Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
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Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Ah, ¿qué día era hoy? No tenía ni la más mínima idea sobre ello, y tampoco es como si me tuviera tan preocupada el saberlo. Mi andar era... cantarino, por describirlo de algún modo, permitiendo que mi cabello castaño se ondeara a cada paso que daba. Podría decirse que estaba feliz, hasta el momento no me había topado con alguna molestia que me nublara este día. Mi humor estaba intacto, ¿de qué podría quejarme?
Seguí caminando, no podía destacar mucho con el ropaje tan sencillo que llevaba puesto ya que lo extravagante por hoy no me apetecía llevarlo. Es más, hasta podría comparar mi atuendo con las ridículas cosas que Kira solía llevar puestas para trabajar. A que es triste, ¿no es así? Sentí como un ligero golpe de viento llegaba a mi espalda, que estaba descubierta de la parte baja todo porque la blusa la traía mal acomodada. Hasta podría apostar que desde esa vista se vería parte del tatuaje que me hice hace tiempo.
Bah, pequeñeces. Todavía me quedaba un trayecto para llegar a lo que llamaba casa... aunque ya no la sentía como tal, no desde que madre nos había 'abandonado' de acuerdo a lo que nuestra hermana nos había contado aquél día. Supongo que desde aquél instante toda pequeña luz de confianza que le tenía se desvaneció ya que contadas eran las ocasiones en las que me acercaba a ella para contarle algo, desde a donde había ido, con quien había estado o todo lo que hice en el día.
Hubiera continuado con mis pensamientos centrados en eso, pero un golpe a un costado hizo que perdiera la línea de toda idea. Volteé a mirar al sujeto con el ceño completamente fruncido - ¿Acaso eres ciego? ¡Fíjate por donde vas, idiota! - carajo, y tan bien que iba yo con el humor radiante. El pobre infeliz pidió disculpas, pero yo sólo las ignoré con tan solo chasquear la lengua.
Tras unos minutos me encontré a las puertas de nuestro hogar, y me detuve ahí. Miré a mis alrededores y de una bolsa que llevaba colgada al hombro saqué un paquete de chocolates que me habían regalado en mi visita previa a una conocida tienda dentro del Capitolio. Tomé uno y me lo llevé a la boca. Si alguien me lo preguntara, podría afirmar que dichos manajares eran mi placer culpable.
Guardé el paquete de nuevo en la bolsa, entré a la casa y me asomé hacia uno de los pasillos, de momento no había nadie a la vista. Por ello mismo, me dirigí a la sala y me tiré en uno de los sillones que formaban parte de la decoración, hasta podría decir que andaba desparramada. Echando un último vistazo al alrededor y al corroborar que aún no había nadie, volví a sacar mi paquete y en automático sonreí. Metí la mano y saqué otro chocolate para llevármelo a la boca.
- Mhm... esto es vida - me dije a mi misma. Tranquilidad, chocolates, ¿qué más puedo pedir?
Seguí caminando, no podía destacar mucho con el ropaje tan sencillo que llevaba puesto ya que lo extravagante por hoy no me apetecía llevarlo. Es más, hasta podría comparar mi atuendo con las ridículas cosas que Kira solía llevar puestas para trabajar. A que es triste, ¿no es así? Sentí como un ligero golpe de viento llegaba a mi espalda, que estaba descubierta de la parte baja todo porque la blusa la traía mal acomodada. Hasta podría apostar que desde esa vista se vería parte del tatuaje que me hice hace tiempo.
Bah, pequeñeces. Todavía me quedaba un trayecto para llegar a lo que llamaba casa... aunque ya no la sentía como tal, no desde que madre nos había 'abandonado' de acuerdo a lo que nuestra hermana nos había contado aquél día. Supongo que desde aquél instante toda pequeña luz de confianza que le tenía se desvaneció ya que contadas eran las ocasiones en las que me acercaba a ella para contarle algo, desde a donde había ido, con quien había estado o todo lo que hice en el día.
Hubiera continuado con mis pensamientos centrados en eso, pero un golpe a un costado hizo que perdiera la línea de toda idea. Volteé a mirar al sujeto con el ceño completamente fruncido - ¿Acaso eres ciego? ¡Fíjate por donde vas, idiota! - carajo, y tan bien que iba yo con el humor radiante. El pobre infeliz pidió disculpas, pero yo sólo las ignoré con tan solo chasquear la lengua.
Tras unos minutos me encontré a las puertas de nuestro hogar, y me detuve ahí. Miré a mis alrededores y de una bolsa que llevaba colgada al hombro saqué un paquete de chocolates que me habían regalado en mi visita previa a una conocida tienda dentro del Capitolio. Tomé uno y me lo llevé a la boca. Si alguien me lo preguntara, podría afirmar que dichos manajares eran mi placer culpable.
Guardé el paquete de nuevo en la bolsa, entré a la casa y me asomé hacia uno de los pasillos, de momento no había nadie a la vista. Por ello mismo, me dirigí a la sala y me tiré en uno de los sillones que formaban parte de la decoración, hasta podría decir que andaba desparramada. Echando un último vistazo al alrededor y al corroborar que aún no había nadie, volví a sacar mi paquete y en automático sonreí. Metí la mano y saqué otro chocolate para llevármelo a la boca.
- Mhm... esto es vida - me dije a mi misma. Tranquilidad, chocolates, ¿qué más puedo pedir?
Nahla M. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Llegué a casa completamente exhausta, tantos incompetentes en la guardia real y para el colmo todos eran aprendices. « Se paciente Kira... » Es lo que me decía a mi misma cada día, pero no podía cumplirlo, no por que cada que llegaba a sus supuestos "lugares de trabajo" estaba o dormidos, o dejando que el tiempo se desperdiciase en la "hora del almuerzo" o estupideces similares. Cosas sin importancia las cuales mi padre me había enseñado que solo eran excusas tontas que usaban los "nuevos" para evadir sus responsabilidades.
Quizás por ello era odiada por muchos en el trabajo, pero era algo que no me importaba, pues si estaban en ese puesto era por que tenían un entrenamiento y un régimen completamente firme para acatar ordenes y hacer sus trabajos como deben ser. — Y no perder el tiempo como lo hacen esos bastardos. — Mencioné con algo de enojó mientras caminaba hacia la casa con las compras de él día de hoy.
Tenía las manos repletas de bolsas de papel y unas cuantas colgaban con asas plásticas de mis antebrazos, pues tenía esa costumbre de ser la responsable de la casa, llevar los alimentos a la mesa al igual de encargarme de las necesidades de mis hermanos, aunque sabía claro que eran ya grandes de edad... Pero no podía simplemente dejarlos... No se, admito que aveces me sentía culpable de lo que cada uno pasó en su tiempo cuando "ella" tuvo que "abandonarlos" por ordenes mías y de los altos rangos en Panem.
Se que quizás ellos tratan de ocultarme cosas y yo no trato de indagar más allá pero también es cierto que sufrieron cuando se fue y parte de ello lo sé por Nahla, la única que se atrevió a decirme lo que sentía en su tiempo... La única que me hizo dudar en algún momento de mi ideología, pero sin lograr algo más que solo darme cuenta del gran daño que cause. ¿Pero qué podía hacer, solo dejar que una celda revolucionara explotara en mi casa y enjuiciaran no solo a mi madre si no a mis tres hermanos? No, creo que mi respuesta fue deja que uno muriera por los demás en vez de dejar que todos cayeran en el hoyo... Eso le decía a mi madre cada que la visitaba pero... Ella aún no me veía, a pesar de que de esto ya habían pasado 5 años... cinco largos años.
— ¿Tanto a pasado? — Mencioné mientras mis ojos se encontraron con las hojas de un árbol pintado recientemente de un amarillo fosforescente, parece que los vecinos nuevamente querían destacar su casa de alguna forma y el árbol tuvo que sufrir las consecuencias.
— Sera mejor que me apresure.. — Comencé a caminar a paso apresurado hasta llegar a la casa entrando con dificultad mientras sentía que me tropezaba con todo, muebles, alfombra, escalones, todo... — ¡¡¡Argh!!! — Gruñía cada que algo me golpeaba o eso hacía hasta que sentí como una lampara de mesa rasgo una de las bolsas sintiendo todos los perecederos se caían en mis pies. — ¡Esto no puede ser! — Dije con frustración agachándome mientras escuchaba como las bolsas y sus contenidos azotaban con el piso mientras volvía a gruñir, al parecer hoy no era un día bueno y menos lo que estaba pasando. Igual no esperaba que alguien fuera ayudarme con las cosas, al fin y acabo la dueña de la cocina era yo.. a menos de que alguien tuviera suficiente hambre o valor para poder preparar algo ahí, aunque siempre me encargaba de dejar la alacena llena de cosas fáciles para su preparación, cereal, queso, jamón, pan... Cualquier cosa con tal de que no se esfuercen mucho... Aveces me pregunto si eso esta bien o estoy consintiendolos demasiado
Quizás por ello era odiada por muchos en el trabajo, pero era algo que no me importaba, pues si estaban en ese puesto era por que tenían un entrenamiento y un régimen completamente firme para acatar ordenes y hacer sus trabajos como deben ser. — Y no perder el tiempo como lo hacen esos bastardos. — Mencioné con algo de enojó mientras caminaba hacia la casa con las compras de él día de hoy.
Tenía las manos repletas de bolsas de papel y unas cuantas colgaban con asas plásticas de mis antebrazos, pues tenía esa costumbre de ser la responsable de la casa, llevar los alimentos a la mesa al igual de encargarme de las necesidades de mis hermanos, aunque sabía claro que eran ya grandes de edad... Pero no podía simplemente dejarlos... No se, admito que aveces me sentía culpable de lo que cada uno pasó en su tiempo cuando "ella" tuvo que "abandonarlos" por ordenes mías y de los altos rangos en Panem.
Se que quizás ellos tratan de ocultarme cosas y yo no trato de indagar más allá pero también es cierto que sufrieron cuando se fue y parte de ello lo sé por Nahla, la única que se atrevió a decirme lo que sentía en su tiempo... La única que me hizo dudar en algún momento de mi ideología, pero sin lograr algo más que solo darme cuenta del gran daño que cause. ¿Pero qué podía hacer, solo dejar que una celda revolucionara explotara en mi casa y enjuiciaran no solo a mi madre si no a mis tres hermanos? No, creo que mi respuesta fue deja que uno muriera por los demás en vez de dejar que todos cayeran en el hoyo... Eso le decía a mi madre cada que la visitaba pero... Ella aún no me veía, a pesar de que de esto ya habían pasado 5 años... cinco largos años.
— ¿Tanto a pasado? — Mencioné mientras mis ojos se encontraron con las hojas de un árbol pintado recientemente de un amarillo fosforescente, parece que los vecinos nuevamente querían destacar su casa de alguna forma y el árbol tuvo que sufrir las consecuencias.
— Sera mejor que me apresure.. — Comencé a caminar a paso apresurado hasta llegar a la casa entrando con dificultad mientras sentía que me tropezaba con todo, muebles, alfombra, escalones, todo... — ¡¡¡Argh!!! — Gruñía cada que algo me golpeaba o eso hacía hasta que sentí como una lampara de mesa rasgo una de las bolsas sintiendo todos los perecederos se caían en mis pies. — ¡Esto no puede ser! — Dije con frustración agachándome mientras escuchaba como las bolsas y sus contenidos azotaban con el piso mientras volvía a gruñir, al parecer hoy no era un día bueno y menos lo que estaba pasando. Igual no esperaba que alguien fuera ayudarme con las cosas, al fin y acabo la dueña de la cocina era yo.. a menos de que alguien tuviera suficiente hambre o valor para poder preparar algo ahí, aunque siempre me encargaba de dejar la alacena llena de cosas fáciles para su preparación, cereal, queso, jamón, pan... Cualquier cosa con tal de que no se esfuercen mucho... Aveces me pregunto si eso esta bien o estoy consintiendolos demasiado
Kira L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
-Ugh – fue lo primero que salió de mi boca al nada más abrir los ojos. La tenue luz que se filtraba a través de la ventana fue la causante de mi despertar y la que me indicaba que ya había amanecido. Lleve mis manos a mi cabello y comencé a revolverlo para luego darme unas leves bofetadas en el rostro, quería despejarme lo más que pudiera pues no me apetecía que mis hermanos me vieran con esta pinta, la que daba la impresión de que había sido arrastrado y revolcado por una jauría de mutos, aunque solo era el resultado de una fiesta, pero no cualquier fiesta ¡La fiesta del siglo! O eso había dicho Redseb mientras hablaba por el altavoz y daba la bienvenida.
Abandone mi habitación y me dirigí directo al baño, una fría ducha me caería de maravilla y agradecí al cielo al ver que estaba libre ya que no tenía ganas de seguir caminando en busca de otro baño. Al nada más entrar me despoje de mi ropa – la cual por cierto era la que lleve a la fiesta – y me adentre a la regadera porque tampoco tenía ganas de esperar a que la tina se llenará, además seguía algo adormilado por lo que podría terminar ahogado al haberme quedado dormido en la tina, un poco loco pero no imposible.
Luego de media hora o tal vez cuarenta y cinco minutos se podría decir que era una persona ‘nueva’ mi rostro demacrado se había ido con el agua, tampoco es que ahora mismo pareciera la octava maravilla, pero era considerablemente mejor al que tenía antes. Sonreí un par de veces frente al espejo y también hice algunas ridículas poses y señas – de las que prefiero no hablar – antes de sentirme totalmente rehabilitado e ir en busca de algo que pudiera hacer.
En el transcurso del baño y del pasillo se me ocurrió que podría ver la televisión aunque mis intenciones quedaron totalmente opacadas al llegar a la sala y encontrarme con mi desparramada hermana haciendo lo que yo quería hacer, me quede parado en el marco de la puerta mirando aquella escena. Fruncí un poco el entrecejo y apreté los labios mientras la miré, recordé que algunos conocidos me preguntaron ayer en la fiesta sobre mi hermana, al parecer encontraban algo atractivo en ella y yo me seguía preguntando el qué era porque el verla atascarse de chocolates en esas fachas y en esa pose no calificaba ni siquiera como exótico.
Cuando sentí que ya había sido suficiente de acosos comencé a caminar de nuevo – Espero que solo acá en la casa te abras de ese modo… – dije con sorna cuando pase al lado de Nahla, no me detuve a esperar alguna posible respuesta ya que no necesitaba ni quería oírla.
Me dirigí a la cocina porque ver a mi hermana comer me había abierto el apetito aunque ver a mi otra hermana con cara de pocos amigos recogiendo la comida del suelo fue inusualmente gracioso, la miré un rato desde el marco de la puerta y como comencé a sentirme acosador, otra vez, decidí hablar – Siempre suenas a amarillo pero eres violeta aunque ahorita pareces gris, pero a que piensas en rojo – dije al entrar a la cocina, luego me agache y reí ante el comentario, estaba comenzando a hablar raro otra vez, aunque la verdad lo hacia mas por molestar ya que era consiente que el ver surguir colores de las cosas no era normal.
– has estado jugando con chicos nuevos ¿cierto? – comencé a hablar sin espera de respuesta, no me eran necesarias, hacía tiempo que me acostumbre a no recibirlas. Me límite a recoger algunas cosas. Kira siempre inunda la sala con esos colores cuando la época de entrenar a los nuevos reclutas llegaba, me gustaría pensar que forman un hermoso arco-iris en señal de nuevo inicio pero se entremezclan de manera tan tormentosa que solo puede ser confusión o desesperación, quizás siente ganas de aplastar a todos... aunque ni idea, no soy adivino... pero tal vez un día yo mismo lo entiende y se lo explique a ella. – Me voy, solo vine por esto.. – mostré una caja de galletas que recogí del suelo. – Tú puedes con el resto. Dije sin más para luego levantarme e irme del lugar, yo había recogido solo las cajas.
"Espero que Nahla ya no ocupe la tele porque enserio quiero verla" pensé mientras abría el empaque de las galletas. – ¡Hey Nahla! ¿Sabes dónde esta Lance? – grite un poco demasiado fuerte – Quiero pasar un tiempo de calidad con él – pregunte divertido arriesgandome a obtener una respuesta agría
Abandone mi habitación y me dirigí directo al baño, una fría ducha me caería de maravilla y agradecí al cielo al ver que estaba libre ya que no tenía ganas de seguir caminando en busca de otro baño. Al nada más entrar me despoje de mi ropa – la cual por cierto era la que lleve a la fiesta – y me adentre a la regadera porque tampoco tenía ganas de esperar a que la tina se llenará, además seguía algo adormilado por lo que podría terminar ahogado al haberme quedado dormido en la tina, un poco loco pero no imposible.
Luego de media hora o tal vez cuarenta y cinco minutos se podría decir que era una persona ‘nueva’ mi rostro demacrado se había ido con el agua, tampoco es que ahora mismo pareciera la octava maravilla, pero era considerablemente mejor al que tenía antes. Sonreí un par de veces frente al espejo y también hice algunas ridículas poses y señas – de las que prefiero no hablar – antes de sentirme totalmente rehabilitado e ir en busca de algo que pudiera hacer.
En el transcurso del baño y del pasillo se me ocurrió que podría ver la televisión aunque mis intenciones quedaron totalmente opacadas al llegar a la sala y encontrarme con mi desparramada hermana haciendo lo que yo quería hacer, me quede parado en el marco de la puerta mirando aquella escena. Fruncí un poco el entrecejo y apreté los labios mientras la miré, recordé que algunos conocidos me preguntaron ayer en la fiesta sobre mi hermana, al parecer encontraban algo atractivo en ella y yo me seguía preguntando el qué era porque el verla atascarse de chocolates en esas fachas y en esa pose no calificaba ni siquiera como exótico.
Cuando sentí que ya había sido suficiente de acosos comencé a caminar de nuevo – Espero que solo acá en la casa te abras de ese modo… – dije con sorna cuando pase al lado de Nahla, no me detuve a esperar alguna posible respuesta ya que no necesitaba ni quería oírla.
Me dirigí a la cocina porque ver a mi hermana comer me había abierto el apetito aunque ver a mi otra hermana con cara de pocos amigos recogiendo la comida del suelo fue inusualmente gracioso, la miré un rato desde el marco de la puerta y como comencé a sentirme acosador, otra vez, decidí hablar – Siempre suenas a amarillo pero eres violeta aunque ahorita pareces gris, pero a que piensas en rojo – dije al entrar a la cocina, luego me agache y reí ante el comentario, estaba comenzando a hablar raro otra vez, aunque la verdad lo hacia mas por molestar ya que era consiente que el ver surguir colores de las cosas no era normal.
– has estado jugando con chicos nuevos ¿cierto? – comencé a hablar sin espera de respuesta, no me eran necesarias, hacía tiempo que me acostumbre a no recibirlas. Me límite a recoger algunas cosas. Kira siempre inunda la sala con esos colores cuando la época de entrenar a los nuevos reclutas llegaba, me gustaría pensar que forman un hermoso arco-iris en señal de nuevo inicio pero se entremezclan de manera tan tormentosa que solo puede ser confusión o desesperación, quizás siente ganas de aplastar a todos... aunque ni idea, no soy adivino... pero tal vez un día yo mismo lo entiende y se lo explique a ella. – Me voy, solo vine por esto.. – mostré una caja de galletas que recogí del suelo. – Tú puedes con el resto. Dije sin más para luego levantarme e irme del lugar, yo había recogido solo las cajas.
"Espero que Nahla ya no ocupe la tele porque enserio quiero verla" pensé mientras abría el empaque de las galletas. – ¡Hey Nahla! ¿Sabes dónde esta Lance? – grite un poco demasiado fuerte – Quiero pasar un tiempo de calidad con él – pregunte divertido arriesgandome a obtener una respuesta agría
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
-Maldición...Apaga esa luz.- Dije con rudeza al ser cegado completamente. -¡Kira basta! ¿Porque no iba a molestar a los dos niños de al lado? Estaba apunto de aventar una almohada a ciegas pero fui abriendo perezosamente los ojos fijándome que no había nadie en mi cuarto y que la luz tan segadora provenía de la ventana del techo que tenia en mi habitación, solo me sonreí. -Al menos no es Kira- susurre, para ser honesto me sentía realmente cansado ¿Que había echo ayer? No recordaba ni si quiera porque demonios mi brazo tenia muchos puntos rojos "Ugh..." Esto fuera de ser una de las "Marcas de guerra" como las solía llamar era repulsivo. Solté un enorme bostezo y me senté en la orilla de mi cama "Seadon, Nahla..." ¿Estaba ahí ayer? Recuerdo a Seadon porque incluso brinde con el pero a la pequeña Monet no, levante los hombros seguramente ideas mías después de todo es raro encontrarla en los mismos lugares no se si es porque se va cuando llego o porque simplemente nunca coincidimos.
Al menos no había olvidado ponerme mi pijama mas bien mi ropa de diario de casa que consistía básicamente en solo mi ropa interior pero ¿Que culpa tenia? El calor era molesto y solo por las noches la temperatura lo suficiente como para usar una camisa. Mi estomago comenzaba a hacer ruido y antes de ejercitarme era necesario un desayuno pero sobre todo un baño, me voltee a la ducha y a los pocos segundos lo pensé mejor y me volví a acostar. Me repetía una y otra vez que ojala y me recordara de la mitad de las cosas que sucedieron anoche pero era imposible al menos tengo la certeza que la había pasado bien, a los pocos segundos lleve una mano a mi cuello me dolía un poco y no se porque este dolor insoportable me hizo pensar en Kira ¿Vendría hoy? lo malo de las fiestas sin control es que todo es borroso, absolutamente todo incluso mi niñez es borrosa ahora; creo que había dicho que estaría haciendo visitas mas constantes.
Arrastras logre poner un pie enfrente del otro ya bajando escuche el grito de Seadon "¡Hey Nahla! ¿Sabes dónde esta Lance?" ¿Que demonios quería, deshacerme los tímpanos? La mejor elección hubiera sido evadir la sala pero tenia que pasar ahí si quería algo para mi estomago, mire dos manchas de colores que pronto se fueron pareciendo a mis dos queridos hermanos, habían dos opciones saludarles o ignorarles opte por la segunda y pase directo a la cocina donde quien no me esperaba estaba ahí debo ser sincero, mi estomago se contrajo al verla. -Miren nada mas quien esta aquí...- Solté un enorme bostezo y la ayude a recoger el desastre que estaba en el suelo. -La fiesta estubo estupenda anoche sabes...Deberías de venir de vez en cuando a una de las "reuniones" apuesto a que te divertirías mas de lo que lo haces en tu trabajo aunque...- Me di un manotazo en la cabeza como si hubiera olvidado algo. -Es verdad olvide que te gusta aplicar el masoquismo solo con tus empleados.-La conversación me había dejado exhausto así solo tome una manzana y me dirigi a la sala, olvidando que ahí estaban los pequeños mutos solo mordí y sin darme cuenta regué un poco del jugo en mi pecho pero tenia tanta pereza que deje que se deslizara, ya me bañaría luego. Frote mis ojos con una de mis manos para ver si de ese modo lograba ver claramente pero era obvio que tendría que acostumbrarme a la vista borrosa.
Al menos no había olvidado ponerme mi pijama mas bien mi ropa de diario de casa que consistía básicamente en solo mi ropa interior pero ¿Que culpa tenia? El calor era molesto y solo por las noches la temperatura lo suficiente como para usar una camisa. Mi estomago comenzaba a hacer ruido y antes de ejercitarme era necesario un desayuno pero sobre todo un baño, me voltee a la ducha y a los pocos segundos lo pensé mejor y me volví a acostar. Me repetía una y otra vez que ojala y me recordara de la mitad de las cosas que sucedieron anoche pero era imposible al menos tengo la certeza que la había pasado bien, a los pocos segundos lleve una mano a mi cuello me dolía un poco y no se porque este dolor insoportable me hizo pensar en Kira ¿Vendría hoy? lo malo de las fiestas sin control es que todo es borroso, absolutamente todo incluso mi niñez es borrosa ahora; creo que había dicho que estaría haciendo visitas mas constantes.
Arrastras logre poner un pie enfrente del otro ya bajando escuche el grito de Seadon "¡Hey Nahla! ¿Sabes dónde esta Lance?" ¿Que demonios quería, deshacerme los tímpanos? La mejor elección hubiera sido evadir la sala pero tenia que pasar ahí si quería algo para mi estomago, mire dos manchas de colores que pronto se fueron pareciendo a mis dos queridos hermanos, habían dos opciones saludarles o ignorarles opte por la segunda y pase directo a la cocina donde quien no me esperaba estaba ahí debo ser sincero, mi estomago se contrajo al verla. -Miren nada mas quien esta aquí...- Solté un enorme bostezo y la ayude a recoger el desastre que estaba en el suelo. -La fiesta estubo estupenda anoche sabes...Deberías de venir de vez en cuando a una de las "reuniones" apuesto a que te divertirías mas de lo que lo haces en tu trabajo aunque...- Me di un manotazo en la cabeza como si hubiera olvidado algo. -Es verdad olvide que te gusta aplicar el masoquismo solo con tus empleados.-La conversación me había dejado exhausto así solo tome una manzana y me dirigi a la sala, olvidando que ahí estaban los pequeños mutos solo mordí y sin darme cuenta regué un poco del jugo en mi pecho pero tenia tanta pereza que deje que se deslizara, ya me bañaría luego. Frote mis ojos con una de mis manos para ver si de ese modo lograba ver claramente pero era obvio que tendría que acostumbrarme a la vista borrosa.
Lance S. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
No sé cuántos chocolates de momento ya me había llevado a la boca, pero uno tras otro parecían ser insuficientes como para saciar mi apetito de momento. Argh, pero que flojera daba levantarse de este mullido sillón como para ir a azomar las narices en la cocina, ¿Kira habrá llegado ya a cas...?
La pregunta fue insuficiente, ya que al poco tiempo escuché una voz femenina que emitía lo que parecía ser una queja. Sonreí levemente de lado, aún recostada en el sofá y sin moverme ni un centímetro me preparé para hablar - ¡Kiraaaaaaaaaaaaaaa! ¡Tengo hambre! ... Trajiste mi cereal y galletas, ¿cierto? - estoy perfectamente consciente de que puedo prepararme algo para comer, eso lo había aprendido de una de las personas que ya no estaban con nosotros... supongo que desde aquél entonces ya no piso la cocina con la misma frecuencia más que para preparar algo cuando tenía hambre. Estaba claro que no cocinaría para la bola de holgazanes de mis hermanos... a menos que hubiera una remuneración por ello de por medio.
El comentario del idiota que iba cruzando la sala me hizo chasquear la lengua - Eres un imbécil, Sean... vuelve aquí y repite eso - lo amenacé, al menos lo quería a una distancia factible para poder lanzarle una almohadilla del sofá o una de mis botas. Fui inconsciente de que, por su comentario, me había sentado al menos de manera correcta en el sillón; dejando algo de espacio disponible por si alguien más llegaba.
Como dije antes, no fui ni por asomo a la cocina. Dos de mis hermanos ya andaban aquí, ¿dónde estaría el otro? Probablemente haciendo lo que parecía ser nuestro pan de cada día: hacer lo que a cada quien le dé la gana. Suspiré, y para consuelo mío seguí comiendo chocolate.
Al poco tiempo, el idiota de hace unos minutos volvió a aparecerse en la sala, sosteniendo un paquete de galleta entre sus manos - Más te vale que no sean MIS galletas, porque sino ahora sí que estarás muerto - murmuré, e hice el gesto de 'cortarme' el cuello con el dedo índice para darle algo más de acento a mis palabras. No pasó mucho antes de que escuchara su pregunta, e inclusive le iba a responder que de Lance no tenía ni un destello de idea de a donde se habría metido... creo que habían ocasiones en las que llegaba a casa, en otras, pues... llegaba dos días después. A saber. Bueno, volviendo al embrollo, vi una figura borrosa pasar a un costado, supuse que se trataba de él... - Iuuugh... vayan a pasar 'tiempo de calidad' a otro lado que no sea en casa - sus intenciones de seguro eran las de provocar una respuesta negativa por parte de Lance, pero era prácticamente inevitable no malinterpretar su pregunta.
El susodicho volvió a la sala con una manzana entre las manos. Yo solo lo vi con una de mis cejas arqueadas - Y bueno, ¿tú de qué distrito vienes? - hice el comentario al verlo con una sola prenda puesta. Pobres no éramos, así que tendría demasiadas cosas de sobra - Joder, tienes ropa, ¡ponte algo!... aún es temprano como para que me andes perturbando la vista - temprano no era, pero al menos para los trillizos Kubler, el día solía comenzar más tarde de lo normal...
La pregunta fue insuficiente, ya que al poco tiempo escuché una voz femenina que emitía lo que parecía ser una queja. Sonreí levemente de lado, aún recostada en el sofá y sin moverme ni un centímetro me preparé para hablar - ¡Kiraaaaaaaaaaaaaaa! ¡Tengo hambre! ... Trajiste mi cereal y galletas, ¿cierto? - estoy perfectamente consciente de que puedo prepararme algo para comer, eso lo había aprendido de una de las personas que ya no estaban con nosotros... supongo que desde aquél entonces ya no piso la cocina con la misma frecuencia más que para preparar algo cuando tenía hambre. Estaba claro que no cocinaría para la bola de holgazanes de mis hermanos... a menos que hubiera una remuneración por ello de por medio.
El comentario del idiota que iba cruzando la sala me hizo chasquear la lengua - Eres un imbécil, Sean... vuelve aquí y repite eso - lo amenacé, al menos lo quería a una distancia factible para poder lanzarle una almohadilla del sofá o una de mis botas. Fui inconsciente de que, por su comentario, me había sentado al menos de manera correcta en el sillón; dejando algo de espacio disponible por si alguien más llegaba.
Como dije antes, no fui ni por asomo a la cocina. Dos de mis hermanos ya andaban aquí, ¿dónde estaría el otro? Probablemente haciendo lo que parecía ser nuestro pan de cada día: hacer lo que a cada quien le dé la gana. Suspiré, y para consuelo mío seguí comiendo chocolate.
Al poco tiempo, el idiota de hace unos minutos volvió a aparecerse en la sala, sosteniendo un paquete de galleta entre sus manos - Más te vale que no sean MIS galletas, porque sino ahora sí que estarás muerto - murmuré, e hice el gesto de 'cortarme' el cuello con el dedo índice para darle algo más de acento a mis palabras. No pasó mucho antes de que escuchara su pregunta, e inclusive le iba a responder que de Lance no tenía ni un destello de idea de a donde se habría metido... creo que habían ocasiones en las que llegaba a casa, en otras, pues... llegaba dos días después. A saber. Bueno, volviendo al embrollo, vi una figura borrosa pasar a un costado, supuse que se trataba de él... - Iuuugh... vayan a pasar 'tiempo de calidad' a otro lado que no sea en casa - sus intenciones de seguro eran las de provocar una respuesta negativa por parte de Lance, pero era prácticamente inevitable no malinterpretar su pregunta.
El susodicho volvió a la sala con una manzana entre las manos. Yo solo lo vi con una de mis cejas arqueadas - Y bueno, ¿tú de qué distrito vienes? - hice el comentario al verlo con una sola prenda puesta. Pobres no éramos, así que tendría demasiadas cosas de sobra - Joder, tienes ropa, ¡ponte algo!... aún es temprano como para que me andes perturbando la vista - temprano no era, pero al menos para los trillizos Kubler, el día solía comenzar más tarde de lo normal...
Nahla M. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Las latas habían rodado por todos lados a lo cual los miré frunciendo el ceño -justo como miro a mis subordinados- aunque sabía bien que aunque los mirara así no tendría efecto alguno en ellas, pero era parte de mi hacerlo, supongo que era una costumbre o yo que se.
En eso la voz de Nahla resonó, al parecer el ruido la alerto de mi presencia, pero en vez de recibir la ayuda que necesitaba solo escuche que su estomago era más importante.— ¿Qué? Vaya, ¿tenía que traer eso?— Mencioné sin importancia para molestarla aunque sabia que si traía dichos productos pues en la lista no faltaban las cosas que a ellos les gustaban ya que aveces me ausentaba tantos días que prefería dejar todo puesto a que faltase algo en la casa. — Si me ayudaras quizás te darías cuenta si vienen o no conmigo. — Fue lo único que dije cuando de un momento a otro unos pasos resonaron en el lugar, levante mi vista y vi a Seadon.
Empezó hablando de colores a lo cual lo miré pero no entendía de que me hablaba, incluso pasé mis manos sobre mi rostro pues creí que me había manchado con algo y estaba pintada pero no era nada de eso así que cuando se acerco más preguntó otra cosa. — ¿Se nota tanto que me tienen estresada? — Fue lo único que le dije, aunque aún no entendía como es que Seadon sabía ciertas cosas, cosas que aunque preguntaba el no contestaba del todo, pero algún día se daría el momento, quizás podría llevarlo de visita a algún distrito, seguro el cuatro le gustaría.
Al final solo levanto unas cosas y se fue con un paquete de galletas a lo cual solo suspiré. « Bien.. Ya contestaron dos solo falta... hablando del rey de roma. » Y ahí estaba Lance. — ¿Apenas te levantaste?— Le dije con sorpresa arqueando una ceja a lo cual sus constantes bostezo me decían que era cierto, lo cual para mi era algo que me desagradaba un poco, pues estaba acostumbrada a ser de las personas que se levantaban antes de que el sol saliera, en cambio mis hermanos, parecían levantarse cuando el sol estaba por meterse... Vaya diferencia.
Lance me ayudo a levantar las cosas — Sabes... Quizás sería bueno que vaya y enfrente de tus amigos jale tus lindas mejillas como mi lindo hermano menor que eres. — Le dije para molestarlo un poco terminando de levantar todo para escuchar su ultimo comentario a lo cual no pude evitar sonreír un poco mientras en la sala escuchaba un alboroto.
— Vaya, vaya, creí que por haber crecido ya habrían madurado, pero veo que aunque no este tan seguido en la casa ustedes siguen comportándose como unos pequeños niños. — Les dije desde la cocina mientras comenzaba a hacer el desayuno aunque no tenía idea de que guisar.. Bueno supongo que unos emparedados bastaran para ellos.
En eso la voz de Nahla resonó, al parecer el ruido la alerto de mi presencia, pero en vez de recibir la ayuda que necesitaba solo escuche que su estomago era más importante.— ¿Qué? Vaya, ¿tenía que traer eso?— Mencioné sin importancia para molestarla aunque sabia que si traía dichos productos pues en la lista no faltaban las cosas que a ellos les gustaban ya que aveces me ausentaba tantos días que prefería dejar todo puesto a que faltase algo en la casa. — Si me ayudaras quizás te darías cuenta si vienen o no conmigo. — Fue lo único que dije cuando de un momento a otro unos pasos resonaron en el lugar, levante mi vista y vi a Seadon.
Empezó hablando de colores a lo cual lo miré pero no entendía de que me hablaba, incluso pasé mis manos sobre mi rostro pues creí que me había manchado con algo y estaba pintada pero no era nada de eso así que cuando se acerco más preguntó otra cosa. — ¿Se nota tanto que me tienen estresada? — Fue lo único que le dije, aunque aún no entendía como es que Seadon sabía ciertas cosas, cosas que aunque preguntaba el no contestaba del todo, pero algún día se daría el momento, quizás podría llevarlo de visita a algún distrito, seguro el cuatro le gustaría.
Al final solo levanto unas cosas y se fue con un paquete de galletas a lo cual solo suspiré. « Bien.. Ya contestaron dos solo falta... hablando del rey de roma. » Y ahí estaba Lance. — ¿Apenas te levantaste?— Le dije con sorpresa arqueando una ceja a lo cual sus constantes bostezo me decían que era cierto, lo cual para mi era algo que me desagradaba un poco, pues estaba acostumbrada a ser de las personas que se levantaban antes de que el sol saliera, en cambio mis hermanos, parecían levantarse cuando el sol estaba por meterse... Vaya diferencia.
Lance me ayudo a levantar las cosas — Sabes... Quizás sería bueno que vaya y enfrente de tus amigos jale tus lindas mejillas como mi lindo hermano menor que eres. — Le dije para molestarlo un poco terminando de levantar todo para escuchar su ultimo comentario a lo cual no pude evitar sonreír un poco mientras en la sala escuchaba un alboroto.
— Vaya, vaya, creí que por haber crecido ya habrían madurado, pero veo que aunque no este tan seguido en la casa ustedes siguen comportándose como unos pequeños niños. — Les dije desde la cocina mientras comenzaba a hacer el desayuno aunque no tenía idea de que guisar.. Bueno supongo que unos emparedados bastaran para ellos.
Kira L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Sonreí ante la pregunta de Kira, la cual no me tome la molestia de responder; por el simple hecho de que no me apetecía hacerlo, además ella conocía la respuesta. No era necesario gastar más saliva.
Cuando salí a la sala me tope de nuevo con la Monada, como siempre, haciéndose la graciosa con sus comentarios innecesarios y poco sofisticados de chica de capitolio, a lo que esboce una media sonrisa. Come me gustaba ver a mis hermanos así de enfurruñados, era por eso que contribuía respondiendo de la misma manera. - Vamos Mona - Era como a veces le decía de cariño - Bájale a tus delirios de genocidio con ínfulas de grandeza. - dije mientras tomada una galleta - Puedes dejarle eso a los jue... - tosí, haciendo parecer que me había atorado con la galleta. - A los rebeldes. - Kira estaba en casa, no podía decir cualquier cosa sin que ella lanzará una de sus escaneadoras miradas de; lo sabré aunque lo escondas. - Además no dicen tu nombre... así que es de quien las toma. - la verdad es que no sabía si, sí, eran sus galletas, sólo quería molestar un rato.
- ¡LANCE! Justo pregunté por ti... morirás viejo ¿eh? - volví a gritar mientras le miré descender. No había tenido un buen despertar, yo sólo se lo estaba recordando. Él nos ignoro, nada nuevo... me límite a mirar de manera ''indignada'' a Nahla y su otro pintoresco comentario. - Mejor ya no, no quiero teñirme el olor de alcohol y mujeres tan temprano. - ya me había encargado de lavar mi propia peste como para absorber la de los demás.
Cuando Lance regreso a la sala Nahla volvió a encenderse como mecha. Esta chica se le crispaba lo nervios de solo ver a Lance. Miré a Lance un rato, que estaba hecho una asco... sí, pero tampoco era para tanto. - Toma - ofrecí el empaque de galletas a Nahla dejándolo entre sus manos. - Para que te endulces el día... - miré a Lance - Si quieres parecer un tipo sexy y relajado déjame decirte que no te queda, no con esa cara. - Mis intenciones de pedirle a Lance consejo sobre las apuestas se habían ido al caño.
Tomé asiento en otro sillón y cambie el canal del televisor, me había logrado hacer con el comando cuando le dí las galletas a Nahla. - Les agradecería que tuvieran una expulsión hormonal por otro lado, Nahla, puedes derramar tu bilis en otro lugar... sólo quiero ver el televisor. - antes de que las pantallas se comience a llenar de propaganda de los juegos... - y sus hedor esta haciendo realmente difícil esa acción -
Sonreí cuando escuche la voz de Kira saliendo desde la cocina. - ¡Por supuesto! - fue lo único que yo dije, era mejor que creyera eso... por lo menos por mi parte, eso era lo mejor. - Yo también ya tengo hambre... - mencione, mientras cambiaba nuevamente el canal.
Podía comportarme mejor que esto, pero justo ahora todos estábamos reunidos... así que era mi extraña forma de celebrar.
Cuando salí a la sala me tope de nuevo con la Monada, como siempre, haciéndose la graciosa con sus comentarios innecesarios y poco sofisticados de chica de capitolio, a lo que esboce una media sonrisa. Come me gustaba ver a mis hermanos así de enfurruñados, era por eso que contribuía respondiendo de la misma manera. - Vamos Mona - Era como a veces le decía de cariño - Bájale a tus delirios de genocidio con ínfulas de grandeza. - dije mientras tomada una galleta - Puedes dejarle eso a los jue... - tosí, haciendo parecer que me había atorado con la galleta. - A los rebeldes. - Kira estaba en casa, no podía decir cualquier cosa sin que ella lanzará una de sus escaneadoras miradas de; lo sabré aunque lo escondas. - Además no dicen tu nombre... así que es de quien las toma. - la verdad es que no sabía si, sí, eran sus galletas, sólo quería molestar un rato.
- ¡LANCE! Justo pregunté por ti... morirás viejo ¿eh? - volví a gritar mientras le miré descender. No había tenido un buen despertar, yo sólo se lo estaba recordando. Él nos ignoro, nada nuevo... me límite a mirar de manera ''indignada'' a Nahla y su otro pintoresco comentario. - Mejor ya no, no quiero teñirme el olor de alcohol y mujeres tan temprano. - ya me había encargado de lavar mi propia peste como para absorber la de los demás.
Cuando Lance regreso a la sala Nahla volvió a encenderse como mecha. Esta chica se le crispaba lo nervios de solo ver a Lance. Miré a Lance un rato, que estaba hecho una asco... sí, pero tampoco era para tanto. - Toma - ofrecí el empaque de galletas a Nahla dejándolo entre sus manos. - Para que te endulces el día... - miré a Lance - Si quieres parecer un tipo sexy y relajado déjame decirte que no te queda, no con esa cara. - Mis intenciones de pedirle a Lance consejo sobre las apuestas se habían ido al caño.
Tomé asiento en otro sillón y cambie el canal del televisor, me había logrado hacer con el comando cuando le dí las galletas a Nahla. - Les agradecería que tuvieran una expulsión hormonal por otro lado, Nahla, puedes derramar tu bilis en otro lugar... sólo quiero ver el televisor. - antes de que las pantallas se comience a llenar de propaganda de los juegos... - y sus hedor esta haciendo realmente difícil esa acción -
Sonreí cuando escuche la voz de Kira saliendo desde la cocina. - ¡Por supuesto! - fue lo único que yo dije, era mejor que creyera eso... por lo menos por mi parte, eso era lo mejor. - Yo también ya tengo hambre... - mencione, mientras cambiaba nuevamente el canal.
Podía comportarme mejor que esto, pero justo ahora todos estábamos reunidos... así que era mi extraña forma de celebrar.
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
En esta casa nunca hay paz o silencio, es extraño según Kira cuando ella esta en casa nosotros nos portamos mucho mejor o nos comportamos como uno de sus soldados pero en efecto todo es un descontrol, por mi parte al verla solo quiero demostrarle que...Bueno, en realidad no tengo la menor idea que quiero demostrarle es solo un sentimiento extraño de no querer hacer nada de lo que me dice, supongo que ese sentimiento es común entre hermanos.
Al escucharle decir "¿Apenas te levantaste?" iba a soltar algo así como un "hum ¿Si?" Pero ¿Para que gastar saliva? ademas reaccione muy tarde, ese comentario vino a mi cabeza luego de pegarle la mordida a mi manzana, pensé en decirle a Kira si podía repetir el ultimo que dijo acerca de mis mejillas pero seguramente no desearía oír la tontería que se le ocurrió. -Humm...-Adoro las manzanas pero creo que adoro mas los comentarios sin sentido de la princesa de casa. -¿Distrito? Que chiste tan gracioso ¿No es graciosa Sean? haha...- Obviamente mi comentario estaba cargado con sarcasmo pero al parecer Sean estaba del lado de la princesa el día de hoy porque el también hizo su parte pero con el seria mas sencillo así pues solo me sonreí y me levante del sillón de donde estaba para sentarme a la par de la niñata. -Sean no te pongas celoso solo porque no eres sexy y no sabes relajarte.- Le guiñe el ojo y luego acerque mi mandíbula a la mejilla de la pequeña monstruo y comencé a fraccionarla contra ella sabia lo mucho que comenzaba a molestar la sombra de mi barba, sonreí y como todo un suicida me quede a la par de ella. -La galletas se ven bien...- Alargue la mano y tome la caja, para no dejar sus manos solitarias puse la mitad de la manzana en ellas. Sean estas mas amargado de lo usual, pero sabes ayer visite un lugar perfecto para ti.- Mas bien para dejarlo perdido.
Debo admitir que la sensación de que todos estábamos reunidos le asentía bien a la casa. -Perturbando la casa...- Murmure divertido por el comentario tan extraño por parte de Nahla. ¿Es que la resaca solo a mi me ataco?
-¿Pequeños niños? Kira creo que es tiempo...Necesitas tener hijos , no se tu pero es "perturbador" oírte hablar de jalar mejillas ademas de que crees que aun somos tus niños.- Solté otro bostezo y mire como Sean cambiaba de canal sin poner algo especifico "Molesto" -Maldición dame ese control no sabes que poner.-Demande rápidamente.
Al escucharle decir "¿Apenas te levantaste?" iba a soltar algo así como un "hum ¿Si?" Pero ¿Para que gastar saliva? ademas reaccione muy tarde, ese comentario vino a mi cabeza luego de pegarle la mordida a mi manzana, pensé en decirle a Kira si podía repetir el ultimo que dijo acerca de mis mejillas pero seguramente no desearía oír la tontería que se le ocurrió. -Humm...-Adoro las manzanas pero creo que adoro mas los comentarios sin sentido de la princesa de casa. -¿Distrito? Que chiste tan gracioso ¿No es graciosa Sean? haha...- Obviamente mi comentario estaba cargado con sarcasmo pero al parecer Sean estaba del lado de la princesa el día de hoy porque el también hizo su parte pero con el seria mas sencillo así pues solo me sonreí y me levante del sillón de donde estaba para sentarme a la par de la niñata. -Sean no te pongas celoso solo porque no eres sexy y no sabes relajarte.- Le guiñe el ojo y luego acerque mi mandíbula a la mejilla de la pequeña monstruo y comencé a fraccionarla contra ella sabia lo mucho que comenzaba a molestar la sombra de mi barba, sonreí y como todo un suicida me quede a la par de ella. -La galletas se ven bien...- Alargue la mano y tome la caja, para no dejar sus manos solitarias puse la mitad de la manzana en ellas. Sean estas mas amargado de lo usual, pero sabes ayer visite un lugar perfecto para ti.- Mas bien para dejarlo perdido.
Debo admitir que la sensación de que todos estábamos reunidos le asentía bien a la casa. -Perturbando la casa...- Murmure divertido por el comentario tan extraño por parte de Nahla. ¿Es que la resaca solo a mi me ataco?
-¿Pequeños niños? Kira creo que es tiempo...Necesitas tener hijos , no se tu pero es "perturbador" oírte hablar de jalar mejillas ademas de que crees que aun somos tus niños.- Solté otro bostezo y mire como Sean cambiaba de canal sin poner algo especifico "Molesto" -Maldición dame ese control no sabes que poner.-Demande rápidamente.
Off: Perdón por tardar tanto es solo que quería intrigarles (?) -w-
Última edición por Lance S. Kubler el Miér Jun 05, 2013 7:10 pm, editado 1 vez
Lance S. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Tuve que rodar los ojos cuando Kira me habló desde la cocina, como dije antes ¿pretendían que me levantara del sitio de donde estaba yo bastante cómoda? Ella estaba de pie, no tenía que esforzarse mucho como para poder traerme las cosas que le pedí... si es que de verdad las había comprado — Olvídalo, más tarde lo revisaré... — respondí, levantando un poco la voz para que me escuchara.
Ahora que veía a Sean un poco más de cerca, supe que esas no eran mis galletas. Hice un puchero leve, esperando que estuviesen entre las compras de Kira para comerlas más al rato. Bueno, no me preocupo... todavía tenía chocolates conmigo para seguir degustando — Mo-net. Mo-net... no 'Mona', tuviste demasiados años como para aprenderlo... y creo que me conoces lo suficiente como para saber las consecuencias de cuando tomas algo que me pertenece — amenacé y me crucé de brazos.
Volví a hacer una mueca cuando Sean dijo su comentario, asentí, dándole la razón — En ese caso sería mejor que se quedara en la cocina con Kira, yo tampoco quiero que me impregne su olor a alcohol a estas horas — aunque de cualquier forma planeaba darme una buena ducha más al rato para salir a dar un paseo. No quería quedarme encerrada tanto tiempo dentro de la casa.
— Ha ha ha — imité al idiota que no deseaba que llegase a la sala. Bueno, ¿es que no planeaba cambiarse o algo? Estaba bien que estuviéramos en casa, pero tampoco era como para andarse con esas pintas todo el rato.
Me distraje al ver el paquete de galletas que Sean ahora me dejaba, tomé una y le di una mordida — Estás perdonado porque esto no es mío. Y gracias por preocuparte, pero tuve un buen día... hasta que llegué a este lugar — estar cerca de mis hermanos me ponía de mal humor, ahora imagínense tener que compartir todo con ellos desde que estábamos en el vientre de mamá. Deberían de darme un premio, no sé como es que los he tolerado hasta ahora. Simulé que estaba a cosa de vomitar sobre Sean, sólo para responder a su comentario de derramar bilis — Tus comentarios provocan eso, así que hazte responsable por ello.
Creo que hubiera seguido con mi comentario, de no ser por el otro idiota de mi hermano que comenzaba a hacer una de las cosas que más molestaban — ¿Qué... qué demonios estás haciendo? Idiota ¡eso pica! ¡quítate ya! — quería que me soltara, que se alejara y que así se borrara esa sensación de cosquilleo que me estaba dando. No tengo nada en contra de que se deje la barba, pero odiaba que me la estuviese restregando en la cara. Me tuve que morder la lengua para no decirle nada cuando me intercambió las galletas por su ya comida manzana, por lo menos así dejaría de estarme molestando con lo anterior — No me des a mi tu basura... — murmuré, pero en lugar de tirarla, le di una mordida para comer lo que quedaba de ella. Supongo que en ese instante me vinieron a la mente las palabras de mamá cuando decía que en los distritos, un aperitivo tan simple como ese parecía todo un sueño.
Los idiotas ahora querían ver el televisor, al menos eso los mantendría entretenidos por un buen rato. Tal vez vaya a echar la siesta otro rato, o iría a apresurar a Kira para que preparara algo porque yo ya tenía hambre, al igual que Sean. Casi me echaba a reír por el último comentario de Lance para nuestra hermana mayor, creo que a veces puede decir algo coherente e interesante aunque esté con su resaca — Opino lo mismo, te estás quedando atrás ¿cuántas de tus conocidas no se han casado ya? — incluso mamá, siendo más joven se casó antes de los 20 años — ¿Se imaginan a los hijos de Kira? ... creo que de todos nosotros, el peor de los tíos sería Lance — y una vez que dije eso, lo señalé.
Ahora que veía a Sean un poco más de cerca, supe que esas no eran mis galletas. Hice un puchero leve, esperando que estuviesen entre las compras de Kira para comerlas más al rato. Bueno, no me preocupo... todavía tenía chocolates conmigo para seguir degustando — Mo-net. Mo-net... no 'Mona', tuviste demasiados años como para aprenderlo... y creo que me conoces lo suficiente como para saber las consecuencias de cuando tomas algo que me pertenece — amenacé y me crucé de brazos.
Volví a hacer una mueca cuando Sean dijo su comentario, asentí, dándole la razón — En ese caso sería mejor que se quedara en la cocina con Kira, yo tampoco quiero que me impregne su olor a alcohol a estas horas — aunque de cualquier forma planeaba darme una buena ducha más al rato para salir a dar un paseo. No quería quedarme encerrada tanto tiempo dentro de la casa.
— Ha ha ha — imité al idiota que no deseaba que llegase a la sala. Bueno, ¿es que no planeaba cambiarse o algo? Estaba bien que estuviéramos en casa, pero tampoco era como para andarse con esas pintas todo el rato.
Me distraje al ver el paquete de galletas que Sean ahora me dejaba, tomé una y le di una mordida — Estás perdonado porque esto no es mío. Y gracias por preocuparte, pero tuve un buen día... hasta que llegué a este lugar — estar cerca de mis hermanos me ponía de mal humor, ahora imagínense tener que compartir todo con ellos desde que estábamos en el vientre de mamá. Deberían de darme un premio, no sé como es que los he tolerado hasta ahora. Simulé que estaba a cosa de vomitar sobre Sean, sólo para responder a su comentario de derramar bilis — Tus comentarios provocan eso, así que hazte responsable por ello.
Creo que hubiera seguido con mi comentario, de no ser por el otro idiota de mi hermano que comenzaba a hacer una de las cosas que más molestaban — ¿Qué... qué demonios estás haciendo? Idiota ¡eso pica! ¡quítate ya! — quería que me soltara, que se alejara y que así se borrara esa sensación de cosquilleo que me estaba dando. No tengo nada en contra de que se deje la barba, pero odiaba que me la estuviese restregando en la cara. Me tuve que morder la lengua para no decirle nada cuando me intercambió las galletas por su ya comida manzana, por lo menos así dejaría de estarme molestando con lo anterior — No me des a mi tu basura... — murmuré, pero en lugar de tirarla, le di una mordida para comer lo que quedaba de ella. Supongo que en ese instante me vinieron a la mente las palabras de mamá cuando decía que en los distritos, un aperitivo tan simple como ese parecía todo un sueño.
Los idiotas ahora querían ver el televisor, al menos eso los mantendría entretenidos por un buen rato. Tal vez vaya a echar la siesta otro rato, o iría a apresurar a Kira para que preparara algo porque yo ya tenía hambre, al igual que Sean. Casi me echaba a reír por el último comentario de Lance para nuestra hermana mayor, creo que a veces puede decir algo coherente e interesante aunque esté con su resaca — Opino lo mismo, te estás quedando atrás ¿cuántas de tus conocidas no se han casado ya? — incluso mamá, siendo más joven se casó antes de los 20 años — ¿Se imaginan a los hijos de Kira? ... creo que de todos nosotros, el peor de los tíos sería Lance — y una vez que dije eso, lo señalé.
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Las palabras de Lance fueron duras, pero en cierta forma simplemente las ignoré pues sabía como era mi hermano y era cosa que al final no me afectaba mucho ademas peores cosas me han dicho aunque eso de los hijos... — Vaya Lance no creí que quisieras tener sobrinos tan pronto, si es así me hubieras dicho y adopto un par de mutos para que juegues con ellos. — Reí un poco dejando que se fuera mientras colocaba las cosas en su lugar, pensaba solo hacerles emparedados pues al final luego no comen todo lo que hago así que sin más comencé a prepararlos colocando los emparedados terminados en una bandeja.
Escuchaba todo lo que decían desde la cocina y solo reía. « Y eso es de todos los días.» Fue lo único que pensé mientras terminaba para ver que algo faltaba en la mesa y eso era un jugo o refresco.. Algo, así que sin más abrí el refrigerador pero no encontré jugo. « Creí que había comprado uno. » Así que comencé a buscar algo que lo supliera hasta que al final encontré escondida en el fondo del refrigerador una botella de cristal cuya etiqueta estaba desgastada y parecía sospechoso.
En primer momento pensé que se trataba de algún licor, pero extrañamente cuando abrí la botella un olor dulce como de un jugo por lo cual pensé que solo era jugo, lo que bien necesitaba, así que sin cuestionar más comencé a servir los vasos para cada uno. — ¿Van a comer o no? — Fue la forma en que llamé a mis hermanos para que vinieran a comer.
Escuchaba todo lo que decían desde la cocina y solo reía. « Y eso es de todos los días.» Fue lo único que pensé mientras terminaba para ver que algo faltaba en la mesa y eso era un jugo o refresco.. Algo, así que sin más abrí el refrigerador pero no encontré jugo. « Creí que había comprado uno. » Así que comencé a buscar algo que lo supliera hasta que al final encontré escondida en el fondo del refrigerador una botella de cristal cuya etiqueta estaba desgastada y parecía sospechoso.
En primer momento pensé que se trataba de algún licor, pero extrañamente cuando abrí la botella un olor dulce como de un jugo por lo cual pensé que solo era jugo, lo que bien necesitaba, así que sin cuestionar más comencé a servir los vasos para cada uno. — ¿Van a comer o no? — Fue la forma en que llamé a mis hermanos para que vinieran a comer.
Kira L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
- Sigues hablando mucho... - dije mientras mi rostro tomaba una expresión de eterno aburrimiento, esta chica si que hablaba mucho, demasiado... ¡A grandes cantidades! - Aún sigo vivo, Mone. - dije en contestación acerca de lo que ''yo sabía que era lo que ella podía hacer'' - Se que para tu desgracia no me mataras... - puede que ella quisiera hacerlo pero con toda y esta seguridad (y tomando en cuenta quien es nuestra hermana mayor) no lo hará - No te gustará pasar el resto de tu vida en la cárcel, no por matar a alguien tan insignificante como yo ¿O si valdría la pena? - pregunte curioso, no me importaba la respuesta sólo traía ganas de joder a lo que se me atravesará.
Sonreí ante su comentario de Lance - ¿Por qué estaría celoso de ti, Lance? Tenemos lo mismo... bueno, quitando el hecho de que yo tengo un riñón y un cerebro más funcional que los tuyos. - sonreí de manera inocente, quizás sobre mi cerebro... bueno, no era disfuncional pero si había quedado algo distinto a la mayoría, pero ellos no necesitaban saber eso. - Vez Lance, no soy el único que piensa que no es bueno oler... a lo que sea que tu hueles a tan tempranas horas. - en mi caso me acababa de bañar porque igual apestaba, pero esa es otra cosa que ellos no necesitan saber.
Como me aburrí de pelear sin llegar a ningún acuerdo, aparte del que Lance apesta, decidí irme a ver si había algo bueno en el televisor - Gracias por tu perdón Mone, ahora las sombras del come galletas no aterrorizarán mi sueño - repuse irónicamente sin despegar la vista del televisor mientras pasaba de canal en canal. Le miré de reojo justo cuando hacía su imitación de estar vomitando sobre mí - Valla, eres toda una dama... -le miré más fijamente cuando dijo que era mi culpa, quizás lo era en algunas ocasiones... así como la de Lance, pero no siempre - Yo no provoco nada, no es mi culpa que tú todo lo quieras ver en negro... aprende a vivir con tonos medios, Nahla. - y en esa frase había más significado del que parecía, era cuestión de ella lo captara. Le daría el beneficio de la duda, si lo hacía su cerebro aun estaba funcional sino, lastima, tal vez algún día se lo explique.
Casi me atraganto con el comentario de Lance porque rápidamente imágenes de niños llegaron a mi mente aunque luego comencé a reír por la idea de una mamá Kira - Me pregunto si los trataras como tus hijos o soldados indisciplinados. - Asentí con la cabeza cuando Nahla hizo el comentario acerca de las bodas - Aun recuerdo a la mujer del color naranja mírame a la fuerza y el hombre con el color verde chingame el ojo, esa gente y su habilidad para que odie los colores - y estalle de risa en cuanto la mención de los tíos - Vamos Mone, no es como si tu vallas a ser una tía de caramelo... Me callé abrubtamente cuando Lance hablo - Nada, yo se lo quite primero a Nahla y si quiero ver el TV guide ese veré... y tú puedes irte consiguiendo otra tele, Lance - teníamos un montón, pero yo quería ver en esta.
-Yo sí - me levante como resorte ante la mención de comida - Toma Lance, ya me aburrí de ver tele - dije mientras le aventé el control al pasar a su lado. - Disfrútala - luego de eso me encamine hacia donde Kira estaba.
Sonreí ante su comentario de Lance - ¿Por qué estaría celoso de ti, Lance? Tenemos lo mismo... bueno, quitando el hecho de que yo tengo un riñón y un cerebro más funcional que los tuyos. - sonreí de manera inocente, quizás sobre mi cerebro... bueno, no era disfuncional pero si había quedado algo distinto a la mayoría, pero ellos no necesitaban saber eso. - Vez Lance, no soy el único que piensa que no es bueno oler... a lo que sea que tu hueles a tan tempranas horas. - en mi caso me acababa de bañar porque igual apestaba, pero esa es otra cosa que ellos no necesitan saber.
Como me aburrí de pelear sin llegar a ningún acuerdo, aparte del que Lance apesta, decidí irme a ver si había algo bueno en el televisor - Gracias por tu perdón Mone, ahora las sombras del come galletas no aterrorizarán mi sueño - repuse irónicamente sin despegar la vista del televisor mientras pasaba de canal en canal. Le miré de reojo justo cuando hacía su imitación de estar vomitando sobre mí - Valla, eres toda una dama... -le miré más fijamente cuando dijo que era mi culpa, quizás lo era en algunas ocasiones... así como la de Lance, pero no siempre - Yo no provoco nada, no es mi culpa que tú todo lo quieras ver en negro... aprende a vivir con tonos medios, Nahla. - y en esa frase había más significado del que parecía, era cuestión de ella lo captara. Le daría el beneficio de la duda, si lo hacía su cerebro aun estaba funcional sino, lastima, tal vez algún día se lo explique.
Casi me atraganto con el comentario de Lance porque rápidamente imágenes de niños llegaron a mi mente aunque luego comencé a reír por la idea de una mamá Kira - Me pregunto si los trataras como tus hijos o soldados indisciplinados. - Asentí con la cabeza cuando Nahla hizo el comentario acerca de las bodas - Aun recuerdo a la mujer del color naranja mírame a la fuerza y el hombre con el color verde chingame el ojo, esa gente y su habilidad para que odie los colores - y estalle de risa en cuanto la mención de los tíos - Vamos Mone, no es como si tu vallas a ser una tía de caramelo... Me callé abrubtamente cuando Lance hablo - Nada, yo se lo quite primero a Nahla y si quiero ver el TV guide ese veré... y tú puedes irte consiguiendo otra tele, Lance - teníamos un montón, pero yo quería ver en esta.
-Yo sí - me levante como resorte ante la mención de comida - Toma Lance, ya me aburrí de ver tele - dije mientras le aventé el control al pasar a su lado. - Disfrútala - luego de eso me encamine hacia donde Kira estaba.
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Las voces se escuchaban tan distantes se que al llegar a la cocina nuevamente Kira se acercara me olerá y me mirara con esos ojos suyos de "¡Maldición Lance! ¿Cuando dejaras de beber?" O quizás solo haga el visto gordo. Puse atención hasta que el pequeño Sean hizo su intento de insulto, me pareció tierno pero no puedo dejar que vaya por ahí pensando que con sus palabras me dejara callado. -Me encanta lo que dices Sean, pero tendré que darte un 8 por el intento ya que obviamente tus insultos siguen siendo estúpidos.- Levante los hombros con inocencia. -Ya no andas en primaria chico.- Continue con las galletas que había acabado de robar, sabían bien parecían ser muy naturales seguramente estas las importan del distrito...Ese que se encarga de los granos, ya ni recuerdo cual es. Creo que Sean deseaba verme enojado el día de hoy porque sus ataques continuaban igual que los de la princesa ¿Que tiene estos dos? Seguramente quieren que les ponga atención, no me he dado cuenta cuanto les he descuidado. -Lo que digan...-Conteste y me relaje en el asiento, de verdad que estaba cansado.
Me dio un poco de gracia como se pelean estos dos, solté otro bostezo y casi vuelvo a molestar a Nahla con mi barbilla pero al parecer la señorita "Vete al infierno" esta de muy mal humor, mas de lo usual. -Sip, en tonos medios Nahla- Hice énfasis al comentario de Sean aunque para ser sincero no entendía para que mencionaba lo colores creo que es algo de...No, no tengo ni la mas remota idea.
-Kira cuando te cases no invites a gente con tan poco estilo por favor.- Al menos en eso tenia razon Sean, bueno en lo que sea que haya dicho. -Ha, ha, muy graciosa, esos niños me amarían. Comi mas de las galletas y trate de imaginarme aquello ?Kira con hijos? Apuesto a que seria una buena madre, una buena madre soldado. -Pobres el día que Nahla los tenga que cuidar, apuesto a que trataran de huir de la bruja mala del bosque.- Sonreí y continué devorando, a este paso no seria necesario que Kira hiciera la comida porque ya no tendría apetito.
-No te pregunte si querías cambiar.- Le dije a Sean con una media sonrisa, vaya que tenia razon mejor me iba buscando otro lugar donde andar pero...Debía cumplir mi promesa de ponerles mas atención así que me tendría que aguantar.
"Al fin..." Pensé cuando Kira hablo desde la cocina estaba por levantarme pero el cabrón de Sean tenia que interrumpirme, pensé en lanzar el control por la espalda pero no soy ningún cobarde. Me levante de muy mala gana del sillón y me estire como por tercera vez en todo lo que llevaba despierto. ¿Que hiciste de comer hermanita?-Pregunte en tono alegre. -Deberías de darle clases a Nahla así no te cansarías tanto cada vez que vinieras Kira.- Y así tengo un desayuno delicioso todas las mañanas.
Me dio un poco de gracia como se pelean estos dos, solté otro bostezo y casi vuelvo a molestar a Nahla con mi barbilla pero al parecer la señorita "Vete al infierno" esta de muy mal humor, mas de lo usual. -Sip, en tonos medios Nahla- Hice énfasis al comentario de Sean aunque para ser sincero no entendía para que mencionaba lo colores creo que es algo de...No, no tengo ni la mas remota idea.
-Kira cuando te cases no invites a gente con tan poco estilo por favor.- Al menos en eso tenia razon Sean, bueno en lo que sea que haya dicho. -Ha, ha, muy graciosa, esos niños me amarían. Comi mas de las galletas y trate de imaginarme aquello ?Kira con hijos? Apuesto a que seria una buena madre, una buena madre soldado. -Pobres el día que Nahla los tenga que cuidar, apuesto a que trataran de huir de la bruja mala del bosque.- Sonreí y continué devorando, a este paso no seria necesario que Kira hiciera la comida porque ya no tendría apetito.
-No te pregunte si querías cambiar.- Le dije a Sean con una media sonrisa, vaya que tenia razon mejor me iba buscando otro lugar donde andar pero...Debía cumplir mi promesa de ponerles mas atención así que me tendría que aguantar.
"Al fin..." Pensé cuando Kira hablo desde la cocina estaba por levantarme pero el cabrón de Sean tenia que interrumpirme, pensé en lanzar el control por la espalda pero no soy ningún cobarde. Me levante de muy mala gana del sillón y me estire como por tercera vez en todo lo que llevaba despierto. ¿Que hiciste de comer hermanita?-Pregunte en tono alegre. -Deberías de darle clases a Nahla así no te cansarías tanto cada vez que vinieras Kira.- Y así tengo un desayuno delicioso todas las mañanas.
Lance S. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Miré mis uñas, pensando que era mucho más entretenido hacer eso que prestar atención a mis hermanos — El hecho de imaginarme tu sangre en mis manos es simplemente repulsivo. Y no me creas tan estúpida como para arruinar mi vida por algo que ni valdría la pena intentar — tras eso, bostecé. La presencia de mis hermanos no hacía más amena la estancia en casa, creo que me gustaban más los momentos en los que no había nadie por los alrededores. Mejor hubiera considerado la opción de que apenas al llegar a casa me iría a dormir un rato en mi habitación.
Dejé que los chicos que se hacían llamar ‘hermanos mayores’ argumentaran cosas sin sentido como era de costumbre mientras yo me terminaba la manzana que el más idiota de ellos –bueno, en realidad estaban en las mismas condiciones- me había dado. ¿De verdad ellos serán mis hermanos? No sé, supongo que en algún rincón de mi retorcida imaginación, siempre he deseado que me digan algo como ‘eres adoptada’ o ‘la enfermera te confundió con otro bebé y nos dio al equivocado’. Suspiré, tampoco puedo estar pidiendo lo imposible…
— ¿Qué? ¿De nuevo te andas con alucionaciones? — pregunté a Sean por su comentario del comegalletas — Tranquilo, que yo hablaré con tu némesis imaginario para que deje de molestarte — y sí, este es el tipo de trato que suele haber entre nosotros. Tampoco es como si me tomase la molestia de mejorarlo, hace mucho que desistí en el vano intento — Todo rastro de educación se pierde cuando Lance o tú están cerca — y repito otra vez: vano intento. Y aquí venía Sean otra vez con sus ideas estropeadas sobre la teoría de los colores, de verdad, ¿qué trastornado estaba este tipo? — Gracias, y a ti también loro — dije a Lance, por haber repetido sus palabras — Por… lo que quiera que haya sido eso — ya tengo más palabras para guardarlas en el baúl de “No me interesará ni de aquí a 10 vidas futuras”.
Me gustaba más el tema de indagar en el posible no-futuro de nuestra hermana mayor — Me inclino más por la segunda opción — casi podía ver a esos niños como futuros agentes de la paz… a menos que uno de ellos terminase como su propia madre —Nada me había jodido la vista tanto como los vestidos y trajes que usaron en esa boda. Incluso sentí pena ajena por las damas de honor con esos vestidos amarillo eléctrico y su combinación con rosa — aún no sé cómo hemos podido mantenernos con la vista casi intacta entre tantos colores que vemos del diario. — No, pero por lo menos no le enseñaría a estarse metiendo en apuestas, alcohol y mujeres a tan temprana edad — me encogí de hombros. A quien le quedara el saco, que se lo pusiere.
Cuando empezaron a indagar sobre el televisor, me levanté del sillón y me fui con todo y la bolsa de chocolates –y la basura que me dio Lance- cuando Kira nos llamó para comer. Si, así de cariñosa era ella cada que venía a casa. Dejé la bolsa sobre la mesa y miré lo que nos había preparado. Vaya esfuerzo que le había puesto… aunque ahora que lo pienso, ¿qué cosa había en los vasos? Ese color me era vagamente familiar… nah, a saber que será.
Al escuchar el comentario de Lance sobre las clases que yo debería de tomar, simplemente sonreí. Pobre ingenuo si cree que no sé cocinar absolutamente nada. Venga, no soy toda una pro para ese tipo de actividades, pero creo que puedo defenderme un poco en la cocina… las parrilladas o las cenas que organizan mis amigos casi cada fin de mes no se preparan solas.
Me acerqué y tomé el emparedado de Lance. Le quité la tapa y puse ahí lo que me quedó de su manzana — Que lo disfrutes — sonreí y después tomé mi emparedado. Le di una mordida; creo que estaba algo simple luego de la cantidad de chocolate que había comido anteriormente.
Dejé que los chicos que se hacían llamar ‘hermanos mayores’ argumentaran cosas sin sentido como era de costumbre mientras yo me terminaba la manzana que el más idiota de ellos –bueno, en realidad estaban en las mismas condiciones- me había dado. ¿De verdad ellos serán mis hermanos? No sé, supongo que en algún rincón de mi retorcida imaginación, siempre he deseado que me digan algo como ‘eres adoptada’ o ‘la enfermera te confundió con otro bebé y nos dio al equivocado’. Suspiré, tampoco puedo estar pidiendo lo imposible…
— ¿Qué? ¿De nuevo te andas con alucionaciones? — pregunté a Sean por su comentario del comegalletas — Tranquilo, que yo hablaré con tu némesis imaginario para que deje de molestarte — y sí, este es el tipo de trato que suele haber entre nosotros. Tampoco es como si me tomase la molestia de mejorarlo, hace mucho que desistí en el vano intento — Todo rastro de educación se pierde cuando Lance o tú están cerca — y repito otra vez: vano intento. Y aquí venía Sean otra vez con sus ideas estropeadas sobre la teoría de los colores, de verdad, ¿qué trastornado estaba este tipo? — Gracias, y a ti también loro — dije a Lance, por haber repetido sus palabras — Por… lo que quiera que haya sido eso — ya tengo más palabras para guardarlas en el baúl de “No me interesará ni de aquí a 10 vidas futuras”.
Me gustaba más el tema de indagar en el posible no-futuro de nuestra hermana mayor — Me inclino más por la segunda opción — casi podía ver a esos niños como futuros agentes de la paz… a menos que uno de ellos terminase como su propia madre —Nada me había jodido la vista tanto como los vestidos y trajes que usaron en esa boda. Incluso sentí pena ajena por las damas de honor con esos vestidos amarillo eléctrico y su combinación con rosa — aún no sé cómo hemos podido mantenernos con la vista casi intacta entre tantos colores que vemos del diario. — No, pero por lo menos no le enseñaría a estarse metiendo en apuestas, alcohol y mujeres a tan temprana edad — me encogí de hombros. A quien le quedara el saco, que se lo pusiere.
Cuando empezaron a indagar sobre el televisor, me levanté del sillón y me fui con todo y la bolsa de chocolates –y la basura que me dio Lance- cuando Kira nos llamó para comer. Si, así de cariñosa era ella cada que venía a casa. Dejé la bolsa sobre la mesa y miré lo que nos había preparado. Vaya esfuerzo que le había puesto… aunque ahora que lo pienso, ¿qué cosa había en los vasos? Ese color me era vagamente familiar… nah, a saber que será.
Al escuchar el comentario de Lance sobre las clases que yo debería de tomar, simplemente sonreí. Pobre ingenuo si cree que no sé cocinar absolutamente nada. Venga, no soy toda una pro para ese tipo de actividades, pero creo que puedo defenderme un poco en la cocina… las parrilladas o las cenas que organizan mis amigos casi cada fin de mes no se preparan solas.
Me acerqué y tomé el emparedado de Lance. Le quité la tapa y puse ahí lo que me quedó de su manzana — Que lo disfrutes — sonreí y después tomé mi emparedado. Le di una mordida; creo que estaba algo simple luego de la cantidad de chocolate que había comido anteriormente.
Nahla M. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Cada que ellos se la pasaban hablando así yo solo ponía los ojos en blanco moviendo mi cabeza; pues a diferencia de los agentes a mi cargo, a mis hermanos no les puedo imponer ciertas normas, primero por que yo comencé a cuidarlos en una edad muy grande y segundo por que siento que por mi trabajo y el poco tiempo que estoy en casa hacen que pierda autoridad ante ellos. Es por eso que aprendí a dejar que en cierta forma ellos tomaran sus decisiones, aunque a decir verdad, en parte también están algo malcriados y eso lo he escuchado de Caesar quien constantemente me lo dice aunque bueno si hablamos de malcriados... Sus hermanas no son unos santos angelitos a decir verdad.
— ¿Pueden dejar de pelear y venir ahora a comer? Parecen Charlajos. — Me molestaba que no se cumplieran los tiempos debidos y la comida siempre era así con ellos, a pesar de que sirviera las cosas siempre terminaba recalentando la comida gracias a que se tardaban más que otra cosa en venir a comer. « Lo peor de todo es que se quejan de que tienen hambre y cuando se les habla no son capaces de venir a tiempo. » Era por eso que hoy no quise desgastarme tanto en la comida, eso y que venia algo agotada del trabajo.
Al final alguien se apareció en la cocina y suspiré de alivio por que incluso pensé que sería más fácil a que entrara el pergato de los vecinos a comerse la comida que ellos en llegar.
— Ja, ja, ja... Claro unos agentes de paz. Al menos ellos catarían ordenes cuando se les piden las cosas. — Comenzaba a desesperarme pero sabía que con ellos era una prueba de fuego para mi paciencia, en eso no se como salió el tema de las bodas y solo suspiré pues al menos en una cosa estaba de acuerdo con ellos, esas bodas extravagantes de colores chillantes... Preferiría morir en las garras de un muto a pasar por un ridículo tan grande. — ¿Nahla como tía? Oh.. Eso si que sería divertido ver, seguro terminaría tirando al niño por un acantilado o algo por el estilo solo por pedirle un poco de sus chocolates. — Cruce los brazos viendo como el primero en entrar fue Seadon y detrás de él Lance y al final como siempre Nahla.
Entonces Lance pregunto la misma pregunta típica de ellos ¿Qué hay de comer? a lo cual ya algo desesperada simplemente conteste. — Algo demasiado rico llamado ¡Come y calla! — Fue mi respuesta tomando un emparedado antes de les hicieran algo como botarlos entre ellos o algo así y le di la primera mordida. — Con gusto le daría clases a Nahla pero se que aunque se las de ella no cocinaría a ustedes dos ni por que le pagaran por ello. — Volví a morder el emparedado mirándolos mientras escuchaba su constante blah, blah, blah a lo cual solo tomé el vaso de jugo y tome un sorbo.
Al principio me supo muy dulce pero al final me dejó un sabor algo extraño, era muy sutil pero no podía dar con que era, pero no me preocupaba el capitolio siempre se encargaba de sacar bebidas exóticas de todo, aún recuerdo cuando intentaron comercializar aquella con sabor tabique y no puedo olvidar la que sabía a mono ¿Quién diablos consumiría eso?
— ¿Pueden dejar de pelear y venir ahora a comer? Parecen Charlajos. — Me molestaba que no se cumplieran los tiempos debidos y la comida siempre era así con ellos, a pesar de que sirviera las cosas siempre terminaba recalentando la comida gracias a que se tardaban más que otra cosa en venir a comer. « Lo peor de todo es que se quejan de que tienen hambre y cuando se les habla no son capaces de venir a tiempo. » Era por eso que hoy no quise desgastarme tanto en la comida, eso y que venia algo agotada del trabajo.
Al final alguien se apareció en la cocina y suspiré de alivio por que incluso pensé que sería más fácil a que entrara el pergato de los vecinos a comerse la comida que ellos en llegar.
— Ja, ja, ja... Claro unos agentes de paz. Al menos ellos catarían ordenes cuando se les piden las cosas. — Comenzaba a desesperarme pero sabía que con ellos era una prueba de fuego para mi paciencia, en eso no se como salió el tema de las bodas y solo suspiré pues al menos en una cosa estaba de acuerdo con ellos, esas bodas extravagantes de colores chillantes... Preferiría morir en las garras de un muto a pasar por un ridículo tan grande. — ¿Nahla como tía? Oh.. Eso si que sería divertido ver, seguro terminaría tirando al niño por un acantilado o algo por el estilo solo por pedirle un poco de sus chocolates. — Cruce los brazos viendo como el primero en entrar fue Seadon y detrás de él Lance y al final como siempre Nahla.
Entonces Lance pregunto la misma pregunta típica de ellos ¿Qué hay de comer? a lo cual ya algo desesperada simplemente conteste. — Algo demasiado rico llamado ¡Come y calla! — Fue mi respuesta tomando un emparedado antes de les hicieran algo como botarlos entre ellos o algo así y le di la primera mordida. — Con gusto le daría clases a Nahla pero se que aunque se las de ella no cocinaría a ustedes dos ni por que le pagaran por ello. — Volví a morder el emparedado mirándolos mientras escuchaba su constante blah, blah, blah a lo cual solo tomé el vaso de jugo y tome un sorbo.
Al principio me supo muy dulce pero al final me dejó un sabor algo extraño, era muy sutil pero no podía dar con que era, pero no me preocupaba el capitolio siempre se encargaba de sacar bebidas exóticas de todo, aún recuerdo cuando intentaron comercializar aquella con sabor tabique y no puedo olvidar la que sabía a mono ¿Quién diablos consumiría eso?
Kira L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
— Sí, eso supuse — Creo que estas peleas habían llegado a un punto en que usábamos las mismas y mal gastadas formas de insultarnos. — Entonces, te seguiré jodiendo... — y con eso proseguí a ignorarla y ver a mi otro hermano, no había nada nuevo.
— No te he insultado, te he dado un diagnostico de lo que posiblemente vas a morir, imbécil. — sonrei de la misma forma que él — ¡Ah! Y te puedes meter el 8 donde más te entre, Lance — dije mientras me encogí de hombros para luego irme de allí a la sala. Con tan solo unas cuantas palabras ya me estaba hastiando la mañana, vaya habilidad innata que se carga el sujeto.
— No sufro de alucinaciones — Sólo quería aclarar ese punto. — No quiero tu ayuda en nada, es claro que mi vida esta mucho mejor que la tuya y si la tocas temo que la estropees — y eso, en cierta forma era verdad. La estaba reconstruyendo desde los cimientos y lo menos que quería es que ella viniera con sus locas ideas de una madre santa a querer descomponer lo que me había costado. Sea cual sea la verdad hace tiempo que la había dejado de perseguir. — Excusas — Que yo sepa una señorita no pierde los modales, bueno, supongo que Nahla es la excepción .. o no es una señorita. Mire de reojo a Lance y fruncí el ceño ¿No podía quedarse callado ni un rato? — No agradezcas — no debería hacerlo, no había sido para nada un alago.
Me imagine por un rato como seria Kira de madre, uh... bueno, si lo pensaba mejor creo que no me gustaría la idea, si ella se casa y tiene hijos ¿Quien nos alimentaría? Porque es seguro que Nahla no, reí ante aquello. Luego Nahla hizo otro comentario, ¿alcohol y mujeres? Bueno, eso iba para Lance, creo que de los tres era quien hacia más obvias sus preferencias. — Serán toda una hermosa familia, aunque lo más intrigante es ¿Quién podrá a ocupar el puesto de padre? — otro obseso del poder y control como lo es Kira? Lo más jodidamente Karmatico (creo que esa expresión no existe) seria verla enamorada de algún distrito bajo. Me giré al televisor y deje de sacar pensamientos al azar.
Medio sonreí a la respuesta de Kira a Lance, cuanto amor ¿Y asi te extrañamos? supongo que sí — Kira, no debes negar que el misterio nos corroe, si hay algún futuro nuevo integrante en la familia no los has mantenido demasiado bien escondido — mencione mientras me dirigía a la mesa y tomaba una de las sillas para ocupara. — ¿Qué tan loco me crees como para pedirle semejante cosa a Nahla? Me gusta respirar — que tal en uno de sus arranques de enfado quiere envenenarnos. Pase un mejor vistazo a la comida preparada, hmmm... creo que cada vez le ponía menos empeño. Le hubiera dicho que hasta yo podría preparar algo mejor que esto, pero eso era revelar que sabia algo de cocina, era obvio que no me dejaría morir de hambre, tuve que aprender. — Gracias por la comida — Dije mas por cortesía que cualquier otra cosa.
— Si, toda una señorita — murmure mientras jalaba un vaso y miraba a Nahla y el rico emparedado de Lance. Una vez tenia el jugo bebí de este, y nuevamente, solo por cortesía no escupí lo que me había llevado a la boca ¡Con un demonio, esto no era jugo! trague lo que había tomado y baje mi mirada al vaso... era, extraño... pero ¿familiar? Y ni que decir del sabor, no salia mal pero me había caído de sorpresa. Tenia la sospecha de que ya lo había probado, pero las memorias de lo que viví el año pasado digamos que no estaban muy bien... asì que habían varias cosas que no reconocía Mire de reojo a los demás rostros, en espera de algún comentario que me dijera que era el jugo y no yo el que estaba mal.
Nada. Suspire, si estaba en el refrigerador supongo que no podría ser nada malo. Con aquel pensamiento me encogí de hombros y me dispuse a seguir con la comida. Tal vez mi mente me estaba jugando una mala pasada.
Seadon L. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
¿Porque ir a comer cuando tienes a una hermanita tan divina que puede venir hasta ti y darte el plato? En serio que Kira le falta mucho por aprender, estamos cansados de estar aquí sin atenciones suyas por mas de una semana y ella cuando viene lo único que quiere hacer es mandar. Me parecía tierno cuando Sean intentaba insultarme ¿Que puedo decir? Provoca esa sensación de que hablas con pequeño bebe. -Podrías repetir eso ultimo es que no te puse atención.-Bostece luego de terminar mi oración y ahora que lo pensaba bien. -Sabes no lo hagas ya que generalmente lo que dices no importa.- Por un momento olvide lo mucho que odio que me repitan las cosas y ¿Que era es o del 8? Seguro algo que no importa de todos modos siempre anda diciendo cosas sin sentido como la princesa a la par mía "¡Por favor! Que nunca tenga un show en la televisión, seria horrible tener que escuchar sus estupideces aquí y ahora en la tv."
Hice caso o omiso a las cosas que los dos se estaban diciendo, ya estaba cansado de toda la discusión y ademas empezaría una nueva ya que quiera esta aquí y todos tenemos ganas de echarle cosas en cara. -Que bueno que no somos agentes de la paz odiaría cantar para ti.-Susurre mientras me habría paso en la cocina, considero que Kira tiene una tendencia masoquista "¡Aja!" Por eso tanto le gusta hacer hasta horas extras en su trabajo. -No cambies el tema Kira todos deseamos saber quien es el afortunado.- Levante las cejas muy rápido y la mire por unos minutos, ojala y la boda no sea como la que Nahla describe aunque si se trata de Kira seguramente nos querrá hacer usar trajes extraños y de diferentes colores "UGH" Solo Sean sera feliz en esa colorida boda.
Pocas veces me gusta desafiar a Kira pero hoy particularmente me siento con muchos ánimos, generalmente aprecio mi vida por eso no lo hago pero a mi hermanita se le esta olvidado con quien lidia. -Humm...No suena muy apetitoso.-Mi mueca de desagrado salio a la luz pero aun así probaría el "mega" deliciosos desayuno de Kira ya que obviamente hacer emparedados requiere de mucho esfuerzo ¿Cuando se le ocurrirá contratar a alguien que cocine?
Como cosa rara Nahla arruinaba mi mañana "Maldita idiota..." Mordí mi labio inferior mientras mostraba fruncía mi ceño ¿Porque se le hace tan fácil fastidiarme? Me acerque a el emparedado y luego mire a Nahla. -Muy graciosa...-Me senté a un lado de Kira y luego tome mi vaso de jugo pero en seguida mis ojos se fijaron en el envase de mermelada con la cuchara "Un rico desayuno" Y aun mas que eso una deliciosa venganza, estire mi mano y tome el envase, enterré la cuchara en la mermelada roja y luego la metí a mi boca, tanto dulzor empalagaba así que tome el primer sorbo de mi jugo y..."Mierda" Sabia que estaba en alguna parte pero la verdad es que no recordaba en donde lo había puesto, si le digo a Kira obviamente comenzara a reñirme así que solo negare todo de todos modos aquí todos gustan del alcohol , un favor hago, solté una sonrisa de satisfacción y continue bebiendo como si nada del supuesto "jugo."
Hermoso cuadro, todos juntos en la mesa comiendo "Sumamente cursi" Enterré la cuchara en la mermelada nuevamente y esta vez no la iba a meter a mi boca sino tenia un objetivo mejor, apunte mi catapulta elaborada a Nahla y luego solo vi como la mermelada caía en su cuello. -Ops.-Fue lo único que mencione para continuar bebiendo de mi vaso.
Hice caso o omiso a las cosas que los dos se estaban diciendo, ya estaba cansado de toda la discusión y ademas empezaría una nueva ya que quiera esta aquí y todos tenemos ganas de echarle cosas en cara. -Que bueno que no somos agentes de la paz odiaría cantar para ti.-Susurre mientras me habría paso en la cocina, considero que Kira tiene una tendencia masoquista "¡Aja!" Por eso tanto le gusta hacer hasta horas extras en su trabajo. -No cambies el tema Kira todos deseamos saber quien es el afortunado.- Levante las cejas muy rápido y la mire por unos minutos, ojala y la boda no sea como la que Nahla describe aunque si se trata de Kira seguramente nos querrá hacer usar trajes extraños y de diferentes colores "UGH" Solo Sean sera feliz en esa colorida boda.
Pocas veces me gusta desafiar a Kira pero hoy particularmente me siento con muchos ánimos, generalmente aprecio mi vida por eso no lo hago pero a mi hermanita se le esta olvidado con quien lidia. -Humm...No suena muy apetitoso.-Mi mueca de desagrado salio a la luz pero aun así probaría el "mega" deliciosos desayuno de Kira ya que obviamente hacer emparedados requiere de mucho esfuerzo ¿Cuando se le ocurrirá contratar a alguien que cocine?
Como cosa rara Nahla arruinaba mi mañana "Maldita idiota..." Mordí mi labio inferior mientras mostraba fruncía mi ceño ¿Porque se le hace tan fácil fastidiarme? Me acerque a el emparedado y luego mire a Nahla. -Muy graciosa...-Me senté a un lado de Kira y luego tome mi vaso de jugo pero en seguida mis ojos se fijaron en el envase de mermelada con la cuchara "Un rico desayuno" Y aun mas que eso una deliciosa venganza, estire mi mano y tome el envase, enterré la cuchara en la mermelada roja y luego la metí a mi boca, tanto dulzor empalagaba así que tome el primer sorbo de mi jugo y..."Mierda" Sabia que estaba en alguna parte pero la verdad es que no recordaba en donde lo había puesto, si le digo a Kira obviamente comenzara a reñirme así que solo negare todo de todos modos aquí todos gustan del alcohol , un favor hago, solté una sonrisa de satisfacción y continue bebiendo como si nada del supuesto "jugo."
Hermoso cuadro, todos juntos en la mesa comiendo "Sumamente cursi" Enterré la cuchara en la mermelada nuevamente y esta vez no la iba a meter a mi boca sino tenia un objetivo mejor, apunte mi catapulta elaborada a Nahla y luego solo vi como la mermelada caía en su cuello. -Ops.-Fue lo único que mencione para continuar bebiendo de mi vaso.
Lance S. Kubler- Capitolio
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Re: Crónicas de la vida cotidiana || Familia Kubler
Por obvias razones, casi comenzaba a reírme por el patético comentario de Sean, ¿su vida mejor que la mía? ¡Por favor! ¿Acaso quería que le sacara la lista completa con razones por las cuáles está más jodido que yo? Le hubiera respondido algo, más Kira tuvo que intervenir diciendo que parecíamos charlajos… no, definitivamente el insultar a los demás que no fueran agentes de la paz no iba con ella.
Al llegar a la cocina, y antes de tomar asiento en la mesa, me había quedado recargada en uno de los marcos de la puerta. Nuevamente bostecé y me llevé una mano para cubrir mi boca, creo que más tarde volveré a salir porque todo esto tiene pinta de matar de aburrimiento. Al menos para mi, este tipo de reuniones en familia no son lo más esperado. Me vi obligada a sonreír de lado mientras observaba a la mayor de los Kubler — Si es tu hijo, no dudo en que lo tiraría por el acantilado… — era evidente el desagrado que aún sentía por ella, pero por hoy intentaría no llevar esto hacia el punto de alguna discusión como lo solíamos hacer poco después de que mamá nos hubiese ‘abandonado’. Aunque después de ello, tuve que darle la razón por primera vez en semanas al decir que yo no cocinaría para ellos — Bravo. Eso es lo más sabio que has dicho en meses, hermana — pocas veces me refiero a ella de esa manera… a menos de que necesitara algo, como dinero o fregar con otro asunto que consideraba de vital importancia.
Después de dejarle mi pequeño recuerdo a Lance, tomé asiento en una de las sillas y volví a morder el emparedado. Es la cosa más simple que alguien pudo habernos preparado… hasta podría decir que el cereal con leche era muchísimo más complicado que esto. Una vez que finalizara con el aperitivo, ya optaría por retirarme a mi habitación, leería un par de revistas, dormiría y tal vez vaya a salir con Marcus para ver que chismes me tiene el día de hoy. Además de que quería algunas sugerencias de su parte para la renovación que ando planeando hacerle a mi closet.
Tan enfrascada estaba en mis pensamientos que no noté la sarta de babosadas que Lance estaba preparando. En el momento en que sentí algo frío y pegajoso en el cuello bajé la mirada, era mermelada lo que ahí comenzaba a descender poco a poco. Volteé a ver a Lance con el ceño completamente fruncido — ¡Hijo de p…! — solté un puñetazo en la mesa, pero después me recordé a mi misma que tenía que callarme y por ese motivo fue que no dije la frase completa. Tampoco iba a ofender a mi madre por culpa de imbéciles como él … además de que Kira está presente y a saber con que sermón me vendrá ahora. Eso y creo que Sean volverá a decir “blah, blah” de que no soy una señorita.
Busqué una servilleta y comencé a limpiarme con ella, más lo pegajoso permanecía ahí. Tsk… animal. Decidí morderme la lengua y tomar mi vaso con el jugo de extraño color. No debería de sorprenderme tanto si consideramos que hay bebidas que llevan hasta más de 4 colores y sabores. Lo llevé a mis labios y empecé a beber de él. Inevitable fue que abriera los ojos de la sorpresa… este… este sabor. Lo había probado antes, no sé como se llama pero lo que tengo por certero es que me agrada esto. El sabor era tan dulce, más dulce que toda la bolsa de chocolates que me quedaba. Sin poder detenerme, dejé el vaso hasta la mitad en el primer trago. Tras eso, me lamí los labios.
Al llegar a la cocina, y antes de tomar asiento en la mesa, me había quedado recargada en uno de los marcos de la puerta. Nuevamente bostecé y me llevé una mano para cubrir mi boca, creo que más tarde volveré a salir porque todo esto tiene pinta de matar de aburrimiento. Al menos para mi, este tipo de reuniones en familia no son lo más esperado. Me vi obligada a sonreír de lado mientras observaba a la mayor de los Kubler — Si es tu hijo, no dudo en que lo tiraría por el acantilado… — era evidente el desagrado que aún sentía por ella, pero por hoy intentaría no llevar esto hacia el punto de alguna discusión como lo solíamos hacer poco después de que mamá nos hubiese ‘abandonado’. Aunque después de ello, tuve que darle la razón por primera vez en semanas al decir que yo no cocinaría para ellos — Bravo. Eso es lo más sabio que has dicho en meses, hermana — pocas veces me refiero a ella de esa manera… a menos de que necesitara algo, como dinero o fregar con otro asunto que consideraba de vital importancia.
Después de dejarle mi pequeño recuerdo a Lance, tomé asiento en una de las sillas y volví a morder el emparedado. Es la cosa más simple que alguien pudo habernos preparado… hasta podría decir que el cereal con leche era muchísimo más complicado que esto. Una vez que finalizara con el aperitivo, ya optaría por retirarme a mi habitación, leería un par de revistas, dormiría y tal vez vaya a salir con Marcus para ver que chismes me tiene el día de hoy. Además de que quería algunas sugerencias de su parte para la renovación que ando planeando hacerle a mi closet.
Tan enfrascada estaba en mis pensamientos que no noté la sarta de babosadas que Lance estaba preparando. En el momento en que sentí algo frío y pegajoso en el cuello bajé la mirada, era mermelada lo que ahí comenzaba a descender poco a poco. Volteé a ver a Lance con el ceño completamente fruncido — ¡Hijo de p…! — solté un puñetazo en la mesa, pero después me recordé a mi misma que tenía que callarme y por ese motivo fue que no dije la frase completa. Tampoco iba a ofender a mi madre por culpa de imbéciles como él … además de que Kira está presente y a saber con que sermón me vendrá ahora. Eso y creo que Sean volverá a decir “blah, blah” de que no soy una señorita.
Busqué una servilleta y comencé a limpiarme con ella, más lo pegajoso permanecía ahí. Tsk… animal. Decidí morderme la lengua y tomar mi vaso con el jugo de extraño color. No debería de sorprenderme tanto si consideramos que hay bebidas que llevan hasta más de 4 colores y sabores. Lo llevé a mis labios y empecé a beber de él. Inevitable fue que abriera los ojos de la sorpresa… este… este sabor. Lo había probado antes, no sé como se llama pero lo que tengo por certero es que me agrada esto. El sabor era tan dulce, más dulce que toda la bolsa de chocolates que me quedaba. Sin poder detenerme, dejé el vaso hasta la mitad en el primer trago. Tras eso, me lamí los labios.
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