lo que hablaría con Mina a lo cual solo asentí un poco. — Ya veo, bueno, no creo que tengas muchos problemas con que Mina quiera participar. Siempre que ella sobresalga en todo estará bien. Aunque eso significa que debo de alistarme para el evento... — Le dije algo pensativa, pues a lo que veía sería un trabajo algo duro, pues por la forma en que lo decía solo Mina iría, si acaso también su hermanastra pero él seguramente no, por lo cual tendría mucho trabajo que hacer tratando de protegerlas y tenerlas bajo vigilancia todo el tiempo, bueno, algo más de que preocuparme en un futuro, o al menos comenzar a planear algo aunque poco a poco tendría informe más detallado sobre aquel festival, así que no debía apresurarme tanto.
Parecía que él día en si estaba tranquilo y eso aveces me preocupaba, aunque en la torre nunca pasaba nada que no fueran juntas o cosas así. Los disturbios mas grandes pasaban casi siempre en las noches cuando los ebrios festejaban afuera y confundidos pensaban que esto era otra fuente de sus diversiones, pero siempre eran desalojados antes. Aveces pensaba que me gustaba por eso más la ronda nocturna que la de la mañana. — Sabes... Ya casi van a ser las siete. — Le dije a Caesar mientras veía el reloj en mi muñeca para bajar luego la mano. — Fue un desayuno muy bueno.. como siempre. — Le sonreí ligeramente pues sabía que pronto llegaría el momento en que tendría que bajar para seguir con la rutina diaria y seguir con mis deberes.
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Re: Al empezar el día || Caesar U. King
Asentí ante sus palabras -Si, tu iras acompañándola, necesito que cuides bien de que no se meta en ningún problema, afortunadamente Karoline no asistirá, tras sus “espectáculos” hemos decidido que sería perjudicial llevarla, al menos no tendrás que estarla vigilando- comente con cierta ironía, pues el que ella no fuese significaría que tendría que supervisarla yo -El festival durara tres días, así que tendrás que estar todo ese tiempo con esas personas- comente con cierto desgano, no me gustaba pensar en la lejanía que eso ocasionaría momentáneamente entre nosotros, principalmente porque ya de por si era malo el vernos poco, de cualquier manera, que se le iba a hacer.
Cuando comento que ya casi serían las siete mire mi reloj corroborando que faltaba poco -Si, también me agrado…- me puse de pie a sabiendas que no podíamos pasar más tiempo del regulado, por ende cuando ella también estuvo a mi lado la tome del rostro y propine en ella un beso largo, el más largo de toda la mañana, sin apresurarlo y disfrutando cada sensación, al menos hasta que tuvimos que separarnos, una vez lo hicimos solamente acaricie un poco sus mejillas y suspire notando como se marchaba, claro, ella debía salir antes, una vez las compuertas cerraron avance de nuevo hasta el balcón colocándome ahí mirando abajo, el viento una vez más ondeo mi capa con soltura y el sol ya en lo alto ilumino con fuerza mi rostro, el olor de las flores comenzó a hacerse más notorio ahora que ya no estaba Kira para distraerme de todo, ahora en mi mente la lista de pendientes de nuevo azotaba con fuerza, reunirme con algunos cuantos mandatarios, escuchar las quejas de los representantes de distritos, tomar algún café con unos cuantos influyentes para que patrocinasen los juegos y demás cosas.
Eche de nueva cuenta un vistazo a mi reloj y cuando note que habían pasado ya más de veinte minutos decidí a salir, abrí las compuertas con cuidado y tras cerrarse avance de frente, casi al momento mis avox se colocaron tras de mi avanzando al unísono, como si yo las fuese guiando, en completo silencio, giramos en la esquina y bajamos hasta la próxima planta, ahí es donde debía reunirme con los representantes de los distritos, casualmente antes de hacerlo vi pasar a Kira más allá en su rutina ya regular, simplemente la seguí con la mirada y posteriormente entre a la sala perdiéndome, un día más.
Cuando comento que ya casi serían las siete mire mi reloj corroborando que faltaba poco -Si, también me agrado…- me puse de pie a sabiendas que no podíamos pasar más tiempo del regulado, por ende cuando ella también estuvo a mi lado la tome del rostro y propine en ella un beso largo, el más largo de toda la mañana, sin apresurarlo y disfrutando cada sensación, al menos hasta que tuvimos que separarnos, una vez lo hicimos solamente acaricie un poco sus mejillas y suspire notando como se marchaba, claro, ella debía salir antes, una vez las compuertas cerraron avance de nuevo hasta el balcón colocándome ahí mirando abajo, el viento una vez más ondeo mi capa con soltura y el sol ya en lo alto ilumino con fuerza mi rostro, el olor de las flores comenzó a hacerse más notorio ahora que ya no estaba Kira para distraerme de todo, ahora en mi mente la lista de pendientes de nuevo azotaba con fuerza, reunirme con algunos cuantos mandatarios, escuchar las quejas de los representantes de distritos, tomar algún café con unos cuantos influyentes para que patrocinasen los juegos y demás cosas.
Eche de nueva cuenta un vistazo a mi reloj y cuando note que habían pasado ya más de veinte minutos decidí a salir, abrí las compuertas con cuidado y tras cerrarse avance de frente, casi al momento mis avox se colocaron tras de mi avanzando al unísono, como si yo las fuese guiando, en completo silencio, giramos en la esquina y bajamos hasta la próxima planta, ahí es donde debía reunirme con los representantes de los distritos, casualmente antes de hacerlo vi pasar a Kira más allá en su rutina ya regular, simplemente la seguí con la mirada y posteriormente entre a la sala perdiéndome, un día más.
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