Zapaaatos, muebles y ropa vieja que venda (?) || Wayne V. Eaton [Expres]

Ya todo estaba listo para el viaje que haría por unos días. Como había informado al Rey Asher y el príncipe Caesar, iba a realizar un viaje hacia uno de los distritos para mantener bajo vigilancia a Norman y corroborar que sus informes eran correctos, pues sabíamos que la responsabilidad no podía caer solo en un hombre, ademas de que -aunque no lo quiera admitir- era un poco paranoica con eso de las traiciones y demás, sabía y confiaba de mi lealtad, pero dudaba de la de los demás, más cuando mi madre fue una de las traidoras que estuvo de acuerdo con el levantamiento de los distritos hace seis años.

Es así como empezaba a preparar todo para este viaje, ademas de que amaba encontrar errores y fallas en el trabajo de Norman pues así demostraba que él era el menos capacitado para tomar ese lugar y que nunca podría llenar la gran huella que dejo mi padre en su lugar.
Muchos decían que eso era más como parte de una venganza, pero a decir verdad solo me gustaba fastidiarlo en su trabajo y demostrarle quien era el subordinado y quien era su jefe o en este caso su jefa.
Aún así, dejando de lado a Norman, mi destino del viaje era el distrito cuatro, pues el informe de Norman no estaba muy especifico al respecto de ese distrito y eso era lo que más me molestaba pues parecía que no sabía hacer bien un informe, me preguntaba aveces si lo hacía por que no sabía o sólo por molestarme.

Cuando terminé de preparar todo para mi partida me encaminé a la salida del capitolio y sin muchas cosas caminé por el bosque el cual parecía desolado ya que nadie tenía permitido estar por aquí. Seguí caminando por varias horas hasta que di con lo que buscaba. Una carreta vieja y desgastada que parecía caerse con un simple soplido; junto a ella un había un caballo de aspecto enfermizo que parecía que moriría de inanición. Me acerque con cuidado y el caballo al verme parecía alegrarse, pues relinchaba al verme ademas de que trataba de venir a mi. De inmediato salió un Avox de aquella carreta que parecía de un boticario algo que no se veía ya en estos días, entonces al verme aquella Avox solo asintió mientras me acercaba sonriendo un poco.

Aquella Avox era la encargada de cuidar de aquella carreta y su caballo de color negro y polvoriento, que aunque pareciera enfermo no lo estaba, pues estaba modificado genéricamente para llevar a cabo mi papel... si, es verdad, yo encubría mi personalidad cada que visitaba los distritos para así no ser detectada por los agentes leales a Norman, era algo que solo sabían pocas personas y este Avox era una de ellas, en si, ella solo era la encargada de cuidar de el caballo y la carreta mientras no fuera "Sally", hubiera preferido que otra persona se encargara de esto pues hacer uso de Avox nunca fue de mi agrado, pero Caesar insistió de que necesitaba a alguien que no hablara, así que al final ella fue la indicada para el trabajo aunque era lo único que le asignaba ya que cerca había una pequeña cabaña donde ella descasaba y dormía, así ella no tendría necesidad de servirle a nadie más. Sería algo como mi Avox personal o más bien el de Sally.

Salude así al Avox y luego me adentré a la carreta para "interpretar" mi papel; en si, mi aspecto cambiaba mucho, pues del uniforme de la guardia real pasaba a usar unos harapos viejos sacados del doce y una capa polvorienta y sucia, ademas de que mi cabello se veía tan desalineado y sucio que muchos dirían que provenía de algún distrito bajo.
Cuando estuve lista, deje mi uniforme con el Avox y me encaminé con Will, nombre el cual le asigne al caballo, hacia el distrito cuatro; el viaje duró poco más de un día, pero llegando pude sentir ese olor a sal de él mar. A decir verdad me gustaba este distrito, pero pocas veces podía disfrutar de él, en si las veces que venía solo era por trabajo y no para disfrutar de sus playas ni nada por el estilo, aunque si admito que cosas interesantes he aprendido de él.

Así fue como me encaminé hacia la plaza central donde suelo poner mi "negocio" vendiendo chatarra que comercializo en otros distritos mientras intento saber información de lo reciente en este distrito.

— ¡Pasen y vean todo lo que tengo para ustedes! Lo mejor de Panem en mis manos y en las de Will, todo lo mejor que puedan encontrar, joyas del dos, armas del tres y pescado del doce, acérquense y vean todo lo que pueden encontrar en este extravagante lugar. — Decía mientras mis manos se levantaban haciendo que la chatarra que tenía se escuchara impresionante para todos, aunque claro estaba algunos ya me conocían, pues podía escuchar sus expresiones de "la loca Sally a vuelto" y cosas similares, pero no me importaba. — Verdad Will... Tenemos lo mejor... lo mejor... — Decía mientras me acicalaba el pelo con las manos sintiendo nudos en mi cabello mientras Will relinchaba atrayendo al menos la atención de los niños los cuales seguramente no habían visto un caballo tan de cerca.

—Zapatos hechos a la medida del once, granos de trigo del distrito uno, todo lo que no se pueda imaginar solo aquí con Sally y will y asociados e incorporados P.A.A. — Decía toda clase de cosas para traer la atención, pero más que nada buscaba algo que me llamara la atención, no se, algo como una persona, algo que me indicara donde podía sacar información. Pero al parecer no había nada, solo adolescentes paseando, niños curioseando y nada hasta que...

— Oh... — Mis ojos se clavaron agudamente en algo que llamó mi atención. — ¿Pero que tenemos aquí? — Me acerqué a un chico el cual identifique como el mentor del distrito cuatro, Wayne V. Eaton, quizás de él podría obtener algo, si no bueno no habría mucho problema, la verdad es que aveces me gustaba molestar a la gente más cuando sabía que participarían o participaron en los juegos.

— Miren nada más eso... — Dije nuevamente alzando las manos como si estuviera sorprendida por lo que veía y me acercaba un poco apresurada señalando al chico. — ¡Hey tu! ¡Tu! chico extraño... ¿que es eso?— tomé los cordones que salían de la capucha azul que tenía en la cabeza.

— ¿Qué es esto? ¡Es magia! ¿Cómo fue capaz de meterlos en la tela? ¿Es acaso usted un brujo? ¡¡Guardias, Guardias, hay un brujo aquí!! — Como esperaba, después de esas palabras la gente comenzó a alejarse de mi cacharro a lo cual decía carreta y había logrado llamar la atención del chico, o eso creía.

Noté como se molestaba e incluso intento detener mi mano tomándome de la muñeca, pero cada vez que intenta que tomara los cordones de su capucha más intentaba agarrarlos. — ¡Brujo! ¡Brujo! — Decía una y otra vez mientras mis dos manos intentaban quitarle los cordones hasta que al final una mano lo logró y de ahí comencé a jalar hasta que vi como su capucha se cerraba completamente dejando ver solo parte de su rostro.

Por dentro sentía que la risa era incontrolable, aunque claro que debía seguir con la actuación así que seguí tirando de el cordón hasta que logré sacarlo por completo de la capucha viendo el largo sonreí un poco y luego caminé como si nada hasta mi establecimiento. — Anguilas del distrito cinco... Nueva adquisición, cordones ideales para matar hechiceros y brujas, hechos por los artesanos del distrito ocho. — Decía mientras mostraba victoriosa ese cordón el cual le quite al mentor del cuatro.

Así es como muchos pensaban que yo podía obtener la chatarra que vendía, robando a la gente, pero la verdad es que esto solo lo hice para obtener la atención de aquel chico. — miren nuestros productos de calidad... Calidad señores, así como Will es un caballo de carreras, así de calidad son mis productos. — continué la venta esperando que eso bastara para obtener su atención.

— ¿Cuanto que? — Lo logré, tenía su atención por completo a lo cual decidí que era el momento perfecto no para sacar información, si no para jugar un poco, a decir verdad era la primera vez en meses que me divertía.

—¡Ah! ¿Esto? Es una sudadera mágica, te volverá araña si la usas... ¿Esta interesado en ella?— Cuestioné al chico aunque sabía la respuesta. — Pues bien, no eres el único ¿Qué dices Will? ¿subastamos? — Con esa simple palabra vi como el caballo comenzaba a relinchar mientras con los cascos golpeaba la tierra.

Hacia mucho que no hacia una subasta y eso me alegraba por que las subastas que hacia "Sally" no eran como las comunes.. Eran algo... — bien, bien el mejor postor se lleva la sudadera araña... así que empecemos ¿cuanto dan por esto? ¿quien dice 10, quien dice 10? — Noté que levantaba una niña emocionada la mano y grité ante su gesto. — 10 conchas de mar por la sudadera, veamos quien supera eso... — Mas atrás una señora levanto dos Róbalos recién pescados, incluso parecían moverse o esa impresión me dio, la verdad no se. — Dos Róbalos frescos, ¿Quién da más, quién da más? vamos anímense a participar, es una bonita araña sudadera. — Animé a la gente viendo como se acercaban esperando la propuesta de él chico.

La gente se comenzaba a juntar y muchos incitaban a que el chico diera una buena oferta -lo cual admito esperaba- pero en vez de eso salió con una mentalidad un poco capitolina, sacó dinero de sus bolsillos y me lo ofreció, la verdad ni idea cuanto era a lo cual solo moví la cabeza mientras chasqueaba un poco mi lengua. — No señor, esas cosas verdes se consiguen fácilmente... — Fue lo que dije de los billetes que traía en la mano. — No necesito más papel gracias. Ademas los cordones mágicos se los quite a un hechicero poderoso, casi muero cuando lo enfrente junto con excalibur. — Reí mientras escuchaba mas ofertas.

"Cinco botones" escuché en una esquina y la oferta seguía. Aunque me daba gracia que el chico intentara usar el dinero, se ve que nunca antes había estado en una subasta mía. — ¡Cinco botones! Woo Magnifica oferta — Decía con gran impresión hasta que un señor ofreció una red, eso era algo valioso, pues si lo obtenía podría subastarlo en algún otro distrito, como el once para sus cultivos o el nueve, cualquiera podría darme otra cosa interesante. — ¡Una red a la una!— Comencé a contar por que la oferta me importaba, al mismo tiempo Will comenzó a golpear con su casco de su pata el suelo, un golpe por conteo. — Vamos... Una red a las dos....— Miraba de vez en cuando de reojo al chico esperando su respuesta.

Seguía tomando galletas por montones y las comía de tal forma que el chico se levanto, no supe para que a lo cual seguí como estaba hasta que el chico trajo unos emparedados de atún a lo cual asentí varías veces tomándolos para morderlos con ganas. A decir verdad hacía mucho que no comía un emparedado así, aunque suene tonto, pero todo lo que hay en el capitolio y sus comidas tan extravagantes aveces me daban ganas de comer cosas simples, suerte que al menos hizo estos emparedados.

— sufiiiciciciente... — Masticaba aún con la boca llena hasta que el chico comenzó a hablar; vaya, se había tardado mucho para decir palabra alguna. — Claro que lo soy... Todos me conocen y saben de mi negocio.. — Decía orgullosa mientras notaba como el chico el tono en que lo decía, pero solo le seguía el juego.

— Yo no la conozco, pero Will si, el los conoce y ellos son grandes admiradores de él, incluso Will es famoso en el capitolio, pero no le gusta ir ahí por que dice que lo quieren engordar. — Terminé de comer mientras tomaba el café aunque aún estaba algo caliente.

— Oye... Oye... ¿Por que tantos señores blancos en el distrito? — Le dije de un momento a otro — Siempre que me voy veo más en cada distrito. — Dije con algo de interés pero luego baje el interés a mi café. — Acaso buscan esta cosa negra seguramente... con esto tiñen los trajes para ponerlos blancos. —

Era extraño, el chico había sonreído y pensé que eso no lo hacía lo cual catalogué como una curiosidad muy rara, pero no le di más importancia de la debida. Así que terminando de comer seguí con lo que me incumbía, el por que estaba en este distrito.

— Si, los agentes de la paz... — Lo miraba con un interés curioso, como si de un niño pequeño se tratara y cuando escuché lo otro asentí para luego verlo. — Si son brutales Will se encargara de ellos, Will no deja que nadie robe del negocio y nadie lo ha hecho... — De por si no es que hubiera algo que robar ahí aunque si se ha dado eso, pero cuando a llegado a pasar también ellos se han llevado sorpresas grandes. — Pero tendré cuidado... mucho cuidado de los hombres de blanco... — De un momento a otro Will relinchó y supe que ya quería irse a lo cual era un código entre los dos, pues sabíamos que no podíamos estar mucho tiempo en un lugar, así que para asegurarse de que estaba bien adentro el tenía que relinchar y yo salir para que no entrara en pánico.

— Will se quiere ir... — Le mencioné mirando hacia la ventana para dejar taza en las manos del chico. — Gracias por la comida... las galletas y los emparedados estuvieron buenos. — No podía decir mas al respecto de ellos, la verdad esperaba una comida mejor, pero que se puede hacer. — Iré a vender... Nos vemos chico araña.. — Sonreí de una forma a otra y salí de su casa para calmar a Will y subirme para salir de ahí, dejando así al chico dentro... Bueno en si no obtuve mucha información de la que quería pero bueno para eso estaba la plaza, al menos admito que el chico me divirtió un poco ademas de que ahora replanteaba mi interés en los mentores... Creo que pronto tendré que vigilarlos más de lo normal...