Party Hard and drop the Bass in district 1. {Electra}

Toda esa gente bailando, disfrutando de aquella fiesta en aquella gran discoteca que hace unas cuatro horas atrás estaba llena de operarios y medio vacía, solo con mi equipo de montaje y preparando los preparativos para el gran concierto de toda la noche del artista "Skrillex". Ese concierto deseado por todo el distrito uno y los ricos era mi primero después de mi gira por los distritos medios y también el primero que estrenaría mis nuevas EPS y solitarios, aunque también acompañados de los alocados de mis compañeros de la discografía, sin olvidarme de mis colaboradores.
En toda la tarde terminemos de montar mi espectáculo de luces y efectos especiales, los que ahora iluminaban toda mi cabina y escenario y toda la zona de discoteca. Aquella discoteca de cuatro plantas, lugares diversos, con una pista de baile enorme...¡y era hecha en mi honor! Estaba tan contento por esa discoteca que, antes de empezar mi espectáculo, dije unas palabras que conmovieron a mis seguidores y fans: "Estoy tan orgulloso de estar aquí que me quedaría con esta discoteca y podrías pasar todos gratis cuando quisieséis"

Y la fiesta comenzó de manera enloquecida, con mis remixs y canciones, efectos especiales que iluminaba la oscuridad.. y, como no, al final acabé encima de mi tablilla de mezclas, con un micrófono, cantando o gritando cualquier tontería mientras Alex, mi mejor amigo DJ, me ponía las bases y mejoraba mi voz en ese mismo momento. Gente gritaba mi nombre, bailaban en todas las plantas de la discoteca. Mi corazón latía con fuerza y hacía que mi sudor delatase mi frente, pero no me detuve en ningún momento, porque al final acabé dándole el micrófono a uno de los de seguridad que había bajo el escenario y acabé tirándome en plancha al público, quienes no me dejaron caer y me llevaron con sus manos hasta una plancha inchable que se usaba en las playas del distrito cuatro donde estaba una muchacha bastante atractiva. Acabé sentado en ella, por intuición de mi corazón y porque en ese momento estaba tan loco que no pensaba con la cabeza sino con lo que quería hacer para divertirme.
Me senté en esa barca amarilla, sujetando mi cigarro con mis labios y dándole una inhalada, observé a la chica con una sonrisa. Me coloqué bien mis gafas y, guiñándole un ojo, miré hacía abajo para las personas que sujetaban la barca.

- ¡¡LLEVÁDME HASTA EL ESCENARIO CON LA BARCA!! -Grité a los de abajo para que escuchasen mi orden y, con las mismas, estos asintieron y arrastraron la barca con sus manos, pasándola por todo el mundo que había en la pista con sus manos arriba y bailando los remix que hacía Alex de mis canciones. Miré a la chica y, agarrando el cigarro con mis dos dedos, escupí el humo por mi boca con una sonrisa.- ¿¡TE GUSTA LA FIESTA, MUÑECA?! -Le sonreí a la chica.

La castaña no podía creer lo que le estaba pasando en éstos momentos, pero en realidad eso estaba ocurriendo. Y eso era que por fin, después de un largo año de no ir a ninguna fiesta por guardarle luto a su difunto novio, por fin la castaña iba a ir a una fiesta. Y en éstos momentos estaba sentada con sus amigas Alice y Kat bailando como locas en el asiento de un tren que las llevaba del Distrito Tres al Distrito Uno, que era el lugar del evento en donde las tres chicas fueron invitadas. Y adonde ellas iban a ir, pues digámolos que fueron muy afortunadas de recibir esa invición VIP a la fiesta con Skrillez. Y todo comenzó con Rubby, la prima de Kat, que vivía en el Distrito Uno. Ella, a ser una chica influyente de ese preciso distrito, decidió invitarnos a Kat, Alice y Electra para la juerga que se iba a formar un sábado de mayo por la noche. Y al prinipio Ele no le pareció tan uena la idea pese a que la castaña era el alma de las fiestas por el luto de un año de su novio; pero las chicas la convenieron y le rogaron, hasta que por fin la castaña accedió, con tal de olvidar las penas, ya que después de todo su filosofía era de vivir cada momento como si fuese el último, y así lo haría.

Las tres estaban cantando y bailando canciones alocadas de discoteca, que el que guiaba el tren estaban tan enojado e histérico, inclusive hasta envió a unos de sus empleados para que se cayaran; pero las tres no se iban a callar ni dejarían de bailar por nada del mundo. Éste iba a ser la mejor fiesta, y se estaban preparando a fuego para bailar desde el reggueatón, que era un antiguo tipo de música del siglo XXI, hasta música electrónica toda la noche; pero también para beber mucha Cosmopolitan y Tequila, y hasta para hacer varios remixes, cantar con el DJ, pero sobre todo conocer a Skrillez en persona, lo cual sería el sueño alocado delas tres chicas. En fin, las chicas y el bendito chofer de tren estaban locos por llegar al Distrito Uno; pero por diferentes razones. La rubia (Kat), la pelirroja (Alice) y la castaña (Electra) quería llegar para el corciento de Skillez, y el chofer para no tener que soportarlas a éstas tres lunáticas. Entonces por fin el tren se detuvo en la estación, y desde la ventana se veía a otra rubia, pero con el pelo mas platino. -¡Bien, fuera del tren mocosas insolentes!¡Ya llegaron a su destino!- musitó con humo en su cabeza el chofer y las tres chicas salieron risueñas del tren. Y después se encontraron con Rubby, la prima de Kat, que por cierto era la chica del pelo platino.

Cuando por fin entraron la buena música comenzó a escuchar por todos los rincones de las discotecas. -¡Si, a bailar hasta que amanezca!-gritó Electra mientras que sus caderas se movían al ritmo de los remixes del músico. Bailaba y cantaba sin parar como si fuese lo último que ocurría. Pero a los treinta minutos se cansó un poco. - Chicas, me tengo que descansar un rato. Oy a beber una Cosmopolitan. les dijo a sus amigas, y se sentó en una barca amarilla, que hacía referencia al Distrito Cuatro. Fue entonces que lo vio. Sus ojos negros, su cabellera azabache y sus vestimentas negras y sexies, era Skrillez en persona, llevándolo en plancha por un público emocionado, hasta que lo aterrizaron al lado de la castaña. Entonces con un cigarro en la mano el cantante le habló a la castaña, que en éstos momentos se estaba saboreando la bebida alcohólica con mucho deleite. Y al hacerlo, la castaña viró su cara para contemplarlo, y al verlo se quedó atónita, y con los ojos llenos de emoción. -¿Vos eres, vos eres.... Ahhhhhhhhhhhhh!- gritó de la emoción, quedándose sin palabras y brincando alegremente como loca.

Fiestas más locas había pisado mi conciencia y mi corazón, pero no había nada que una en mi distrito donde la mitad de gente conocía mi presencia como antiguo cantante en un grupo con amigos que desgraciadamente se habían alejado de mi y la otra mitad... bueno, solo se intentaban lanzar a mi cuello para conseguir una foto conmigo, aunque algunas chicas intentaban algo más. Si, bueno, he de reconocer que yo también era un chico movido por la fiesta, un hombre de caña dura y que se dejaba llevar enseguida, aunque, como siempre, mi altura hacía risa... pero mi cuerpo espanto y asombro y, la mitad de mujeres de todos los distritos altos, morían por ver a Skrillex sin camiseta en algún concierto. Conciertos, playas, discotecas... tantas cosas donde había acudido que mi fama subió como la espuma en unos cuatro años, desde que empecé como DJ novato hasta llegar a manejar el Dubstep. Yo no venía a mis conciertos más que hacer música, no ha hacer caras bonitas ni ser el mejor. La música era mi pasión y la melomanía era mi enfermedad -a parte del tabaco y el alcohol- y todo se ha dicho.

Aquella barca que se despleazaba como si estuviese en un oleaje representaba bastante bien a sus dueños, los cuales firmaron en la barca y pusieron en grande: "District 4" y el nombre de un chico, del cual sería el propietario, pero en el lado derceho ponía que era para mi de la parte de esos chicos, así que solo sonreí y, cogiéndome con mi mano derecha a ese lado al notar como las manos nos llevaban más cerca del escenario, observé el grito de la chica y sonreí levemente. Muchas mujeres hacían esa reacción cuando hablaban con sus estrellas. ¡Hasta a mi me pasaba de pequeño con mi cantante favorito del Capitolio! Y, claro, ¿quién no se pondría eufórico con tanta fiesta y alcohol? La chica parecía feliz, brincando en la barca, observando ese traje corto.. y, claro, ya se me iban los ojos de mis órbitas, dándole otra calada a mi cigarro.

- ¡¿TE GUSTA LA FIESTA, PRECIOSA?! -Le pregunté, intentando desplazarme a su lado, consiguiéndolo y quedando de frente hacía el escenario. Poco a poco nos íbamos acercando a la parte del escenario, donde tendríamos que ser subidos por los de seguridad, los cuales ya estaban preparados para ello. Mire a la chica y, con una sonrisa, soplé el humo de mi tabaco a otro lado y le susurré al oído, acto después.- Tu serás mi invitada en el escenario, porque veo que llevas el Backstage. -Dije, observando su tarjeta que colgaba del cuello. De pronto, me puse de pie en aquella balsa y, sabiendo el momento donde iba a dar el subidón la canción de Alex que mejoraba basada en la canción de "Rock n' roll", grité.- DROP THE BASS! -Y todo el mundo me siguió el grito, bailando y llevándonos a la chica y a mi, la cual miré con una sonrisa y le guiñé un ojo cuando lleguemos. Le agarré de la mano y, empujando de ella, hice que subiese primero para después yo quedar en la balsa y, empujandola al escenario, me tumbe en esta.- FUCK OFF, ¡YO ME QUEDO EN LA BALSA, YEAH! ¡QUE IMPROVISE ELLA, ALEX! -Y me empece a reír, mientras la gente me balanceaba en la barca que estaba pegada al escenario pero sin llegar a estar tan cerca, a unos metros, pues estaban las vayas donde no podía pasar la gente tan cerca.

Jamás en su vida en el Distrito Tres había una fuesta locada como la que había en el día de hoy. Y eso a que la castaña y sus dos mejores amigas eran muy conocidas por improvisar pequeñas fiesta, pero jo al nivel acado y desenfrenado como la iesta en que en éstos momentos la chica estaba. Pero lo mejor estaba por venir, y era que la suertuda estaba en frente de su ídolo favorito, sin importar que tenía la tarjeta VIP o no. Tenía ganas de desmayarse, gritar como loca, y hasta llorar de la emoción, pero tan solo gritaba como colegiada viendo a su cantante favorito, lo cual era comprensible puesto a que tan solo era una colegiada aún, y mas con el nivel de alcohol que tenía en su sangre por tanta Cosmopolitan que se metió.

-¡No me gusta la fiesta, me encanta! ¡Éste es el mejor conierto del mundo! ¡Y yo quiero que todo el mundo lo sepa! ¡Siiiii!- gritaba Ele mientras que brincaba y bailaba en la balsa al ritmo de las olas del Fistrito cuatro, aunque tan solo eran las manos de los señores de abajo de la balsa que movían la balsa como si fuesen las olas del mar. Fue entonces que Skillez invitó a la chica a pasar en el escenario, mientras que los ojos de la chica se pusieron como órbitas al escuchar la palabra escenario. -¡¿Yo, en el escenario con voz?! ¿En vivo, cantanto, haciendo remixes y bailando frente a todo ese público coocedor de vuestra música? ¡Siii no lo puedo creer lo que me estaba pasando en el día de hoy, pero si!- exclamó emocionada la chica guiñandole también a él. Entonces buscó con la mirada a sus amigas, y las vió desde lejos a sus ellas gritando como locas de la emoción por el destino de Ele mientras saludaban y pestañaban a la chica.

Cuando la barca llegó al escenario Ele le dió la mano a él y se subió al escenario. Entonces él se quedó enla balsa y le pidió a Alex que la castaña improvisara. Entonces Alex, el DJ oficial y el mejor amigo de Skillez le enseñó el lugar donde hacía los mejores remixes. El Dj le dió el micrófono, y Ele sabía que hacer. -¡Buenas noches Distrito Uno!- gritó a todo pulmön Ele mientras que el público comenzó a gritar y aplaudir. -¿Quien quiere mover el bote?- gritó otra vez mientras que el públio coreaba yo. -¿No los oigo? ¡Con mas emoción!- gritó la chica y todosrespondieron yo con mas furor y energía. -¡Bien, prepàrense todo el mundo que vamos a bailar!- gritó y la chica tomó un disco y lo comenzó a moverlo como los DJ.

Fiestas tan locas, llenas de gente bailando con sus manos arriba, gritando y cantando la poca letra que tenían mis canciones, mientras se echaban fotos entre sí o a mi al escenario o cuando bajaba a hacer el payaso, dejando a alguno de los de mi Discográfica componer su creatividad en mi sintetizadora de marca del Capitolio, exclusiva, y el ordenador portatil... menos mis cascos, los cuales llevaba desde que tenía veinte años y aun me duraban de la buena marca, ya que eran de buena fabricación. Los auriculares y mi música era lo que nadie nunca me podría quitar... ni yo mismo. Sí, nadie, pues ya lo intenté dejar, abandonando el grupo donde era cantante principal cuando tenía dieciocho años, con un aspecto más emo y el pelo más marrón y corto, con ropajes más punk. La música, aunque yo a veces pensase que no, era todo lo que necesitaba a mi alrededor... y todo lo que me hacía ser como soy, ser verdaderamente quien debería ser: Skrillex, aquel hombre que, pese a ser bajito y fumador, daba todo por sus fans y por todo el mundo.

Me tumbé en aquella barca y, dejando la chica en el escenario, disfruté de como la gente me balanceaba mientras un chico sin camiseta se intentaba subir y, al lograrlo gracias a mi ayuda, este me miró con una sonrisa amplia, pero yo se lo devolví quitándole su vaso de plástico que parecía tener vodka del bueno y, tirándo el humo a un lado, observé al chico de arriba abajo mientras le daba el trago entero. La cara del chico de indignación y emoción fue tan graciosa que hizo que casi escupiese el vodka de golpe, pero solo me levanté de la barca y, entregándole el vaso vacío, le di dos leves bofetadas en su mejilla derecha y un beso en la frente (teniéndome que poner de puntillas al ser el bajito) y, con las mismas, di un salto para bajar al suelo, quedándome rodeado de chios y chicas de todo tipo que me miraban y bailaban. Muchos se acercaban a echarme fotos y yo posaba para ellas, con el cigarro en mi boca, mientras abrazaba a unas cuantas chicas y les sonreía, hablándoles por encima de la voz de la chica, quien gritaba como eufórica, recorriendo el escenario, por delante de las mesas de DJ y los sintetizadores, animando al público. Quería ir hacía allí, ir con ellos, pues ese era mi lugar, pero yo iba corriendo, haciéndome paso, bailando.. vamos, siendo yo mismo.
Llegué cuando Alex ya había colocado "The Reason", uno de mis últimos EPS con solo tres canciones; tiempo de bajones y poca inspiración que hacía que combinase "Fucking Die" y "Scary Monster and nice sprities".
Subí al escenario pasando por debajo de las vayas que los invitados al concierto no podían pasar, pero topé las vayas al no caber por debajo. Todos me miraron y, colocando las vayas, acabé de pie con las manos en alto, mirándo al público, y riéndome. "Yo no he sido", esa parecía mi expresión.
Miré hacía arriba, al escenario, con cara de cachorrito a unos de seguridad y le grité.

- ¡SÚBEME, QUE NO LLEGO! -Y, acto seguido, alcé mis manos para que me subiese. Di un salto y, agarrándome a las manos del securata, me ayudaron a subir hasta él que llevaba un foco.- ¡GRACIAS, PEÑA!

Ya estaba en el escenario y veía la emoción que desprendía la canción de "The Reason" bailada y cantada, repitiendo solo esa canción, mientras Alex la mejoraba a su antojo. "Si estuviese aquí Joel, si que sabría improvisar", pensé con una sonrisa mientras me echaba a la chica, cogiendo otro micrófono que me dieron. Me puse a su lado, en la parte derecha del escenario, y, rodeándola mi brazo en sus hombros, me puse a dar saltos con ellas, cantando esa frase que nunca acababa.

Todo era emoción, todo era fiesta... todo era Skrillex y mi distrito de origen.

Off: Lamento, lamento por tardarme contigo. Tenía varias cosas pendientes.

On:

El baile, el ritmo, la música y el furor de la misma hacía sentir a la muchacha tanta emoción, que tan solo deseaba que esto durara para siempre. Pero como sabía que eso no era vierto y que debía de volver dentro de cuatro horas al tren, iba a disfrutar de éste momento como si fuese el último. Luego de colocar el disco y hacer algunos sonidos con el mismo, tomó su copa de Cosmopolitan que tenía todo el trayecto en sus manos, luego alzó la copa como brindis. -¡Bien Distrito Uno, un brindis por vosotros y por éste espectacular concierto! ¡Salud!- gritó mientras bebía los últimos sorbos de su bebida alcohólica y luego saltó alegremente en el escenario como una cantante de rock. Y justo cuando puso la música y saltó la chica la locura, el baile, los besos apasionados de las parejas, el alcohol y el canto comenzó con más furor todavía.

Entonces varias cosas ocurrieron en éstos momentos. Primero un chico alocado salió sin camisa desde las vayas tratando de subir el escenario con una copa de plástico con vodka en sus manos. Ese muchacho fue subido con la ayuda de Skillex y al darle las gracias el muchacho hizo una mueca que casi provocó que escupiese el alcohol. Y segundo fue finalmente la salida de Skillex de la barca. Al hacerlo él le dio dos cachetadas en la mejilla derecha al chico sin camisa y luego un beso en la frente. Fue tan graciosa la escena que Ele se rió un poco, pero volvió a seguir con la excelente música mientras que se inventaba nuevos remixes para la canción The Reason. Luego de eso Skillex se cayó de las vayas tratándo de cruzar, pero luego se rió diciendo su expresión favorita. La castaña admiró la forma en que se levantó sin importar la caída y la forma en que siguió con la fiesta alocada. Le guiñó el ojo de lejos mientras hacía otros remixes. Y luego él pidió a los guardias a subirlo en el escenario. Los guardias accedieron y lo ayudaron. Finalmente cuando Skillex se le acercó Ele se puso colorada al mirarlo. La castaña le pareció atractivo, y le estaba coguiéndole cariño. Y mientras ambos cantaban y saltaban, la chica otra vez gritó. -Bien, ¿qué les parece si hacemos una nueva canción?- preguntó mientras tomaba un viejo cd y se escuchó una vieja canción, pero la chica utilizó sus manos para hacer nuevos remixes.

Canción:

Esta era una de las mejores fiestas en todo mi distrito, aunque fuese una de las miles que hiciese. Esta sería la última de mi gira por todos los distritos altos y medios, de ascensión ascendente a descendente y después volver a empezar desde el distrito siete hasta a mi distrito, pasando por un concierto benéfico... donde no quería encontrarme con mi destino y la verdad de mi vida me hizo una jugada. Sí, al final me encontré con mi pasado y ese día se vino abajo al ver llorar a aquella rubia la cual seguía amando y no me olvidaba nunca. ¡Ni en este momento podía olvidarme de Taylor, la preciosa cantante de voz angelical que llevé al espectáculo! ¿Quién se podría olvidar del primer amor? Tan traicionero, tan verdadero... tan pasajero.

La emoción de estar en el escenario, de nuevo, me hizo olvidar todas las penas causadas dentro de mi, olvidarlo todo. Ya no existía en mi mente más que la música, los chillidos de los fans, los flashes y la afortunada de la chica castaña y mirada jade que estaba en el escenario. Esta parecía divertirse a mi lado y yo, asintiendo mientras tomaba mi Bacardi el cual me habían pasado, rodee con mi brazo derecho la cadera de la chica y le di el visto bueno que la chica colocase ese disco que le alcanzaron de no sé donde y lo colocase en mi cabina negra con altavoces negros y todo lleno luces y fiesta, sobretodo fiesta.
Le di un sorbo a la copa y, mientras empezaba a pichar el disco y mejorarle ampliamente sus módulos con la mesa de mezclas, saltaba y disfrutaba con la chica a mi lado, esta vez, cogiéndola de la mano. Me colocaron un micrófono inalámbrico para poder hablar y, cuando lo hicieron, teniendo que dejar de saltar y disfrutar por un momento, pero sin dejar la tabla de mezclas, pude gritar como me sentía.

- ¡DISTRITO, VAMOS A SEGUIR CON LA FIESTAAAAAA! -Grité con emoción mientras saltaba y seguía con la mesa de mezclas, al lado de la chica. Miré a esta unos segundos y, sin dudarlo, me lancé a darle un beso en sus labios, solo un pico de unos segundos, y volví mi mirada al público el cual aplaudía... y otros no tanto.- ¡VAMOS, JODER, QUE ESTAMOS DE FIESTA! ¡UN APLAUSO PARA ESTA BELLA CHICA! -Dije, sin saber el nombre de la chica, cuando ya acababa la canción, cogiéndola de la mano y alzándola. La abracé unos segundos para darme tiempo a decir.- Luego te invito a una copa cuando termine mi turno en el concierto. -Y, cuando me separé, caminé con esta para salir de la cabina, delante del escenario, donde todos gritaban y me tiraban de todo. Yo solo prestaba atención al escenario y la chica y todo el mundo, tanto ella como yo, sabía que iba a pasar. Con un beso en la frente y cuando Zedd cogió la canción de "Scary Monster and nice Sprites", la empujé hacía el escenario y corrí otra vez hacía la cabina, poniéndome al lado de mi mejor amigo y buen DJ (Zedd) para seguir mi racha en solitario, viendo como aquella chica era arrastrada por la marea de fans y todos se divertían.- ¡C'MON, DISTRITO UNO! DROP THE BASS! ¡QUE NO PARE LA FIESTA!

Y la fiesta no paró... por ahora.