Primer encuentro... || Faye

por **Wayne V. Eaton** Mar Mayo 21, 2013 12:06 pm

-Vamos, no creo que me elijan-
-Siempre está la posibilidad…-
-No pasará nada-

Desperté con el sonido de un cañón, eran las 4:00 am… un sueño, uno de los recurrentes y de los que mas me atormentaban. Había visto nuevamente a Michael justo antes de la cosecha en que había sido elegido tributo. Michael Daugherty, hijo mayor de una de las familias más importantes del distrito y a quien había conocido desde la infancia. Incluso después de la traición de mi hermano mayor y de alejarme de mi familia, nunca había cortado lazos con él ya que nos llevábamos muy bien.

El día de esa cosecha fue el último día que lo vi en persona, ya que falleció en la arena. El sonido del cañón, la primera vez que ese sonido que anunciaba la muerte de un tributo hacía eco y tenía importancia en mí fue cuando lo vi caer en aquella arena.

Después de eso, mi resolución por convertirme en un tributo fuerte y salir victorioso aumentó, ya que no solo era en mí en quien pensaba. Por eso mismo un año después de su participación me presenté voluntario y de ahí ya todo fue historia.

En la actualidad no tengo mucho contacto con la familia de Michael, ya que en sí nunca lo tuve en realidad; solo los conocía de nombre y rostro, los saludaba y ellos a mí si nos encontrábamos pero nada más. Pero estaba al tanto de que él tenía dos hermanas menores en edad de tributar lo cual, en mi condición de mentor y de amigo de Michael me hacía querer ayudarlas.

Así pues, ya que no había logrado conciliar el sueño y que era la cuarta noche seguida en que no lo lograba, simplemente me resigné y me dirigí a la cocina a tomar un ligero desayuno mientras esperaba a que amaneciera por completo y se hiciera la hora en que abren la zona de entrenamiento, iba todos los días observando los entrenamientos y esperando a ver si me encontraba con alguna de ellas. Pensé en que el sueño que había tenido sería alguna clase de señal, de que hoy me encontraría con ellas.

Una vez que se hizo la hora salí y al llegar a la zona de entrenamiento me puse a observar lo que otros chicos y chicas hacían; unos incluso esperaban su turno para ponerse a prueba y conseguir una evaluación, pero no vi a ninguna de las hermanas Daugherty. Después de un rato comencé a sentirme mareado, los días sin descanso habían causado efecto en mí, así que decidí salir un rato a tomar aire, no quería mostrar debilidad en frente de todos los chicos que entrenaban. –¿Me hiciste perder el sueño por eso Daugherty?- Murmuré en broma mientras salía.

Fue entonces que vi en la entrada a una chica pelirroja, no se le veía entusiasmada mucho menos comprometida con la idea de entrar a entrenar, o al menos esa fue la primera impresión que causó en mí. –Si no tienes la disciplina para esto, será mejor que no te molestes, no son muy amables por aquí ¿sabes?- Dije seriamente sin levantar del todo la mirada, entonces seguí mi camino, el mareo se intensificaba así que o pude evitar detenerme y recargarme sobre la pared para recuperar el equilibrio.

por **Faye B. Daugherty** Mar Mayo 21, 2013 11:31 pm

Me mantuve unas dos o tres horas en mi habitación a oscuras, me sentía de alguna manera protegida o tal vez era solo que me sentía escondida en la oscuridad u oculta, hubiera deseado no tener que salir aquel día... era día de entrenamiento. Solían ser mucho más intensos cuando se acercaban los juegos y con un Vasallaje se ponían como locos, nos entrenaban mucho más y por lo general los demás se esforzaban mucho más incluyendo hasta mi hermana, lo cual odiaba aunque sería incluso peor tener que esforzarme por lo que prefería dejarle a ella la emoción por todas aquellas presentaciones de circo que hacían para poder tener un buen rango, tampoco es que fueran muy importantes. -¿A quién engaño?-. No pude evitar recriminarme a mí misma después de haber dado una de las peores presentaciones en la historia del distrito, pero sabía perfectamente que no me iría bien, tal vez pude haberme esforzado un poco más pero no me pareció necesario y aún seguía sin tener gran importancia para mí a veces solo me traía peores recuerdos de Michael en la Arena y era difícil de superar. Me quedé sentada e mi cama todo el rato, solo yo y mis pensamientos sin embargo que pronto se despertaran mis padres y mi hermana me hizo pensar que sería hora de salir, otro día patético que debería sobrevivir.

Tardé mucho aquella mañana para hacer lo necesario para salir de casa, el desayuno me tomó horas y el baño también, no dudé en probarme varias ropas antes de salir aunque sería lo mismo pues nos darían nuestro uniforme ridículo y todo ello, lo hacía en gran parte para molestar a su hermana menor, uno de los pocos gustos que se podía dar durante esos días y además por querer retrasar la humillación cuanto fuese posible.

Durante el camino iba a paso lento, mi hermana me repasó por varios metros sin darle mucha importancia a aquello, ese día en particular parecía no darle importancia a mucho. Di un leve suspiro antes de ingresar al edificio, bastante elegante y a la vez muy oscuro y aterrador para alguien como yo, me tomé en realidad un par de minutos para entrar, en un principio me quedé algo paralizada por el simple hecho de empezar con todo aquello de nuevo, estaba de hecho bastante ensimismada con mis propios pensamientos que intentaban calmarme hasta que escuché hablar a alguien... de hecho solo le presté atención porque había dicho mi apellido y pensé que se refería a mí pero no era así, hablaba consigo mismo de hecho y eso me sorprendió pues no había ningún otro Daugherty por lo que no era mi familia. En cuanto se puso de pie fingí no haber escuchado nada y entonces caí en la cuenta de que era Eaton, el mentor y compañero de mi hermano, lo reconocía pues en un principio odié que algún profesional no se presentara en su lugar y eso lo incluía a él, pero no podía odiar a todas las personas. Lo que había dicho no tenía mucho sentido pero me avergonzaba bastante tener que pasar por su lado y no sabía porqué, por suerte él parecía no tener idea de quien era yo. Incluso me habló como si fuera una chiquilla más del montón, eso no me molestó, solo me dediqué a mostrarle una cara de incomodidad para dar a entender que nunca me interesaría por algún entrenamiento y solo esperaba seguir con vida un año más para poder superar los juegos.

No me preocupé por nada en aquel momento pero luego por instinto decidí voltear la mirada, solo para asegurarme de que no supiera quien era o simplemente porque quería hacerlo, no sabía el verdadero porque pero fue algo completamente de imprevisto. Lo vi recargado contra la pared, no lucía para nada bien y eso me asustaba, no sabía de muchas razones por las que un mentor debía estar tan descuidado. No pude evitar acercarme, cada acción que realizaba desde que había salido de casa era un instinto que no podía evitar, cuando estuve lo suficientemente cerca mi mano se apoyó en su hombro con suavidad tratando de no hacer mucho ruido -¿Es... estás bien?- pregunté confundida, tratando de evitar algún contacto visual -¿Wayne?- me había tomado la libertad de llamarlo por su nombre, tal vez sería porque mi hermano también lo hizo tiempo atrás.

por **Wayne V. Eaton** Miér Mayo 22, 2013 12:36 am

Este estúpido insomnio había estado atacándome desde que había regresado de la arena, eran escasos los días en que podía dormir más de 5 horas, lo cual era obvio que afectaría mi salud. Había asistido al médico pero esa condición era más psicológica que física y aunque había probado el tomar pastillas para dormir, las dejaba con el tiempo ya que me hacían lento y distraído cosa que no quería, aunado a los efectos secundarios estaba el hecho de que ese tipo de medicamentos provocaban adicciones y no quería caer en la misma debilidad que mis padres. Por lo tanto viendo el lado positivo de mi situación, usaba mis horas extra de otras formas; pensando métodos de entrenamiento, conociendo a los patrocinadores o simplemente leyendo lo que me encontraba aun si el material de lectura simplemente no era de mi interés, pero prefería eso, el estar ocupado me alejaba de mis pensamientos más profundos que estaban llenos de rencores y culpas que no quería enfrentar en esos momentos.

Sin embargo las migrañas y mareos eran cada vez más frecuentes y aunque mi condición física en general no era mala, muchas veces esos efectos eran tan fuertes que simplemente no podía ocultarlos, y esa mañana que había comenzado con aquel sueño era una de esas veces en que no tenía la fuerza suficiente. Cerré los ojos e inhalaba y exhalaba con grandes bocanadas de aire, intentaba adquirir nuevamente el balance suficiente para ponerme en pie sin apoyo. Repentinamente pude sentir en mi hombro el suave toque de alguien que entonces pronunció mi nombre. ¿Cuándo había sido la última vez que había escuchado mi propio nombre de esa forma? No lo recordaba.

No pude evitar sorprenderme, abrí mis ojos súbitamente y cerca de mí estaba esa chica que me había encontrado antes de salir. Ahora que estaba tan cerca pude darme cuenta de quién era, la hermana de Michael, Faye. Por instinto di un paso hacia un lado tratando de alargar la distancia entre nosotros. –Estoy bien…- No estaba seguro si era la primera vez que alguien me veía de esta manera, se le veía confundida. Ahora la persona que buscaba estaba enfrente de mí, pero nuestro encuentro no había sido como lo tenía en mente, no sabía cómo continuar la conversación, cómo exponerle lo que tenía en mente, quería brindarle mi ayuda pero no sabía cómo dársela. – Faye… Daugherty, es tu nombre ¿cierto?- Intenté recuperar un tono de conversación normal, la sensación de vértigo había pasado por lo que me incorporé completamente y la miré de frente. –Te había estado buscando. Disculpa por hablarte de esa manera hace un rato- Dije con voz suave -Es solo que... tengo que animarlos, la cosecha se acerca y no podemos quedarnos atrás. – Dije ya más seriamente, mis rasgos eran nuevamente las habituales: la mirada severa, la postura rígida, la voz sobria…

por **Faye B. Daugherty** Jue Mayo 23, 2013 10:27 pm

El cambio de distancia me fue algo brusco pero lo entendía, para empezar porque debía ser una completa extraña para él y también porque no debía estar acostumbrado a aquella clase de cercanía entre las personas a no ser que él mismo lo pidiese, me arrepentí rápidamente de lo que había hecho pero no había vuelta atrás. Aún a pesar de que todo ello se pasaba por mi mente prestaba atención, poniendo una cara de desconfianza en el momento en el que había dicho que estaba bien puesto que nadie que esté bien va por ahí tumbándose en las paredes y él no estaba ebrio por lo que estaba segura de que algo no andaba bien, y a pesar de que no fuese de mis asuntos me sentía en la obligación de ayudar, probablemente por el hecho de que fuese mentor y todo aquello.

¿mi nombre? ¿Cómo diablos sabía mi nombre? Bueno eso más o menos lo entendía pero ¿lo recordaba? -¿Me buscabas?- pregunté algo incómoda con aquella idea, -¿Por qué?- en ese momento estaba más confundida que unos minutos antes, aún peor con la disculpa, ¿a qué venía todo esto? ...Habían pasado años desde que no cruzaba palabras con él, de hecho nunca lo había hecho realmente y de manera tan larga y "profunda" por así decirlo. -No tienes que disculparte, está bien. Entiendo. Es la cosecha después de todo.- admití, tragándome las ganas de decir que no me importaba en lo absoluto la maldita cosecha y me parecían lo más horrible que existía como a cualquiera, o al menos cualquiera que no disfrutara de ver morir gente o asesinarla con sus propios métodos. Rodé los ojos y me concentré en saber por qué me buscaba sin dejar de pensar aún en mi gran odio hacia todo lo relacionado a tributar, solo necesitaba un año más y sería libre y seguiría viva lo cual era lo más importante. Su semblante serio me distraía, me ponía nerviosa y cohibida porque a pesar de todo era el mentor y estaba a solas con él y además él no parecía bien del todo, por más que decía lo contrario -Creo que estás cometiendo un error. No creo que me busques a mí.- negué con mi cabeza repetidas veces como si no le creyera del todo, me repetía a mí misma que no debía estar nerviosa pero me sentía la menos preparada y capaz para afrontar algo como los juegos pero tener que admitirlo frente al mentor del 04 me hacía sentir mucho peor.

por **Wayne V. Eaton** Vie Mayo 24, 2013 12:02 am

Mi mente rebuscaba las palabras para comunicarme con ella, estaba en una situación extraña ya que si bien era obvio que me conocía, quizá no recordaba la cercanía que llegué a tener con su hermano, ya que en sí era solo con él con quien convivía, con el resto de la familia era un trato más bien de conocidos pero nada más, pero ahora estaba yo queriendo ayudarlos después de los años que habían pasado. Tal vez era que me remordía la conciencia, porque si me iba a presentar voluntario de todas formas, ¿por qué no hacerlo cuando él fue elegido tributo? Se hubiera salvado, probablemente su familia tenía algún rencor conmigo por eso, no los culparía. Pero quería enmendarme… Y por eso ahí estaba, con la ahora hermana mayor de la familia sin saber qué decirle.

-Sí, la cosecha… por eso mismo te buscaba. – Comencé a exponer lo que tenía pensado. –Seguramente recordarás que Michael y yo, solíamos ser amigos antes de su participación en los juegos… – Bajé un poco la mirada y por un instante tuve ese recuerdo que me había robado el sueño en la madrugada. – Sé que aún está la posibilidad de que resultes elegida tributo y me siento en deuda con tu hermano… - Pausaba mis palabras, me interesaba que el distrito tuviera los mejores tributos de todo Panem, que resultáramos victoriosos en cada juego; en general mis pensamientos eran iguales para todos ellos, pero con ella era diferente, sentía una obligación más profunda, la cual era llevada principalmente por la culpa. –Así que, he pensado en ofrecer mi ayuda, para que si en caso de que tú o tu hermana resulten elegidas, tengan las mejores oportunidades y puedan regresar a casa. – Probablemente no creyera lo que le estaba diciendo, incluso a mí se me hacía increíble lo que había decidido hacer, pero no podía dejar de pensar en ello. Si bien podía recordar una traición y no olvidarla en toda mi vida, lo mismo ocurría con las personas que me ayudaban, me sentía en la obligación de devolver la ayuda y ahora que no estaba él aquí para hacerlo, su familia sí, y no podía pensar en otra mejor manera de resarcir esa sensación de deuda que contribuir a que ellas tuvieran todo lo mejor para poder ganar.