Awkward moment? [K. Adrianne Kertesz]

Salgo de la escuela y sonrío al despedirme de mis compañeros, algunos responden, no fueron muchos en realidad; aun así no es algo que me afecte porque sé que no lo hacen con alguna mala intención. Mi padre aun tiene cosas que hacer en la escuela, por lo cual no es raro que me adelante incluso sin avisarle, así que eso hago. Al salir de la escuela decido pasarme por los negocios en el que hay infinidad de herramientas y refacciones que muchos están dispuestos a comprar ya sea para hacer alguna reparación, practicar lo que aprenden en la academia o como yo, para experimentar.

Voy de puesto en puesto y observo tornillos, resortes, engranajes, tuercas y demás de todos los tamaños y formas a la vez que pregunto a los vendedores ; de qué aparato es tal o cuál pieza, que si tiene en más tamaños, el precio… A veces son tantas mis preguntas que el vendedor se aburre y simplemente me ignora para atender a otros clientes. No los puedo culpar, pero tampoco puedo evitarlo. Pasan los minutos casi desapercibidos para mí, y ya tengo en mi mano una pequeña bolsa con un engranaje que puedo usar para un proyecto en el que estoy trabajando en casa.

Camino con mi adquisición en la mano, observándola atentamente casi sin mirar a la gente que esquivo en un acto reflejo, ya me he acostumbrado a andar sin mirar al frente ya que muchas veces incluso voy leyendo al caminar. Sin embargo no conté con un pequeño niño que había arrojado una pelota pequeña la cual al no poder mirarla doy un paso sobre ella y me hace resbalar. Para evitar caer, doy un salto bastante extraño, lo cual me hacía parecer como si estuviera bailando, pero por el impulso el engrane se suelta de mi mano, entonces corro para tratar de cogerlo antes de que caiga, ya que es pequeño y podría extraviarlo; lo alcanzo y al tenerlo en mis manos sonrío.

Levanto entonces la mirada y me doy cuenta que estoy frente a una chica sentada en una banca, la pieza que acababa de comprar estuvo a punto de caer a sus pies… y yo también. Me incorporo y siento como los colores se me suben a la cabeza, sonrío apenado. –Ah… yo… ¡¡Lo siento!! – Digo mientras doy un saltito hacia atrás en un intento desesperado de no invadir su espacio personal. –Casi pierdo esto… - Tengo el engrane entre los dedos índice y pulgar y entonces lo guardo en la bolsa del pantalón. – Espero no haberte asustado o algo así… que una persona desconocida corra hacia ti debe ser algo raro… o aterrador…- Sigo apenado, entonces extiendo mi mano hacia ella. –Soy Aidan… mis amigos me dicen Dean, aunque no son muchos y ahmm… disculpa nuevamente. – Le digo en un impulso a la vez que ruego porque mi sonrisa no luzca muy incómoda y que mi cara ya no esté toda roja.