Just a peaceful dinner. || Stella F.

Había llegado bastante cansado aquella tarde, la vida como trabajador era más cansada de lo que esperaba, de hecho no tenía mucha experiencia con ello y había tenido mucha suerte al conseguir un buen trabajo que me diera dinero que podía ayudarme para sobrevivir y alimentar a una familia, debía sentirme bastante afortunado con lo que tenía en aquel momento, aunque aún tenía algunas cosas que debía mejorar, empezando por el hecho de que mi vida seguía corriendo peligro y me quedaban unos tres juegos más por sobrevivir. Pero no quería pensar en ello, no mi mente volaba muchos kilómetros más allá del distrito 05, más allá de toda Panem incluso, pensaba en las estrellas y sería capaz de pensar en autos voladores y mecánica ondulatoria si hubiese estado un poco menos hambriento, pero diablos no había probado ni un solo bocado desde que había almorzado unas siete horas antes y era bastante agobiante.

Llegué algo tarde a casa, pero por suerte sabía que me esperaba Stella. Mi pequeña nueva hermanita, aquella pequeña me había cautivado con cada palabra que salía de su boca, siempre teníamos tantas conversaciones interesantes que no pude evitar adoptarla como mi hermana tan pronto pude. -Ya lleguéeeeeee!- grité a penas cerré la puerta después de entrar, tratando de imaginar dónde estaría la pequeña o aún mejor, con qué me sorprendería aquella vez pues su pequeño cerebro siempre funcionaba para los buenos inventos. Pasé hasta el pequeño espacio que habíamos acoplado como nuestra cocina, en una pequeña mesa para cuatro dejé un par de bolsas con algo de pan y carne para cenar, esperaba encontrarla ahí pues para mí siempre había sido costumbre comer algo a esa hora y de tanto vivir juntos los hábitos se podían contagiar por lo que esperaba encontrarla picando algo. -¿Stell?- la llamé nuevamente -Ahí estás!- elevé la voz al topar mi mirada con sus ojos turquesa azulados y sonreía alegremente.